Ayacucho

Ayacucho
Este artículo trata sobre la ciudad peruana de Ayacucho. Para otros usos de este término, véase Ayacucho (desambiguación).
Ayacucho
Bandera de Ayacucho
Bandera
Escudo de Ayacucho
Escudo
Centro historico de Huamanga -Ayacucho.jpg
Ayacucho
Ayacucho
Localización de Ayacucho en Perú
Apodo: Ciudad de las Iglesias, Ciudad Señorial, Muy Noble y Leal Ciudad, ,

Capital del Arte Popular y de la Artesanía del Perú, Capital de la Libertad Americana, Capital Religiosa del Perú, La Sevilla Peruana.

País Bandera del Perú Perú
• Departamentos del Perú Ayacucho
• Provincias del Perú Huamanga
Ubicación 13°9′37″S 74°13′33″O / -13.16028, -74.22583Coordenadas: 13°9′37″S 74°13′33″O / -13.16028, -74.22583
• Latitud 13° 09' 37" S
• Longitud 74° 13' 33" O
• Altitud 2.746 msnm
• Distancias 543 km a Lima
597 km a Cusco
388 km a Ica
Superficie 2981.37 km²
Fundación 25 de abril de 1540
Población 151,019 hab.
Gentilicio Ayacuchano (a), Huamanguino (a)
Huso horario PET UTC-5
Pref. telefónico 066
Alcalde de Huamanga Germán Martinelli Chuchón
Sitio web www.munihuamanga.gob.pe

Ayacucho, fundada como San Juan de la Frontera de Huamanga y conocida también como Huamanga, es una ciudad del Perú, capital de la provincia de Huamanga y del Departamento de Ayacucho. Se encuentra situada en la vertiente oriental de la Cordillera de los Andes a una altitud de 2.746 msnm y se caracteriza por su clima agradable, templado y seco.

Ayacucho es uno de los conjuntos arquitectónicos y artísticos más notables del país. Se le conoce como «Ciudad de las Iglesias», por sus numerosos templos e iglesias, y «Ciudad Señorial» por su arquitectura, tradición y arte.

Esta ciudad colonial posee más de treinta iglesias y templos coloniales de estilo renacentista, barroco y mestizo, que guardan en su interior verdaderas obras de arte como pinturas, imágenes y bellos retablos tallados en madera y bañados en pan de oro. Además, se pueden apreciar majestuosas casonas coloniales, restos arqueológicos que revelan un pasado histórico, que la hacen de por sí una ciudad atractiva.

Asimismo, se le da el título de «Muy Noble y Leal Ciudad» por su contribución a la causa de la corona española durante el periodo de las guerras civiles entre los conquistadores.

Ayacucho tiene fama internacional por sus manifestaciones artísticas, motivo por el cual fue declarado como «Capital del Arte Popular y de la Artesanía del Perú». Destacan los tallados en alabastro (material conocido en la zona como "piedra de Huamanga), la alfarería de Quinua y los cotizados retablos ayacuchanos.[1]

Igualmente destaca por sus festividades, como la de sus carnavales, declarados "Patrimonio Cultural de la Nación", y su Semana Santa, festividad religiosa que atrae a una multitud de visitantes, por lo que Ayacucho es considerada como segunda ciudad del mundo en lo que ha celebración de la Semana Santa se refiere.

Contenido

Toponimia

Huamanga

Waman qaqa es la voz quechua con la cual se conocía el sitio de la actual ciudad a la llegada de los españoles. Según la tradición indígena local, el Inca Viracocha en una de sus campañas, descansó en este lugar y dio de comer de su mano a un halcón que se posó en sus hombros, y exclamó: "Waman ka", que significa "toma, halcón".

Algunos sostienen que en la región había muchos halcones, por tanto habían muchos nidos que se encontraban en los barrancos, en las quebradas, en los cerros, por lo tanto de las voces quechuas «waman qaqa», se habría originado la palabra Huamanga, que significa "Quebrada del halcón" o "Tierra del halcón".

El primer nombre español de la ciudad fue «San Juan de la Frontera de Huamanga». «San Juan» en homenaje a San Juan Evangelista y «frontera» por estar en la frontera militar y ser baluarte español contra los ataques de Manco Inca. Durante las guerras civiles entre conquistadores, se dispuso el cambio del nombre a «San Juan de la Victoria de Huamanga», debido al triunfo de los ejércitos leales a la corona sobre las fuerzas rebeldes de Diego de Almagro “El Mozo” en la Batalla de Chupas, el 16 de septiembre de 1542.

Ayacucho

La denominación original de Huamanga fue cambiada por la de Ayacucho mediante decreto del Libertador Simón Bolívar del 15 de febrero de 1825. El cambió se dio como homenaje a la victoria del ejército patriota en la Batalla de Ayacucho.

El vocablo Ayacucho deriva del vocablo quechua «aya» (alma) y «k'uchu» (morada-rincón), en consecuencia, la palabra Ayacucho etimológicamente significa «Morada del Alma», expresión que podría resultar de un conjunto de restos humanos que se encontraron en este lugar, como consecuencia de las batallas que sostuvieron sus primeros habitantes, anhelando fundar una villa por su ubicación estratégica, con los invasores del Imperio inca en expansión. Otra teoría sostiene que Ayak'uchu significaría «Rincón de los Muertos»; sin embargo, el vocablo quechua «aya» no toma la acepción de persona fallecida, mejor traducido como «wañusqa». Nótese que en el quechua ayacuchano no se tiene uso de las consonantes eyectivas, por lo que <Ayak'uchu> se pronuncia como [ɐ.jɐˈkʊ.t͡ʃʊ], no [ɐ.jɐˈkʼʊ.t͡ʃʊ].

Historia

Época preincaica

Vaso Wari.

Los vestigios históricos demuestran que la localidad donde se encuentra ubicada la ciudad de Ayacucho ha estado habitada desde 20 milenios A.C. Tales restos se encontraron en las cuevas de “Pikimachay”, la cual tiene 24 m de ancho y 12 m de altura, ubicadas a 18 km de la ciudad.

Esta cueva fue descubierta el año 1966 por el arqueólogo norteamericano Richard MacNeish, quién en su afán de de buscar el origen del maíz en América, llega a Ayacucho y logra descubrir esta evidencia más antigua de la presencia del hombre en los Andes Centrales.

Posteriormente, entre los años 500 a 1100, surgió a 20 km al noreste de la actual; el Imperio Wari, que se formó sobre la base de las culturas Huarpa, Nazca y Tiahuanaco.

Ayacucho fue el centro político administrativo de este primer imperio andino pre-incaico, que alcanzó altos niveles de calidad en producción de cerámica, tejidos, metales y piedra, entre los años 1100-1420 d.c. en el periodo de los Chancas. La ciudad de Wari llegó a tener una población superior a los 50.000 habitantes. El Imperio Wari se expandió hasta los territorios que corresponden a los actuales departamentos de Cajamarca y Lambayeque por el norte y por el sur hasta lo que son hoy los departamentos de Cusco y Moquegua respectivamente.

Ante el debilitamiento del Imperio Wari, surgieron varias sociedades locales que fueron adquiriendo poder, entre ellas principalmente los Pocras, Chancas, Willcas, Uramarcas, Atunsullas, Andamarca, Angaraes, Quinuallas y otros grupos indígenas regionales que se fueron agrupando en lo que se conoció como la cultura Chanka que rivalizó con los Incas, llegando a ocupar Cusco, siendo vencidos por estos durante el gobierno de Pachacútec en el siglo XV. Finalmente, Pachacútec fundó en 1438 una ciudad a la que llamó Ayacucho.

Época incaica

Catedral y Templo del Sol, Vilcashuamán.

Hacia el siglo XV, la región fue ocupada por los incas, después de la derrota de los Pacoras y Hanan Chankas de Parcos, que controlaban a todos los ayllos del Ancoyaco (Mantaro) teniendo como capital a Paucarbamba.

Los Incas reafirmaron aquel centro administrativo como cabeza de la localidad y base para la coalición con los Xauxas y Wankas de lo que es hoy la región de Junín. También aplicaron su política de mitimaes, trasladando a muy pocas poblaciones originarias a otros lugares y repoblando Ayacucho con etnias y pueblos de algunos pocos lugares del imperio.

Así, se erigió en la zona el centro administrativo religioso de Vilcashuamán (halcón sagrado en idioma quechua) que contó con una Pirámide Ceremonial, el Templo para el Sol y la Luna, el Acllahuasi o Templo de la Vírgenes y una Plaza llana y central. La distribución de la ciudad de Vilcashuamán se hizo de tal manera que en conjunto formen la figura de un halcón (huamán).

A partir de 1532, con la llegada de los españoles, en la región de Ayacucho se presenta un proceso de guerra la ocupación hispana, que duró aproximadamente hasta 1537.

Época virreinal

La fundación española de la ciudad de Huamanga obedeció a tres razones principales. En primer lugar, para proteger al naciente estado colonial del peligro que significaban las tropas rebeldes de Manco Inca asentadas en Cocha, en el distrito de Iguain, Huanta). La segunda razón fue por las desavenencias entre los mismos hispanos que pretendían más solares y tierras que revocaban Vasco de Guevara y el licenciado Antonio de la Gama a nombre de Francisco Pizarro. La tercera y secundaria razón obedecía a la necesidad de una ciudad intermedia en la larga ruta entre Lima y Cuzco. Esas motivaciones guardan relación con un solo tema: el control y la seguridad de territorio recientemente conquistado.

Así, el 29 de enero de 1539, Francisco Pizarro lleva a cabo la primera fundación de Huamanga, con el nombre de San Juan de la Frontera, acompañándolo en esta oportunidad el licenciado Antonio de Carbajal y el clérigo Juan de Sosa. Pizarro designó a Francisco de Cárdenas como primer teniente gobernador, quien posteriormente cedió el cargo al capitán Vasco de Guevara. En ese momento apenas hubo 24 vecinos y 40 moradores españoles. Los colonizadores no desplegaron ningún esfuerza para construir sus fincas; la infraestructura de la plaza mayor y sus calles eran indecentes y llenas de grietas, los solares reposaban en total descuido.

Es en esas circunstancias, vísperas para la navidad de 1539, cuando llegó el nuevo teniente gobernador, Vasco de Guevara, quien después de un pacienzudo análisis por las quejas, notó a simple vista que el lugar donde se encontraban afincados los colonizadores, era un lugar "frío", "lluvioso", "nublado" y estratégicamente jugaba en contra de su objetivo, que era preservar la seguridad de los transeúntes entre el Imperio Inca y la Ciudad de los Reyes; es que decide convocar a un cabildo a los principales vecinos y clérigos, el 1 de abril de 1540, tomando el acuerdo de trasladar a otro lugar la ciudad, con mejores condiciones de vida.

Huamanga colonial.

Posteriormente el primer asiento es trasladado hacia el paraje denominado Pacora o Pocora castellanizado como "Pukaray" (alude a alguna fortaleza inca que antes existió allí y que inspiró el imagen del escudo oficial veinte años después) donde el 25 de abril de 1540, el teniente gobernador Vasco de Guevara refunda, bajo anuencia de Francisco Pizarro, la villa San Juan de la Frontera de Huamanga. Ésta es la razón por la que se considera a Vasco de Guevara como el segundo fundador de Huamanga. La ciudad fue reconocida por la corona española como tal el 17 de mayo de 1544; más tarde en 1816 otorgándosele escudo de armas a instancias del diputado a las Cortes de Cádiz, don José de Mujica, acérrimo realista. La fundación de dicha ciudad se logró luego de una tenaz resistencia de los rebeldes dirigidos por Manco Inca.

La fundación colonial de la ciudad de Huamanga fue realizada siguiendo el modelo de las ciudades españolas, que a su vez usaron el modelo de Roma que contenía Las Siete Partidas, contando con una Plaza Mayor Santa Ana (más tarde conocida como Plaza Jerusalén), agua, buenas tierras y con la entrega de solares a sus primeros fundadores, que en su mayoría participaron en la captura del Inca Atahualpa en Cajamarca. Paulatinamente, se trasladó el centro histórico de Santa Ana y Pucacruz hacia la Plaza Mayor que ocupa hoy en día, caracterizada por tener las arcadas construidas en las primeras décadas del siglo XVIII.

Un polo ordenador de la vida económica regional durante la época colonial fue la minería. El centro minero que más se destacó por aquella época (siglos XVI y XVII) fue la mina de azogue de Santa Bárbara (Huancavelica), adquiriendo importancia el circuito comercial que giraba a su alrededor. El eje administrativo y comercial se situó en Huamanga, que era el nudo de todas las rutas comerciales.

Otra actividad económica importante durante la Colonia fueron los "Obrajes", el cual consistía en empresas manufactureras de telas burdas y bayetas elaboradas para consumo de trabajadores. En los obrajes se tejía artesanalmente, pero los operarios estaban reunidos en una misma construcción, asemejándose a las fábricas modernas. Desde comienzos del siglo XVII se registra la presencia de tejedores en los barrios indígenas y mestizos de Huamanga, e incluso el barrio de Carmen Alto, uno de los más tradicionales de la ciudad, se especializó en la producción textil. Como parte de su carácter artesanal y comercial, la ciudad de Huamanga adquirió el perfil de una urbe manufacturera donde se tejía sin cesar.

La ciudad de Huamanga se convirtió en un gran centro comercial, ya que por su ubicación geográfica era paso obligado de viajeros y comerciantes que de Lima o Huancavelica se dirigían a Cusco, el Alto Perú y al Río de la Plata, lo que dio gran relevancia a Huamanga, durante casi todo el periodo virreinal. Tal situación se tradujo en una bella arquitectura, una arraigada fe religiosa expresada en más de 30 templos, varios conventos y claustros, la fundación de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga y una gran actividad artesanal.

Las casas señoriales son lo más representativo de la arquitectura civil en la Huamanga colonial. Ellas se ubican, al igual que las iglesias, en el núcleo central de la ciudad: alrededor de la plaza de armas y unas cuantas calles adyacentes. En cuanto a su diseño y distribución de ambientes, la casona señorial ayacuchana se inspira en la vivienda castellana de clases altas, aunque algunos elementos logran dotarla de personalidad y acento propio del Barroco Andino del siglo XVIII.

La presencia de la Iglesia en Ayacucho es importante, sobre todo a partir de 1609, donde se crea el obispado de Huamanga, desmembrádose de la jurisdicción del Cusco. En 1615, asume el obispado Fray Agustín de Carvajal, quien fue el primer obispo de Huamanga; veinte años después, en 1632, asume el obispado Francisco Verdugo, quien inició la construcción de la Catedral, consagrada recién en 1672 por el famoso obispo Cristóbal de Castilla y Zamora. Ambos fueron los obispos más importantes del "siglo de oro" (Siglo XVII) de la Iglesia Católica en Ayacucho.

Época republicana

Capitulación de Ayacucho, donde se consolidó la independencia de América.

Ya desde los últimos tiempos del Virreinato del Perú, los habitantes ayacuchanos participaban activamente de las ideas independentistas. Así sobresalen personajes como Basilio Auqui (Jefe Morochuco) y la heroína María Parado de Bellido, entre otros. Sin embargo, Huamanga continuaba siendo un centro militar del ejército realista, de donde incluso salieron las expediciones bajo el mando de Goyeneche, que en 1810 se dirigieron a sofocar las revoluciones en el Alto Perú.

En 1820 el General Álvarez de Arenales, bajo las instrucciones de Don José de San Martín, llegó a la ciudad durante la denominada Campaña de Intermedios, que buscaba atacar Lima por los Andes mientras San Martín lo hacía por la costa. Así, Arenales declaró la independencia en Huamanga el 1 de noviembre de 1820.

El 9 de diciembre de 1824 con la Batalla de Ayacucho, escenificada en las Pampas de la Quinua de esta ciudad, se consolidó la Independencia del Perú y América. El ejército libertador comandado por el Mariscal Antonio José de Sucre, con su triunfo en esta batalla, brindó a esta ciudad su momento de gloria.

En la guerra con Chile, la disponibilidad de recursos con que contaba Huamanga, permitió al Mariscal Andrés Avelino Cáceres iniciar sus campañas contra el ejército invasor.

Durante la década de 1980 y comienzos de 1990, la región se vio seriamente afectada por diversos problemas del agro y por el fenómeno de la violencia político social. A partir de 1994 aproximadamente, Ayacucho superó estos problemas y se convirtió nuevamente en uno de los lugares más atractivos del país.

Geografía

Ubicación

La ciudad de Ayacucho se encuentra ubicada en el extremo noroccidental del departamento de Ayacucho y al sur de la sierra central del país, en el área meridional de los Andes, a 2.746 msnm; y está comprendido entre los 13°09'37" latitud Sur y 74°13'33" longitud Oeste. La ciudad ocupa el distrito de Ayacucho (cercado o también conocido como centro histórico), así como el área urbana de los distritos de Carmen Alto, San Juan Bautista y Jesús Nazareno.

Ayacucho limita al norte con las provincias de Huanta y La Mar, al este con la provincia de La Mar, al sur con las provincias de Cangallo y Vilcashuamán, y al oeste con el departamento de Huancavelica.

Clima

Clima ayacuchano.

Ayacucho está ubicada climatológicamente según la altura en la zona quechua de acuerdo a la clasificación hecha por el estudioso Javier Pulgar Vidal; que dividió el territorio del Perú en ocho regiones naturales. Esta zona se caracteriza por tener quebradas amplias con fondos planos. El clima es templado y seco, con una temperatura promedio de 17.5 °C y una humedad relativa promedio de 56 %. Este clima está considerado como adecuado para la vida y sus principales cultivos son el trigo, maíz y papas. La temporada de lluvias se da entre noviembre y marzo.

Puede considerársele como valle a mediana altura; en cuanto a la humedad se le puede considerar como zona semiárida; y desde el punto de vista ecológico corresponde a la formación vegetal denominada «Bosque seco montano bajo». La cuenca no es muy amplia, está limitada por los contrafuertes de los Andes, cuyos cerros rodean la ciudad y no son muy altos. En estas condiciones de topografía se dan la irradiación, la formación de nubes y lluvias, que en conjunto hacen el clima de Ayacucho.

Población

Según el XI Censo de población y VI de Vivienda efectuado por Instituto Nacional de Estadística e Informática el 2007, la ciudad de Ayacucho cuenta con una población de 151.019 y su tasa de crecimiento anual es de 2,5%.[2]

Arte y cultura

Artesanía

La riqueza y calidad de la artesanía de Ayacucho, en sus diversas manifestaciones, han hecho que sea considerada como «Capital del Arte Popular y de la Artesanía del Perú».[3] En la artesanía ayacuchana se conjugan técnicas y tradiciones precolombinas con aportes hispanos y la permanente creatividad de los pobladores de la región. Sus expresiones más conocidas son los retablos, las tallas en piedra de Huamanga y los trabajos en platería y filigrana.

Retablos
Retablos Ayacuchanos.

Los Retablos ayacuchanos descendientes directos de los españoles cajones de San Marcos ó de San Antonio, representan en su interior escenas de profundo contenido andino. Son una tradicional muestra de la maravillosa capacidad creadora y artística de los artesanos de esta tierra.

Esta pieza artesanal consiste en una vistosa y colorida caja de madera con doble puerta. Sus paredes están decoradas con flores de distinta naturaleza y presenta horizontalmente una división interior: el Hanan Pacha o mundo celestial y el Kay Pacha o mundo terrenal.

Desde la época de la colonia hasta las últimas décadas, el retablo ayacuchano ha seguido evolucionando. Los niveles de representación son ahora cuatro o seis; los soportes son de metal o de vidrio; los personajes principales suelen ser caudillos históricos y políticos de moda.

Piedra de Huamanga
Piedra de Huamanga.

La piedra de Huamanga es el alabastro, un mineral de color blanco y a veces, con tonalidades que van del gris o plomo al sepia. Se trata de un sedimento de origen volcánico y se caracteriza por su fácil maleabilidad, su color blanquecino y su exclusividad.

Los escultores huamanguinos, en tiempos de la colonia, tallaron cuadros en relieve, delicadas figuras y grupos religiosos policromados al óleo. Las representaciones más frecuentes fueron las vírgenes, santos, nacimientos y el descendimiento de Cristo.

Hacia fines del siglo XVIII aparecieron los temas galantes y los leones chinescos; las figuras se coloreaban de manera transparente. Poco a poco el color fue desapareciendo limitándose sólo a los cabellos y a los rasgos del rostro, usándose el dorado para los detalles. La superficie blanca y pulida de la piedra fue adquiriendo cada vez mayor importancia en el siglo XIX, época en la que las representaciones alegóricas y profanas destacaron sobre las religiosas. Hoy los artífices populares han dado mayor atención a los personajes y temas rurales, y a los grupos escultóricos en los que prevalece la blancura del material.

Orfebrería

Desde el virreinato, los orfebres ayacuchanos alcanzaron gran fama por el notable trabajo que realizaban, esta fama se conserva pues la plata sigue siendo trabajada con magistrales técnicas para el repujado, el burilado y la filigrana, ésta consiste en entrelazar hilos de plata y se emplea para confeccionar prendedores y aretes, entre otras joyas.

Gastronomía

Al igual que otras ciudades del Perú, Ayacucho posee una diversidad de potajes que hacen delicia de quienes lo saborean. Entre los más solicitados figuran el Puca picante, un guiso preparado a base de papa pequeña, maní tostado molido, trozos de carne de chancho y beterraga, que sazonados con ají colorado y otros condimentos, obtiene un sabor y aroma particular que agrada a propios y extraños; también es conocido el Mondongo ayacuchano, una sopa de mote que se cocina durante toda la noche con carne de res, panza de res y tocino de cerdo; se sirve con un aderezo de ají colorado molido y tostado, junto con hierbabuena picada.

Otras atracciones al paladar son el Adobo ayacuchano, Qapchi, Chicharrón, Patachi, Puchero, Uman caldo, Cuy chactado y la Pachamanca ayacuchana.

Entre los postres se recomienda el Muyuchi (helado típico de la región) y para beber, el Ponche ayacuchano, la Chicha de jora, Chicha de molle y la Chicha de siete semillas. También es célebre el pan Chapla de Huamanga, que suelen comerse con mermelada de sauco (fruto típico de la región) o queso serrano.

Festividades

Semana Santa

Artículo principal: Semana Santa en Ayacucho

Ayacucho destaca no sólo por sus numerosos templos y casonas coloniales, sino también por sus costumbres y tradiciones ancestrales, que reflejan la inquebrantable fe de su pueblo.

La ciudad de Ayacucho es considerada después de Sevilla (España) como la segunda en el mundo por la celebración de la tradicional Semana Santa.[4] En estas dos ciudades se mantienen los rituales antiguos de la Semana Santa, donde se siente y percibe un fervor religioso especial. Ayacucho es la capital latinoamericana de la Semana Santa y esta festividad es celebrada durante diez días, en los cuales la población y los turistas, que arriban a esta ciudad, participan de las ceremonias religiosas y procesiones, así como en actividades culturales, artísticas, gastronómicas y comerciales.

Todos los integrantes de la sociedad ayacuchana, en todos sus niveles sociales, participan de algun modo en los diversos eventos que conforman esta singular y colorida festividad religiosa y pagana. Desde la autoridades locales y, ahora último nacionales, pasando por los Mayordomos de las ocho principales procesiones de la ciudad. En las principales calles céntricas de la ciudad se crean hermosas alfombras de flores para recibir a la procesiones.

La Semana Santa en Ayacucho se inicia el Viernes de Dolores, que es el viernes anterior al Domingo de Ramos.

El Lunes Santo, sale la Procesión del Señor del Huerto y el Martes Santo, la Procesión del Señor de la Sentencia.

El Miércoles Santo, sale la Procesión del Encuentro, que es la que suscita mayor emotividad en la población ayacuchana. La Plaza Mayor es el escenario donde se revive el encuentro de Jesús con su madre.

El Jueves Santo, se visitan las 7 iglesias más importantes de la ciudad y se escenifica el camino al calvario.

En la noche del Viernes Santo, las luces de la Plaza Mayor se apagan y sale la procesión del Señor del Santo Sepulcro, donde la imagen de Cristo yace en un féretro de cristal adornado con flores blancas acompañado de la Virgen Dolorosa. Esta conmovedora procesión es acompañada por fieles vestidos de luto con vela en mano, que acompañan en duelo a la procesión al compás de la banda de músicos y la Tuna Universitaria de Huamanga, que dedica desgarradoras canciones. Finalizada la procesión, los jóvenes se dirigen al "Vela Toro", que es el amanecer previo al "Jala Toro" del día sábado.

El Sábado de Gloria, es el día de festejo popular que comienza con el “Jala Toro o Pascua Toro”, costumbre tradicional en la que los toros son soltados de la Alameda de Huamanga rumbo a la Plaza de Armas. Los toros son enlazados por los jinetes con sus bravos caballos morochucos, escoltados por hacendados con caballos de paso y bandas de músicos, que acompañan a las grupos de personas que van corriendo por delante de los bravos toros de lidia, mientras en la plaza la gente se amotina y forma torres humanas, que esperan a los toros. Por la noche, la multitud espera el amanecer del día Domingo, donde se presenciará el anda del Cristo Resucitado. Afuera, en las cuatro esquinas de la plaza de armas, se puede ver ardiendo las hogueras de "chamiza", como señal de bienvenida, y enormes castillos pirotécnicos que alumbran la noche.

El Domingo de Resurrección, sale la Procesión del Cristo Resucitado. La aparición del anda, en el amanecer oscuro, produce el efecto de una grande e impresionante belleza. La procesión recorre todo el perímetro de la plaza mayor; además de los juegos artificiales, se quema la “chamiza”, que con su fulgor y crepitar otorga un ambiente de fiesta y regocijo. Esta procesión, es la más impresionante de la Semana Santa por su significado y por la gran magnitud del enorme trono, que es cargado por aproximadamente 300 devotos. Luego, por la tarde, se realizan las tradicionales carreras de caballos de los morochucos.

Carnaval ayacuchano

Artículo principal: Carnaval ayacuchano

El 4 de diciembre del 2003, el Instituto Nacional de Cultura (INC) declaró Patrimonio Cultural de la Nación a los Carnavales de Ayacucho,[5] una de las celebraciones del carnaval más hermosas del Perú, que no solo se celebran en Huamanga, sino en muchos distritos de esta ciudad. Es el único carnaval del Perú que es declarado oficialmente como Patrimonio Cultural de la Nación.[6]

El carnaval de Ayacucho es celebrado en el mes de febrero, año tras año, desde hace muchísimo tiempo; reúne a grandes y chicos en una celebración que oficialmente dura tres días, pero que inicia un mes atrás con la llegada de las comparsas rurales, las cuáles vienen desde los distintos lugares del departamento, tanto para competir en el gran concurso de comparsas rurales, como para bailar por las calles de la ciudad mostrando la riqueza cultural del lugar de donde provienen, riqueza que halla en su canto y su danza siempre al ritmo de los carnavales.

Semana de la Libertad Americana

El día central es el 9 de diciembre, aniversario de la gloriosa Batalla de Ayacucho. Durante esta semana se realiza el Festival Internacional de Guitarra "Libertad Americana", así como otras actividades culturales y folklóricas, además de exposiciones, en homenaje a la libertad americana. También, algunos años, se realiza la escenificación de la Batalla de Ayacucho en la misma Pampa de Quinua, que congrega a centenares de personas.

Educación

Ciudad Universitaria de la UNSCH.

En esta ciudad se encuentra la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga, es la segunda fundada en el Perú.

Fue fundada con categoría de Mayor y Pontificia, el 3 de julio de 1677, por el Ilustre Obispo de la Diócesis de Huamanga, Don Cristóbal de Castilla y Zamora . La fundación fue refrendada el 21 de diciembre de 1680 por el rey Carlos II de España. Su creación también contó con la confirmación del Papa Inocencio XI, mediante Bula Pontificia.

Transporte

Vía Terrestre

La ruta más recomendable, por vía terrestre, es la de Lima-Ayacucho (543 km), donde el viaje inicia en la carretera Panamericana Sur hasta la ciudad de Pisco y continúa por la vía o carretera Los Libertadores-Wari, un asfaltado bueno sin problemas en el tramo del viaje; la duración promedio del viaje es de 7 h (auto) y 9 h (bus).

Existen también otras rutas: Cuzco-Abancay-Ayacucho (597 km), con una duración promedio de 19 h (auto) y 22 h (bus); Huancayo-Ayacucho (275 km), con una duración promedio de 6 h (auto) y 8 h (bus).

Vía Aérea

La ciudad cuenta con el Aeropuerto Coronel FAP Alfredo Mendivil Duarte, que recibe diariamente vuelos comerciales de tres aerolíneas desde la ciudad de Lima, la duración promedio del viaje es de 50 min.

Atractivos turísticos

Lugares y monumentos de la ciudad

Monumento al Mariscal Sucre en la Plaza Mayor de Ayacucho.
Plaza de Armas

Se encuentra ubicada en el centro de la ciudad y está rodeada de edificaciones que en su mayoría datan de los siglos XVI y XVII. Es una de las plazas más grandes del Perú y un conjunto monumental muy bello, por su alto valor histórico y arquitectónico. Tiene un nivel de armonía que une todos sus componentes y se hizo al estilo de las plazas de España, como las de Mérida y Trujillo. Las construcciones que rodean a la plaza son verdaderas obras de arquitectura del barroco colonial; los arcos de piedra y los techos de arcilla roja son vistosos desde cualquier ángulo.

En el perímetro de la plaza se encuentran casonas hechas con piedras blancas, las cuales sirven de sede para las principales instituciones como la Municipalidad, la Prefectura, la Corte Superior de Justicia y el local de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga. El monumento que sobresale en el centro de la Plaza fue erigido en honor al Mariscal Antonio José de Sucre, el cual se encuentra rodeado de escudos bolivarianos.

Mirador de Acuchimay.
Mirador de Acuchimay

Se ubica en el distrito de Carmen Alto y se dice que antiguamente fue un volcán. Es el mirador oficial, donde hay una estatua de Cristo Redentor, un pequeño coliseo, un centro de recepciones, lugares de observación y arquerías, desde donde se puede observar gran parte de la ciudad. Fue escenario de la Batalla de Acuchimay el 18 de febrero de 1882, en la que el ejército peruano bajo el mando del Mariscal Andrés Avelino Cáceres derrotó al ejército chileno.

Barrios Artesanales de Santa Ana, Puca Cruz y Belén

Se caracterizan por sus construcciones con muros de piedra tallada y adobe, con sus techos de teja. En estas zonas se ubican los talleres y viviendas de los más destacados maestros del arte popular, que expresan su creatividad a través de tallados de piedra de Huamanga, tejidos, retablos, hojalatería, peletería y talabartería, entre otros.

Alameda de Huamanga

Anteriormente se le denominaba Alameda de Santa Teresa, luego le llamaron la "Alameda del Río", que fue construida por el Prefecto José María Frías entre 1833 a 1834, mientras que el Intendente Demetrio O'Higgins mandó construir la triple arquería, imitando al

Arco del Triunfo y Templo de San Francisco de Asís.

arco del triunfo de París, que es punto de ingreso a la Alameda. Don Rufino Macedo, mandó construir los arcos de cal y piedra, hoy llamada azotea o mirador, en homenaje a la independencia de Huamanga y a la Batalla de Ayacucho.

Arco del Triunfo o de San Francisco

Fue construido en 1910 en conmemoración de la victoria en el Combate del 2 de mayo de 1886 contra las fuerzas españolas que intentaban reconquistar sus antiguas colonias. Más tarde, fue remodelado con motivo del centenario de la Batalla de Ayacucho y se le dio forma de arco de medio punto con coronación de estilo neoclásico.

Mirador de la Picota

Es un mirador natural, ubicado en el cerro de "La Picota", donde se encuentra "La Cruz de la Paz", a 3 km del trayecto de la carretera Libertadores. Desde el lugar se puede observar toda la ciudad de Huamanga, con sus barrios tradicionales, iglesias, su relieve, su flora y se divisa el paisaje de todo el horizonte.

Iglesias

Los templos más antiguos se remontan al siglo XVI, época en que se asentaron en la zona las primeras órdenes religiosas. En general, las iglesias ayacuchanas combinan elementos hispánicos, latinos y árabes, con particularidades indígenas, como las piedras labradas con motivos de la flora y fauna local.

Basílica Catedral de Ayacucho.
Basílica Catedral

Se sitúa en el lado este de la Plaza Mayor de la ciudad de Ayacucho. El Rey Felipe III de España ordenó su construcción por Real Cédula del 5 de julio de 1612, dedicándola a la Virgen de las Nieves; su construcción actual demoró cerca de cuarenta años y se consagró el 19 de mayo de 1672. Consta de tres naves de sobria arquitectura que contrastan con la exquisitez de su espacio interior, el cual está decorado con retablos en Pan de Oro de estilo barroco-churrigueresco, destacan también el tabernáculo de su altar mayor forrado con láminas de plata, y las delicadas tallas de sus confesionarios y el púlpito. Exhibe lienzos de diversas escuelas pictóricas de la época colonial. Son famosos el retablo de Nuestra Señora de Socos, del Señor de Burgos y del Niño Llorón, historias que figuran en Las Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma.

Templo de Santo Domingo
Templo de Santo Domingo.

Fue el segundo templo de Huamanga y fue edificado a mediados del siglo XVI bajo la advocación de la Virgen del Rosario. Por los documentos de entonces, se sabe que fue construida con las piedras de la antigua fortaleza de "Pukaray", antigua fortaleza inca, que se encontraba en la propiedad de Martín de Andueza, vecino notable de la ciudad. En su fachada destaca la espadaña de tres arcos hacia el lado izquierdo y, según la tradición popular, se dice que era el lugar donde la Santa Inquisición castigaba a los herejes. En la única nave del templo resalta el altar mayor, cubierto con pan de oro y decorado con vistosas imágenes y lienzos característicos del barroco churrigueresco. Durante las celebraciones de Semana Santa salen del templo en procesión las imágenes del Señor del Santo Sepulcro y de la Virgen Dolorosa. En la esquina del atrio se ha levantado una cruz de piedra, colocada en recuerdo de la tempestad del 9 de octubre de 1640. Sus campanas fueron las primeras en tocar, cuando se conoció la victoria patriota en la Pampa de Quinua.

Templo y Convento de San Francisco de Asís

Construido en el siglo XVI, fue un intento de recrear el estilo grecorromano peninsular en los Andes. En el interior destaca el altar mayor, formado por cuatro cuerpos de madera tallada y dorada de estilo churrigueresco. Tiene la campana más grande de la ciudad y conserva una valiosa colección de lienzos coloniales de las escuelas cusqueña y ayacuchana, además de una biblioteca. El templo fue restaurado entre 1982 y 1983 y el convento en 1898.

Casonas

Casona Castilla y Zamora.

Fueron construidas por españoles adinerados que se instalaron en Ayacucho para vivir permanentemente, ya cansados de tantas guerras y aventuras, porque decían que el lugar tiene un clima excelente y paisaje agradable.

Los encomenderos, corregidores, hacendados, mineros, construyeron sus casas, que eran verdaderas residencias, pensando en las mansiones al estilo de las ciudades españolas de Sevilla,Córdoba, Andalucía, Ávila, y Granada de ese entonces. A pesar del paso implacable del tiempo, las casonas aún conservan mucho de su vieja prestancia.

Casona del corregidor Nicolás de Boza y Solís

Fue mansión de este General español que fue Corregidor y Alcalde de Huamanga. Se construyó en el siglo XVII y es de estilo mestizo. Presenta un zaguán principal que desemboca a un patio con una pileta, su portada ha sido construida en piedra y el portón claveteado con mascarones y aldabas, también destaca la escalera de acceso al segundo piso, cuidadosamente revestida con zulejos venecianos. En el interior se encuentra la celda en la que se confinó por tres días a la prócer de la independencia María Parado de Bellido antes de ser fusilada. Actualmente esta casona funciona como Prefectura departamental.

Casona Boza y Solís.
Casona del obispo Cristóbal de Castilla y Zamora

La casona perteneció al ilustre obispo español D. Cristóbal de Castilla y Zamora, quien la cedió como claustro universitario. Algunos estudiosos señalan que la vieja parra de uno de sus patios, es la primera que los españoles trajeron al Perú. Actualmente es un centro de convenciones para diversos eventos culturales de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga.

Casona del Marqués de Mozobamba del Pozo

Es una de las más antiguas de la ciudad y es conocida erradamente como Casa del Marqués de Totora, su construcción se remonta a fines del siglo XVI y comienzos del XVII. Su fachada es un pétreo muro incaico de más de diez metros de largo. Posee dos amplios y suntuosos patios con sólida arquería de piedra, que engalanan este solar colonial. Se encuentra situada en el Portal Unión de la Plaza de Armas. Esta casona tiene un encanto especial, porque hay una especie de encuentro entre lo Inca y español. En la actualidad, funciona en su interior el Museo de Arte Popular Joaquín López Antay, en homenaje al famoso retablista, ganador del Premio Nacional de Cultura en 1975.

Alrededores

Pampa de Quinua.
Santuario Histórico de la Pampa de Quinua

Pintoresca y bucólica tierra de alfareros y agricultores, ubicado a 32 km de la ciudad (50 minutos en bus aproximadamente), donde el 9 de diciembre de 1824 se libró la gloriosa Batalla de Ayacucho. En la Plaza de Armas se puede visitar la casa donde se firmó la Capitulación de Ayacucho. A sólo un km, se encuentra la histórica Pampa de Quinua, donde se libró la batalla que selló la libertad del continente. En conmemoración se ha erigido un obelisco de 44 m de altura desde el cual se puede apreciar la campiña ayacuchana. Todos los años, en su aniversario, se escenifica con realismo los momentos librados en aquella batalla, congregando centenares de personas.

Complejo Arqueológico de Wari

Ubicado a 20 km de la ciudad de Ayacucho. Fue una ciudadela preinca, donde se ubicó la capital del primer imperio andino, Wari, según historiadores albergó a una población de 50 mil habitantes. Es uno de los centros urbanos más grandes del antiguo Perú y ocupa un área aproximada de 2000 hectáreas, aunque las principales edificaciones se concentran en el núcleo central. El complejo está dividido en "barrios" o sectores conformados por construcciones en piedra y barro.

Cueva de Pikimachay

Se encuentra ubicado a 200 m del km 24 de la carretera Ayacucho - Huanta. En este lugar se han encontrado instrumentos líticos del paleolítico andino y restos óseos de animales cuya antigüedad data de 20 000 años a.c. Los restos prehistóricos están hoy en la ciudad de Huanta y son considerados como uno de los más antiguos de Sudamérica.

Notas

  1. PromPerú, Información turística de Ayacucho.
  2. Instituto Nacional de Estadística e Informática, Perfil Sociodemográfico del Perú, p. 30.
  3. Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo - Ayacucho, Artesanía.
  4. Microsoft Network Viajes, La Semana Santa en el Mundo.
  5. Diario Oficial "El Peruano", La tierra del carnaval.
  6. Instituto Nacional de Cultura del Perú, Nuestro patrimonio cultural.

Bibliografía

  • GARAYAR, Carlos. Atlas Departamental del Perú: Ayacucho. Lima: Ediciones Peisa S.A.C., 2003. ISBN 9972-40-265-7
  • ZAPATA, Antonio; ROJAS, Rolando y PEREYRA, Nelson. Historia y Cultura de Ayacucho. Lima: IEP-UNICEF, 2008. ISBN 9972-51-185-5

Véase también

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  • Ayacucho — [ä΄yä ko͞o′chō̂] city in SC Peru: site of a battle (1824) which marked the end of Spanish rule in South America: pop. 106,000 …   English World dictionary

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