José García Vaso

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José García Vaso fue Alcalde de Cartagena y Diputado en las Cortes Generales de la I República Española. Además, abogado y periodista.^[1]

Historia

Aquellos Liberales respetuosos con un ambiente de mesura democrática, aquellos republicanos renovadores o monárquicos de ideas progresistas, fueron olvidados como algo inútil, cuando ellos habían sido los primeros en la lucha por una humanidad más digna en las que unas cosas podían ser compartibles con las otras. Así siguieron durante el largo régimen anterior, pero también durante el tiempo de cambio que llevamos en la actualidad. En el tumulto de las pasiones, las izquierdas los consideraron de derechas y las derechas de izquierdas, cuando en realidad la historia los juzgará como mártires de la política contemporánea nacional, siendo detenidos o exiliados en muchas ocasiones que, más vale no recordar.

Don José García Vaso, es actualmente, el gran olvidado de sus paisanos. Este hombre que durante su juventud tanto luchó por las clases obrera y campesina, nació en 1866 en el seno de una familia burguesa de Cartagena, honrada y mas bien modesta. Su padre tenía un almacén de productos del mar, salazones. Su madre, Josefa Basso, como tantos otros cartageneros, descendía de italianos asentados en la ciudad en el siglo XVIII. El apellido italiano Basso se convirtió con el tiempo en el Vaso español, al ser inscrito así tal vez por equivocación en el registro civil, y así siguió siendo escrito por el ilustre abogado y político. Su madre, mujer muy valerosa, inteligente y sufrida al mismo tiempo, adorada por su hijo José y todos los demás familiares, fue la principal alentadora en la lucha política y en las dificultades de estudiante de su hijo.

Su niñez y juventud transcurrieron en los tiempos en los que los niños y las mujeres eran contratados para trabajar en las minas durante muchas horas seguidas para ganar un jornal de miseria o recibirlo en alimentos escasos. García Vaso fue un idealista del Liberalismo, de convicciones republicanas, su espíritu se revelaba cuando veía a las clases obreras tan angustiadas u observaba a alguna pobre mujer viuda pidiendo limosna para sus hijos.

La época dorada de las minas de la Región de Cartagena-La Unión comenzaba a decaer fatalmente de su apogeo del siglo XIX. Muchas industrias y sociedades mineras tuvieron que cerrar. Fueron tiempos muy difíciles, de crisis económica, con cambios radicales de un pasado más o menos romántico o conservador a un liberalismo de ideas más amplias de tipo social, republicano o monárquico. De este hombre singular podría escribirse uno de esos guiones de película que ahora están tan de moda. En su juventud fue citado a un duelo con pistola junto a las tapias del Cementerio Viejo de Santa Lucía en Cartagena, suceso que él explicaba con buen humor y en el que no sucedió nada grave afortunadamente.

Durante su vida política fue víctima de tres atentados. En un mitin electoral de su partido le dispararon en Fuente Álamo (Murcia). También le dispararon otra vez en el edificio de su propio despacho en la calle de las Puertas de Murcia en Cartagena. Pero el más célebre de ellos fue cuando le dispararon en plena Calle Mayor, en medio de una grande y entusiasta manifestación de personas que habían ido a recibirlo a la estación principal, con motivo de ciertas mejoras que había obtenido en Madrid para los Maquinistas de la Armada y para el horario laboral de los trabajadores del campo. Estos últimos trabajaban "de sol a sol" doce horas y José García Vaso consiguió reducirlas a ocho.

Quien le disparó fue un pobre hombre, tal vez pagado por sus adversarios. Se dio el caso notable que el mismo García Vaso, en el consiguiente juicio que se celebró contra el autor del atentado, declaró a su favor liberándolo de una pena de cárcel importante. La mujer del mismo había acudido angustiada en demanda de piedad para su marido al político atacado. Éste hombre fue después uno de sus más fervientes amigos y guardaespaldas. Pero a pesar de estos percances novelescos, su buena estrella seguía protegiéndole.

Su inteligencia natural y fuerza de voluntad le hicieron obtener el título de licenciado en Derecho. Estudios que había comenzado con una beca del Ayuntamiento de su ciudad y continuaron por cuenta propia en Madrid con los medios económicos que habría obtenido ayudando a repartir los productos del negocio de salazones de su padre, Manuel García.

Jose Garcia-Vaso recien licenciado

Cuando se presenta como político a las elecciones generales es un joven en el cual están muy esperanzadas las clases sociales modestas y una gran parte de la burguesía liberal y culta con ideologías renovadoras. Sus adversarios políticos suelen ser personas poderosas y de gran relieve social que, al verle tan joven y entusiasta, intentan atraerlo hacia sí, pero al fracasar en este intento, procuran menoscabar su influencia sobre el pueblo de Cartagena. Famosa se hizo aquella frase de sus adversarios, cuando queriendo quitar importancia, en vísperas de elecciones, al partido de Vaso, para serenarse dijeron: -¡El partido de Vaso no son más que cuatro gatos!, como diciendo que fracasaría en su intento de salir elegido. Cuando se celebraron las elecciones y obtuvo la más rotunda victoria electoral del distrito, dicha frase sirvió para que sus partidarios tomaran como emblema político un gran bloque rectangular con "cuatro gatos". Era el llamado -Bloque Vasista-. La familia García-Vaso actual posee fotografías muy curiosas de esos momentos en los que una procesión de hombres y mujeres de Cartagena con sus familiares y amigos ascienden por las cuestas del Monte del Castillo de la Atalaya, para asistir a un acto de homenaje por el triunfo electoral conseguido. Por entonces ya había fundado el periódico-diario "La Tierra" que comenzó a funcionar con la colaboración, entre otros, de sus hermanos Julio y Adolfo, periodistas y abogados también. Adolfo murió antes de cumplir los treinta y Julio fue más tarde Secretario del Ayuntamiento de Cartagena y, mucho después, de los de Jumilla y Aranjuez.

Era la época feliz de su juventud, después de la lucha por crear un partido que le ayudara en los propósitos de conseguir una transformación más justa del ambiente social reinante y de poder sanear el Ayuntamiento de Cartagena, cuya administración de fondos dejaba mucho que desear. Los aplausos y entusiasmo de su pueblo en aquellos momentos tenían a veces que ser serenados por el mismo García-Vaso, siempre temeroso de algún acto indiscreto que pudiera conducir a acciones reprobables de sus mismos partidarios. Él y su gran amigo Diego González, en la ciudad el primero y en el campo el segundo, fueron considerados en aquel momento como los luchadores contra las injusticias sociales y amantes del progreso de aquella época determinada, a caballo entre los siglos XIX y XX.

Otra faceta interesante de su vida, fue cuando al igual que otros contemporáneos suyos sintió interés por comprobar por sí mismo cómo era la masonería en realidad, desde dentro. Era una época en la que estaba de moda ser masón, lo mismo entre las clases sociales selectas y cultas que entre otras más modestas. Si se murmuraba, con fundamento o no, que los mismos reyes de Inglaterra eran masones, ¿por qué cualquier monárquico no podía serlo?. Si se decía que en la vecina República Francesa había mucha masonería, ¿por qué los republicanos españoles no podían ser también masones?. García Vaso fue admitido en la logia "Los diez hermanos" con el nombre simbólico de Giordano Bruno. Era el año 1895. Allí había muchos hombres y mujeres de su ciudad, pero duró muy poco tiempo su permanencia en la logia. Pudo observar ciertos comportamientos particulares que, al parecer, no se correspondían con los principios de la masonería. Salió de ella y quedó en el recuerdo como una faceta romántica de su juventud. Ya en su ancianidad, muchos años más tarde, había de confesar ante su médico de cabecera Don Isidoro Raez: -¡ No sé qué me ha producido más disgusto en mi vida, si el haberme hecho masón o el haber dejado de serlo...!

Todo hombre que en su vida política tiene muchos y grandes amigos, suele tener también grandes adversarios. García Vaso tuvo de todo. Aquel joven rubio de ojos claros, simpático y de gran personalidad , por fin tenía su carrera y su despacho de abogado, su periódico "La Tierra" y un partido político independiente. Quien le trataba personalmente le parecía que lo había conocido de toda la vida. Todo ello lo había conseguido por méritos propios.

Cuando fue Alcalde de Cartagena en 1916 y se puso al frente del Ayuntamiento, seguramente recordaba los años en que estuvo allí de simple escribiente. Al contrario que otros alcaldes de la ciudad, que pudieron hacer muchas obras públicas en condiciones políticas y económicas favorables, a él le tocó ejercer la alcaldía en una época muy pesimista y revuelta: Las minas se arruinaban y cerraban, las fortunas caían en la banca rota , los obreros emigraban o seguían llenos de miseria demandando a la caridad pública. En un momento determinado se produce un levantamiento de los mineros. Acompañados de familiares y amigos, se dirigen desde la sierra minera hacía Cartagena en airada manifestación de protesta. Tuvo que intervenir el Ejército y la Guardia Civil para impedir lo que hubiera sido un verdadero desastre para la ciudad. Don José García Vaso ya se había ofrecido anteriormente como mediador entre obreros y patronos para lograr un acuerdo razonable, pero todo había sido inútil.

Sin embargo, lo que más celebridad le dio, en los años de su buena estrella, fue cuando salió elegido Diputado a Cortes por el distrito de Cartagena en 1918. Entonces ya tuvo autoridad suficiente para denunciar los desastres sociales de su tierra. Los dio a conocer a escala nacional desde los escaños del Congreso de los Diputados en Madrid. Por aquel entonces tenía de adversario político nada menos que al Conde de Romanones. A pesar de ello, esto no fue motivo suficiente para que nuestro Diputado no dijera las cosas claras cuando tomaba la palabra.

Recibimiento masivo al Diputado D. José Garcia Vaso en Cartagena

Entre las páginas de un periódico de la época, apareció un dibujo caricatura, tamaño más bien grande, en el que aparecía el señor conde pronunciando un discurso en el Congreso. Al lado del mismo se veía a un empleado que, durante el discurso, le ofrecía un vaso de agua para que se aclarase la voz. Entonces, Romanones, recordando las oposiciones dialécticas ardorosas de García Vaso, rechazaba horrorizado el "vaso" de agua que le ofrecían, exclamando - ¡No, vasos no, por favor!. Con el tiempo aquellos dos hombres se hicieron muy amigos, el espíritu liberal y republicano de ambos terminó por unirlos en el Partido Romanonista. Todos, o casi todos sus adversarios políticos, en determinados momentos, terminaron por ser amigos suyos. Cuando declina la suerte de los políticos y se ven abandonados de los suyos, cosa corriente en nuestro país donde tan poco se valoran los sacrificios personales mientras se critican desfavorablemente los aciertos, surge entonces una especie de simpatía entre las personas dirigentes que un día pertenecieron a partidos opuestos. Así, un buen día, un miembro de la conocida familia Maestre, D. José Maestre, persona activa y comprensiva y D. José García Vaso pudieron colaborar juntos como amigos por los intereses de Cartagena. También se fueron olvidando con el paso del tiempo y sus nuevos acontecimientos, la gran oposición del señor Payá, en cuyos periódicos respectivos se decían cosas muy fuertes en vísperas de elecciones.

Se dice que la peor enfermedad de los españoles es la envidia, unida a una exagerada sensibilidad. Cuando el ilustre político tuvo que alternar con mucha gente importante, con los ministros, asistir al Congreso de los Diputados, vestir bien, como era obligatorio en las personas de aquella época que tenían que alternar, por sus cargos, con las personas importantes en la Villa y Corte de Madrid, el entusiasmo de los cartageneros hacia su paisano fue decayendo. Se murmuraba que en su casa había demasiado lujo y, cuando con la ayuda del capital reunido entre sus amigos y conocidos, se construyó el magnífico cine Sport (hoy Central), las murmuraciones tomaron caracteres alarmantes. La verdad es que el cine pudo ser un negocio magnífico en lugar de fuente de enemistades y disgustos económicos, no obstante, a pesar de los llenos enormes de público que se producían, el local tuvo que ser arrendado y años más tarde vendido a la empresa Martínez de Alicante. García Vaso como abogado y periodista era hombre de letras y de derecho, pero no era hábil para el mundo de los negocios.

Garcia Vaso en el periodico La Tierra

El amor por su carrera relacionada con las leyes, le hace abandonar poco a poco la política, para dedicarse plenamente a su despacho de magnífico abogado. Hasta el final de sus días desempeñó su labor en el edificio situado en Las Puertas de Murcia núm. 5. Algunos de los juicios a los que tenía que asistir fueron famosos. A ellos acudía mucha gente guiada por el interés de oírle hablar y contemplarlo. Como director y periodista de "La Tierra" escribió artículos y dio conferencias. Fue escritor en la intimidad de su despacho y también cuando fue detenido durante la Guerra Civil en la cárcel de San Antón. Escribió poesías y novelas inéditas. Una de estas basada en su autobiografía en la época de las luchas políticas, en la que variando los nombres denomina a Cartagena "Ciudad de Atalaya". Una de carácter social, titulada "El Suceso de la Fábrica", Otra de caracter intimista y de fin sentimental: "La mujer que al fin lloró". Poesías amargas de la Guerra Civil: "Carcelarias", etc. La familia está recopilando estas obras para una futura publicación.

El mejor amigo que el poeta Vicente Medina tuvo en Cartagena fue D. José García Vaso,

Garcia Vaso y otros con el poeta Vicente Medina, con bigote blanco

hasta el punto que le daba a corregir sus poesías y éste le decía con toda sinceridad lo que creía bien escrito y lo que debía corregir, al mismo tiempo que le alentaba a seguir escribiendo sus sentidas poesías regionales. La familia conserva todavía fotos en las que se ve al insigne poeta con los hermanos García Vaso: José, Adolfo, Julio, y los señores Piñero y Chantilly en la redacción de "La Tierra". También conserva dos bellos cuadros referentes a naturalezas muertas del pintor Medina Vera, primo del poeta. De su matrimonio con Pilar Navarro, a la que amó hasta el final de sus días, nacieron cinco hijos: José, Luís, Jesús, Carlos y Pilar. Los cuatro varones fueron grandes practicantes de ese nuevo deporte que irrumpe con fuerza inusitada en el panorama nacional: "el fútbol", aunque solo dos de ellos: Jesús (guardameta) y Carlos (defensa) lo practicaron de manera profesional durante los años veinte y treinta. "Carlitos Vaso", jugó en equipos de la talla del Cartagena FC, el Real Murcia, el Hércules de Alicante, el Real Madrid y el Real Valladolid.

Jose Garcia Vaso y su hijo Carlitos Vaso, el futbolista del Real Madrid

Durante la II República, García Vaso fue el presidente del Partido Autónomo local. Gran amigo particular de don Alejandro Lerroux. Tuvo un destacado cargo en el Ministerio de Trabajo como asesor jurídico relacionado con los accidentes de trabajo. Se le ofreció el cargo de Gobernador Civil de Madrid, cargo que García Vaso no aceptó y cedió en favor de su buen amigo Javier Morata, editor de libros en Madrid. Sin duda él prefería la paz de su casa del barrio de Los Dolores, en su tierra, donde los gorriones le saludaban piando por las mañanas desde las palmeras, mientras desayunaba antes de marchar a su despacho de abogado. Sus herederos conservan una pequeña parte de la correspondencia y fotos con algunos de los hombres más conocidos de entre sus amigos: el Conde de Romanones, don Alejandro Lerroux, el poeta Vicente Medina, algún ministro, etc. Muchas se han perdido lastimosamente. El tiempo todo lo va borrando y sumiendo en el olvido, pero a este hombre singular que tanto amó a su patria chica y que tan estimado fue por ella, Cartagena no lo debe olvidar porque en determinado momento de su historia, fue la representación viviente de la misma.

Escrito por José Ángel y Ángeles Angosto García-Vaso. Transcrito por Paloma García-Vaso García. Supervisado y actualizado por Carlos García-Vaso Torres

Referencias

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CRONOLOGÍA HISTÓRICA

1897- Nombrado destacado dirigente de la Juventud Republicana.

1901- Participa en la creación de la Federación Republicana, germen de la Unión Republicana.

1908 a 1923- Encabeza la Plataforma del Bloque Popular de Izquierdas.

1909- Sale elegido Concejal del Ayto. de Cartagena.

1910- Sale elegido Diputado en las Cortes Generales.

1915- Sale elegido Alcalde de Cartagena.

1916- Elegido nuevamente Diputado a Cortes.

19818,1919, 1920 y 1923- Diputado a Cortes Generales.

1923 a 1930- Con la Dictadura de Primo de Rivera se ve marginado de la política.

1931- Con la II República Española se une a los Liberales-Romanonistas.

1933- Funda el Partido Republicano Radical Autonomista y pacta con Lerroux.

1934- Forma parte de la Comisión Gestora que se hace cargo del Ayto. de Cartagena.

1936- Con la Guerra Civil se exilia a Orán.

1939- Abandona completamente la política.

Enlaces externos

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