Literatura homosexual en México

Luis Zapata

La literatura homosexual floreció en México en los años 80 del siglo XX,^[1] pero hasta entonces la homosexualidad no fue apenas tratada en obras literarias, salvo como asunto ridículo, censurado o pervertido, debido a la homofobia dominante en la sociedad mexicana.^[2] Con algunos precedentes significativos (como El diario de José Toledo de Miguel Barbachano Ponce), la novela que significó una verdadera brecha y un cambio de rumbo fue El vampiro de la colonia Roma de Luis Zapata Quiroz. A partir de su publicación, muchos autores se animaron a seguir esa senda y abordaron sin reparos asuntos homosexuales^[3] Con todo, las obras tratan predominantemente de la homosexualidad masculina, las autoras y temáticas lésbicas han tenido una representación muchísimo menor.^[3]

Narrativa

Siglo XX

Carlos Monsiváis

Previos a la publicación de El vampiro de la colonia Roma de Luis Zapata en 1978, destacan las obras que tratan sobre la homosexualidad, si bien en algún caso desde posiciones abiertamente homofóbicas, como en Los cuarenta y uno (1906) de Eduardo Castrejón, quien quiso hacer una exaltación proletaria y representó la corrupción de la aristocracia aludiendo a lo que él consideraba moralmente más repugnante: la homosexualidad.^[4] Por ello, noveló sobre el famoso escándalo de la época del porfiriato conocido como el escandalo del "Baile de los cuarenta y uno". Con todo, Los cuarenta y uno se puede considerar la primera novela gay de México. La estatua de sal de Salvador Novo (no publicada íntegramente hasta 1998, pero cuyo contenido fue apareciendo en artículos periodísticos y fragmentos a partir de 1945) y Labrizio Lupo (escrita en 1952 y traducida al español en 1953) del italiano (luego radicado en México) Carlo Cóccioli están escritas por sendos autores homosexuales, aunque su intención es muy distinta: exhibicionista y provocadora en el caso de Novo (quien pretendía escandalizar al lector y a la sociedad), y más crítica –pero con un trasfondo dramático y casi torturado– en el de Cóccioli. Fabrizio Lupo se convirtió en la novela gay mexicana por antonomasia.^[4] En Fabrizio Lupo se trata sobre las relaciones entre la religión católica y la homosexualidad, asuntos que también tratarán otras novelas gays, como Padre prior (1971) de Mauricio González de la Garza.

Una novela que algunos consideran capital es El diario de José Toledo de Miguel Barbachano Ponce, publicada en 1964 y que para algunos historiadores marca el verdadero nacimiento de la novela homosexual mexicana^[2] Otros señalan la fecha de 1978 con El vampiro de la colonia Roma de Luis Zapata para señalar el arranque de esta literatura que, en cualquier caso, eclosionó en los años 80, en buena medida porque en esas fechas la epidemia del SIDA hizo visible la homosexualidad y las instituciones debieron hacer campañas dirigidas a esta comunidad que, de este modo, concitó el interés de los medios de comunicación, que informaron sobre sus costumbres, necesidades, características, etc. y, de algún modo, comenzaron a desterrar viejos tópicos y a abrir nuevas perspectivas. Incluso se dejó de emplear los tradicionales términos despectivos (joto, marica, loca) y se comienza a popularizar el término neutro de gay.^[2] Entre los autores posteriores, la crítica ha destacado por su calidad Las púberes canéforas de José Joaquín Blanco, publicada en 1983.^[5]

En 1996 se publica la primera antología de cuentos gays mexicanos: De amores marginales (Mario Muñoz, compilador).^[2]

También fue un gesto de reconocimiento y de visibilidad de lo gay el colocar la bandera LGTB sobre el féretro de Carlos Monsiváis en el Palacio de Bellas Artes de México.^[6]

Poesía

En la primera mitad del siglo XX, algunos poetas del grupo Los Contemporáneos fueron gais y trataron el tema de manera más o menos alusiva en sus obras^[7] Fue el caso de Xavier Villaurrutia y, especialmente, de Salvador Novo.^{[8] [6]}

Bibliografía

• Oscar Eduardo Rodríguez, El personaje gay en la obra de Luis Zapata, Publishers, 2006
• Luis Ulloa, El tema homosexual en la narrativa mexicana del siglo XX[1], [ponencia]. Leída en el Coloquio de Cultura Mexicana (Universidad de Guadalajara/Uppsala Universitet), octubre de 2007.
• Antonio Marquet, Castrejón, Cóccioli y Novo: la novela gay en la primera mitad del siglo XX, Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco [2]
• León Guillermo Gutiérrez, La ciudad y el cuerpo en la novela mexicana de temática homosexual, Universidad Autónoma del Estado de Morelos.[3].
• Rafael Hernández Rodríguez, Notas para una generación perdida: literatura mexicana de finales del siglo XX, Revista Agulha, nº 44, marzo de 2005. [4].
• Elena Poniatowska, «México se escribe con J, una historia de la cultura gay», La Jornada, domingo, 9-XII-2011. [5].

Notas

1. ↑ Nora Guzmán, Todos los caminos conducen al norte: la narrativa de Ricardo Elizondo Elizondo y Eduardo Antonio , Fondo Editorial de NL, 2009, pág.13.
2. ↑ ^{a b c d} León Guillermo Gutiérrez, La ciudad y el cuerpo en la novela mexicana de temática homosexual, Universidad Autónoma del Estado de Morelos.
3. ↑ ^{a b} Luis Ulloa, El tema homosexual en la narrativa mexicana del siglo XX, 2007 2007.
4. ↑ ^{a b} Antonio Marquet, Castrejón, Cóccioli y Novo: la novela gay en la primera mitad del siglo XX.
5. ↑ Rafael Hernández Rodríguez, Notas para una generación perdida: literatura mexicana de finales del siglo XX, Revista Agulha, nº 44, marzo de 2005.
6. ↑ ^{a b} Elena Poniatowska, México se escribe con J, una historia de la cultura gay, La Jornada, domingo, 9-XII-2011.
7. ↑ David William Foster. «Latin American Literature» (en inglés). lgbtq. Consultado el 19 de diciembre de 2007.
8. ↑ Monsiváis, Carlos (2004). Ediciones Era, S.a. de C.V.. ed (en español). Salvador Novo - Lo marginal en el centro. México. pp. 225. ISBN 968.411.582.2.