Falange Española

Falange Española
Este artículo trata sobre Falange histórica. Para la formación actual, refundada en 1977, véase Falange Española de las JONS (1977).
Para otros usos de este término, véase Falange (desambiguación).
Falange Española de las JONS
Bandera FE JONS.svg
Presidente José Antonio Primo de Rivera (Jefe Nacional)
Fundación El 29 de octubre de 1933 por José Antonio Primo de Rivera y fusionada con las JONS de Ramiro Ledesma y Onésimo Redondo el 15 de febrero de 1934
Disolución En abril de 1937 se fusiona con los tradicionalistas Carlistas pasando a ser FET y de las JONS.
Ideología política Fascismo (con las características propias del fascismo con componentes tradicionalistas y católicos), nacionalsindicalismo
Partidos creadores Falange Española - JONS
Afiliación internacional Sin pertenecer a la internacional fascista, destacados miembros asistían a sus reuniones.

Falange Española de las JONS (FE de las JONS) era un partido político español de extrema derecha, de ideología fascista,[1] fundado por José Antonio Primo de Rivera, hijo primogénito del entonces fallecido dictador Miguel Primo de Rivera, el 29 de octubre de 1933. Surgió en el periodo histórico de la II República, resultado de la fusión de las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista) y FE (Falange Española). La organización se definía anticapitalista y anticomunista, adoptando las tesis del tercerposicionismo ideológico.

Falange Española se dio a conocer en un mitin celebrado en el Teatro de la Comedia de Madrid el 29 de octubre de 1933. El 15 de febrero de 1934 se fusionó con las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS), fundadas por Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma Ramos, entre otros. Con esta fusión, pasó a denominarse Falange Española de las JONS (FE de las JONS).

Tras el éxito del fascismo italiano con la Marcha sobre Roma de Benito Mussolini en 1922, fracasan los diversos intentos de crear en España una organización fascista al estilo de la italiana.[2] En estos años, con gobiernos autoritarios, la derecha y los sectores financieros y empresariales más reaccionarios no sintieron la necesidad de un partido fascista que había demostrado ser un buen freno en Europa al desarrollo de movimientos de masas de izquierdas. Instaurada la II República, iniciado el proyecto democratizador, cristalizan los primeros intentos en FE de las JONS promovida por estos sectores reaccionarios.

En marzo de 1931, Ramiro Ledesma Ramos, admirador de Adolf Hitler, agrupa en Madrid a una decena de estudiantes en torno a la revista La Conquista del Estado bajo un programa netamente fascista. Tres meses más tarde, en Valladolid, surge Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, también de inspiración fascista con un marcado carácter católico y derechista, reflejo de la ideología de su fundador Onésimo Redondo. Estos dos pequeños grupos se fusionan a finales de ese mismo año creando las JONS que ya utiliza como símbolo el yugo y las flechas y en su programa ya figuran rasgos como el autoritarismo, el ultranacionalismo, el imperialismo y la violencia como medio de acceder al poder.[3]

El triunfo de Hitler y la poca implantación de las JONS hacen que, en 1933, la extrema derecha española, representada por empresarios industriales y financieros, emprenda la búsqueda de un líder carismático para el fascismo español, encontrándolo en José Antonio Primo de Rivera, hijo del anterior dictador, que ya mantenía posiciones conservadoras y autoritarias.[4]

En el periodo de la II República jugó un importante papel en el desarrollo de los acontecimientos que condujeron a la Guerra Civil. Nace apoyada por las fuerzas reaccionarias y partidos de la derecha que la utilizan como fuerza de choque.[5] No consigue un apoyo popular significativo, pero sus frecuentes razias y enfrentamientos con los grupos más radicales de la izquierda, principalmente con las organizaciones juveniles, sus actos violentos y asesinatos contribuyeron a crear un clima de inseguridad y violencia propicio para las intentonas militares.[6] [7] Con el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936, las juventudes de las formaciones de la derecha, principalmente de la CEDA, considerando que la «moderación» de sus partidos no había frenado a la izquierda, pasan a engrosar sus filas y se multiplican sus acciones violentas, creando una situación de inestabilidad que, amplificada por medios de comunicación y políticos de la derecha, proporcionaron una buena cobertura a los conspiradores.[8] [9]

José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española y primer jefe nacional.

La Falange, a través de su entonces líder y cofundador, José Antonio Primo de Rivera, participó en las diferentes conspiraciones e intentonas militares que se produjeron para derrocar a la república. En los últimos meses, ya en marcha la conspiración que llevaría al levantamiento, con la Falange virtualmente excluida, Primo de Rivera se mueve activamente intentando que ésta juegue un papel más determinante. En contacto con los conspiradores desde la cárcel de Alicante donde se encontraba preso, alterna comunicados rogando una pronta sublevación, con condiciones para sumarse a la conspiración, condiciones que los militares no atendieron. Finalmente, un comunicado del día 17 de julio llama a sus organizaciones a sumarse al golpe, aceptando un papel auxiliar.[10]

En el transcurso de la Guerra Civil, la Falange combate en el frente bajo el mando militar de los sublevados y en la retaguardia asume las tareas represivas, practicando paseos y fusilamientos.[11]

En 1937, Franco, ya Generalísimo de los ejércitos y autoproclamado Jefe del Estado español, busca una organización que le permita hacerse también con el poder político y perpetuar su liderazgo una vez acabada la guerra. Aprovechando las luchas y enfrentamientos en su cúpula, decretó su unificación con el movimiento carlista, formando así Falange Española Tradicionalista y de las JONS (FET y de las JONS), pasando a erigirse en su jefe supremo.[12]

La dictadura franquista encontró en la Falange y en sus dirigentes soporte ideológico y gestores políticos. El franquismo de la primera época se nutrió de estos dirigentes para formar el consejo de gobierno, organizar una estructura sindical que controlase las relaciones laborales, propagandistas (todos los periódicos debían estar dirigidos por falangistas),... Y sería a partir de los años sesenta, con el desplazamiento de los dirigentes del Movimiento (durante el franquismo Falange pasó a llamarse «el Movimiento») en favor de los llamados «tecnócratas», cuando surgirían las primeras disidencias serias y organizaciones paralelas a ese movimiento.

En la última etapa, cuando el franquismo da muestras de desmoronamiento, toman fuerza esas formaciones de «oposición» y otras nuevas que intentan posicionarse para cuando sobrevenga la muerte del dictador.

Muerto Franco, iniciada la Transición española, los diferentes grupos falangistas se disputan las siglas históricas pensando conseguir con ellas un buen rédito político. Presentados ante las urnas, con unos planteamientos que poco diferían de los iniciales de los años treinta y del franquismo, la población les da la espalda no logrando superar el 1% de los votos.[13] Fue Raimundo Fernández-Cuesta, camisa vieja del falangismo, amigo personal de José Antonio, secretario general de la FET de las JONS franquista y ministro de Franco, el que ganó en los tribunales el derecho a las siglas, siendo el jefe nacional del actual partido FE de las JONS hasta 1983.

Durante la Transición repitieron las estrategias de desestabilización practicadas ya en tiempos de la República, practicando la violencia callejera y cometiendo actos de terrorismo.[14]

En la actualidad, en su mayoría, los grupos que se denominan falangistas, reniegan de su pasado franquista y se reafirman en los principios ideológicos de la Falange de los años treinta. Virtualmente fuera de la vida política, los partidos inspirados en la ideología falangista son vistos públicamente en distintos actos, principalmente en manifestaciones «antiseparatistas» y xenófobas,[15] en los espacios televisivos de propaganda institucional de las elecciones y durante manifestaciones en fechas históricas como el 20 de noviembre (aniversario de la muerte de José Antonio Primo de Rivera y Francisco Franco).[16] Su presencia y relevancia en la política española de este periodo democrático ha sido escasa.

Contenido

Ideología

La derecha se reorganizó y formó las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas (JONS), apoyadas tanto por la Iglesia como por los militares. Se creó también la Falange dirigida por José Antonio Primo de Rivera, hijo del anterior dictador, con una posición originariamente fascista y nazi claramente asumida pero que más adelante fue matizada con el argumento de que, por encima de todo, la organización era española.
Octavio Rodríguez Araujo, Derecha y ultraderecha en el mundo.[17]

La ideología de Falange es el nacionalsindicalismo. Se trataba de un fascismo a la italiana con componentes tomados del catolicismo. José Antonio Primo de Rivera, su fundador, se interesó por un fascismo de cuño italiano y en los primeros tiempos no se opuso al empleo de la etiqueta de "fascista".[18] [19] A juicio del historiador Payne, la Falange no se diferenciaba en lo fundamental del partido fascista italiano, utilizando en ocasiones su misma retórica.[20] No obstante, el falangismo dispuso de rasgos propios.[21] Se caracterizó por su catolicismo.[22] También la unidad de España se enuncia en el segundo punto programático: "España es una unidad de destino en lo universal". Y al imperialismo característico de otros movimientos fascistas, enunciado en el punto tercero (Tenemos voluntad de imperio… Reclamamos para España un puesto preeminente en Europa"), añade un carácter panhispánico: "Respecto de los países de Hispanoamérica, tendemos a la unificación de cultura, de intereses económicos y de poder.[23] A diferencia de otros fascismos y a pesar de su retórica, la Falange no pretendía un "Estado Nuevo" y un "hombre nuevo", sino que estos serían consecuencia del tradicionalismo católico.[24]

La Falange propugnaba la creación de un Estado Sindical totalitario en el que la lucha de clases sería superada por el Sindicato Vertical, que agruparía en un mismo organismo a empresarios y trabajadores organizados por ramas de la producción. La propiedad de los medios de producción se sindicalizaría y se administraría de forma autogestionaria. Estando históricamente financiada, principalmente, por el capital y teniendo considerables afinidades con el resto de fuerzas de la derecha radical, siempre ha manifestado una repulsa demagógica del sistema capitalista.[24] A su ideario político se une como elemento populista un ambiguo programa de reformas sociales calificado por los falangistas de "revolucionario".[24]

FE de las JONS elaboró un guion de 27 puntos a modo de programa.[25] Los primeros tres puntos hacen referencia a la unidad de la nación y al Imperio:

Creemos en la suprema realidad de España. Fortalecerla, elevarla y engrandecerla es la apremiante tarea colectiva de todos los españoles. A la realización de esa tarea habrán de plegarse inexorablemente los intereses de los individuos, de los grupos y de las clases.
Punto 1
España es una unidad de destino en lo universal. Toda conspiración contra esa unidad es repulsiva. Todo separatismo es un crimen que no perdonaremos. La constitución vigente, en cuanto incita a las digresiones, atenta contra la unidad de destino de España. Por eso deseamos su anulación fulminante.
Punto 2
Tenemos voluntad de imperio. Afirmamos que la plenitud histórica de España es el Imperio. Reclamamos para España un puesto preeminente en Europa. No soportamos ni el aislamiento internacional ni la mediatización extranjera. Respecto a los países de Hispanoamérica, tendemos a la unificación de la cultura, de los intereses económicos y del poder. España alega su condición de eje espiritual del mundo hispánico como título para su preeminencia en las empresas universales.
Punto 3

Los puntos 4, 5 y 6 desarrollan aspectos militaristas. Y los puntos 6, 7 y 8 aspectos sobre el Estado y el individuo:

Nuestro Estado será un instrumento totalitario al servicio de la integridad patria. Todos los españoles participarán en él a través de su función familiar, municipal y sindical. Nadie participará a través de los partidos políticos. Se abolirá implacablemente el sistema de los partidos políticos con todas sus consecuencias: sufragio inorgánico, representación por bandos en lucha y Parlamento conocido.
Punto 6
La dignidad humana, la integridad del hombre y su libertad son valores eternos e intangibles. Pero sólo es de veras libre quien forma parte de una nación fuerte y libre. A nadie le será lícito usar su libertad contra la unión, la fortaleza y la libertad de la patria. Una disciplina rigurosa impedirá todo intento dirigido a envenenar, a desunir a los españoles o a moverlos contra el destino de la Patria
Punto 7
El Estado nacional-sindicalista permitirá toda iniciativa privada compatible con el interés colectivo, y aún protegerá y estimulará las beneficiosas.
Punto 8

Los puntos 9 al 16 están referidos a la economía y el trabajo. En el punto 9 enuncia: "Concebimos a España en lo económico como un gigantesco sindicato de productores" y en los siguientes declara su postura contraria al capitalismo, al comunismo y a la lucha de clases. En el punto 12: "Las riquezas tienen como primer destino -y así lo afirmará el nuevo Estado- mejorar las condiciones de vida de cuantos integran el pueblo. No es tolerable que masas enormes vivan miserablemente mientras unos cuantos disfrutan de todos los lujos." En los puntos 13 al 16, se reconoce la propiedad privada como un bien lícito, se defiende la nacionalización de la Banca y de los grandes servicios públicos, se reconoce el derecho al trabajo y, también, el deber de trabajar.

En los puntos 17 al 22 desarrolla su política del campo, una síntesis de una particular reforma agraria. Los puntos 23 al 25 se dedican a la educación y la religión:

Es misión esencial del Estado, mediante una disciplina rigurosa de la educación, conseguir un espíritu fuerte y unido e instalar en el alma de las futuras generaciones la alegría y el orgullo de la Patria.
punto 23

También se habla de una formación premilitar de todos los hombres, y en el punto 24: "La cultura se organizará para que no se malogre ningún talento por falta de medios económicos. Todos los que lo merezcan tendrán fácil acceso incluso a los estudios superiores." El punto 25 se refiere a la religión:

Nuestro movimiento incorpora el sentido católico –de gloriosa tradición y predominante en España- a la reconstrucción nacional. La Iglesia y el Estado concordarán sus facultades respectivas sin que se admita intromisión o actividad alguna que menoscabe la dignidad del Estado o la integridad nacional
Punto 25

El punto 26 enuncia su espíritu revolucionario y el 27 (suprimido por Franco en el decreto de unificación con los requetés), su intención de no pactar en la conquista del Estado.

Historia

Segunda República

En 1933, Primo de Rivera comienza a interesarse por la ideología fascista.[26] En febrero junto a Manuel Delgado Barreto (antiguo colaborador de su padre), director del diario conservador La Nación, lanzan el periódico El Fascio. Al intento se suman Rafael Sánchez Mazas y Juan Aparicio López.

De El Fascio sólo llegará a imprimirse un número y buena parte de sus ejemplares fueron retirados por la policía. En ese número colaboran con sus artículos el propio Primo de Rivera (que firma el artículo Orientaciones para un nuevo Estado bajo la inicial "E" de Marqués de Estella) y Ramiro Ledesma. Completan el periódico extensos artículos sobre Mussolini y Hitler.[27] No obstante el fracaso, el grupo sigue reuniéndose y pronto se unen a ellos Julio Ruiz de Alda y Alfonso García Valdecasas. Juntos forman el Movimiento Español Sindicalista, en cuya propaganda figuraba como subtítulo Fascismo Español (FE).[28]

En agosto, con la intermediación del ultraderechista vasco José María de Areilza, la dirección de MES-FE se reúne con Ramiro Ledesma para procurarse su apoyo. No se llega a ningún acuerdo, ya que Ramiro Ledesma sólo contempla la posibilidad de que el nuevo grupo se integre en las JONS.[29]

En octubre, José Antonio Primo de Rivera viaja a Italia, se entrevista con Mussolini y visita la sede del Partito Nazionale Fascista, con el propósito de obtener consejos e información para la organización de un movimiento análogo en España.[30]

El domingo 29 de octubre tiene lugar la fundación formal de la Falange[31] en el teatro de La Comedia de Madrid, en su discurso fundacional Primo de Rivera, entre otras cosas, diría:

La Patria es una unidad total en la que se integran todos los individuos y todas las clases; la Patria no puede estar en manos de la clase más fuerte ni del partido mejor organizado. La Patria es una síntesis trascendente, una síntesis indivisible, con fines propios que cumplir; y nosotros lo que queremos es que el movimiento de este día, y el Estado que cree, sea el instrumento eficaz, autoritario, al servicio de esa unidad irrevocable que se llama Patria.[...]

Que desaparezcan los partidos políticos. Nadie ha nacido nunca miembro de un partido político; en cambio nacemos todos miembros de una familia; somos todos vecinos de un municipio; nos afanamos todos en el ejercicio de un trabajo...[...]

Si nuestros objetivos han de lograrse en algún caso por la violencia, no nos detengamos ante la violencia. [...] Bien está la dialéctica como primer instrumento de comunicación, pero no hay más dialéctica admisible que la dialéctica de los puños y de las pistolas cuando se ofende a la justicia y a la Patria.[32] [33]

Los meses siguientes, la Falange se disputa con las JONS la escasa capacidad de convocatoria del fascismo. Las JONS dejan de recibir las escasas aportaciones que recibiera de sectores financieros que ahora, junto a los monárquicos, se decantan por financiar a la Falange.[34] La Falange, con más capacidad de maniobra, capitaliza la llegada de nuevos adeptos, logrando rápidamente superar en número de afiliados a las JONS. Ramiro Ledesma, sin los apoyos de la oligarquía financiera, recibe presiones para que se fusione con la nueva Falange.[35] El 11 de febrero de 1934 el Consejo Nacional de las JONS se reúne para considerar la posible fusión con Falange, y el 15 de febrero, con la aprobación del Consejo Nacional, se alcanza el acuerdo con la Falange, según el cual la nueva formación se denominaría FE de las JONS y estaría dirigida por un triunvirato, dos miembros de Falange: Primo de Rivera, Julio Ruiz de Alda; y uno de las JONS: Ramiro Ledesma.[36] [37]

En agosto de ese mismo año, Primo de Rivera llega a un acuerdo con el partido monárquico Renovación Española, mediante el cual, éste financiará a FE de las JONS con 10 000 pesetas mensuales con el compromiso de esta otra de no oponerse a la restauración de la monarquía.[38]

Falange Española de las JONS no atacará en sus propagandas orales o escritas ni al Partido Renovación Española ni a la doctrina monárquica, comprometiéndose a no crear deliberadamente con su actuación ningún obstáculo a la realización del programa de dicho partido.
Parte del acuerdo firmado por Primo de Rivera y Renovación Española.[39]

Esta ayuda estaba condicionada al incremento de las milicias que combatían a las formaciones de izquierdas, creándose un "elemento técnico que actuará en contacto permanente con el mando de FE de las JONS, principalmente en su aspecto militar y de choque".[40]

Al iniciarse el 1935, las diferencias entre Primo de Rivera y Ramiro Ledesma eran insalvables. Ramiro Ledesma se reunió con los antiguos dirigentes de las JONS para avanzar hacia una escisión. El 14 de enero se publicó en el Heraldo de Madrid una nota de Ramiro Ledesma, Onésimo Redondo y Nicasio Álvarez Sotomayor en la que se expresaba la necesidad de "reorganizar las JONS fuera de la órbita de Falange". Primo de Rivera no tardó en reaccionar, convocó una reunión de la Junta de Mando y el 16 de enero Ledesma fue oficialmente expulsado.[41]

Los resultados electorales de la Falange durante la II República fueron siempre muy escasos. Esta pobreza de resultados se debió a varias razones, entre ellas, que en España no había un nacionalismo fuertemente arraigado, sino que por el contrario, existían fuertes sentimientos nacionalistas periféricos (por ejemplo, los nacionalismos catalán y vasco), esto privaba a la ideología fascista, basada sobre todo en el ultranacionalismo, de su principal baza; también a la escasa secularización de la sociedad española y al éxito de otras fuerzas de derechas como la CEDA.[42] El socialista Luis Araquistáin publica en abril de 1934 un artículo en el periódico estadounidense Foreign Affairs en el que analiza las escasas posibilidades del fascismo en España:

En España no puede producirse un fascismo del tipo italiano o alemán. No existe un ejército desmovilizado como en Italia; no existen cientos de miles de jóvenes universitarios sin futuro, ni millones de desempleados como en Alemania. No existe un Mussolini, ni tan siquiera un Hitler; no existen ambiciones imperialistas, ni sentimientos de revancha, ni problemas de expansión, ni tan siquiera la cuestión judía. ¿A partir de qué ingredientes podría obtenerse el fascismo español? No puedo imaginar la receta.[43]

Tampoco consiguieron una solvencia económica. Aunque, en principio, recibiera más apoyos de grandes financieros y terratenientes que las JONS,[44] estos no fueron suficientes hasta que en 1935 fuese subvencionada mensualmente con 50 000 liras por el gobierno italiano. Subvención que fue reducida a la mitad para, posteriormente, ser retirada tras los pobres resultados electorales de 1936.[45] Ni la doctrina nacional-sindicalista logró atraer a los trabajadores, encuadrados estos en los sindicatos de clase mayoritarios (UGT y CNT). En este periodo no consiguió tener ningún diputado en las Cortes, ya que aunque José Antonio Primo de Rivera consiguió el acta de diputado en las elecciones de noviembre de 1933, lo hizo a través de una candidatura conservadora de Cádiz, denominada Unión Agraria y Ciudadana.

El 15 de noviembre de 1935 se celebró el Segundo Consejo Nacional de Falange, del que salió la propuesta de formar un Frente Nacional Español para oponerse a las formaciones de izquierdas en las próximas elecciones. Esta propuesta fue ignorada; pero, más adelante, José María Gil-Robles realizó su propia propuesta que se concretaría en el Frente Nacional en el que se agrupaba la CEDA y los monárquicos del Bloque Nacional. La Falange, en principio, mostró su intención de integrarse en él. Primo de Rivera se entrevistó con Gil-Robles el 14 de enero de 1936, llegando a un primer acuerdo que garantizaba a Falange tres actas de diputado y otras tres posibles. Primo de Rivera concurriría por la circunscripción de Salamanca junto al propio Gil-Robles para garantizar su acta. Al día siguiente, en una segunda entrevista, Primo de Rivera comunica a Gil-Robles el rechazo del anterior acuerdo, la dirección de Falange no lo había aceptado.[46] Gil-Robles le respondió que no estaba en condiciones de ofrecerle ninguna acta más. Aún existirían otros contactos sin que, al final, fuese posible el acuerdo.[47]

Las elecciones del 16 de febrero de 1936 fueron ganadas por el Frente Popular. La Falange, que se presentaba en solitario, no consiguió ninguna acta de diputado, obteniendo únicamente 46 000 votos en el conjunto de España,[48] esto significaba el 0,7% del electorado. Tal derrota se debió a que la CEDA se consideró la más clara opción para la derecha y a que Primo de Rivera, que realizó una intensa campaña electoral, no conectaba en sus discursos con la audiencia.[49] [50] Estas elecciones pusieron de manifiesto la escasa entidad de FE de las JONS. Primo de Rivera había dicho que contaban con más de 60 000 militantes y en Madrid 11 000. En Madrid, los votos conseguidos por FE de las JONS no llegaron a 5000, el 1,2%.[51] [52]

A partir del triunfo electoral del Frente Popular, Falange, que hasta entonces era una formación muy minoritaria, con presencia únicamente en la calle, recibe una avalancha de militantes de la juventud de la CEDA, descontenta con la que consideraban posición moderada de su partido.[53] La situación de agitación en Madrid y en las principales ciudades aumentó y los enfrentamientos armados entre militantes de los partidos de la izquierda y los falangistas alcanzaron extrema gravedad. Tras el atentado, el 11 de marzo de 1936, contra el catedrático de Derecho y militante socialista Jiménez de Asúa, llevado a cabo por un militante falangista, el juez municipal que le procesó fue asesinado a las 48 horas por pistoleros falangistas.[54]

Estos hechos determinaron la ilegalización de la Falange y sus dirigentes, entre ellos Primo de Rivera, que fueron encarcelados el 14 de marzo. Posteriormente los tribunales de justicia —Audiencia de Madrid, en sentencia de 30 de abril de 1936, y Tribunal Supremo, en sentencia de 8 de junio del mismo año— absuelven a Primo de Rivera y a los suyos declarando legítima, dentro del marco constitucional español —conforme a los artículos 34 y 39 de la Constitución de 1931 y Ley de Asociaciones de 30 de junio de 1887—, la doctrina de Falange Española, quedando sin efecto el procesamiento acordado por el juez de Instrucción contra Primo de Rivera y los falangistas que le acompañan. No obstante, siguió en la cárcel al haber sido condenado a nueve meses de reclusión por tenencia ilícita de armas (se le encontraron tres pistolas cargadas en su domicilio).

Teniéndose que repetir las elecciones en Granada y Cuenca al haber existido irregularidades en estas provincias, la CEDA, por mediación de Serrano Suñer y el monárquico Antonio Goicoechea, accedió a incluir a Primo de Rivera en las listas de Cuenca, con posibilidades de ser elegido; así conservaría la inmunidad parlamentaria y saldría de la cárcel (en la misma lista se quiso incluir también al general Franco, pero éste fue vetado por Primo de Rivera). Pero desde la Junta Electoral se declaró que sólo eran válidos aquellos candidatos que ya lo fueran en las elecciones originales, por lo que fue eliminado de la lista (Primo de Rivera se había presentado a las elecciones por la circunscripción de Cádiz consiguiendo 7.499 votos, el 4,6% del electorado).[55] [56] [57]

En el mes de julio de 1936, Primo de Rivera seguía encarcelado en Alicante, después de dos juicios por distintas causas. Desde allí estaba en contacto con los principales conspiradores que materializaron la sublevación contra la II República y que culminó con la rebelión, el 17 de julio, del Ejército de África (al que después se incorporaría para dirigirlo el general Franco), seguida al día siguiente de otras guarniciones peninsulares.

Violencia durante la II República

En el periodo de la II República las organizaciones juveniles se caracterizaron por su carácter violento. Las juventudes de izquierdas se proclamaban revolucionarias y las juventudes de derechas, antiliberales. Los enfrentamientos entre ambas eran frecuentes. Unas y otras, escapando al control de sus respectivos partidos, contradecían abiertamente la actividad de estos en el Parlamento.[58] La situación en el ámbito laboral no era mejor, las organizaciones obreras se enfrentaban a grupos de pistoleros al servicio de los intereses de los patronos. En este contexto surge Falange Española con la práctica de la violencia como parte de su ideario.

Como otros movimientos fascistas, F.E. puso especial interés en encuadrar en sus filas a jóvenes, organizándolos en una estructura paramilitar y canalizando su rebeldía hacia la práctica metódica y organizada de la violencia política.[59] En las fichas de afiliación había una casilla en la que se hacía constar si se poseía "bicicleta", eufemismo de pistola, y se entregaban porras flexibles forradas de metal.[60] En enero de 1934 el periódico republicano la voz publicó un documento interno en el que se teorizaba sobre la violencia y se daban instrucciones precisas de cómo ejercerla:[61]

Fracasadas rotundamente las tentativas de actuaciones por procedimientos legales, e impotentes hoy para contener el avance de la ola roja, cuya práctica y procedimientos genuinamente violentos, a la violencia habrá que recurrir para contener y luego destruir ese peligro que pretende acabar con la civilización.

Los golpes de mano han de estar perfectamente preparados con anterioridad hasta en los menores detalles y llevados a cabo con personas de confianza… Sus objetivos están en todas partes: en la calle y bajo techado, de día y de noche, sobre personas o sobre cosas, y son de un efecto tan grande que, llevado y ejecutado con precisión y audacia pueden resolver situaciones muy comprometidas […]

La lucha de masas: […] Su modalidad de empleo es la lucha a fondo, y va precedida de la provocación, aun cuando a veces se emplea también la sorpresa. La fuerza que la ejecuta es, como mínimo, la falange (formada por 33 individuos: tres ‘escuadras’ compuestas por 9 afiliados, un jefe y un subjefe), unidad a propósito para esta clase de actuaciones, pues por sí sola lleva a todos los medios combativos necesarios.

Ejecución de la lucha: Divididos en escuadras y en contacto estrecho entre individuos de cada una de ellas, para que nunca quede ninguno aislado, se distribuirán estratégicamente, procurando rodear al contrario y, a una señal convenida del jefe de la falange, actuarán con la mayor violencia…[62]

Las milicias denominadas Falange de la Sangre (posteriormente pasó a llamarse Primera Línea), estuvieron dirigidas inicialmente por el militar retirado Luis Arredondo. Comenzaron a provocar y mezclarse en escaramuzas. Se sucedieron los altercados callejeros y las operaciones de castigo. La distribución de su publicación F.E., voceada por sus propios militantes (los quioscos se habían negado a distribuirla presionados por las organizaciones de izquierdas), propició los principales focos de enfrentamientos.[63] Falange, en la Universidad de Madrid, creó un sindicato de estudiantes, el SEU, en contraposición al mayoritario FUE, con el objetivo de "destruirle".[64] El 25 de enero de 1934 se llevó a cabo una de esas operaciones de castigo contra el FUE en la Facultad de Medicina, dejando a un miembro de la FUE gravemente herido.

Los primeros muertos se produjeron en el bando de la Falange. El 7 de febrero, dos semanas después del incidente de la Facultad de Medicina, Matías Montero Rodríguez, estudiante de medicina y cofundador del SEU, murió tiroteado cuando regresaba a su casa después de haber distribuido F.E.[65]

Por la dialéctica de la Falange, se esperaba que esta muerte fuese vengada, lo que no ocurrió. Desde los medios de comunicación comenzaron a ironizar sobre el carácter fascista de Falange. Wenceslao Fernández Flórez los llamó franciscanistas y no fascistas. En el ABC, Álvaro Alcalá Galiano se preguntaba ¿Dónde están las misteriosas legiones fascistas? A FE se la llamó Funeraria Española y a Primo de Rivera, Juan Simón el Enterrador. En F.E. se contestó a estas críticas: "Falange Española aceptará y presentará combate en el terreno que le convenga, Falange Española no se parece en nada a una organización de delincuentes, ni piensa copiar los métodos de tales organizaciones, por muchos estímulos oficiosos que reciba."[66]

A finales de febrero y principios de marzo, en Valladolid muere asesinado otro militante falangista, otro en Gijón y un tercero en Madrid. Estas muertes coinciden con la destitución de Arredondo al frente de la Falange de Sangre, sustituido por el aviador Juan Antonio Ansaldo, que las organizó con el más puro y sangriento estilo fascista.[67] Los falangistas tardaron semanas en responder con contundencia a estas agresiones […] ello era así, no por que los responsables de FE fueran partidarios de una política de contemporización frente a la presión de las organizaciones obreras, sino por las propias carencias de Falange.[68] Desde las filas de Falange se protestó por la inacción ante la sangría que se estaba produciendo. El líder de las JONS, Ramiro Ledesma, se sumó a las críticas:

Ocurrió que la presencia de F.E. se hizo con excesivos optimismos y gesticulaciones. Hay que ser más parcos en el vocabulario de la violencia, sobre todo cuando no se puede dar cumplimiento a sus frases, o cuando hay casi seguridad de que el enemigo las va a creer al pie de la letra.[69]

A partir de abril, con la fusión de las JONS, las milicias se fortalecieron con la incorporación de los jonistas. Comenzaron a ser más efectivas en sus represalias, dedicándose también al desarrollo de una táctica de terror contra las organizaciones de izquierda.[70] La primera víctima mortal en las filas de las formaciones de izquierda se dio el 10 de junio de 1934, cuando un comando de FE de las JONS, como represalia a la muerte, ese mismo día, de uno los suyos, tiroteó a un grupo de excursionistas de las Juventudes Socialistas matando a la joven Juanita Rico, dejando incapacitado a su hermano menor e hiriendo de bala a otros varios.[71]

La actividad de la Falange estuvo dificultada por frecuentes clausuras de sus locales y la prohibición de muchos de sus actos a causa de los numerosos incidentes violentos que protagonizaban.[72] Sus milicias no dudaron en utilizar a adolescentes en sus acciones como se demostró con la muerte en un enfrentamiento con armas del estudiante de bachillerato Jesús Hernández de quince años de edad. Integrado en el SEU se demostró que, al igual que sus compañeros de la misma edad, portaban pistolas.[73]

Con el triunfo del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, la violencia se recrudeció llegando a situaciones de extrema gravedad. Cabe destacar el atentado contra el catedrático Jiménez de Asúa y el posterior asesinato del magistrado Manuel Pedregal, ponente del caso, que condenó a un falangista y a sus dos cómplices. Estos meses, hasta el pronunciamiento del 18 de julio, murieron en enfrentamientos violentos y atentados unos 40 falangistas y no menos de las organizaciones de izquierda. Un jefe territorial de Falange se jactó de que "el Depósito judicial acogió por cada uno de los nuestros a diez de los contrarios".[8]

Conspiraciones contra la II República

La Falange nace ya como una fuerza antiparlamentaria que contempla la violencia como método para alcanzar sus fines:

Pero no saldrá de ahí nuestra España ni está ahí nuestro marco [el parlamento]. Esa es una atmósfera turbia, ya cansada, como de taberna al final de una noche crapulosa. No está ahí nuestro sitio. Yo creo, sí, que soy candidato; pero lo soy sin fe y sin respeto. [...] Nuestro sitio está al aire libre, bajo la noche clara, arma al brazo y, en lo alto, las estrellas.
Primo de Rivera, discurso fundacional de la Falange.[33]

Ese espacio que anunciaba Primo de Rivera en su discurso fue la desestabilización política[6] y la conspiración. En el informe secreto sobre la situación política española que Primo de Rivera redactó para el gobierno italiano en 1935, sobrevalorando la capacidad de Falange, informaba:

Si la revolución socialista estalla contra el Gobierno, la Falange, al lado de la Guardia Civil, podrá apoderarse de varios pueblos, quizá incluso de una provincia, y proclamar la revolución nacional contra un Estado impotente que no ha sabido ahorrar al país varias revoluciones en un año. El Gobierno, bastante incómodo con los socialistas, encontrará muy difícil enviar tropas contra el fascismo… Se hubiese podido desarrollar perfectamente en Asturias en el mes de octubre de 1934 si Falange hubiera sido tan fuerte como ahora.

Si un gobierno de izquierdas, más o menos socialista, llega al poder, todo el Ejército, en tanto que esté mandado por sus jefes actuales, seguirá de buen grado al primero que lance la consigna de la rebelión nacional. Todos los partidos de derechas dudarán y el Ejército no tomará por sí mismo la iniciativa. Podría ser la Falange quien lo hiciera.

Pero no hay que soñar. Por el momento, la tarea de los organizadores de la Falange es trabajar sin descanso por fortalecer todos los órganos: será en el mes de octubre cuando se pueda hablar de un plan integral y calcular los elementos de los que se deba disponer para cumplirlo.
Del informe secreto sobre la política española redactado por Primo de Rivera para el gobierno italiano.[74]

En noviembre de 1934, Primo de Rivera ya había enviado una circular a los oficiales del ejército incitándoles a la sublevación: Este será el instante decisivo; el redoble o el silencio de vuestras ametralladoras resolverá si España ha de seguir languideciendo o si puede abrir el alma a la esperanza de imperar.[75] A finales de 1934 o principios de 1935, elaboró la composición del posible gobierno que saldría del golpe de Estado. Formado principalmente por falangistas, también figuraban Franco, Mola y Serrano Suñer como ministros de la Defensa Nacional, Gobernación y Justicia, respectivamente. Primo de Rivera se autonombraría jefe de aquel gobierno.[76]

En junio de 1935, la cúpula falangista se reunió con los jefes territoriales en el parador de Gredos para preparar la insurrección. El inicio sería en Salamanca para posibilitar la incorporación del general Sanjurjo (por entonces exiliado en Portugal) y, también, la posible huida en caso de fracaso. Se había contactado con varios generales para que se sumaran a la revuelta, se habló de la provisión de 10 000 rifles y del adiestramiento en Navarra de voluntarios carlistas.[77] El plan no consiguió los apoyos necesarios. En noviembre de 1935 aún propondría otro plan para hacerse con el poder. La insurrección, esta vez, comenzaría en Toledo con la colaboración del general Moscardó. El plan, calificado de descabellado, tampoco encontró los apoyos suficientes. Más adelante, recurriría directamente a Franco, jefe del Estado Mayor, para que apoyara la insurrección. En la entrevista, Franco en todo momento desvió la conversación.[78]

Primo de Rivera y Franco se conocieron en febrero de 1931 en la boda de Ramón Serrano Suñer con la cuñada de Franco, Zita Polo. Franco fue el padrino de la novia y Primo de Rivera testigo del novio. A pesar de los esfuerzos de Serrano Suñer, estos no trabaron amistad.[79]

A finales del verano de 1934, momento de tensión entre la derecha y la izquierda, escribió una carta a Franco en la que intentaba persuadirle para que diera un golpe de Estado. Creía una inminente victoria de los socialistas y consideraba esta victoria como una "invasión extranjera". Franco no se dignó responderle. Franco no tenía el menor interés en asumir los riesgos que comportaría su asociación con insignificantes organizaciones fascistas.[80] Primo de Rivera y Franco volverían a encontrarse en el domicilio del padre de Serrano Suñer. Fue a mediados de febrero de 1936, poco antes de las elecciones que ganaría el Frente Popular. Nuevamente, y ahora de forma acalorada, Primo de Rivera le propuso dar un golpe de Estado que impusiera un gobierno nacional contrarrevolucionario. Franco eludió el tema con evasivas.[81]

A partir de mayo de 1936, ya desde la cárcel, mantiene correspondencia con el general Mola.[82] En una carta que Primo de Rivera le hizo llegar a Pamplona, no le prestaba su apoyo total y hablaba de condiciones, ofreciéndole 4000 falangistas disponibles desde el primer día del alzamiento.[83] El 13 de julio manda otra carta en la que le pedía acelerar la sublevación. ""Tiene el carácter de apelación suprema. Estoy convencido de que cada minuto de inacción se traduce en una apreciable ventaja para el gobierno." Se cruza la comunicación que Mola le envió, por medio de un oficial, informándole del día del alzamiento. El 17 de julio, un manifiesto cuya redacción se atribuye a Primo de Rivera, expresaba la participación sin reservas de la Falange en la rebelión.[84]

Guerra Civil

En la Guerra Civil, los falangistas participaron activamente en la represión ejercida por los sublevados.[11] Numerosas unidades quedaron en la retaguardia encargadas de esta labor y, aunque en gran medida operaron como mero brazo ejecutor de los mandos militares, también ejercieron acciones de forma autónoma, principalmente durante los años 1936 y 1937.[85] Paralelamente, fueron objeto asimismo de la violencia en la zona republicana. En el frente, lucharon encuadrados en sus propias unidades y bajo las órdenes del mando militar.

Primo de Rivera fue juzgado bajo la acusación de inductor a la rebelión militar y condenado a muerte;[86] fue fusilado, sin esperar el enterado del Gobierno, en la prisión de Alicante el 20 de noviembre de 1936.

Desde el bando rebelde se organizaron varios intentos de liberación y se hicieron varias ofertas de canje, la que quizá hubiera podido tener más posibilidades de éxito fue el intento de canje por el hijo de Largo Caballero (en aquel entonces presidente del Gobierno). Largo Caballero no quiso participar en el consejo en el que se trató el tema, entendiendo que no debía forzar una decisión en la que tan directamente estaba implicado, y el canje fue desestimado. No obstante, existen especulaciones sobre si se hizo lo suficiente para preservar la vida del líder de la Falange y que Franco pudo tener algo que ver en ello. Se sabe por Ramón Serrano Súñer, cuñado de Franco (el cuñadísimo) y amigo de ambos, que sus relaciones eran malas, pero también se acepta que por aquel entonces, Franco no había todavía puesto sus ojos en la Falange y que sus proyectos eran otros. En todo caso, la muerte de José Antonio (como se le conoce entre los falangistas) fue silenciada durante meses en el bando de los sublevados, donde se le llegó a conocer como el ausente, impidiendo que surgiera un relevo en su liderazgo, siendo Manuel Hedilla la cabeza más visible de la Falange de aquella etapa.

El Decreto de Unificación

Chapa de identificación. FE de las JONS, Segovia.

Según un falangista de la época, la Falange en el transcurso de los primeros meses de la guerra había pasado de ser «un cuerpo minúsculo con una gran cabeza a ser un cuerpo monstruoso sin cabeza».[87] De ser un partido con muy escasa militancia, tras el levantamiento, en la zona en poder de los sublevados la Falange se beneficia de una avalancha de nuevos militantes. Se afilian miembros de partidos derechistas que consideran moderadas las posiciones de sus respectivos partidos en aquel contexto de guerra y se acercan a unas milicias de marcado carácter violento y militarista , y, también, muchos que podían ser considerados desafectos al nuevo régimen y se refugian en la Falange como medio de escapar a la represión.[88]

Franco, tras la reunión de Salamanca del 28 de septiembre de 1936, ya Generalísimo de los ejércitos sublevados y autoproclamado Jefe de Estado, piensa en hacerse con un partido político que le permita mantenerse en el poder una vez acabada la guerra. «En la zona nacional, la idea de unir las diferentes fuerzas políticas flotaba en el ambiente desde hacía tiempo. Sin embargo, la idea parece haber arraigado en la mente de Franco a principios de enero como resultado de una sugerencia italiana. El agregado de prensa italiano Guglielmo Danzi el 9 de enero de 1937 envío un telegrama al Ufficio Spagna: “Aceptando mi sugerencia, el general Franco ha decidido fundar una asociación política de la cual él será el jefe oficial… se esforzará en unir a los partidos en un cuerpo político sobre el modelo del Partido Fascista”».[89] Los primeros intentos fueron los de crear un nuevo partido.[90] Serrano Súñer, con un olfato político del que carecía Franco, desplazando a Nicolás Franco, entonces encargado de la creación de una ‘ acción Ciudadana’ o ‘Partido Franquista’, fue el que diseñó la estructura política que daría soporte a la dictadura de Franco. Serrano Súñer fue dirigente de las juventudes de la CEDA, llegando a ser diputado. Íntimo amigo de José Antonio Primo de Rivera compartía con él su admiración por el fascismo y los objetivos de la Falange.[91]

La Falange y los Carlistas fueron los dos grupos políticos que más activamente, y desde el primer momento, colaboraron en lo que comenzaba a llamarse el Movimiento Nacional. Primo de Rivera, ya antes de crear la Falange, se había referido a los carlistas como la única formación de auténtica doctrina nacionalista, aunque demasiado anclada en el pasado.[92] Franco, con anterioridad, en el otoño de 1936 ya se puso al habla con los dirigentes de ambos grupos para propiciar su unificación. Manuel Hedilla, por parte de Falange, se mostró partidario de la unificación:

La tendencia a la formación de una única fuerza es innegable. Creemos que esto se producirá al asimilar la Falange... aquellos puntos del tradicionalismo que sean compatibles con las necesidades del momento. [...] En el terreno religioso no tenemos nada que resolver; porque todo está resuelto.
Manuel Hedilla. Arriba España 6 de enero de 1937.[93]

Ambas formaciones se reunieron en varias ocasiones, llegando a acuerdos parciales. «La jefatura de la Falange era un semillero se rivalidades personales»[94] y en abril de 1937, una disputa en su seno es aprovechada para materializar la unificación.[95] En Salamanca, fue cuestionado el liderazgo de Hedilla, y un grupo de disidentes constituyó un triunvirato para asumir la nueva dirección. En la noche del 16 de ese mismo mes, Hedilla envía a los domicilios de estos dirigentes pelotones armados que fueron recibidos a balazos. En la refriega muere un guardaespaldas de uno de los disidentes y otro del propio Hedilla. Al día siguiente, Hedilla convoca el Consejo Nacional de Falange, aun sin alcanzar la mayoría (obtuvo 10 votos de los 24 posibles; el resto se abstuvo o votó por otros candidatos), fue proclamado Jefe Nacional.

Esa misma noche, Franco anunció por radio el decreto de unificación. Hedilla, que estuvo presente durante el comunicado de Franco, también estuvo presente en el balcón junto a Franco cuando éste saludó a los manifestantes que celebraban la unificación,[96] no mostró disconformidad con el mismo e informó en la sede de Falange que la unificación respetaba los 27 puntos programáticos con apenas modificaciones. El decreto, publicado el 19 de abril, nombraba a Franco Jefe Nacional y a Hedilla primer miembro de la Junta Política. Hedilla, que aspiraba al menos a secretario general en funciones, rehusó el cargo. El 25 de abril fue detenido acusado de incitación al desorden y rebelión.[97]

El decreto no planteó una resistencia organizada ni por parte de Falange ni por el carlismo. Únicamente, en algunas ciudades, se dieron pequeñas manifestaciones contrarias que se solventaron con 1.521 detenciones y 288 condenas de diferente orden. Hedilla fue condenado a muerte, aunque la pena se conmutó por la de destierro. Pasando por la cárcel de Las Palmas de Gran Canaria, cumplió cuatro años de destierro en Mallorca.[98] [99] «Otro elemento crucial para llegar a entender el éxito de Franco consiste en que en esta ocasión, como en tantas otras, dio la sensación de adoptar una medida provisional y de urgencia y, por tanto, susceptible de cambio, cuando en realidad no hacía otra cosa que ratificar su claro deseo del monopolio de poder».[100]

El siguiente conato de disidencia se produciría la primavera de 1942 por parte de un grupúsculo denominado Falange Auténtica, que distribuyó unas octavillas en las que se llamaba a una auténtica revolución nacional-sindicalista que debería darse con el apoyo de la Alemania nazi e implicandose España en la II Guerra Mundial al lado del Eje.

Actuales grupos falangistas, como FE-JONS Auténtica, Falange Española Independiente y la propia FE-JONS, consideran que el Decreto de Unificación acabó con la Falange Española de las JONS y afirman ser los auténticos poseedores de la ideología falangista.

Jefe de la Falange

La dictadura franquista

Aunque la Falange tuviera veleidades verbales radicales y chocara con los franquistas puros, todos sus elementos, incluso los más radicales, se integraron sin problemas en el régimen.[101] Franco se convirtió, tras el Decreto de Unificación, en el Jefe nacional de FE de las JONS y Caudillo del Movimiento; con plenos poderes, no debía responder sino ante "Dios y la Historia".

Finalizada la guerra, FET y de las JONS se constituye en el brazo político del régimen franquista, siendo también conocida como Movimiento Nacional y constituyendo el Partido único oficial en España entre 1939 y 1975, al que era necesario o conveniente pertenecer para ejercer muchos cargos de la Administración. Esto constituyó el típico cursus honorum para políticos ambiciosos. Estos nuevos conversos fueron llamados camisas nuevas, en oposición a los camisas viejas o militantes de antes de la guerra. El Movimiento se incautó de las propiedades de los partidos de oposición y de los sindicatos, todos ellos declarados ilegales por el nuevo régimen.[12]

FET de las JONS, ya desde el tiempo de la Guerra Civil, creó organizaciones juveniles tales como el denominado Frente de Juventudes, designando a sus componentes con nombres como Flechas y Pelayos, de forma similar a cómo lo hacían las organizaciones juveniles alemanas Hitlerjugend e italianas con sus Balilla y Arditi. También creó una organización de carácter social, primero llamada Auxilo de Invierno que posteriormente pasó a llamarse Auxilio Social.[12]

Asimismo dio un gran impulso a la Sección Femenina, dirigida por la hermana de José Antonio Primo de Rivera, Pilar, que se encargaba de instruir a las jóvenes sobre cómo ser buenas patriotas, buenas cristianas y buenas esposas; adoctrinando a las mujeres en el principio, común en los movimientos fascistas, de la supremacía masculina:

Las mujeres nunca descubren nada; les falta, desde luego, talento creador, reservado por Dios para inteligencias varoniles; nosotras no podemos hacer más que interpretar mejor o peor lo que los hombres nos dan hecho.
Pilar Primo de Rivera.[102]

La labor de la Sección Femenina tuvo aspectos interesantes por sus afanes en mantener tradiciones españolas, como la cocina o los bailes regionales. En su afán paternalista se propuso la formación de las mujeres en el cuidado de los recién nacidos, medidas de higiene y formas de organización familiar.

Jamás se desarrollaron las reformas de carácter social presentes en el ideario nacionalsindicalista, como la distribución de la tierra (por el contrario, se anuló la iniciada reforma agraria de la II República), ni reformas radicales de la economía, como la nacionalización de la banca; aspectos a los que con frecuencia aludían los dirigentes franquistas y falangistas como la Revolución pendiente.[12]

Los ministros de FET de las JONS tuvieron un papel importante en los comienzos del franquismo, pero después de los tratados con Estados Unidos, Franco fue dirigiendo sus preferencias hacia políticos más jóvenes y miembros del Opus Dei.

La primera evolución del Movimiento fue su "desfascistización". En 1943 la delegación nacional de Propaganda daba instrucciones muy concretas:

Como norma general deberá tenerse en cuenta la siguiente: en ningún caso, bajo ningún pretexto, tanto en artículos de colaboración como en editoriales y comentarios…, se hará referencia a textos, idearios ejemplos extranjeros al referirse a las características y fundamentos políticos de nuestro movimiento. El Estado español se asienta exclusivamente sobre principios, normas políticas y bases filosóficas estrictamente nacionales. No se tolerará en ningún caso la comparación de nuestro Estado con otros que pudieran parecer similares, ni menos aún extraer consecuencias de pretendidas adaptaciones ideológicas extranjeras a nuestra Patria.
La España franquista en sus documentos.[103]

Aunque los propios dirigentes falangistas vieron la necesidad de alejarse de posiciones fascistas, surgieron disidencias en el seno de FET de las JONS que se concretaron en alabanzas públicas a la deteriorada República Social Italiana de Mussolini y acciones violentas contra las embajadas de los aliados.[104]

El Régimen se fue alejando paulatinamente del Eje; aunque siguió colaborando, retiró a la División Azul y con la caída del Tercer Reich, la jefatura del Movimiento (FET de las JONS había pasado a denominarse “el Movimiento”) envió directrices para que la derrota del Eje se viese como el triunfo del régimen que, según estas directrices, en España se había mantenido alejada de la guerra y siempre estuvo preocupada por la paz.[105]

Durante los años 1950, las figuras políticas y culturales del Movimiento fueron perdiendo influencia y relevancia, dando paso a los tecnócratas del "Opus" con lo que surgió otra nueva ola de disidencias. El 1 de abril de 1959 se inauguraba el "faraónico panteón de Franco", el Valle de los Caídos. Días antes se había trasladado a él el féretro de "José Antonio". Durante la exhumación de sus restos en El Escorial, pequeños grupos de falangistas gritaron frases como: "Falange sí, Movimiento no", "No queremos reyes idiotas", "La Falange al lado del pueblo exige la revolución".[106]

En los últimos años de la dictadura surgieron nuevas corrientes disidentes en el seno del falangismo; unas toleradas por el Régimen y otras más clandestinas que pretendían recuperar los principios y el ideario falangistas. Entre estas últimas se encontraba un pequeño grupo denominado Frente Nacional de Trabajadores y el Frente Sindicalista Revolucionario en el que se integró Manuel Hedilla, incorporándose así a la política después de 29 años de inactividad.[107]

También, en los sectores neofranquistas y neofascistas se produce un reordenamiento. «Tanto la derecha neofranquista como los falangistas fueron conscientes de que limitarse a contemplar desde dentro de las estructuras creadas por el régimen (es decir, desde el Movimiento, heredero del partido único) la marcha de los acontecimientos significará la muerte política segura». Dado que los partidos políticos estaban prohibidos se agrupan en asociaciones dispuestos a capitalizar los réditos del franquismo una vez se produzca la muerte de su dictador. Un grupo de estas asociaciones reivindicarán el primer franquismo, el periodo filofascista y la vuelta a los orígenes, a la falange de los años 1931-37 (Círculos Doctrinales José Antonio, Frente de Estudiantes Sindicalistas, Falange Española de las JONS) y un segundo grupo se presenta abiertamente franquista con una ideología nacional catolicista (Fuerza Nueva y la Confederación Nacional de Hermandades de Excombatientes).[108] Tras la muerte de Franco, su fracaso electoral y su escasa implantación en la sociedad española provocó disputas por el liderazgo que llevó a escisiones, reagrupamientos y transvases de militancia de unos grupos a otros, quedando desdibujadas estas primeras posiciones.

Desde la muerte de Franco a nuestros días

Tras la muerte del dictador Franco en 1975, y coincidiendo con el periodo conocido como la Transición española, se inició una campaña de desestabilización, repetición de la estrategia de los años treinta. Pero si en aquel entonces su fin fue procurar la caída de la II República, en esta ocasión fue un intento de mantener al régimen e impedir la consolidación de una sociedad democrática. «Es decir, los verdaderos conspiradores van a tratar de justificar su rechazo frontal a la democracia, en defensa de privilegios políticos y económicos, con el argumento de que la democracia es negativa para España».[109] FE de las JONS, en la primera etapa de la Transición, se significó, junto a otros grupos neofascistas, por practicar la violencia callejera y el terrorismo con el objetivo de frustrar el proceso hacia la democracia.

En la matanza de Atocha, cometida en Madrid el 24 de enero de 1977, estuvo implicado el secretario del Sindicato Vertical del Transporte Privado de Madrid, vinculado a FE de las JONS. Y en 1980 en el madrileño barrio de Ciudad Lineal, en el Bbas San Bao, son escuadrillas de FE de las JONS, con sus mandos a la cabeza, las que asesinan a balazos al joven Juan Carlos García Pérez.[110] Dos casos de terrorismo en los que pudo probarse judicialmente conexiones de FE de las JONS. Cuestión, esta última, difícil ya que en ocasiones los atentados contaban con la colaboración de la propia policía.[14]

En esta época, el falangismo se encuentra dividido en numerosos grupos. Raimundo Fernández Cuesta, ministro de Franco y líder de las corrientes falangistas mayoritarias, escribiría:

Franco y José Antonio, dos figuras excepcionales de nuestra historia, están unidos no solamente en el pensamiento y en la obra en su afán de servicio, sino también por el contenido de su testamento, ejemplo de fe católica y ofrenda a España.
Raimundo Fernández Cuesta, en: Historia de la Falange, Sheelagh M. Ellwood,Paul Preston.

Organizando actos con vocación de multitudinarios en los que estaban invitadas las más significativas figuras del franquismo, como la conmemoración del primer aniversario de la muerte de Franco.[111] Junto a las corrientes mayoritarias que aun veían posible una restauración del franquismo, conviven las corrientes llamadas de oposición que apuestan por un distanciamiento del Régimen. En el congreso de FE de las JONS de 1975, presidido por Fernández Cuesta, se declaró la fidelidad a los principios y valores del 18 de julio de 1936, renunciando así a todo intento de borrar su colaboración con el franquismo. A él asistieron significativas figuras del franquismo y los diferentes grupos de oposición falangista. Los primeros defendieron la figura y trayectoria de Franco y los segundos, airados, abandonaron el congreso.[112]

El fracaso electoral en las elecciones generales de 1977, en las que las posiciones defensoras del franquismo sumaron menos del 1% de los votos («La extrema derecha en su conjunto sumó menos del uno por ciento de los votos emitidos y FE de las JONS, en concreto, tan solo el 0,21%»), «demostró que al cabo de cuarenta años de franquismo, la mayor parte del pueblo español no deseaba ser representado por un partido que basaba su convocatoria en la identificación con el régimen anterior»,[13] teniendo el efecto de cambiar el posicionamiento y realineamiento de los diferentes grupos falangistas. FE de las JONS y los Círculos Doctrinales de José Antonio, así como Fuerza Nueva, entendieron que difícilmente podrían sobrevivir Falangismo y Franquismo disociados, que uno y otro «formaban parte de la respuesta que dieron las clases alta y media españolas a las circunstancias de la Segunda República española; ambos se necesitaban mutuamente para seguir adelante». Otros grupos de oposición falangista continuaron el distanciamiento de las posiciones franquistas, algo que al día de hoy, aun manteniendo «los viejos símbolos, retórica y valores», comparten la generalidad de grupos falangistas.[113]

En 1977 son cuatro los grupos que se disputan las siglas FE de las JONS. Los Círculos Doctrinales José Antonio (presididos por Diego Márquez Horrillo); Falange Española Auténtica (FE-JONS (A)); un grupo que posteriormente formaría Falange Española Independiente, y el Frente Nacional Español, liderado por el que fuera secretario General de la FET de las JONS y ministro de Franco, Raimundo Fernández-Cuesta. Sería este último grupo el que, en los tribunales, ganase el derecho a usar las siglas.,[114] «proliferando desde entonces los grupúsculos neofalangistas, fuertemente competitivos entre sí y que apenas tienen más visibilidad que las celebraciones del 20 de noviembre, aniversario de la muerte de Franco y de José Antonio».[16]

En 1979, los Círculos Doctrinales José Antonio se integraron en FE de las JONS y Diego Márquez se convirtió en Subjefe Nacional de Falange. Ese mismo año, Falange concurrió a las elecciones generales en la coalición Unión Nacional, junto al partido ultraderechista Fuerza Nueva, liderado por Blas Piñar.

En 1983, tras la dimisión de Raimundo Fernández-Cuesta en julio, el Congreso de Falange eligió a Diego Márquez Horrillo como Jefe Nacional, cargo que sigue desempeñando 2010. Desde entonces, FE de las JONS se ha distanciado del pasado franquista, declarándose heredera de la Falange anterior a la unificación decretada por Francisco Franco en 1937.

Desde entonces, los diferentes grupos que se autodenominan falangistas han sufrido escisiones, en algunos casos como consecuencia de luchas por el liderazgo, que les han llevado a disputarse la legitimidad de considerarse los herederos de la falange Histórica y las siglas. Motivo, este último, por el que han terminado litigando en los tribunales.

En 1997 Gustavo Morales y Diego Márquez Horrillo se disputaron la jefatura nacional de FE-JONS. La disputa acabó en los tribunales disputándose las siglas. Los tribunales dieron la razón a Diego Márquez Hornillo y Gustavo Morales y sus seguidores crearon La Falange (FE. También conocida como FE/La Falange.) Y en 2004, FE de las JONS acude a los tribunales considerando que La Falange (FE/La Falange) puede crear confusión, alegando que a FE de las JONS se la conocía coloquialmente como "la Falange". El tribunal no les dio la razón.

El 7 de febrero de 2004, tras cuatro años formando la coalición electoral Falange 2000, Falange Española Independiente se integró en FE de las JONS.

Actualmente, a los grupos falangistas y de inspiración falangista, se les identifica como grupos neofascistas, protagonizando en ocasiones actos violentos de carácter racista y xenófobo, disolviéndose unas siglas y surgiendo otras nuevas. En el Informe anual sobre el racismo en el estado español de 1999 de Sos Racismo, Falange Española de las JONS aparece como principal grupo neofascista en España; volviendo a aparecer en el informe del año 2000, representativa de los partidos de extrema derecha considerados «nostálgicos del franquismo» y equiparada a otros movimientos neonazis.[115] [116] Igualmente, aparece en informes de años posteriores. El aumento de la xenofobia en las sociedades europeas y el rédito que en otros países están teniendo las formaciones de extrema derecha con su utilización política, ha hecho que actualmente sus acciones se centren en utilizar igualmente la xenofobia y desplieguen y fomenten el odio al emigrante.[15]

No hay día, que no se nos revuelva la bilis viendo cómo dos fuerzas disuelven la concepción de lo que es “ser español”. La primera, una feroz belicosidad de unos colectivos extranjeros que imponen sus costumbres bajo amenazas o a golpe de talonario, sumándose a éstos tenemos a una auténtica invasión de sectas religiosas que pululan por nuestras calles deseando rellenar con escoria el vació espiritual de nuestro pueblo, seguidos muy de cerca por aquellos seres sonrientes que empobrecen a nuestro país arrinconándolo al triste final de la gallina de los huevos de oro de una industria turística. […] Frente a la España decadente y de pandereta oponemos la España Imperial, la de los dos hemisferios, aquella que esté predispuesta al sacrificio en el combate, antes que vivir entre escombros e inmundicias morales y materiales ¡¡ Arriba España !!
FE-JONS, Jefatura Provincial de Cádiz, 2006[117]

Virtualmente fuera de la vida política, los partidos inspirados en la ideología falangista son vistos públicamente en distintos actos públicos, los espacios televisivos de propaganda institucional de las elecciones y durante manifestaciones en fechas históricas como el 20 de noviembre (aniversario de la muerte de José Antonio Primo de Rivera y Francisco Franco). Su presencia y relevancia en la política española de este periodo democrático ha sido escasa. En 1977, Elecciones Generales en las que mejores resultados obtuvieron, FE-JONS Auténtica (FE-JONS(A)) obtuvo 46.548 votos al Congreso, lo que supuso el 0,25% de los votos válidos; FE-JONS, 25.017 votos, el 0,14% y Falange Independiente (FEI) 855 votos.

En las Elecciones Generales de marzo de 2008, Falange Española de las JONS, única que se presentó en todo el territorio nacional, obtuvo 14.023 votos, el 0,05% de los votos útiles.[118]

La división falangista

Actuamente los grupos que se autodenominan falangistas son:

  • Falange Española de las JONS (FE-JONS). Es la organización heredera legítima de las siglas históricas.
  • Falange Auténtica (FA).
  • Mesa Nacional Falangista (MNF).[119]
  • Movimiento Falangista de España (MFE)
  • FE/La Falange, dividida en dos partes enfrentadas judicialmente entre sí por la titularidad de las siglas, reconociendo una de ellas como Jefe Nacional a Manuel Andrino Lobo y la otra a José Fernando Cantalapiedra Vilar. Una reciente sentencia judicial ha dado la razón en el pleito la fracción dirigida por Andrino. La de Cantalapiedra ha aceptado dicha sentencia y ha anunciado su continuidad en el Frente Nacional.

Símbolos

Yugo y Flechas para camisa. Años 1940.

El yugo y las flechas provienen de Virgilio (70 a. C.19 a. C.), basándose para las flechas en su Eneida, y para el yugo en las Geórgicas.[cita requerida] Las flechas simbolizarían la guerra, y el yugo las labores agrarias; estos dos símbolos formaron parte de la heráldica de los Reyes Católicos al unir sus dos reinos, representando el yugo a Fernando y el haz de flechas a Isabel, emblemas que, en un juego cortesano, llevaban en su nombre la inicial del consorte: la Y de Ysabel, presente en la inicial del emblema de Fernando, el Yugo; y la F de Fernando, presente en la divisa de Isabel, las Flechas.

La Falange tomó estos dos símbolos, ya que representaban un gran esplendor de la historia de España, al igual que Mussolini adoptó las fasces del Imperio romano.

  • Su distintivo es un escudo con el yugo y las flechas, tomados de los símbolos de los Reyes Católicos.
  • El Frente de Juventudes tiene como símbolo un cisne blanco con un tablero a cuadros, y con el yugo y las flechas de fondo. El cisne recordaba al Cardenal Cisneros.
  • El uniforme lo compone una camisa azul mahón, queriendo simbolizar a los obreros industriales; la boina roja del Carlismo que se impuso después del Decreto de Unificación y una corbata negra introducida por Franco como símbolo de luto por la muerte de José Antonio Primo de Rivera, no son aceptadas por actuales grupos falangistas, siendo la boina roja usada tan sólo por antiguos militantes de la extinta Fuerza Nueva en fechas emblemáticas del franquismo, como el 20 de noviembre (día de la muerte de Franco y Primo de Rivera).
  • La bandera está formada por tres franjas verticales (roja, negra y roja), los mismos colores de la bandera de la CNT anarquista, junto a la UGT, uno de los dos sindicatos obreros mayoritarios de aquella época.
  • Su himno es Cara al sol.
  • El saludo es el saludo romano en coincidencia con el saludo Fascista y el nazi. Brazo derecho en alto con la palma de la mano extendida. Desde el falangismo se dice que se trata del saludo íbero, que los íberos se saludaban de esa manera. Al saludar se grita Arriba España, que los falangistas consideran una muestra de patriotismo y declaración de intenciones.
  • Asimismo es común el tuteo entre sus miembros, llamándose generalmente por su nombre de pila y anteponiendo el tratamiento de camarada.

Referencias

Notas

  1. El mismo José Antonio en el momento de la fundación de FE era más un reaccionario que un fascista. Los primeros militantes de Falange fueron aristócratas (marqués de Bolorque, marqués de la Eliseda, Sancho Dávila…), y solo con la incorporación de Ledesma y las circunstancias, sobre todo europeas, convirtieron en fascistas al inicial grupo derechista y reaccionario.
    Alonso Lazo Díaz 1998, p.51
  2. La fuente de inspiración más obvia para un fascismo español era el prototipo italiano, pero, como ya se ha indicado, éste atrajo sorprendentemente poca atención en sus primeros años. La publicación de ‘La Camisa Negra’ murió a comienzos de 1923 nada más nacer, y los intentos frustrados de formar pequeños grupos aislados de milicias nacionalistas en 1931, como Hueste Española o Cruzados de Cristo, no tuvieron ninguna trascendencia.
    Payne, 1987, p. 65.
  3. Las JONS adoptaron un programa genéricamente fascista (de acuerdo con la definición establecida en el capítulo 2), afirmando el nacionalismo extremado, la dictadura, la violencia y la expansión del imperio. Para Ledesma, el verdadero fascismo era una doctrina revolucionaria que competiría con la izquierda evolucionaria.
    Payne, 1987, p. 66.
    En el capítulo 2 que se cita, Payne distingue los intentos fascistas españoles del fascismo italiano por “su defensa rigurosamente derechista de los intereses creados en oposición no sólo al socialismo, sino a cualquier forma de radicalismo o reorganización económica, y, en segundo lugar, su ideología basada en las formas convencionales de la cultura tradicionales, especialmente la religión”, copiando aspectos como: “las concentraciones masivas, la retórica heroica y la violencia, y la formación de organizaciones paramilitares”. (p. 44)
  4. El triunfo de Hitler también atrajo cierto interés en España, no tanto entre los fascistas potenciales –de los que parece haber pocos- como entre los radicales o potencialmente radicales de derechas, que claramente eran más numerosos. El principal grupo de presión organizado de la extrema derecha estaba compuesto por los representantes de importantes financieros e industriales de Bilbao, que habían promocionado con éxito una política conservadora y posteriormente radical-derechista desde principios de siglo. En el verano de 1933 emprendieron la búsqueda del posible líder de un fascismo español demagógico y contrarrevolucionario. El líder que se destacó fue José Antonio Primo de Rivera, el hijo mayor del fallecido dictador, que estaba evolucionando desde el monarquismo conservador y autoritario hacia el más radical autoritarismo nacionalista.
    Payne, 1987, p. 67.
  5. Tras la unificación [de FE con las JONS], FE-JONS se organizó mediante una estructura de tipo paramilitar, con milicias que disponían de sus propios mandos e instructores. Los falangistas se denominaban entre sí «camaradas» y el tuteo era norma entre ellos. A los triunviratos se les rendía honores a la usanza militar. Y se organizaron grupos especiales de milicia, la llamada «Falange de la Sangre». Sin embargo, su activismo era juzgado insuficiente por las derechas.
    González Cuevas, 2000, p 130.
  6. a b Sin bases militantes, los monárquicos veían a la falange como carne de cañón en potencia para la lucha callejera y como instrumento de desestabilización política que sirviese de justificación para un levantamiento militar. Preston 1996. Pg. 37
  7. Es posible que el movimiento fundado por José Antonio Primo de Rivera tardara en emprender el camino hacia el empleo sistemático de la violencia, pero Falange fue uno de los principales partidos que la practicó durante el segundo bienio. Desde un principio empleó un lenguaje violento que resultó provocativo porque existía ya en España la imagen de lo que estaba sucediendo en otras latitudes y una táctica de confrontación callejera contra el adversario de izquierdas que podía llegar al asesinato. Los primeros muertos entre los lectores y repartidores de prensa falangista se produjeron en enero de 1934 y sólo en junio mataron los falangistas pero esa posibilidad existió en el movimiento desde un principio, como se prueba por el hecho de que las fichas de afiliación contenían la mención de que el que la rellenaba tenía (o no) "bicicleta" (es decir, pistola).
    Tusell, 1999, Cap.: Fascismo en España.
  8. a b Gil Pecharromán 1996. Pg. 466
  9. A partir de febrero de 1936, los grupos de extrema derecha ya mencionados, que en su momento lograron la ayuda fascista italiana, redoblaron sus esfuerzos por organizar una conspiración capaz de liquidar las instituciones republicanas mediante la violencia.
    Tusell, 1999, Cap.: La conspiración contra la República.
  10. José Antonio Primo de Rivera, el 17 de julio, redactó un manifiesto en el que expresaba la participación sin reservas de la Falange en la rebelión( Preston 1986. Pg. 132.):
    Un grupo de españoles, soldados unos y otros hombres civiles, no quieren asistir a la total disolución de la Patria. Se alza hoy contra el Gobierno traidor, inepto, cruel e injusto que la conduce a la ruina. […] Trabajadores, labradores, intelectuales, soldados, marinos, guardianes de la patria: sacudid la resignación ante el cuadro de su hundimiento y venid con nosotros por España una, grande y libre. ¡Que Dios nos ayude! ¡Arriba España!
    José Antonio Primo de Rivera. 17 de julio de 1936.
    Obras (del Río 1974). Pgs. 951-952.
  11. a b "No hay un aspecto aislado en la historia de la Falange que oscurezca tanto su reputación y su papel –ciertos o supuestos- como la represión en la zona nacional, particularmente durante los años 1936 y 1937". Payne 1997. Pg. 387
  12. a b c d «La Segunda República Espñaola (1931 - 1936), Guerra Civil (1936 - 1939) y Franquismo (1939 - 1975)» (en español). Historia de España (1ª edición). Barcelona, España: Vicens Vives. 2009. ISBN 978-84-316-9037-3. 
  13. a b Sheelagh M. Ellwood, Paul Preston, Historia de la Falange, p.256.
  14. a b {{cita|Algunos de estos militantes participaron en atentados terroristas que contaron con el apoyo operativo y la protección de medios policiales, los cuales estaban destinados a amedrentar a la izquierda y crear desasosiego en el conjunto de una opinión pública a la que se pretendía empujar a posiciones de orden y autoridad.|Rodríguez Jiménez 2009, p 15.
  15. a b Rodríguez Jiménez 2009,Cap.: La apuesta del voto xenófobo
  16. a b Jaime Alvar Ezquerra, Diccionario de historia de España, p. 271.
  17. Octavio Rodríguez Araujo, Derechas y ultraderechas en el mundo, Editorial Siglo XXI, México 2004, ISBN 968-23-2519-6 p. 157.
  18. Payne 1995. P. 204
  19. En 1934 Primo de Rivera escribiría en Cruzada: "El fascismo es una inquietud en Europa, una manera nueva de concebir todo: La Historia, el Estado, la llegada del proletariado a la vida pública; una manera nueva de concebir los fenómenos de nuestra época e interpretarlos con sentido propio". En Thomas. P. 136
  20. Payne 1995. P. 205
  21. No se puede negar que el falangismo poseyera ciertas características propias, pero éstas no impidieron que compartiera casi todos los rasgos y las características que conformarían el inventario del fascismo genérico. Al ser hipernacionalistas, todos los grupos fascistas revelaban, por definición, ciertos rasgos nacionales distintos.<Payne 1995(b). Pg. 330
  22. Payne 1995(b). Pg. 330
  23. De los 27 puntos programáticos en la fusión de FE con las JONS. En Payne 1997. Pg. 226
  24. a b c RAH, p.104.
  25. Los 27 puntos están recogidos de La guerra de España en sus documentos. Fernando Díaz-Plaja. Plaza & Janés. Barcelona 1969. Pgs. 238-243
  26. En 1931 ya había creado Ramiro Ledesma las JONS. Por aquel entonces y hasta el 1933, Primo de Rivera desarrolla su labor política en la Unión Monárquica.
  27. Gallego. Pg. 144
  28. Preston 1998. Pg 111
  29. Preston. Pg. 112
  30. Mussolini le regala un retrato firmado que Primo de Rivera colgará en su despacho junto al de su padre. Momentos antes de la entrevista declararía a un periodista: "Soy como el discípulo que va a ver al maestro." Preston. Pg. 118
  31. Han buscado una denominación que mantenga las siglas FE
  32. Preston. Pg. 114
  33. a b Payne 1997. Pgs. 175,176
  34. Preston 1998. Pg. 115
  35. Preston 1997. Pg. 185
  36. El entonces encargado de negocios de Italia, Andrea Geisser Celesia di Vegliasco, comentaría que José Antonio era un señorito que nunca podría atraer a las masas precisamente porque recurría a la oligarquía financiera para financiarse. Preston 1998. Pg. 115
  37. Los dos líderes se miraron desde el primer día con recelo. Ramiro Ledesma más germanófilo comentó la "confusión ideológica" de Primo de Rivera, demasiado derechista e italianista, imitador en exceso del fascismo e inadecuadamente revolucionario y José Antonio Primo de Rivera por su parte hablaba de la "tosquedad" de las JONS. Payne 1997. Pgs. 185,186
  38. Preston. Pg. 112-113
  39. Payne 1997. Pg. 215
  40. El "elemento técnico" que se encargó de la coordinación fue el miembro de Renovación Española Saiz Rodríguez. Payne 1997. Pg. 216
  41. Payne 1997. Pg. 234
  42. "La profunda debilidad del fascismo mientras duró el sistema político normal tenía varias causas. La ausencia de un fuerte sentido nacionalista español le privó de este punto clave de aliento. [...] otro factor clave fue la secularización limitada de la sociedad rural y de provincias en gran parte de España, sobre todo al norte. [...] Además, el éxito electoral nominal de la CEDA, desde 1933 hasta 1936, proporcionó a esta táctica una apariencia de victoria". Payne 1995(B) Pg. 332.
  43. Payne 1997. Pg. 220
  44. Payne 1995(B) Pg. 329.
  45. Payne 1995. P. 206
  46. "Según me insistió, de manera muy delicada, sus correligionarios le habían obligado a rechazar la oferta, con el reproche encubierto de que trataba de asegurarse la inmunidad parlamentaria a toda costa, dejándolos a ellos en la estacada." Gil-Robles, en Gibson 2008. Pg. 109
  47. Finalmente, el principal desacuerdo fue porque Falange no aceptó retirar su candidatura en aquellas circunscripciones en las que no iba incluido un falangista en las listas del Frente Nacional. Gibson 2008. Pg. 109
  48. Beevor, Anthony, La guerra Civil Española, Editorial Crítica, ISBN 84-8432-665-3. Página 57.
  49. Cabe preguntarse cómo fue posible que tan pocos españoles estuvieran dispuestos a votar por el único partido de tipo claramente fascista. Una de las razones fue que el voto contrario a la izquierda estaba dominado por la hegemónica CEDA y el resto lo absorbía la derecha nacionalista formada por los carlistas y los monárquicos alfonsinos. Payne 1997. Pg. 291
  50. su influencia [la de Primo de Rivera] era más intensa en los salones y en las tertulias que en las reuniones masivas, tal y como quedó reflejado en los resultados electorales. Preston 1998. Pg 127
  51. Payne 1997. Pg. 291
  52. Gibson 2008. Pg. 222
  53. Durante la dictadura franquista se denominó camisa vieja a aquellos afiliados que lo eran con anterioridad a las elecciones de 1936
  54. Payne, Stanley G., Falange, Historia del fascismo español, Colección Biblioteca de la Historia, editado por SARPE, ISBN 7291-764-9. Página 119.
  55. Preston 1998. Pg. 127
  56. Concluidas las elecciones, sus seguidores proclamaron que su nombre encabezaba una de las listas y que se le había arrebatado el puesto de diputado. Payne 1997. Pg. 318-320
  57. Thomas, Joan Maria, Lo que fue la Falange, Plaza & Janés, ISBN 84-01-53032-6 . Página 62.
  58. Pecharromán 1996. Pg. 233
  59. Pecharromán 1996. Pgs. 233-235
  60. Junto a sus datos se hacía constar si tenía o no "bicicleta". Se trataba, en realidad, de una clave que indicaba la posesión de una arma de fuego. Así se eludían responsabilidades si el fichero caía, como sucedió más adelante, en manos de la policía. Pecharromán 1996. pg. 235
  61. De hecho, en aquel tiempo la Falange no estaba preparada en absoluto para esa actividad, pero la publicidad dada a tal documento fue un factor más para convencer a la izquierda de la seriedad de la amenaza fascista en España. Payne 1997. Pg. 195
  62. Periódico ‘Luz’ 19/01/1934. Pecharromán 1996. Pg. 241-242
  63. El 11 de enero salió a la calle el segundo número de F.E. […] En el barrio obrero de Cuatro Caminos hubo repetidas refriegas entre los vendedores de F.E. y sus rivales. Los Guardias de Asalto intervinieron contundentemente para ponerlas fin y detuvieron a tres comunistas y a ocho falangistas, a los que les incautaron varias porras. Otros cuatro jóvenes tuvieron que ser asistidos de lesiones en la Casa de Socorro. En la Puerta del Sol, la revista se voceaba en la llamada "acera roja"... En esta ocasión se produjo otro altercado en el que intervino el propio Primo de Rivera, que llegó a sacar una pistola encañonando con ella a sus adversarios, pistola que guardó ante la aparición de los Guardias de Asalto. Pecharromán 1996. Pg. 237
  64. "La destrucción de la FUE a la que tendremos que hacer desaparecer, bien absorbiéndola, dividiéndola o suprimiéndola" Ruiz de Alda. Pecharromán 1996. Pg. 235
  65. En su funeral se utilizó por primera vez, copiada del fascismo italiano, la exclamación ¡Presente! Matías Montero se convertiría en el primer mártir del falangismo. Durante la dictadura se celebró el día de su muerte como el día del estudiante caído. Payne 1997. Pg. 196
  66. Nº 3 de F.E. Payne 1997. Pg. 197
  67. Payne 1997. Pg. 197
  68. Resulta imposible que un grupo en formación fuese capaz de desarrollar una política de enfrentamientos sistemáticos con partidos y sindicatos muy potentes, dotados de una larga tradición de lucha de masas. Los estudiantes falangistas no poseían, todavía, la mentalidad y la experiencia necesarias para zambullirse en la violencia política. Gil Pecharromán 1996. Pg. 239
  69. Rodríguez Jiménez 2000. Pg. 166
  70. Gil Pecharromán 1996. Pg. 269
  71. Payne 1997. Pg. 200
  72. Gil Pecharromán 1996. Pg. 271
  73. El Consejo de Ministerios decretó la prohibición de militancia a los menores de dieciséis años y la necesidad de la autorización paterna para los menores de veintitrés. Gil Pecharromán 1996. Pgs. 270, 285
  74. En él se informa de las actividades políticas de los diferentes partidos y se hace un análisis de la situación de la política española en un futuro próximo. La cita pertenece a un apartado dedicado a la Falange. Gibson 2008. Pg. 286
  75. Payne 1997. Pg. 276
  76. Payne 1997. Pg. 277
  77. Payne 1997. Pg 277
  78. Payne 1997. Pgs. 280,281
  79. Preston 1998. Pg. 110
  80. Preston 1998. Pg. 119
  81. El general Franco consideraba a José Antonio un peligroso aficionado y no tenía ninguna intención de involucrarse en una conspiración con él, pero, como no podía ser de otro modo, no lo dijo claramente. Primo de Rivera se sintió amargamente desilusionado e irritado. Preston 1998. Pg. 125
  82. Jackson. Pg. 208
  83. Thomas. Pg. 207
  84. Preston. Pg. 132
  85. Payne 1997. Cap. Los falangistas en la represión
  86. El juicio comenzó el 3 de octubre de 1936, la vista oral tuvo lugar los días 16 y 17 de noviembre, y el 18 se emitió sentencia. Primo de Rivera fue condenado a muerte, a su hermano Miguel se le condenó a cadena perpetua y a Margarita Larios, que fue uno de sus contactos con los conspiradores, se la condenó a seis años y un día de reclusión. Sus carceleros, que también fueron acusados, salieron absueltos. Preston 1998. Pg. 137
  87. Tusell, 1999, Cap.: Unidad política en torno a Franco.
  88. Payne, 1987, p. 176.
  89. Preston, 2004, p.283.
  90. Franco cada vez era más consciente de la necesidad de crear una nueva organización política para evitar el error de Primo de Rivera [Miguel] al no institucionalizar inmediatamente un nuevo sistema.
    Payne, 1987, p. 178, 179.
  91. A diferencia de Franco, Serrano […] era un hombre culto y sofisticado; pertenecía al cuerpo de abogados del Estado y tenía un brillante historial universitario y profesional…
    Payne, 1987, p. 179.
  92. Payne 1997. Pg. 404
  93. Payne 1997. Pg. 407
  94. Preston, 2004, p. 291.
  95. La lucha de facciones en el seno de la Falange fue, por tanto, un factor que ayudó a Franco, pero que no provocó su decisión. En el fondo lo que hubo tras de esa lucha era la simple ausencia de una jefatura comúnmente aceptada en el seno de Falange
    Tusell, 1999, Cap.: Unidad política en torno a Franco.
  96. Saz Campos, Ismael, Fanquismo y Fascismo, Universitat de València
  97. Payne 1997. Pg. 418
  98. Payne 1997. Pg. 418
  99. Algunos historiadores han interpretado que en esta ocasión Falange se "suicidó", pero dicha afirmación no parece cierta si tenemos en cuenta que su tono revolucionario era, a diferencia de otros grupos fascistas, bastante superficial. No sólo los dos albaceas testamentarios de José Antonio Primo de Rivera, Ramón Serrano Súñer y Raimundo Fernández Cuesta, colaboraron con el régimen en puestos destacados sino que también lo hizo la hermana.
    Tusell, 1999, Cap.: Unidad política en torno a Franco.
  100. Tusell, 1999, Cap.: Unidad política en torno a Franco.
  101. Algunos historiadores han interpretado que en esta ocasión la Falange se "suicidó", pero dicha afirmación no parece cierta si tenemos en cuenta que su tono revolucionario era, a diferencia de otros grupos fascistas, bastante superficial. No sólo los dos albaceas testamentarios de José Antonio Primo de Rivera, Ramón Serrano Súñer y Raimundo Fernández Cuesta, colaboraron con el régimen en puestos destacados sino que también lo hizo la hermana. Tusell (II) Cap. Unidad política en torno a Franco
  102. ABC 6 de febrero de 1943. Payne 1997. Pg. 493
  103. Fernando Díaz-Plaja. Editorial Plaza & Janés. Barcelona 1976. Pgs. 139-140
  104. Payne 1997. Pgs. 583-586
  105. Payne 1997. Pgs. 587-589
  106. Payne 1997. Pg. 635
  107. Posteriormente, Hedilla abandonaría esta formación para crear el Frente Nacional de Alianza Libre en colaboración con Blas Piñar y otros ultraderechistas (Blas Piñar crearía posteriormente Fuerza Nueva, formación muy implicada en el terrorismo neofascista durante la Transición). Payne 1997. Pg. 657
  108. Rodríguez Jiménez 2009, p 5.
  109. Rodríguez Jiménez 2009, p 10.
  110. En la tarde del 6 de mayo de 1980, recorría las calles del madrileño barrio de Ciudad Lineal una manifestación de las asociaciones de vecinos en protesta por el asesinato del dirigente vecinal Arturo Pajuelo, también a manos de grupos neofascistas. A la sede provincial de FE de las JONS llegaron noticias de que se estaba pintando un monumento a los caídos, en aquel tiempo, ubicado en aquel barrio. Consideraron que era una provocación y con el jefe provincial, José María Alonso Collar a la cabeza se montaron en los coches y se dirigieron al barrio. Una vez allí, escogieron el bar San Bao. Se escogió este bar, porque era frecuentado por gente joven y, supuestamente, en él comían habitualmente varios trabajadores del Mundo Obrero, ubicado en sus cercanías. Entraron pistola en mano, con barras de hierro y cadenas, y al grito de “Viva Cristo rey”, la emprendieron a tiros y a golpes con todos los clientes. Juan Carlos García Pérez, que entonces se encontraba cumpliendo el servicio militar, resultó muerto de un tiro en la espalda. Fueron cerca de 150 militantes de FE de las JONS los que se desplazaron hasta el barrio de Ciudad Lineal. Sánchez Soler. Pg. 243-248. Diez años de prisión a uno de los implicados en el caso San Bao, Diario ABC, 9 de julio de 1983, consultado el 15 de mayo de 2010.
  111. Sheelagh M. Ellwood, Paul Preston, Historia de la Falange, p.254.
  112. Sheelagh M. Ellwood, Paul Preston, Historia de la Falange, p.255.
  113. Sheelagh M. Ellwood, Paul Preston, Historia de la Falange, p.257.
  114. Casals Meseguer. Pg. 237
  115. Informe anual sobre racismo en el estado español 1999. Sos Racismo, Icaria Editorial, p. 152.
  116. Informe anual 2000 sobre racismo en el estado español, Sos Racismo, Icaria Editorial.
  117. [ http://www.juntoafe.com.ar/Publicaciones%20falangistas/Presente_Cadiz/presente11.pdf Editorial. DE-JONS: Por la defensa de la identidad española. 21/03/2006. Consultado: 13/09/2010
  118. Ministerio del Interior
  119. «Web Oficial de la Mesa Nacional Falangista». Consultado el 28 de abril de 2010.

Bibliografía

Véase también

Enlaces externos

Noticia[1]Wikinoticias[2]


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