Cannabis (droga)

Cannabis (droga)
Para otros usos de este término, véase Cannabis (desambiguación).
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Cannabis
Macro cannabis bud.jpg
Flores secas de la planta Cannabis sativa. Los tricomas contienen grandes cantidades de THC, CBD y otos cannabinoides.
Clasificación científica
Reino: Plantae
Filo: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Urticales (Clasificación Cronquist)
Rosales (Clasificación APG III)
Familia: Cannabaceae
Género: Cannabis
Especie: C. sativa
Nombre binomial

Cannabis sativa L.[1]

Cannabis indica Lam. (putative)[1]

Los términos cannabis y marihuana, entre muchos otros, hacen referencia a las sustancias psicoactivas que son consumidas de la planta Cannabis sativa con fines recreativos, religiosos y medicinales. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, se trata de “la sustancia ilícita más utilizada en el mundo”.[2] La regulación legal del consumo de cannabis varía dependiendo de los países, existiendo tanto detractores como defensores de su despenalización.[3]

El compuesto químico psicoactivo predominante en el cannabis es el tetrahidrocannabinol, también conocido por sus siglas, THC. El cannabis contiene más de cuatrocientos compuestos químicos diferentes, entre ellos al menos sesenta y seis cannabinoides aparte del THC, tales como el cannabidiol (CBD), el cannabinol (CBN) o la tetrahidrocannabivarina (THCV), que tienen distintos efectos en el sistema nervioso que aquel.[4]

El uso del cannabis data del III milenio a. C..[5]

A partir de la segunda mitad del siglo XX, el uso, la posesión y la venta de preparados con cannabis que contienen los canabinoides psicoactivos comenzaron a considerarse ilegales en la mayor parte del mundo.[6] Desde ese entonces, algunos países han intensificado su control sobre la distribución de la sustancia.

En 2004 las Naciones Unidas estimaron que aproximadamente el 4% de la población mundial adulta (162 millones de personas) consume marihuana anualmente, y alrededor del 0,6% (22,5 millones) lo consume a diario.[7]

Contenido

Historia

Artículo principal: Historia del cannabis
Se ha demostrado que el uso del cannabis, al menos como fibra, se remonta por lo menos a hace unos 10.000 años en Taiwán.[8] Má (pronunciación pinyin), la expresión china para el cáñamo, es un pictograma de dos plantas bajo un acantilado.[9]

El cannabis es originario de Asia central y del sur.[10] Existen evidencias de inhalación de humo del cannabis que datan del tercer milenio antes de Cristo, tal y como indicarían las semillas de cannabis carbonizadas encontradas en el interior de un brasero ritual en un antiguo cementerio de la actual Rumania.[5] También se sabe que el cannabis fue utilizado por los antiguos hindúes y sijs Nihang de la India y Nepal durante miles de años.Plantilla:Añadir referencia La hierba era llamada ganjika en sánscrito (ganja en idiomas modernos de la India).[11] [12] El soma de drogas antiguas mencionado en los Vedas se asocia a veces con el cannabis.

El pueblo asirio también tenía conocimiento del cannabis y sus propiedades psicoactivas. Bajo el nombre de “qunubu” (nombre que probablemente dio origen al posterior cannabis)[13] lo utilizaban dentro de sus ceremonias religiosas. El cannabis fue introducido al pueblo ario por los escitios y tracios/dacios, cuyos shamanes (llamados kapnobatai “los que caminan sobre el humo/las nubes”) quemaban flores de la planta para inducir estados de trance.[14] En el noroeste de la Región Autónoma de Uigur en Xinjiang, China, se encontró en 2003 una canasta de cuero llena de fragmentos de hoja y semillas de cannabis al lado de un shaman momificado, de unos 2.500 a 2.800 años de antigüedad.[15] [16]

Cannabis sativa de Vienna Dioscurides, 512 d.C.

Los cannabis tienen un antiguo historial en rituales religiosos en todo el mundo. Arqueólogos en Pazyryk descubrieron semillas de cáñamo que sugieren antiguas prácticas ceremoniales tales como la ingesta de estas por los pueblos escitas durante el siglo V y II a.C., lo que confirma anteriores informes históricos de Heródoto.[17] Un escritor ha afirmado que los antiguos judíos y cristianos utilizaban el cannabis como sacramento religioso,[18] debido a la similitud entre la palabra hebrea "qannabbos" ("cannabis") y la frase en hebreo "Bosem qené" ("caña aromática"), que era utilizada por los musulmanes en varias órdenes sufíes desde el periodo mameluco, como por ejemplo, los qalandars.[19]

Un estudio publicado en South African Journal of Science reveló que "pipas desenterradas de la casa de Shakespeare en Stratford upon Avon contenían restos de cannabis".[20] El análisis químico se llevó a cabo después de que investigadores plantearan la hipótesis de que la "conocida hierba" (noted weed) mencionada en su Soneto nº 76, y el "viaje en mi cabeza" (journey in my head) del Soneto nº 27 podrían hacer referencia al cannabis y su uso.[21]

El uso de cannabis comenzó a ser penalizado en varios países al comenzar el siglo XX. En 1911 fue prohibido en Sudáfrica, en 1913 en Jamaica (por aquel entonces aún colonia inglesa),[22] y en la década de 1920 en el Reino Unido y Nueva Zelanda. Canadá hizo ilegal el uso de la marihuana en su Ley del Opio y Drogas de 1923, antes de que se hubiese reportado consumo alguno de la planta en dicho país. En 1925 en una conferencia en la Haya sobre la Convención Internacional del Opio se llegó al compromiso de prohibir la exportación “cáñamo de la India” a países que tuvieran prohibido su uso, y a exigir a los países importadores que emitiesen certificados que aprobasen el ingreso de dichas hierbas, con indicación de que se requerían “exclusivamente para fines médicos o científicos”. También se exigió a los participantes que ejerciesen “un control efectivo de tal forma que impidan el tráfico internacional ilícito de cáñamo hindú, especialmente en resina”.[23] [24]

Museo de la marihuana en Ámsterdam.

En los Estados Unidos las primeras restricciones a la venta de cannabis se realizaron en 1906, en el Distrito de Columbia.[25] En 1937 fue aprobada la Ley de Acto Fiscal de la Marihuana, por la que se prohibía la producción de cáñamo además de la marihuana. Las razones por las que también se incluyó el cáñamo fueron cuestionadas; la oficina federal de Agentes de Narcóticos informó que los campos de cultivo de cáñamo también se utilizaban como fuente para los distribuidores de marihuana. Sin embargo, otros autores han afirmado que fue incluido con el fin de destruir la incipiente industria del cáñamo,[26] [27] [28] en gran medida con el esfuerzo de los empresarios Andrew Mellon, William Randolph Hearst, y la familia Du Pont.[26] [28] Con la invención de la descortezadora, el cáñamo se había convirtido en un sustituto muy barato para la pasta de papel que se utiliza en la industria periodística.[26] [29] Hearst consideraba que el cáñamo era una amenaza para sus explotaciones de madera. Mellon, Secretario del Tesoro y el hombre más rico de América, había invertido grandes cantidades de dinero en la nueva fibra sintética y el nylon de la familia Du Pont, que también estaba siendo superado en competencia por el cáñamo.[26]

Tipos

Sin procesar

Flores secas de Cannabis.

Los términos cannabis o marihuana generalmente hacen referencia a las flores secas, las hojas subyacentes y los tallos de ejemplares hembra de la planta cannabis. Esta es la forma en que más se consume; el contenido es de entre un 3 y un 22% de THC.[30] [31] Por otro lado, las cepas de cannabis que se usan para producir cáñamo industrial contienen menos del 1% de THC, y por tanto no se consideran aptas para uso recreativo.[32]

Formas procesadas

Quife

Artículo principal: Quife

El quife es un polvo rico en tricomas, que puede tamizarse a partir de las hojas y flores de plantas de cannabis. Se consume ya sea como polvo o de forma comprimida para preparar pasteles de hachís.[33]

Hachís

Hachís
Artículo principal: Hachís

El hachís es una resina concentrada que se produce a partir de las flores de la planta de cannabis hembra. A menudo resulta ser más potente que la marihuana, y puede comerse o mascarse.[34] Varía en su color, de negro a dorado, dependiendo de su pureza.

Aceite de hachís

Este aceite es una mezcla de aceites esenciales y resinas extraídas de flores de cannabis maduros, por medio del uso de diferentes disolventes. Tiene una alta proporción de cannabinoides, entre 40 y 90%,[35] y se utiliza en una variedad de alimentos de cannabis.

Residuos resinosos

Residuos recolectados de una pipa

Debido a las propiedades adhesivas del THC y otras sustancias liposolubles, un residuo pegajoso se acumula en el interior de los utensilios que se utilizan para fumar cannabis. Este contiene alquitrán, además de otros resultados de la combustión vegetal, porciones mínimas de THC y otros cannabinoides. La acumulación tiene algunas propiedades psicoactivas, pero es de difícil consumo debido a la irritación que provoca en la garganta y pulmones.[36] Los residuos pueden contener CBN, que es el producto degradado del THC.

Los consumidores de cannabis normalmente se fuman los residuos cuando no tienen la droga en sí.[cita requerida] Desde el punto de vista de la reducción de daños en casos de drogodependencia, se aconseja no consumir los residuos de combustión de sustancia alguna, por la acumulación de carcinógenos y Mutágenos.[36]

Potencia

De acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) “la cantidad de THC presente en una muestra de cannabis se utiliza generalmente como unidad de medida de la potencia del cannabis”.[37] Según la ONUDD la marihuana generalmente contiene 5% de THC, la resina “puede contener un 20% de THC” y el aceite de hachís “puede contener más de 60% de THC”.[37]

La institución australiana National Cannabis Prevention and Information Centre afirma que los brotes (las flores) de la planta de cannabis hembra contiene la mayor concentración de THC, seguido por las hojas. Los tallos y las semillas tienen "niveles de THC mucho más bajos ".[38] La ONU afirma que las hojas pueden contener diez veces menos THC que los brotes y tallos unas cien veces menos cantidad de THC.[37]

Algunos analistas advierten que mientras mayor es la potencia del cannabis, mayor es el riesgo para la salud, pero otros han señalado que los usuarios aprenden fácilmente a compensar disminuyendo sus dosis, previniendo los peligros de fumar como golpes de calor o el monóxido de carbono.

Adulterantes

Tiza (en los Países Bajos) o partículas de vidrio (en el Reino Unido) se utilizan ocasionalmente para hacer que la marihuana parezca ser de mayor calidad.[39] [40] [41] En Alemania, el aumento de peso de productos de hachís con plomo provocó la intoxicación de al menos 29 personas.[42] En los Países Bajos se han encontrado dos análogos químicos diferentes de sildenafil (viagra) al interior de marihuana adulterada.[43]

En el Reino Unido la variante de la marihuana conocida com Soap-Bar (jabón de barra) es “quizás el tipo más común de marihuana”, de acuerdo con el sitio web Talk to Frank y la UKCIA.[44] [45] Este puede contener trementina, tranquilizantes, quitaesmalte de uñas, y excremento animal, entre otras cosas. Un pequeño estudio de cinco muestras de soap-bars incautadas por el servicio de Aduanas del Reino Unido en 2001 encontró una enorme adulteración en la droga por muchas sustancias, incluido tierra, pegamento, y heces de animales.[46]

Modos de administración

Un vaporizador.

El cannabis se consume de muchas maneras diferentes, la mayoría de las cuales implican la inhalación de humo de tubos pequeños, bongs (versión portátil de la cachimba con cámara de agua), envueltos en papel o el tabaco envuelto en hoja de embota. El cannabis también se ha utilizado como ingrediente activo en tabletas, extractos, tinturas y medicinas compuesto que se formularon profesional, fabricados y vendidos a los médicos y hospitales. Véase Uso médico o terapéutico.

Un vaporizador calienta la hierba de cannabis entre 185–210 °C (365–410 °F), causando que los ingredientes activos se evaporen en un gas sin quemar el material vegetal (el punto de ebullición del THC es 199,1 °C (390,38 °F) a presión atmosférica).[47] Una proporción menor de los productos químicos tóxicos que se libera por el tabaquismo, según el diseño del vaporizador y la temperatura a la que se establece. Este método de consumo de cannabis produce efectos significativamente diferentes a fumar debido a los puntos de inflamación de los cannabinoides diferentes, por ejemplo, CBN tiene un punto de inflamación de 212,7 °C (414,86 °F)[48] y, normalmente, estarían presentes en el humo, pero no puede estar presente en el vapor.

Como otra alternativa al consumo de tabaco, el cannabis puede ser consumido por vía oral. Sin embargo, el cannabis o sus extractos deben estar lo suficientemente calientes o deshidratados a causa de la descarboxilación de los cannabinoides más abundante, ácido tetrahydrocannabinolic (THCA).[49] Los cannabinoides pueden ser lixiviados de la materia de plantas de cannabis con alto prueba de espíritus (a menudo alcohol de grano) para crear una tintura, a menudo denominado Dragón Verde. El cannabis también se puede consumir como té. El THC es lipófilo y sólo un poco soluble en agua (con una solubilidad de 2,8 mg por litro),[50] para el té se hace en primer lugar la adición de un contenido de grasas saturadas de agua caliente (es decir, crema o cualquier otra leche, excepto descremada) con una pequeña cantidad de cannabis, verde o té negro las hojas y la miel o el azúcar, empapado durante unos 5 minutos.

Mecanismo de acción

El metabolismo inicial de los cannabinoides en el humo de la marihuana se produce en los pulmones, mientras que por vía oral los cannabinoides son metabolizados en el tracto gastrointestinal y el hígado. Hay más de 30 metabolitos de THC y más de 20 cada uno de cannabinol y el cannabidiol.[51] Muchos de estos metabolitos también son psicoactivas. Uno de los principales metabolitos psicoactivos es el 9-carboxi-THC, que cruza la barrera hematoencefálica con más facilidad que los otros THC, y por lo tanto puede ser más activo de los THC.[51] Lo que es muy evidente sobre los cannabinoides es que su solubilidad en lípidos resulta extremadamente alta debido a su persistencia en el cuerpo por largos períodos de tiempo. Incluso después de una sola administración de THC, los niveles detectables de THC se encuentran en el cuerpo durante semanas o más (dependiendo de la cantidad administrada y la sensibilidad del método de evaluación). Varios investigadores han sugerido que este es un factor importante en los efectos de la marihuana, tal vez porque los cannabinoides pueden acumularse en el cuerpo, especialmente en las membranas lipídicas de las neuronas.[51]

Hasta hace poco, se sabía poco sobre los mecanismos específicos de acción del THC en el nivel neuronal. Esto es en parte debido a la alta solubilidad en lípidos de THC (que conduce a la absorción de prácticamente todos los tejidos a altas concentraciones). Sin embargo, los investigadores han confirmado que el THC ejerce sus efectos más importantes a través de sus acciones en dos tipos de receptores cannabinoides, CB1 y el CB2 dos receptores, los cuales están acoplados a proteína G. El receptor CB1 se encuentra principalmente en el cerebro, así como en algunos tejidos periféricos, y el receptor CB2 se encuentra exclusivamente en los tejidos periféricos.[52]

El THC parece alterar el estado de ánimo y la cognición a través de sus acciones agonistas de los receptores CB1, que inhiben una sistema de mensajería secundaria (adenilato ciclasa) en una forma dependiente de dosis. Estas acciones pueden ser bloqueados por el antagonista selectivo de los receptores CB1 SR141716A (rimonabant), que curiosamente se ha mostrado en ensayos clínicos que puede ser un tratamiento efectivo para dejar de fumar, perder peso, y como medio de controlar o reducir los factores de riesgo de síndrome metabólico.[53] Estudios Farmacológicos, anatómicos y fisiológicos recientes, indican que los endocannabinoides (cannabinoides endógenos, o neurotransmisores producidos por el cuerpo que activan los receptores cannabinoides) actúan como neurotransmisores retrógrada.[54] Es decir, tras la aparición de los neurotransmisores comunes, desde un terminal presináptica y la activación de los receptores en la neurona postsináptica, la neurona postsináptica libera endocannabinoides de sus membranas. Estos endocanabinoides luego viajan "de vuelta" a través de la hendidura sináptica donde, 1 ó 2 segundos más tarde, se activan los receptores CB1 en la terminal presináptica, lo que reduce los niveles de Ca2+ en los terminales presinápticos e inhiben la liberación de neurotransmisores desde la terminal presináptica durante varios segundos. Los endo-cannabinoides a continuación, al someterse a la recaptación en las neuronas y células gliales, son degradados por las enzimas intracelulares. Numerosos neurotransmisores se ven afectados por este proceso, incluyendo el neurotransmisor inhibitorio GABA y el glutamato excitador del transmisor. Así endo-cannabinoides inducen una mezcla de efectos excita-torios e inhibitorios en las neuronas (es decir, que inhiben la liberación de ambos neurotransmisores de forma simultanea: excita-torios e inhibitorios). El THC parece funcionar de la misma manera, excepto porque el THC ejerce más acciones y suprime la liberación de neurotransmisores, es decir, el paso de la activación de los receptores postsinápticos. En otras palabras, en lugar de que las neuronas postsinápticas señalicen los mensajes recibidos por las neuronas presinápticas, el THC simula señales en las neuronas presinápticas de manera que estas envían un mensaje que en realidad no tienen. El hecho de que el THC ejerce tantos mecanismos excitatorios e inhibitorios (mediante la inhibición de la liberación tanto del neurotransmisor inhibitorio GABA y el neurotransmisor excitador glutamato) se está en su capacidad para inducir una variedad de efectos depresores fisiológicas y de excitación, por ejemplo, la sedación y la euforia de manera simultanea.[54]

Consumo

Cigarrillo de 500 mg.

Se trata de una sustancia psicoactiva que se suele consumir por vía respiratoria (fumando), aunque también es posible su consumo por vía oral, pero es altamente advertido su efecto al ser más alto el nivel de riesgo a delirios y pánico.[55]

La marihuana o cáñamo se presenta en diferentes formas. La más conocida es el fumar las flores secas y enteras (los cogollos de las plantas femeninas). Existe también aceite de cannabis, en inglés honey oil («aceite de miel»), que es un concentrado cuya extracción generalmente implica el uso de disolventes como el alcohol y filtrados con carbón activo, lo cual potencia los efectos, al estar más concentrado el tetrahidrocannabinol que es la principal sustancia psicoactiva de la marihuana.

Vaporizador con tubo flexible.

Una variedad manufacturada de la marihuana es la resina, que se llama hachís (que en árabe significa «hierba seca»), que se obtiene mediante la extracción de los tricomas, normalmente secada y cortada en bloques de color marrón bastante oscuro y levemente verdoso y del que también existe una variedad líquida o hash oil («aceite de hachís»). Otra forma es la "marihuana prensada", bloques de cogollos prensados y aglutinados mediante aditivos tales como pegamento industrial o gasolina, por lo que resultan sumamente tóxicos.[cita requerida]

Pasteles de cannabis.

La forma más habitual de consumo es en forma de cigarrillo liado (armado) a mano: en estos casos se usan directamente los cogollos, secos y desmenuzados, el hachís rubio o negro, o bien las hojas.[56] Otros métodos incluyen el uso de pipas muy pequeñas, también conocidos como one-hitters, y de narguiles o cachimbas (pipas de agua) para fumar el cannabis o también el uso de bongs. Actualmente es común el consumo por vaporización, el cual consiste en vaporizar los cogollos secos y curados, a una temperatura tal que solo extrae los cannabinoides y no aquellos productos nocivos que se generan con la combustión.

El Cannabis se usa también en la cocina, para la preparación de recetas como space cake («tarta espacial») o hash brownies («bollos con hachís»). La ingestión por vía oral debe ser siempre bien medida, ya que de esta forma se ingresa más porcentaje de THC que fumado o vaporizado. También puede ser tomado disolviéndolo en copas de café, creando así un bhang (del hindi).[56]

Cuadro adictivo

El consumo a largo plazo de la marihuana puede llevar a la adicción, es decir, a la búsqueda y uso compulsivo de la droga a pesar de conocerse sus efectos dañinos sobre el funcionamiento social en el contexto familiar, escolar, laboral y recreativo. Las personas que han consumido marihuana por largo tiempo reportan irritabilidad, dificultad para dormir, disminución en el apetito, ansiedad y deseos por la droga, todo lo cual dificulta el dejar de usar la misma. Estos síntomas del síndrome de abstinencia comienzan aproximadamente al día siguiente de empezar la abstinencia, llegan a su punto máximo a los dos o tres días, y se atenúan una o dos semanas después de haber consumido la droga por última vez.[57]

La postura antiprohibicionista afirma que si bien el consumo de marihuana desarrolla tolerancia, es decir, que en posteriores tomas inmediatas es necesario aumentar la dosis para conseguir los mismos efectos, los efectos de la abstinencia son muy leves en comparación con otras drogas, lo que permite revertir esa tolerancia y hacer que el consumo de marihuana sea controlable por el sujeto, siendo su potencial adictivo escaso.[58]

Permanencia en el organismo

Si bien los efectos de la marihuana duran ocho horas, los resultados de la detección de marihuana en los análisis de orina permanecen positivos durante varios días después del consumo, incluso en consumidores ocasionales. En los consumidores habituales, los resultados de los análisis pueden permanecer positivos más tiempo a medida que el Tetrahidrocannabinol se va eliminando lentamente de la grasa corporal. El tiempo que tarda es variable, dependiendo del porcentaje de THC y de la frecuencia del consumo. Cuanto mayor tiempo de consumo, más tiempo es detectable. Los análisis de orina son un medio eficaz de identificar el uso de marihuana, pero una prueba de orina con resultado positivo sólo indica que la persona ha consumido marihuana, no prueba que el consumidor esté en ese momento con las facultades alteradas, es decir, no prueba que el consumidor haya consumido sustancias (droga) recientemente. Análisis sofisticados pueden determinar hasta tres meses después si se ha consumido marihuana.Los cannabinoides son liposolubles (se almacenan en la grasa corporal), por eso es posible que después de un periodo prolongado de abstinencia, tras la realización de algún ejercicio físico intenso o tras un periodo de estrés, se dé positivo sin haber realizado un consumo. Esto se debe a la "liberación" de los cannabinoides del tejido graso. El THC es soluble en grasa (liposoluble), por lo que la eliminación del organismo es mucho más lenta que los componentes solubles en agua (como el alcohol). Estudios realizados por el Dr. Gabriel G. Nahas en ratas mostraron que el THC podía demorar hasta 2 semanas en salir del organismo, si bien los efectos fuertes sólo duran un poco más de 2 horas.[59]

Efectos físicos del consumo

Gráfico aparecido en la revista médica The Lancet que compara el daño físico y la dependencia del cannabis con otras drogas psicoactivas.[60]

Efectos psicoactivos

Las manifestaciones clínicas producidas por una intoxicación aguda por Cannabis son muy variables entre personas y dependen de la dosis, del contenido de THC, de la proporción THC/CBD, de la forma de administración, así como la personalidad, las expectativas y experiencias previa del sujeto y también del contexto en que se consume (Camí et al., 1991)[61] Algunas personas que consumieron Cannabis afirman que puede inducir a la sociabilidad, así como al recogimiento; de cualquier manera, puede generar la sensación de incremento de la percepción visual y auditiva, dependiendo de la variedad e incluso de la planta en concreto ingresada al organismo.

Algunos autores afirman que las personas que consumen grandes cantidades de marihuana pueden presentar desorientación, despersonalización, paranoia y probables alucinaciones.[62] Algunos estudios sugieren que puede producir enfermedades mentales graves como psicosis tóxicas en las que aparecen síntomas como alucinaciones y delirios graves,[63] mientras que otros indican que puede acelerar la aparición de enfermedades psicóticas.[64] [65] [66] Aquellas personas que padecen esquizofrenia están especialmente predispuestos a estos efectos, existe probada evidencia de que la esquizofrenia puede empeorar con el uso de marihuana. Según algunos estudios, los consumidores de marihuana son más propensos a presentar anhedonia y desorganización cognitiva. Pueden producirse reacciones de pánico.[67] [68] Otros efectos incluyen taquicardia.[69]

Efectos a largo plazo

El consumo de cannabis se ha evaluado en diversos estudios que lo corelacionan con el desarrollo de ansiedad, psicosis y depresión,[70] [71] [72] además del desarrollo de trastornos de pánico independiente de si se continúa con el consumo o no, actuando por lo tanto la cannabis como detonante en al menos el 33% de pacientes que presentaron ataques de pánico por primera vez 48 horas después de consumirla.[73]

Con respecto a la aparición de trastornos mentales como depresión y ansiedad se comprobó que los consumidores diarios tienen 5 veces más posibilidades de desarrollarlos que los no-consumidores, mientras que aquellos que son consumidores semanales tienen cerca del doble de posibilidades.[72] Respecto a la aparición de trastornos psicóticos los individuos con predisposición tienen entre un 25% y 40% más de posibilidades de padecer alguno de estos trastornos, mientras que en los individuos sin predisposición tienen entre un 4% y 6% más de incidencia.[71] [74] Algunos estudios avalan estos resultados afirmando que probablemente el consumo de cannabis sea la única causa del desarrollo de trastornos psicóticos, en aquellos individuos que se encontraban sanos, previo al inicio del consumo[74] mientras que otros estudios están de acuerdo en que, aunque el cannabis aumenta el riesgo de padecer trastornos psicóticos, existen además otros factores que inciden sobre el desarrollo ulterior de la enfermedad.[75] [74]

Estudios en consumidores de cannabis crónicos reportaron una reducción del volumen del hipocampo y de la amígdala.[76] [77]

Se considera que los consumidores ocasionales de cannabis tienden a acumular el THC, ya que el mismo suele depositarse en zonas ricas en grasa (como el cerebro, el hígado y las gónadas), esta acumulación suele asociarse a problemas de pérdida de memoria,(ocasionados por las alteraciones del hipocampo), como también a otros problemas de salud como impotencia. Se estima que se necesitan alrededor de 4 semanas para que el THC sea eliminado completamente del organismo, en consumidores ocasionales, sin embargo, se cree, que los consumidores crónicos de cannabis, requieren mucho más tiempo para recuperar sus funciones cognoscitivas, y que algunos de los trastornos producidos son crónicos.[78] [79] [80]

Una característica de los efectos del consumo de psicotrópicos como la marihuana es el conocido como síndrome amotivacional, estudiado primeramente por R. H. Schwartz,[81] caracterizado por abulia, apatía, pasividad, indiferencia o irritabilidad, dificultad atencional y fatigabilidad fácil. Pero esto no está claro del todo ya que existen fuentes que afirman que esto tiene que ver con la personalidad y la conducta del individuo más que con el consumo en sí.[82]

Aunque el consumo de cannabis ha sido a veces asociada con episodios de Accidentes Cerebro-vasculares, se piensa que estos accidentes se deben a su combinación con otras drogas como el Alcohol.[83]

Se encontró correlación entre el consumo de cannabis y el desarrollo de enfermedades del corazón, incluyendo la exacerbación de enfermedades del corazón ya existentes.[84]

Aunque algunos estudios (IRMf) han mostrado fuertes cambios en la función neurológica a largo plazo en los consumidores diarios de cannabis, no se observaron cambios significativos en la conducta de aquellos individuos, que realizaron un periodo de abstinencia de la sustancia.[85]

Efectos en embarazadas

Algunas investigaciones se han abocado a analizar los efectos del consumo de marihuana en mujeres embarazadas, y el rol que tiene dicha práctica en el crecimiento fetal de sus infantes, observándose que en aquellas madres que presentan un resultado positivo de consumo en el examen de orina, sus hijos/as al nacer presentan una merma significativa en el peso y talla, aunque dichas mermas son menores a las que son ocasionadas por el consumo de cocaína;[86] adicionalmente, se ha encontrado evidencia que sugiere que la exposición intrauterina a la marihuana cambia la programación hemodinámica del sistema vascular fetal al final del embarazo, teniendo efectos específicos en el flujo uterino de la madre.[87]

Por otro lado, también se ha descubierto que el consumo de marihuana podría alterar la expresión de la proteína L1CAM en estructuras específicas del cerebro, afectando el desarrollo neuronal de los infantes, y que podría explicar alteraciones posteriores en sus neurotransmisores y su comportamiento;[88] en este sentido, algunas investigaciones han mostrado que la exposición gestacional a la marihuana se asociaría con problemas comportamentales en la infancia temprana, y más específicamente en un creciente riesgo a comportamientos agresivos particularmente en mujeres.[89]

Inhalada

Fumar cannabis es el método más perjudicial de consumo, ya que la inhalación de humo de materiales orgánicos pueden causar problemas de salud diferentes.[90] Cabe aclarar que estos riesgos se refieren exclusivamente al hábito de fumar cannabis, que es la forma de consumo más habitual, y no se aplican al consumo por ingestión ni por vaporización (ver citas anteriores). Un estudio finalizado en 2007 concluyó que el humo de las hojas secas de esta planta reduce el número de las pequeñas ramificaciones en los pulmones responsables del transporte de oxígeno a la sangre y evacuación de sustancias nocivas, concluyen que por esto los fumadores de marihuana suelen poseer más flema, tos y suelen experimentar la sensación de que se les cierra el pecho.[91] [92]

Las revisiones sistemáticas de la literatura médica no han encontrado evidencia concluyente de la existencia de una relación entre el consumo de cannabis y el cáncer de pulmón.[93] Mientras que un estudio realizado en Nueva Zelanda sugirió que los fumadores diarios de cannabis aumentan en un 8% por año el riesgo de sufrir cáncer pulmonar, superando el riesgo que supone consumir un paquete de cigarrillo al día en un año,[94] otro estudio en que participaron 2.252 personas en Los Ángeles, encontró un riesgo 20 veces menor de padecer cáncer de pulmón en consumidores regulares de cannabis, que en aquellos que fumaban dos o más paquetes de cigarrillos al día.[95] [96] Algunos estudios también han encontrado que el consumo de cannabis moderado puede incluso proteger contra el cáncer de cabeza y cuello.[97]

Vaporizada

Un estudio realizado mostró que vaporizar el cannabis puede reducir el riesgo asociado a la inhalación del humo, hasta en más de un 40%.[71] Por otra parte algunos artículos sugieren que vaporizar cannabis es un método totalmente efectivo para erradicar los problemas asociados a fumar.[98] [99]

Uso médico o terapéutico

Botella que contiene un extracto líquido de Cannabis índica.

Actualmente se investigan los usos médicos de la marihuana para diversas enfermedades, lo que ha generado, de nuevo, cierta polémica. Muchos estudios afirman que es eficaz frente a las náuseas producida por tratamientos de quimioterapia o de tratamiento contra el sida, su efecto estimulante del apetito ayuda a combatir la inapetencia, así como la anorexia. También puede ayudar a reducir la presión ocular asociados a glaucoma.[100]

Debido al papel inmunomodulador, neuroprotectror y anti-inflamatorio[101] de la marihuana se han realizado algunos estudios sobre enfermedades neurológicas y auto inmunes así como se ha demostrado que ayuda en el dolor neurológico superando claramente a cualquier placebo.[102]

Hay numerosos estudios acerca de la esclerosis múltiple que han mostrado que puede ayudar a reducir el miedo, los temblores, el insomnio, la espasticidad,[103] relajar los músculos, reducir la presión intraocular o mejorar el control de esfínteres. Existen estudios que hacen suponer que puede ralentizar otras enfermedades neurológicas como el Alzheimer;[104] se ha demostrado que uno de los componentes de la marihuana (CB2) ralentiza el avance de esta destructiva enfermedad neurológica en animales, consiguiendo reducir la muerte de células nerviosas al 50%;[105] sin embargo, una reciente investigación no sólo ha mostrado su inefectividad potencial en humanos, sino también que su uso podría empeorar la enfermedad.[106]

Una investigación llevada a cabo por la Universidad Complutense de Madrid ha mostrado que el cannabis puede tener efectos muy beneficiosos contra el cáncer. El principio activo del hachís se ha mostrado capaz de acabar con las células cancerígenas, de matarlas y, al mismo tiempo, mantener vivas las que están sanas. Cabe aclarar que dicha investigación fue llevada a cabo en ratas y no en humanos.[107]

Aspectos sociales y uso recreativo

La tolerancia social y estatal a su consumo varía también de un lugar a otro (véase Aspectos legales del cannabis). Desde diversas instancias se viene reclamando la liberalización del consumo de cannabis. A una crítica hacia los estudios que demonizan el cannabis,[cita requerida] (argumentando que los informes médicos presentados son sesgados e inexactos, y que sus efectos son en conjunto beneficiosos),[cita requerida] se suma una corriente de opinión (en la que destaca el escritor español Antonio Escohotado) que afirma que su prohibición es un atentado contra la libertad de elección del ciudadano responsable y una forma de control estatal sobre el individuo.[108]

Cultivo de cannabis

Artículo principal: Cultivo de cannabis

Legalidad

Artículo principal: Legalidad del cannabis
Aviso aeroportuario de las autoridades taiwanesas: "El tráfico de drogas se puede castigar con la muerte".

La marihuana fue criminalizada en casi todo el mundo a comienzos del siglo XX.[6]

En Gran Bretaña, el cannabis fue ilegalizado en 1928 tras adherirse a la Convención Internacional del Opio que se acordó en Ginebra (Suiza) en 1925.

En Estados Unidos, el 12 de agosto de 1930 fue creado el Federal Bureau of Narcotics. El mismo estaba bajo la dirección de Harry J. Anslinger. Este departamento creó leyes para penalizar la transportación, posesión y consumo de marihuana. Una de estas leyes fue el “Marihuana Tax Act” en 1937. Para entender el porqué de la ilegalización, hay que tener en cuenta lo siguiente:

Existe la teoría de que fueron los esclavos africanos quienes trajeron a América la novedad de fumar Cannabis. No obstante, Richard Schoeder señala: «La explicación más verosímil es también la más sencilla. La marihuana cobró importancia cuando la enmienda constitucional número 18 y la Ley Volstead prohibieron el alcohol. La marihuana era un sustituto barato y 'satisfactorio' del aguardiente, producía los mismos efectos 'estimulantes' y no era, en principio, ilegal.»[109]

Durante la ley seca en los Estados Unidos «ser oficial de policía era una cosa agradable, recibías un salario relativamente decente, respeto, impunidad parcial ante la ley, y la oportunidad de recibir sobornos, si eras esa clase de persona».[110] La prohibición del alcohol no sólo deja una década de fracasos interdictivos sino a un gran número de oficiales desempleados que no están dispuestos a abandonar su estilo de vida y presionan a su gobierno para que efectúe un reordenamiento en el Buró Federal de Narcóticos y Drogas Peligrosas (FBNDD).

En cuanto Harry J. Anslinger —sobrino político del Secretario del Tesoro Andrew Mellon— fue designado director, el Buró se dio a la tarea de articular una campaña nacional contra el nuevo enemigo. El mismo Aslinger relata en su libro Los Asesinos: «Por radio y en foros importantes relaté la historia de esta hierba maligna que crece en los campos, las márgenes de los ríos y orillas de los caminos. Escribí artículos para revistas, nuestros agentes dieron cientos de conferencias a padres, educadores y dirigentes cívicos y sociales. En transmisiones de televisión seguí denunciando el número cada vez mayor de crímenes cometidos, incluyendo el estupro y el homicidio.»[111] Necesitaban asustar principalmente a los padres de familia y los maestros para convencer al país de que sus trabajos eran importantes.

Por si fuera poco, existe otro factor bastante interesante que el Reporte de la NCMDA no menciona: Durante la primera mitad de los años treinta la industria del papel de cáñamo comenzó a cobrar impulso. A tal grado que diversas revistas especializadas sostuvieron que en cuestión de unos años la cosecha nacional de cáñamo alcanzará el primer lugar, pero justo en esos años la compañía Dupont patentó el tratamiento químico de la pulpa de madera y decidió asociarse con una cadena de periódicos propiedad de William R. Hearst para la explotación de un nuevo tipo de papel. Con ello comenzó la época del "periodismo amarillo", llamado así porque, a diferencia del papel de cáñamo, el papel de pulpa de madera tratada con ácidos se torna amarillo al cabo de unos meses o años, dependiendo de la concentración. Aunque este nuevo papel resulta más barato, el de cáñamo es más resistente y duradero, no exige la tala de árboles y no daña la atmósfera con compuestos químicos peligrosos, por lo que muchos compradores continúan prefiriéndolo.[6]

Al darse cuenta de que para monopolizar el mercado necesitaba sacar de la competencia a los productores de cáñamo, Hearst buscó el apoyo del banquero y Secretario del Tesoro, Andrew Mellon. Este otorgó su respaldo a la multimillonaria empresa y a partir de entonces los discursos de su sobrino Anslinger se vio complementados con la producción de un documental titulado Reefer Madness, algo así como "La Locura del Porro". El mensaje fue que «la yerba conduce a la demencia, el pillaje, la violación y el homicidio».[112] La locura del toque cumplió con su cometido, logrando influir en la opinión pública y en 1936, sobre la base de que la marihuana y sus derivados se habían incluido ya en un convenio internacional, se elevó al Tesoro un proyecto de normatividad represiva, no sólo contra las partes psicoactivas del cáñamo, sino contra todo uso de la planta.

Aparte de los productores poco organizados, nadie más protestó. La mayoría de los americanos no sabían que el cáñamo y la marihuana son la misma cosa y nadie pudo asociar la diabólica hierba de México con las cuerdas con las que se amarraban los zapatos. Un año después se aprobó por unanimidad la Marihuana Tax Act y quedó estrictamente prohibido consumir cáñamo en territorio estadounidense. Su cultivo e importación para necesidades industriales y de defensa se someten a partir de entonces a la licitación del Departamento del Tesoro. «En lo sucesivo, y hasta 1971, todas las decisiones del Congreso sobre estupefacientes se aprobarían por absoluta unanimidad... la circunstancia muestra hasta qué punto cualquier gesto distinto al máximo rigor sería para los diputados y senadores un acto de lesa majestad electoralista y, por tanto, un suicidio político.»[110]

Esta ley no estaba dirigida al uso medicinal de la marihuana sino a su uso recreativo. Pero esta ley hizo difícil el uso medicinal de la marihuana por la gran cantidad de papeles que se les requería a los médicos que la quisieran recetar a sus pacientes.

En 1942 en plena Segunda Guerra Mundial, el gobierno estadounidense publicó una propaganda con el lema "Hemp for victory" ("Cáñamo para la victoria") dirigida por Raymond Evans.[113] Era una campaña para que los agricultores cultivaran cannabis; el mismo gobierno que años antes la prohibía, se encargó de distribuir semillas a los habitantes agrícolas de esa época con el fin de creación de cáñamo textil.

Las leyes suelen contemplar penas por tráfico, cultivo o posesión para consumo propio. La dureza de las penas varía según el país. Los Países Bajos son el único estado de la Unión Europea donde se permite la venta, de una cantidad máxima de 5 gramos de marihuana y sus derivados en locales con licencia denominados Coffee shops (cafetería). Lo paradójico es que los coffee shops no pueden comprar la marihuana legalmente, ya que el cultivo de esta no está legalizado en los Países Bajos, y tampoco la venta a los coffee shops.

Si bien en Argentina la tenencia de marihuana para consumo personal se encuentra tipificada como delito por la Ley Nacional Nº 23.737, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, máximo tribunal del país, recientemente ha considerado inconstitucional condenar "la tenencia de estupefacientes para uso personal que se realice en condiciones tales que no traigan aparejado un peligro concreto o un daño a derechos o bienes de terceros".[114] [115]

Véase también

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Enlaces externos

Entrevistas de audio

  • Radio Nacional de Colombia. David Spiegel, director del Centro Stanford para el Estrés y la Salud, expresó en diálogo con la Radio Nacional de Colombia sus reservas sobre los beneficios del cannabis.
  • Radio Caracol (Colombia). Entrevista con Martín Barriuso, presidente de la Asociación de Consumidores de Cannabis de España, acerca de la apertura de bares para fumar marihuana.

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