Creciente de 1959 en Rincón del Bonete

Creciente de 1959 en Rincón del Bonete

Creciente de 1959 en Rincón del Bonete

Vista del dique de la margen izquierda de la represa Rincón del Bonete, durante la crecida de abril de 1959. Se puede observar cómo el agua desborda el dique, pasando por encima de los pilares coronados a la cota +84,30 m, el agua llegó a la cota +85,00 m, 0,7 metros mas que el nivel en la fotografía.

En el mes de abril de 1959 se registró una creciente sin precedentes en el Río Negro, el segundo río más caudaloso del Uruguay, producida por intensas lluvias que se sucedieron casi ininterrumpidamente desde fines del mes de marzo a fines del mes de abril, provocando el desborde e inundación de la Central Hidroeléctrica Rincón del Bonete y su población adyacente. En el norte del país las lluvias registradas en el mes de abril arrojaron un promedio superior a 600 mm, y en la zona de Tacuarembó Chico se registró el máximo absoluto de 1200 mm. La lluvia promedio anual en esa región totaliza 1100 mm, es decir que en el mes de abril de 1959 llovió más de lo que normalmente llueve en 6 meses.

Las lluvias extraordinarias registradas entre el 24 de marzo y el 23 de abril alcanzaron un promedio de 608 mm para toda la cuenca, provocando una onda de crecida en el Río Negro que excedió el doble de los caudales máximos anotados en 50 años de observaciones, y excedió ampliamente las previsiones de los proyectistas de la obra, el Ing. Víctor Sudriers (a quien no fue posible consultar por haber fallecido poco antes) y el Dr. Ing. Adolfo Ludín, ingeniero alemán que había estimado la creciente máxima a producirse, una vez cada mil años, en 9.000 m3/s. La onda de crecida que llegó al embalse tuvo un pico máximo de aportes de 17.300 m3/s. Aguas abajo, dicho pico resultó reducido casi a la mitad por el efecto regulador del embalse, y fue así que el desagüe máximo alcanzó a más de 10.000 m3/s, al llegarse al nivel +85,00 metros en el embalse.

De no haber existido la retención de la represa de Rincón del Bonete, actuando como amortiguador, las consecuencias de la creciente de abril hubieran sido más que catastróficas para la ciudad de Paso de los Toros, ubicada aguas debajo de la represa. Sin el efecto amortiguador de la represa, las aguas habrían alcanzado un nivel de +71,00 m, cinco metros más que el máximo registrado de +65,93 m (Cero Oficial = +0,61 Cero Bonete) en las inundaciones de abril. El nivel normal de las aguas en las orillas del Río Negro, al atravesar la ciudad de Paso de los Toros es de +54,50 m.

Es un hecho común, por parte del público en general, asociar los fenómenos de crecidas e inundaciones en ríos y arroyos con la existencia de represas de riego o generación de energía eléctrica cuando, en realidad, su efecto es exactamente el contrario. Este fue el caso del embalse de Rincón del Bonete donde, tras la dramática creciente que afecto a las ciudades de Paso de los Toros y Mercedes, muchos fueron los reclamos económicos, investigaciones de comisiones del Senado de la República, en búsqueda de culpables en las autoridades de la época. Se culpaba de la inundación de ambas ciudades a la existencia de la represa, a un supuesto mal manejo de las compuertas del vertedero y a la voladura con dinamita de un tramo del dique de tierra.

Muy discutido fue si una temprana apertura de las 12 compuertas del vertedero, habría amenguado los niveles de desborde de la represa. Las compuertas comenzaron a abrirse el día 10 de abril con el embalse en la cota +79,70 m, nivel por debajo del nivel normal del embalse. En situaciones de lluvias con inminencia de crecidas, el personal de operación de la Central actúa procediendo a abrir las compuertas al superar el nivel del lago a la cota +80,00 m, lo cual se cumplió en esta oportunidad. La apertura total se realizó el 14 de Abril, con el embalse en la cota +81,00, nivel un metro por encima de lo normal, y 3,30 metros por debajo de la cota de desborde del dique de la represa. En caso de haberse anticipado la apertura total de las 12 compuertas, cuando el nivel del embalse estaba en +79,00 m, el nivel de crecida máximo habría llegado a la cota +84,85m, o sea solamente 15 centímetros menos que el máximo realmente alcanzado, e igualmente hubiera desbordado el coronamiento del dique e inundado la sala de máquinas de la central hidroeléctrica.

Contenido

Cronología

Fecha Precipitaciones Nivel del lago Vertedero
Marzo 6 26 mm 78,80 m Cerrado
Marzo 13 13 mm 78,60 m Cerrado
Marzo 16 y 17 16 mm 78,55 m Cerrado
Marzo 25 al 28 81 mm 78,17-33 m Cerrado
Abril 3 al 5 35 mm 78,82-86 m Cerrado
Abril 7 y 8 82 mm 79,04 m Cerrado
Abril 9 65 mm 79,55 m Cerrado
Abril 9 65 mm 79,55 m Cerrado
Abril 10 25 mm 79,77 m Cerrado
Abril 11 65 mm 79,97 m Apertura 0,9 m
Abril 12 - 80,15 m Apertura 0,9 m
Abril 13 - 80,44 m Apertura 0,9 m
Abril 14 - 81,00 m Apertura 1,9 m
Abril 15 70 mm 81,54 m Apertura total
Abril 16 95 mm 81,94 m Apertura total
Abril 18 Evacuación Paso-Toros 82,81 m Apertura total
Abril 19 Operación Terraplén 83,40 m Apertura total
Abril 20 Desborde del Dique 84,30 m Apertura total
Abril 22 - 84,50 m Apertura total
Abril 23 48 mm 85,00 m Apertura total

Las lluvias que prepararon las condiciones para una gran crecida comenzaron el 24 de marzo; entre el 24 y el 27 de marzo cayeron en la cuenca del Río Negro lluvias que totalizaron 81 mm. Luego de 6 días en que solo se registraron lloviznas aisladas en la cuenca del Río Negro, volvió a llover en los días 2, 3 y 4 del mes de abril, totalizando 34,8 mm; el día 5 no llovió y el día 6 comenzaron las grandes lluvias que produjeron la crecida catastrófica.

El conjunto de las lluvias caídas entre el 6 y el 15 de abril produjeron una crecida con un volumen de unos 17 km3 y con un caudal máximo en el embalse de la Central Hidroeléctrica Rincón del Bonete de unos 17.300 m3/s. Aún teniendo en cuenta que este caudal en el embalse no corresponde a los caudales máximos de crecida en el río libre, subsiste el hecho de una crecida de aproximadamente 3 veces el valor máximo registrado desde que se iniciaron los registros en el año 1908, lo que obligó a reconsiderar las previsiones hechas anteriormente sobre la capacidad de regulación del embalse de Rincón del Bonete y los caudales que deben poder evacuar los vertederos.

El 7 y 8 de abril comienza el periodo intenso de grandes lluvias, con 82 mm en esos días. El lago con nivel en la cota +79,00 m va subiendo rápidamente, estando cerrado el vertedero. El día 8 de abril los cálculos indicaban que sería necesario abrir las compuertas del vertedero, porque el agua rebasaría la cota +80,00 m. Dado que en ese momento estaba en construcción la Represa de Rincón de Baygorria, la jefatura de la Central Rincón del Bonete, en conjunto con la dirección de la obra de Rincón de Baygorria, decide abrir las compuertas el día 10 a las 24:00, con una apertura parcial de 0,9 metros, dando el tiempo necesario para cumplir con los avisos radiales obligatorios a los habitantes de Paso de los Toros. En estos avisos se comunica el movimiento de las compuertas con anticipación, dado que se ve afectado en forma considerable el nivel de las aguas del Río Negro en Paso los Toros y zonas aledañas. La apertura se mantendría mientras no fueran copiosas las lluvias aguas debajo de la Central Rincón del Bonete, para evitar inundaciones inútiles.

El día 9 llovieron 65,4 mm y el lago sube a razón de 1 cm por hora aproximadamente; las abundantes lluvias no fueron tomadas en cuenta en forma inmediata debido al corte en las comunicaciones telefónicas a causa del temporal. Con las lluvias del día 10 de abril se calculó que el nivel del lago llegaría a +81,13 metros, decidiendo la jefatura de Rincón del Bonete y Obra de Rincón de Baygorria abrir el vertedero a 1,90 metros a las 24:00 de ese mismo día, y en forma total, a 6 metros, a las 07:00 del día 14. El vertedero estuvo abierto parcialmente a 0,9 metros en cada una de las 12 compuertas los días 11, 12 y 13, pasando a apertura total el día 14 por la mañana.

Vista de la sala de maquinas en obra de la Central Rincón de Baygorria, tambien sobre el Río Negro, durante la creciente de 1959.

El miércoles 15 de abril el gobierno decretó Medidas Prontas de Seguridad, creando un Estado Mayor Interministerial a cargo del General José Luis Ramagli. El Ministerio de Defensa Nacional integró un Comando Único que tenía a su cargo la coordinación de operaciones de socorro y asistencia social a los damnificados. Las medidas prontas de seguridad estaban destinadas a prevenir posibles perturbaciones del orden público, como consecuencia de la situación de emergencia que se vivía en Uruguay a causa de los temporales y ciclones que azotaban a toda la república. El General Enrique Magnani estaba a cargo de las operaciones en Rincón del Bonete y Paso de los Toros.

Las lluvias del 15 y 16 de abril, con registros de 70 y 94,7 mm, fueron las causantes de la crecida excepcional e inundación catastrófica en Paso de los Toros, elevando de los aportes al embalse de 10.000 m3/s a 17.300 m3/s, y la erogación de agua de la represa a Paso de los Toros de 5.000 a 10.000 m3/s. De no haber existido la represa, el caudal en Paso de los Toros se hubiera duplicado, con 17.300 m3/s para el día 23 de abril, de consecuencias mucho peores que las que sucedieron. El día 16 de abril el lago sigue en rápido ascenso, a pesar del desagüe por el vertedero y por las turbinas, subiendo a razón de 40 cm por día.

Vista del dique de la margen derecha de la represa Rincón del Bonete, durante la crecida de abril de 1959. Se puede observar las bolsas de arena colocadas por el ejército nacional, tal cual una trinchera, a fin de contener el desborde del dique.

El día 17 de abril se registró el nivel del embalse en la cota +82,33 (07:00 AM). Ese día la cota de nivel del embalse y las lluvias ocurridas hasta esa fecha, superaba los máximos caudales esperados en el proyecto del Dr. Ing. Adolfo Ludín, lo que dificultaba la predicción de lo que sucedería en los días subsiguientes; el desbordamiento de la represa e inundación de la población de Paso de los Toros. El mismo día 17 a la hora 18:00 el Directorio de UTE, empresa propietaria de la Central Rincón del Bonete, y el Consejo Nacional de Gobierno emiten la orden de dinamitar el dique lateral de tierra de la represa, en un intento por aliviar el caudal de agua que desbordaba la misma, evitando un posible rotura del dique de hormigón y que un aluvión de agua mucho mayor se abatiera sobre Paso de los Toros. La urgente voladura del dique de tierra, para salvar a Paso de los Toros de la rotura del dique principal, sería denominada “Operación Terraplén”.

Operación Terraplén

Vista de los ventanales de la sala de máquinas de la represa Rincón del Bonete, durante la crecida de abril de 1959. El agua ingresó a la misma a causa del aumento de la cota aguas debajo de la represa que llegó a +67,90 m, 12 metros por encima del nivel normal.

El día 18, ante la incertidumbre de si el dique de la represa soportaría el embate de las aguas, y con la finalidad de no poner en riesgo la vida de 12.000 personas, el comando el Ejército Nacional procedió a la evacuación de la población de Paso de los Toros aguas debajo del embalse de Rincón del Bonete. También se inició la evacuación de 122 personas; funcionarios, mujeres y niños de la población de Rincón del Bonete, los cuales fueron radicados provisoriamente en el Parque de Vacaciones de UTE. Los días 18 y 19 el aumento de nivel fue de 59 y 49 cm, llegando el nivel el día 19 a la cota +83,40 m (07:00 AM). El día 18 de abril se deja de generar con las turbinas, y se comienza el desmontaje de las bombas de regulación y el gabinete del regulador de velocidad de las turbinas, los que son mantenidos en seco en 2 vagones de ferrocarril.

En 1959 el dique de la Central, de 1.077,5 metros de longitud, se dividía en tres zonas. La primera estaba frente a la usina (88 metros), y ahí se encontraban las cuatro entradas de agua para las turbinas; la segunda constituía el vertedero (162,5 metros), y la tercera es el dique propiamente dicho de la margen izquierda (805 metros) y margen derecha (103,5 metros). Las dos primeras zonas estaban terminadas al nivel +86,90 m. La tercera zona, el dique propiamente dicho, estaba terminado a +84,30 m. Ante la inminencia de que la creciente del lago sobrepasara el nivel de coronamiento +84,30 m, con ayuda del ejército nacional, 34 oficiales y 60 hombres de tropa, a modo de contención, se colocaron cientos de bolsas de arpillera, rellenas de arena, tal cual una trinchera de la Primera Guerra Mundial.

En la Operación Terraplén se procedió de acuerdo a lo previsto, destruir una parte del terraplén que forma el dique lateral. En las horas de la tarde del 19 de abril se destruyeron unos 50 metros de terraplén con el uso de maquinaria pesada y explosivos. La explosión no tuvo nada de espectacular ni trascendente. El pie del mismo está en la cota +80,00 y la cresta a +85,00 m, de modo que inmediatamente a la voladura, solamente un magro caudal de 1.500 m3/s se escapó por la brecha abierta, en comparación a los 9.000 m3/s que pasaban por el dique y el vertedero.

El día 19 se abre otro escape al lago, por las nacientes de un gajo del arroyo Alburquerque, en donde el campo tiene un cuello a +83,30 aproximadamente. Por su parte, los niveles del río, aguas debajo de la usina, van subiendo en forma alarmante, alcanzando el piso de galerías de cables conectados directamente al interior de la central. Se obturan con hormigón estas galerías. El día 20 el lago llega al nivel de cota +83,89 m (07:00 AM), subiendo 54 cm en 24 horas. Se advierte el inevitable desborde del lago por encima de las partes más bajas del dique que están al nivel +84,30 m, lo que se produjo alrededor de la hora 17:00. A partir de ese momento el río sube rápidamente, de modo que al día siguiente, el 21 de abril, cubre la explanada de aguas abajo (cota +64,90 m) e inunda la Central, entrando el agua por la fila más baja de los ventanales de aguas abajo del edificio.


En las horas de la mañana, el personal de la Central y últimos familiares fueron evacuados de la población de Rincón del Bonete, gracias a un puente aéreo. El lago alcanza el máximo el día 23 a la hora 10:00 AM con cota +85,00 m, mientras que el río llega al máximo de +67,90 m, a 3 metros por encima de la explanada y casi 7 metros por encima del piso de la sala de máquinas donde se ubican los 4 generadores de la Central.

Llegada la crecida al nivel +85,00 m, el desagüe máximo hacia aguas abajo alcanzó a unos 10.800 m3/s. Este caudal se formó con los desagües por el vertedero (6.600 m3/s), por encima del dique de hormigón desbordado (2.500 m3/s), a través de la brecha abierta en un dique lateral que cerraba el embalse (1.500 m3/s) y por otros pequeños desagües (200 m3/s). Ese mismo caudal pasó por la obra de Rincón de Baygorria, en construcción, sin causarle daños, gracias al efecto regulador que tuvo la presencia de la represa de Rincón del Bonete.

Las inundaciones del 59

Artículo principal: Inundaciones del 59

Las aguas tardaron muchos días en bajar a causa del volumen de agua recolectado por el propio Río Negro y sus afluentes, como el Río Yí, a lo que se sumó la creciente del Río Uruguay, del cual el Río Negro es afluente. Frente a las ciudades de Salto y Paysandú, el nivel subió 18 metros. La catástrofe dejó sin viviendas a miles de habitantes, sin comunicaciones y sin energía eléctrica a casi el 50 % de la población, al no contar con la generación de la Central Rincón del Bonete, contándose solamente con la central térmica Central José Batlle y Ordoñez en Montevideo.

El 9 de Mayo el Primer Ministro de Cuba el Comandante Fidel Castro visita Rincón del Bonete, camina por el dique junto al General Magnani. En la visita a la Sala de Maquinas inundada, los ingenieros de UTE le manifiestan que estiman en unos seis a siete meses, el tiempo necesario para poner en marcha los generadores. Antes de abandonar Uruguay, Fidel Castro depósita la suma de 20.000 dolares, provenientes del Fondo para la Reforma Agraria en Cuba, como colaboración para la reconstrucción de los daños.

Recuperación de la Central

Vista del edificio del taller mecánico arrasado por las aguas.

Con el propósito de determinar los límites de la zona afectada por las inundaciones, el 3 de mayo se realizó un relevamiento aéreo-fotográfico del curso del Río Negro, entre Rincón del Bonete y Baygorria, donde las aguas aun mantenían un nivel elevado y la resaca en las orillas indicaba la cota máxima alcanzada. En la inspección se registró el estado de las fundaciones del dique, playa de transformadores, zona de la brecha, destrozos y socavaciones de la carretera de acceso, vía férrea, calles y perjuicios a la población de Rincón del Bonete. Los días 8 y 9 de mayo, se realizó una inspección por buzos de la Administración Nacional de Puertos, de las tuberías de entrada y descarga de las turbinas, revelando la existencia de materiales diversos depositados por el arrastre de las aguas. Materiales que deberían ser eliminados para permitir la colocación de tableros (stop logs) de cierre y vaciado, que permitieran el secado de las turbinas.

Comisión de Recuperación de Obras de la Central Rincón del Bonete

En junio de 1959, UTE dispuso la constitución de una Comisión de Recuperación de Obras de la Central Rincón del Bonete, a fin de reintegrar al servicio lo más rápidamente posible, dicha planta y las obras de construcción de Rincón de Baygorria. Los trabajos de reconstrucción necesarios fueron presupuestados en unos U$S 600.000, al valor del dólar de 1959. Los primeros trabajos consistieron en el reacondicionamiento de los transformadores de servicio y el generador con motor diésel, existente para casos de emergencia, a los efectos de contar con energía en la planta y la población, para comenzar los trabajos de recuperación. A raíz de la inundación, se inundó la sala de máquinas, lo que hizo necesario secar los generadores, reparación de los cables de comando y control, acondicionamiento de las turbinas y de la estación de alta tensión. Para ello se contó con la colaboración de técnicos estadounidenses; los Ings. Robert Cross de la empresa General Electric, para dirigir el secado de los generadores, y Stanton Dornbirer de la empresa Morgan Smith, para lo trabajos mecánicos en las turbinas.

Acondicionamiento de las turbinas

Vista de los transformadores de servicio, 13,8kV a 400VCA, arrasados por las aguas durante la crecida de abril de 1959, en la Central Hidroeléctrica Rincón del Bonete.

Para el acondicionamiento de las turbinas fue necesario cerrar y evacuar el agua de las mismas con la colocación de tableros (stop logs), contando con ayuda de buzos en estos trabajos. La primera unidad en ser sellada y vaciada fue la Unidad N° 2. El personal de UTE fue reintegrado a la Rincón del Bonete los primeros días del mes de Mayo, durante los cuales continuaba lloviendo. Los primeros trabajos consistieron en remover el barro en Sala de Montajes y la arena de piso de la Sala de Turbinas. Todas las partes y mecanismos fueron desarmados y secados, ya que el agua y el barro se metieron a través de todas las juntas. Gracias a que el sistema de óleo-hidráulico de regulación permaneció lleno de aceite y cerrado, no ingreso agua al mismo, ni a los tubos Kaplan, ni al interior del rodete. Numerosas partes, como las excitatrices, fueron colocadas debajo de carpas con estufas y ventiladores, estos últimos facilitados por la compañía General Electric en forma totalmente gratuita. La energía de los calefactores provenía de la Central José Batlle y Ordoñez en la ciudad de Montevideo, que suplía apenas el 50% de la demanda, con apagones rotativos en los distintos barrios de la ciudad.

En los trabajos participaron 220 operarios, distribuidos en turnos de 9 horas por día. Muchos de estos concurriendo diariamente a Rincón del Bonete desde Paso de los Toros, mediante dos ómnibus y dos barcos remolcadores que permitían cruzar la brecha abierta por la Operación Terraplén. Desde los primeros días de mayo, trabajando en algún caso hasta los Domingo, sin poder atender su situación personal, al verse inundada su propia vivienda en la ciudad de Paso de los Toros. La Unidad N° 2 y N°1, fueron las primeras en ser rehabilitadas, comenzando por el desmontaje del cabezal Kaplan, el desmontaje para limpieza de los cojinetes, el lavado con agua de los bobinados, y el desmontaje de la excitatriz de eje. Los repuestos necesarios para las unidades fueron importados de los EEUU, con las demoras en trámites y fabricaciones del caso. El buen espíritu criollo de los operarios, suplió con ingenio y habilidad manual, la construcción de algunas de las piezas de repuestos faltantes, así como la falta de herramientas de trabajo, que fueron deterioradas o barridas por las aguas. A mediados de mayo ya estaban limpios los bobinados y cojinetes de las cuatro unidades.

Durante el mes de junio, en las turbinas de las Unidades 1 y 2, bajo la supervisión del Sr. Dornbirer, de la empresa Morgan Smith de EEUU, se desarmaron y limpiaron los servomotores que movilizan las palas y las compuertas del distribuidor, cojinete de empuje y reguladores. Superando las dificultades técnicas y financieras, la Unidad N° 2 se puso a girar sin carga el día 1 de agosto de 1959. Con el bobinado del estátor en cortocircuito y conectado a tierra, se hacia girar las turbinas a bajas velocidades, de modo que las corrientes calentaban la máquina para su secado. Se abrigaba la esperanza de secar lentamente el bobinado, la humedad de los intersticios del material aislante de las barras de cobre, básicamente capas y cintas de mica y fibra de vidrio. El proceso que llevo varios meses, dado que el aumento de temperatura se realizaba lentamente hasta llegar a 70-80°C, luego había que dejar enfriar la maquina para poder realizar medidas de aislamiento. Todo esto se repitió una decena de veces en cada generador, con las dificultades que fueron apareciendo a causa de fallas en motores y bombas auxiliares que estuvieron bajo las aguas. En forma paralela a estos trabajos se encargó a la empresa General Electric el urgente suministro de los nuevos bobinados.

Obras civiles

Vista del barco remolcador Don Pancho, traído del Paraguay para la construcción de la represa Rincón el Bonete en 1937, el cual prestara numerosos servicios durante la crecida de abril de 1959. En 2004, traspasado de UTE a la Prefectura Nacional Naval, pasó a prestar funciones de vigilancia y patrullaje del lago.

El lugar donde se realizó la voladura de la Operación Terraplén, produciendo una brecha en el terraplén, dejó incomunicada por vía terrestre a la Central y población de Rincón del Bonete. El transporte normal vía ómnibus no era posible, dado que la población se había convertido en una isla. Los ómnibus debían dejar a los pasajeros en la brecha para abordar el barco remolcador Don Pancho, que los transportaba entre la brecha y la Central. El día 17 de julio se implementó una improvisada ataguía de piedra y tierra, empleándose en cada extremo de la brecha, camiones y maquinaria aportada por el Consorcio Rincón de Baygorria, dos palas mecánicas y camiones con volcadora. Ataguía en forma de semicírculo de 120 metros de longitud, esta contención permitió construir un nuevo terraplén (donde se encuentra hoy la actual carretera pavimentada), que funcionaría a futuro como vertedero auxiliar de voladura, en caso de repetirse una crecida similar a la de 1959.

En Paso de los Toros, a los efectos de agilizar el regreso de los pobladores a sus hogares destruidos, contando con recursos económicos para hacerlo, se propuso y luego se comenzó la expropiación y pago de terrenos por debajo de la cota +60,00 m.

En la obra de construcción de la Central Rincón de Baygorria, víctima también de la creciente de 1959, se comenzó la recuperación de la misma en el pozo N°1, donde se ubicaría el edificio de la Central y el equipamiento electromecánico. Los trabajos consistieron en el desagote del agua y limpieza de sedimentos, necesarios para continuar con los trabajos de ingeniería civil. Para luego continuar con el pozo N° 2, donde se construiría el vertedero. En los trabajos participaban unos 350 operarios.

Otras acciones

Vista desde el lado del Departamento de Durazno de la sala de máquinas de la represa Rincón del Bonete, durante la crecida de abril de 1959. Se observan los vagones de tren, cedidos por AFE, para el rescate de motores y bombas que lograron ser removidos a tiempo, en una heroica operación contra reloj.

Además de inundar e indisponer las instalaciones electromecánicas de la central Rincón del Bonete, la crecida de 1959 dañó severamente el puente ferroviario de servicio, ubicado aguas debajo de la represa, llevándose las aguas las vigas y losas que conformaban el mismo, quedando en pie solamente los pilares. Dicho puente permitía el transporte de maquinaria y personal entre las márgenes Durazno y Tacuarembó del Río Negro. En 1965, al finalizarse las obras que elevaron la cota de los diques laterales a +86,90 metros, se construyó un puente carretero que une la población de Rincón del Bonete, ubicada en el Departamento de Tacuarembó, con la margen izquierda ubicada en el Departamento de Durazno. La elevación del coronamiento del dique a la cota +86,90, cota prevista en el proyecto original del Ing. Adolfo Ludín, permite a futuro controlar crecidas con aportes de 20.000 m3/s, evacuando Rincón del Bonete un caudal máximo de 7.000 m3/s, sin inundar Paso de los Toros, y sin comprometer a la represa Rincón de Baygorria ubicada aguas abajo.

Desde julio hasta fines de 1959, se continuaron los trabajos de rehabilitación de las unidades 1 y 2 de la Central Rincón del Bonete. Ambas turbinas fueron rehabilitadas y ensayadas girando en vacío con éxito, no así los generadores, donde no fue posible secar los bobinados del estator, como era esperado hacer, siendo necesaria la compra de nuevos bobinados. Compra en un escenario de dificultades financieras, ya que los ingresos por venta de energía eran menores del habitual, casi la mitad de la población padecía restricciones en su suministro, sobre todo la industria, la que entró en una crisis sin precedentes. La central Térmica Central José Batlle y Ordoñez, en funcionamiento con el costoso fuel oil como combustible, no alcanzaba para abastecer más que 170 MW, cuando la demanda rondaba los 220 MW.

Así los cincuenta millones de pesos argentinos, que donara la República Argentina con fines de socorrer a las víctimas y atender daños materiales causados por las inundaciones de 1959, consulta previa con el gobierno argentino, fueron destinados a sufragar el pago del rebobinado de tres de los generadores, estimados en U$S 200.000 cada uno de ellos. En diciembre de 1959 se concreta la compra de nuevos bobinados para los cuatro generadores, que se realizó a la empresa General Electric. Primero llegó el destinado al generador de la Unidad 2, donde fue descartado por los técnicos proseguir con el secado y ensayos del aislamiento, desechándose por irrecuperable. Mejores esperanzas se tenía respecto al bobinado de las Unidades 1 y 3 a pesar de los cual se decide la compra de los cuatro bobinados de repuesto a General Electric.

El viernes 15 de enero de 1960 arribó al Puerto de Montevideo, en el buque “Argentina”, una parte del primer juego de bobinados destinado a la rehabilitación de la Central Rincón del Bonete, comenzando por el generador de la Unidad 2. Las restricciones de energía continúan, ahora por Decreto del Consejo Nacional de Gobierno. La Central Rincón de Baygorria está en la fase final de su construcción, la máquina N°4 de la Central Central José Batlle y Ordoñez, la que entrega una potencia de 50 MW, es sacada de servicio para reparaciones impostergables, las que tomaron unos 2 meses, durante los cuales fue necesario agudizar las restricciones de energía eléctrica a la población y la industria.

Las 10 crecidas que alcanzaron mayores niveles del lago
Año - Mes Nivel máximo (m) Aporte máximo (m3/s)
1959 - Abril 85,00 18.287
2002 – Abril 83,23 7.900
2007 - Mayo 82,79 9.600
1997 - Diciembre 82,70 7.396
1998 - Abril 82,49 6.424
2000 - Julio 82,35 5.266
1977 - Julio 82,29 6.030
2001 - Agosto 82,08 7.546
1966 - Agosto 82,08 7.546
1984 - Mayo 82,00 6.458
1963 - Octubre 81,86 6.123

Finalmente, el 22 de marzo de 1960 entra en servicio la Unidad 2 de la Central Rincón del Bonete, primero de los generadores rehabilitados, con un bobinado nuevo montado por técnicos de General Electric de EEUU. El viernes 25 de marzo llegó a Montevideo el bobinado de repuesto para la Unidad 1, mientras que la Unidad 3 estaba siendo sometida a un secado del bobinado con un nuevo sistema, que demostró ser más efectivo que anterior intentado infructuosamente en las Unidades 1 y 2.

El 28 de abril de 1960, con las unidades 1 y 2 de Rincón del Bonete generando su máxima potencia y la Unidad 3 a potencia reducida a 25 MW, en un comunicado a la población, se levantan las restricciones de energía eléctrica, tanto doméstica como a la industria, poniéndose fin a un largo año de apagones programados e intempestivos, que afectó en mayor grado a la los habitantes de la ciudad de Montevideo y al normal funcionamiento de la producción industrial. El 22 de junio de 1960 entra en servicio la primera de las tres unidades de la central Rincón de Baygorria, obra proyectada por el Dr. Ing. Adolfo Ludín, el mismo que proyectó la obra de Rincón del Bonete. Aún no finalizada las obras de construcción de la doble terna de líneas de alta tensión de 150kV, Baygorria - Paso del Puerto - Montevideo, la energía desde Rincón de Baygorria llegaba a Montevideo a través de Rincón del Bonete, gracias a una línea de 38 km de longitud que interconecta ambas centrales.

La inundación de la Sala de Máquinas en abril de 1959, dejaría su huella en la Unidad 3, dejando el aislamiento del bobinado en mal estado, realizándose su renovación en 1963, a pesar de lo cual sufrió fallas en octubre de 1975 y en abril de 1981. Fallas entre espiras del bobinado y a tierra, que obligaron a la desconexión de espiras de bobinado para seguir funcionando la Unidad 3, pero a carga reducida a 30 MW hasta su renovación total en 1994.

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