Acuario (recipiente)

Acuario (recipiente)
Para otros usos de este término, véase Acuario (desambiguación).
Acuario tropical de agua dulce de biotopo amazónico.

Un acuario es un recipiente capaz de contener agua, con al menos una de sus caras de algún material transparente, generalmente de vidrio o metacrilato, dotado de componentes mecánicos, que hacen posible la recreación de ambientes subacuáticos, de agua dulce, marina o salobre para albergar vida, como peces, invertebrados, plantas, etc. La ciencia que estudia este entorno se llama acuarología, para un uso alimentario, acuicultura, y con fines decorativos, acuariofilia.

El diseño más básico de acuario es de planta rectangular, realizado a partir de vidrios sellados con silicona neutra.

Un acuario se diferencia de una pecera en el nivel de recreación de ambiente necesario, tanto por la parte biológica como por la estética.

Una pecera es una esfera de cristal con un agujero circular en la parte superior, y fondo plano, conteniendo agua y peces. Las condiciones ambientales no están controladas, el agua debe ser sustituida cada cierto tiempo por agua sin cloro, al no poseer ningún sistema técnico de depuración. En estas condiciones generalmente sólo sobreviven especies robustas, como carpas doradas o luchadores siameses.

Acuario marino de arrecife

El acuario tiene las condiciones ambientales estables y controladas, y es adecuado para el tipo de los organismos que van a vivir en él.

Los acuarios pueden recrear un arrecife marino, dotados de sistemas de iluminación especiales, bombas de agua y aire, generadores de olas, filtros físicos, biológicos y químicos, control de temperatura, dosificadores de elementos traza, reactores, medidores de parámetros, etc.

Contenido

Historia y desarrollo

Etimología

El koi ha sido criado en estanques decorativos durante siglos en China y Japón.

La palabra acuario proviene del latín aqua, que significa agua, más el sufijo -rium, que significa “lugar” o “edificio”.

Prácticas antiguas

El cuidado de peces en entornos cerrados o artificiales, o acuariofilia o acuicultura, es una práctica con un profundo arraigo en la historia. Los sumerios antiguos eran conocidos por mantener peces en estanques, antes de su consumo. Se cree que la reproducción selectiva, en China, de la carpa, que derivó en los hoy populares koi y carpa dorada, comenzó hace más de 2000 años. Se han encontrado descripciones del pez sagrado Oxyrhynchus en el arte egipcio antiguo. Los chinos disfrutaban de los peces de colores en recipientes cerámicos grandes durante la dinastía Song.

Recipientes de cristal

El concepto de un acuario, diseñado para la observación de peces en un tanque cerrado y transparente, para su uso en interior, surge aproximadamente en el siglo XVIII: el biólogo Abraham Trembley conservó, en grandes naves cilíndricas de vidrio, una hidra que encontró en los canales del jardín 'Sorgvliet' en los Países Bajos, para su estudio.

Finalidad

Un acuario deberá intentar proporcionar a sus habitantes un biotopo adaptado a sus necesidades, en cuanto a agua, temperatura, espacio, etc.

Según el objetivo deseado, el acuario puede ser decorativo, científico, de cría, etc.

Fabricación

Los acuarios poseen por lo menos una cara transparente, de vidrio o polimetilmetacrilato.

La estructura más corriente es de vidrio, aunque se encuentran de poliéster u hormigón.

Se han usados materiales plásticos, como el plexiglás, que son más ligeros y resistentes, pero amarillean con el tiempo, por lo que no son muy recomendables.

Hasta la década de los 70, la mayoría de los acuarios de vidrio se ensamblaban con esquinas metálicas, pero ahora simplemente los cristales se pegan con silicona. Esta silicona ha de ser de tipo acética, sin aditivos del tipo antimoho u otros, y preferiblemente de color negro para que no se note la decoloración, ennegrecimiento o crecimiento de algas, que con el tiempo terminan siempre apareciendo.

Tipos

Acuario holandés.
Tanque con pirañas, ejemplo de acuario de especie individual.
Acuario casero comunitario con diferentes peces y plantas

Los acuarios se dividen, de acuerdo a la concentración de sales minerales en el agua, en:

La acuariofilia distingue varios tipos de acuario de acuerdo a su finalidad:

  • Acuario comunitario : donde viven peces y plantas de diversas especies, independientemente de su lugar de origen. Obviamente se agrupan teniendo en cuenta que las características ambientales que precisan son las mismas.
  • Acuario de especie individual o específico : son acuarios destinados a la cría de una determinada especie de pez. Se diferencia del acuario de cría en que no tiene fines de selección de raza o comerciales.
  • Acuario de biotopo : donde están reunidos peces y plantas que pertenecen a un mismo hábitat, con el fin de recrear un determinado ambiente.
  • Acuario de reproducción – sus condiciones ambientales tratan de facilitar la reproducción de una o varias especies de peces.
  • Acuario de cría - destinado a la cría de una sola especie de pez por motivos de selección de raza o con fines comerciales.
  • Acuario holandés - es un tipo especial de acuario, que tiene su origen en los años 70. Prevé un gran cultivo de plantas acuáticas, que cubren casi todo el tanque; a menudo no tiene presencia de peces, ya que las plantas son el principal atractivo. Hoy, esta denominación se encuentra en desuso. Este tipo de acuarios suelen denominarse simplemente “acuarios plantados”, respecto de los cuales ha tomado gran fuerza en los últimos años el “paisajismo acuático”, actividad que consiste en crear paisajes sumergidos, a través de diseños logrados con la distribución, al interior del acuario, de diversas especies vegetales.

Existen tres tipos de acuarios de acuerdo a la temperatura del agua:

  • La pecera, descrita anteriormente; es relativamente difícil de mantener, pues está desprovista de climatización y normalmente también de filtración; la temperatura varía según las estaciones. Se suelen poblar de carpas doradas, aunque estas necesitan 40 L por pez, y mucho oxígeno. Estas peceras tienen la superficie de intercambio de gases muy pequeña, por lo que los peces pueden morir. Últimamente hay peceras esféricas dotadas de filtro y calentador, pero no son adecuadas para peces, ya que al tener los cristales curvos, deforman lo que ven los peces, dañando su visión; además se ha demostrado que los peces se orientan principalmente por las vibraciones del agua, y estas peceras devuelven las vibraciones distorsionadas al pez, estresándolo.
  • El acuario de agua fría; la temperatura oscila entre 18 y 22 °C aproximadamente. Durante los meses de invierno, una resistencia eléctrica impide que la temperatura baje por debajo de los 15 °C. Se utiliza sobre todo para albergar peces exóticos resistentes.
  • El acuario tropical; es indiferente la concentración salina del agua, puede ser tanto dulce como salada o salobre. El agua es calentada por un sistema de termorregulación. La temperatura fluctúa entre 23 y 28 °C aproximadamente, gracias al uso de resistencias eléctricas, y es regulada por un termostato.

Ubicación e instalación del acuario

Acuario de agua dulce comunitario (se pueden observar los accesorios).

En primer lugar se ha de definir el lugar donde se ubicará el mueble que sustentará el acuario; no es recomendable ubicarlos en lugares muy asoleados o con gran iluminación, pues las algas proliferarán y por ende algunas pestes algáricas.

La ubicación ideal es un lugar con luz indirecta. El acuario no debe ser ubicado en pasillos, lugares transitados o con mucho ruido ambiente, ya que los peces se estresarían constantemente.

Un acuario bien ubicado no solo proporcionará una vida apacible a los peces, sino que proporcionará un singular y atractivo elemento decorativo doméstico.

El mueble que sustenta el acuario es de importancia vital; ha de ser firme y capaz de sustentar el doble del peso final que tendrá todo el sistema. Un acuario de 100 L más accesorios, arena, etc., puede llegar a pesar holgadamente unos 140 kg. Este factor debe tenerse muy en cuenta cuando el mueble-acuario se mueve para realizar aseo en sus inmediaciones. Idealmente se debe mover lentamente y cuando se realizan los cambios de agua.

Obviamente hay que tener en cuenta que en las proximidades se debe tener enchufes eléctricos para hacer funcionar los sistemas, y el suministro de agua potable.

Accesorios

Sistema de filtración en un acuario típico: (1) Entrada. (2) Filtración mecánica. (3) Filtración de carbono activo. (4) Medio de filtración biológica. (5) Salida a la reserva.

Es posible conservar peces vivos un cierto tiempo en un poco de agua sin ninguna ayuda tecnológica, pero la esperanza de vida del pez será corta.

Filtración

Es vital que el agua del acuario circule, se quiten las impurezas y esté biológicamente depurada. Para hacer esto se utiliza una bomba de agua que abastezca correctamente el material filtrante para la filtración mecánica, así como para la desintoxicación biológica por la acción de bacterias y la eliminación del cloro por medio de materiales absorbentes (como carbón activo).

Iluminación

Con el fin de ver bien los peces, darles un biorritmo diario y de asegurar la fotosíntesis de las plantas, es necesaria la iluminación, la cual también afecta el crecimiento de los peces.

El método aparentemente más simple es el de utilizar la luz del sol, pero esto tiene numerosos inconvenientes: hace crecer las algas filamentosas por la falta de control de la intensidad luminosa, los peces tienen colores más apagados, etc.

Se recomienda luz de tubo fluorescente de tipo luz de día o equivalente; no usar luz blanca o luz de bajo espectro. Jamás usar luz UV o infrarroja. Lo importante para iluminar correctamente un acuario es calcular la ratio vatios por litro, siendo adecuado para los acuarios de agua dulce de 0,4 vatios por litro de agua y de 0,6 para los de agua salada. Por ejemplo, para un acuario de 60 L con plantas, necesitaremos una lámpara de 24 W.

Las lámparas se regulan habitualmente con un temporizador, iluminando durante unas 10 a 12 horas por día.

En acuarios plantados lo mejor es utilizar lámparas fluorescentes hortícolas u otras lámparas especiales, adaptadas a las necesidades de las plantas tanto en calidad como en cantidad.

Climatización

Para recrear la alta tempratura del agua nativa de los peces tropicales se tienen que utilizar sistemas de climatización compuestos de una resistencia calentadora y de un termostato.

Un acuario de agua dulce funciona entre 21-27 °C, dependiendo de las especies. Jamás tomar un pez con la mano, estos virtualmente se “quemarán” con el calor de la palma de la mano.

En el caso de peces de agua fría, el procedimiento es inverso: es preciso utilizar un sistema de refrigeración.

Suministro de aire

En el mercado existen varios sistemas que proporcionan una corriente continua de aire al agua del acuario, como el de la bomba de diafragma o el recirculador tipo Venturi, que son ideales para mantener oxigenada el agua, oxidando los nitritos producidos y convirtiéndolos en nitratos, que son menos nocivos.

Preparación del Biotopo

Suelo

El suelo del acuario se suele recubrir de grava fina. Algunos centímetros son suficientes para permitir la fijación de las plantas.

En el caso del agua dulce, se deben evitar las sustancias calizas, mientras que el acuario de agua de mar se dotará de arena coralina, que permite estabilizar la calidad del agua.

Conviene prescindir de las arenas artificiales, así como de las piedras pintadas. No es conveniente utilizar arena porque dificulta las tareas de mantenimiento, además de que se comprime con el tiempo, evitando que las raíces de las plantas se desarrollen, y tiende a mantenerse en suspensión, dando al agua un aspecto turbio.

Agua

Un acuario marino.

El agua puede ser la del grifo, a condición de que se modifique según las necesidades de los organismos que lo habitan, neutralizando el cloro y los metales pesados.

  • Los peces de agua muy dulce (cuenca del Amazonas, por ejemplo) necesitan, generalmente, agua blanda (con un contenido muy escaso de sólidos disueltos) y ácida. El agua se puede ablandar mediante un filtro de ósmosis inversa, mientras que para acidificarla se emplean diversos productos químicos o se coloca una pequeña cantidad de turba en el sistema de filtración del acuario. Si el acuario es plantado también se puede conseguir un descenso en el pH si se adiciona CO2.
  • Los peces de aguas duras (lago Malaui, por ejemplo) requieren un aporte de sales especiales. La adición de piedras calizas puede ser una solución.
  • Los peces de agua de salada necesitan un suplemento de sal, preferentemente añadido a un agua correctamente depurada, por ejemplo por ósmosis.

En el caso de un agua del grifo clorada o que contenga metales pesados, existen en el mercado productos neutralizantes que pueden mejorar su calidad. Es igualmente posible evacuar el cloro dejando reposar el agua en un recipiente abierto algunos días antes de su utilización.

Decoración

Todas las clases de decoraciones son posibles.

Hay que dar preferencia a los materiales naturales o de apariencia natural: corcho, raíces de turbera, etc. En relación a las raíces de turbera, puede ser conveniente hervirlas antes de ponerlas en el agua para liberarlas de posibles taninos que pudieran enturbiar el agua.

Ciertas especies de peces aprecian el poder esconderse (la locha payaso, por ejemplo) o utilizan su medio para poner y proteger sus huevos. Es conveniente entonces realizar escondrijos con piedras (se puede utilizar también medio coco, un bote de flores, etc., de antemano bien limpiados).

El cristal de la parte trasera del acuario puede ser enmascarado por una decoración de poliéster resinado-enarenado, o por un póster que represente una foto de acuario, con el fin de aumentar el efecto de profundidad.

Plantas

Las numerosas especies de plantas se suelen comercializar en las tiendas especializadas. Desconfíe de las plantas capaces de mantenerse derechas fuera del agua: a menudo se trata de plantas no acuáticas que se han “sumergido” por su valor estético (a menudo plantas con rayas blancas o rojas). A pesar de esto, la mayoría de las plantas utilizadas en acuarios plantados se adaptan a ambos estados, sumergido y emergido, adaptando sus hojas a uno u otro estado.

Antes de introducir las plantas al acuario se deben sumergir unos minutos en una solución desinfectante, como por ejemplo permanganato de potasio o una solución de 5% de hipoclorito de sodio (lavandina o lejía), para eliminar los huéspedes perjudiciales que puedan portar, como caracoles e hidras.

Algunas de las plantas más fáciles de mantener son: Ceratophyllum demersum, Hygrophila polysperma, Echinodorus amazonicus, Echinodorus horizontalis, Sagittaria subulata o Microsorum pteropus, entre otras.

Sin embargo, existen plantas bastante complicadas de mantener, como pueden ser Cabomba furcata, Alternanthera reineckii, Hemianthus callitrichoides Cuba, y Aponogeton madagascariensis (la mayoría de estas son plantas de color rojo que requieren mayor cantidad de luz, especialmente de mercurio halogenado HQI).

La adición de CO2 se ha vuelto común como medio de fertilización y aporte del CO2 necesario para la fotosíntesis. Se recomienda la adición de CO2 en niveles naturales; es decir, niveles comunes en la naturaleza, 20-30 ppm (partes por millón).

Es preferible que no ponga plantas artificiales en su acuario; las que están hechas de plástico se recubren muy rápidamente de algas, y si omite esta parte del mantenimiento se vuelven entonces una cepa resistente de algas; ¡la única escapatoria es tirar la planta artificial! A pesar de todo, si la filtración es lo suficientemente potente, será posible dar cabida a este tipo de plantas, ya que es evidentemente imposible que mueran y una vez instaladas pueden presentar un aspecto prácticamente natural. Una «planta» artificial, no obstante, nunca podrá ejercer las importantes funciones biológicas relacionadas con el ciclo del nitrógeno (vid infra), por lo que siempre será una opción mucho menos deseable que las que nos ofrece la naturaleza.

Para agua salada se pueden encontrar varias especies de algas en el mercado (Caulerpa, por ejemplo).

Poblamiento

Ilustración de un acuario.

En un acuario de agua dulce se mantienen esencialmente peces. Se pueden introducir igualmente algunos invertebrados: gasterópodos, moluscos, etc. Se recomienda como medida un pez por cada 5 L de agua; de este modo, un acuario de 100 L puede albergar unos 20 peces medianos, por ejemplo Trichos, o unos 40 pequeños, como los de la familia de los danios (por ejemplo, pez cebra). Sin embargo, es necesario evitar la superpoblación del acuario.

Para los acuarios de agua dulce se aconseja además colocar Corydoras o un Ancestrus como peces que mantienen la limpieza. Usualmente ocurre que en las plantas vienen caracoles: no es aconsejable tenerlos; si se llegaran a tener hay que controlar su población, que puede llegar a ser una verdadera molestia. Algunos acuarios incluso albergan camarones, pequeños crustáceos, como adición.

En agua de mar pueden instalarse numerosos invertebrados: erizos de mar, anémonas, espirógrafos, corales, esponjas, además de los peces.

Los peces de agua salada necesitan mayor espacio para crecer, y también son más territoriales que los de agua dulce o salobre.

Los acuarios de arrecife están especialmente dotados de corales e invertebrados. Este tipo de acuario no se centra en los peces, sino en los invertebrados, a los que se les da el mayor grado de importancia.

Mantenimiento

Conductas a seguir

Un acuario correctamente instalado y poblado requiere poco mantenimiento. El acuariófilo pronto se acostumbrará a observar el comportamiento habitual de los peces y sabrá, con sólo mirar su estado de ánimo, si el acuario está bien equilibrado.

  • Renovaciones de agua: una renovación regular de una parte del agua (por ejemplo 1/3 cada dos semanas) permite eliminar los desperdicios orgánicos. Se procede normalmente por sifonaje, aspirando el agua cerca del suelo, con el fin de eliminar por la misma operación los desperdicios sólidos.
  • Limpieza de los cristales: un raspador permite devolver su transparencia habitual a los cristales.
  • Limpieza de las plantas: las plantas manchadas por algas se deben limpiar a mano.
  • Limpieza del suelo: trasladando el suelo por medio de una campana transparente, se pueden extraer los desperdicios que se encuentran allí y permitir la circulación de agua.
  • Abonado de las plantas: a base de hierro orgánico, básicamente.
  • Alimentación: a base de alimentos frescos, congelados o vivos (dafnias, artemias, etc.).
  • Limpieza de filtros: como mínimo una vez al mes en agua salada; en agua dulce como mínimo 2 veces cada 3 meses.

Para los acuarios de agua salada o de arrecife se debe limpiar dos veces al día el vaso colector del espumador (skimmer), retirando todos los desechos que hay en él, y SIEMPRE limpiarlo con agua fría, NUNCA caliente, y si puede ser con agua de ósmosis mejor, ya que la del grifo puede dejar manchas de cal.

Primero se debe apagar filtros, bombas, calentadores, etc., y después se empieza a sacar agua mediante un sifón. También, si se desea, se remueve un poco la grava y se sacan los desechos que se han quedado en el fondo; además, se pueden sacar las plantas podridas o las que flotan.

Se pueden mover las rocas o troncos de sitio y limpiarlos, si se desea, con un cepillo de dientes que no haya sido usado antes. Luego, cuando ya se ha terminado de hacer las anteriores tareas, se puede poner (poco a poco) el agua nueva; pero antes, el agua limpia que se ha de introducir debe ser calentada con un calentador hasta la temperatura que hay en el agua del acuario, para así evitar enfermedades, como el punto blanco (Ichthyophthirius multifiliis).

Por último se debe volver a encender todo el equipo: filros, bombas, calentador, etc.

Razones

Renovar el agua

Es necesario efectuar cambios de agua regulares en un acuario, ya que si las bacterias se encargan de degradar el amoníaco y los nitritos en nitratos, estos últimos se acumulan poco a poco en el acuario, pudiendo alcanzar valores importantes, que podrían ser tóxicos para los peces. La tasa de nitratos debe ser siempre inferior a 50 mg/L.

Los nitratos son consumidos por las plantas acuáticas y por las algas; sin embargo, el consumo por parte de las plantas no basta para eliminar todos los nitratos en general, sólo los cambios de agua regulares permiten obtener tasas aceptables.

Por otra parte, los cambios de agua permiten suministrar los oligoelementos necesarios para peces y plantas; en caso contrario se agotan, ya que el acuario es un medio cerrado.

El ritmo y la cantidad de los cambios de agua son variables según la población del acuario y las condiciones de mantenimiento. Se aconseja en general cambiar el 10% del agua cada semana, o el 20% cada 15 días. Este porcentaje por supuesto tiene que ser aumentado si las tasas de nitratos se elevan demasiado.

Sin embargo, nunca se debe cambiar toda el agua al mismo tiempo (véase Ciclo del nitrógeno).

Limpiar los cristales

Esto es por cuestiones de estética, pero también para la vida en el acuario. Las plantas no pueden sobrevivir sin luz. Siendo el vidrio un material sobre el cual las algas se establecen fácilmente, conviene limpiar los cristales regularmente para evitar la proliferación duradera de dichas algas.

Alimentación

Cada especie de pez tiene sus propias exigencias, aunque la mayoría de ellos pueden ser alimentados a base de presas vivas, y complementar su dieta con preparados inertes y aportes vegetales (hojas de lechuga o espinaca, algas, etc.).

Alimentados en exceso, los peces van acumulando grasas que sólo servirán para acortar su vida. Por otra parte, si su ración es excesiva, no llegan a comérsela toda, por lo que el agua se ensucia enseguida y compromete la salud de sus habitantes.

La ración alimenticia de un pez debe elaborarse en función de sus gustos y exigencias, aunque suele constar de:

  • alimentos frescos: carne de pescado, carne cruda, huevos de pez, mejillones, vegetales;
  • presas vivas: gusanos acuáticos, larvas de insectos, pequeños crustáceos;
  • alimento artificial: granulados industriales o escamas (hojuelas). Su utilización debe restringirse a los días en que no dispongamos de alimentos frescos o presas vivas.

No se recomienda el uso del llamado “gusano tubifex” (Tubifex tubifex), ya que este gusano viene asociado con aguas estancadas de gran contenido en parásitos, bacterias o pestes micóticas, que acabarán con los peces a la larga, los cuales pueden contraer, entre otras, la enfermedad del velo o la del punto blanco, o desarrollarán tumores, para desesperación del acuarista.

Ecología

Un acuario ideal reproduce un entorno ecológico concreto en un sistema cerrado, en equilibrio, como se encuentra en la naturaleza.

En la práctica es casi imposible mantener un equilibrio perfecto. Como ejemplo, una relación equilibrada de depredadores y presas es casi imposible de mantener incluso en el mayor de los acuarios. Típicamente el cuidador del acuario debe tomar medidas para mantener el equilibrio en el pequeño ecosistema contenido en su acuario.

Es más fácil alcanzar el acuario equilibrado cuando tenemos grandes volúmenes de agua. Cualquier impacto en el ecosistema del acuario será menor, en función del tamaño. Por ejemplo, la muerte de un único pez en un depósito de 11 L causa cambios dramáticos en el sistema, mientras que la muerte de ese mismo pez en un depósito de 400 L con muchos otros peces en él, representa un cambio mucho menor en el equilibrio del depósito. Por esto, los aficionados a menudo están a favor de depósitos mayores cuando sea posible ya que, como son sistemas más estables, requieren menos atención al mantenimiento del equilibrio.

Ciclo del nitrógeno

Ciclo del nitrógeno en un acuario.
Ciclo del nitrógeno en un acuario.

Un asunto esencial para el acuariófilo es la gestión de las sustancias de desecho biológicas producidas por los habitantes de un acuario. Peces, invertebrados, hongos y algunas bacterias excretan residuos nitrogenados en forma de amoníaco (que se puede convertir en amonio, dependiendo de la química del agua), el cual debe pasar por el ciclo del nitrógeno. También se produce amoníaco a través de la descomposición de las plantas y la materia animal, incluyendo heces y otros detritos. En concentraciones altas, los desechos en forma de amoníaco se convierten en tóxicos para los peces y otros habitantes del acuario .

Un depósito bien equilibrado contiene organismos que pueden metabolizar los desechos de otros residentes del acuario. El amoníaco que se produce en un depósito es metabolizado en los acuarios por un tipo de bacterias conocidas como nitrificantes (género Nitrosomonas). Las bacterias nitrificantes capturan el amoníaco del agua y lo metabolizan para producir nitritos. Los nitritos, en concentraciones altas, también son muy tóxicos para los peces. Otro tipo de bacterias (género Nitrospira) convierten los nitritos en nitratos, una sustancia menos tóxica a los habitantes del acuario.

Este proceso se conoce como ciclo del nitrógeno.

Además de las bacterias, las plantas acuáticas también eliminan los residuos nitrogenados metabolizando el amoníaco y los nitratos. Cuando las plantas metabolizan compuestos nitrogenados, eliminan el nitrógeno del agua, utilizándolo para construir biomasa. Sin embargo, esto es solamente temporal, ya que las plantas vuelven a expulsar el nitrógeno al agua cuando las hojas viejas se descomponen, por ejemplo.

Aunque informalmente se le llama ciclo del nitrógeno por los aficionados, es de hecho solamente una parte de un ciclo mayor: se debe añadir nitrógeno al sistema (normalmente a través de la comida proporcionada a los habitantes del acuario), y los nitratos se acumulan en el agua al final del proceso (o contribuyen a un crecimiento en biomasa mediante el metabolismo de las plantas). En la práctica, esta acumulación de nitratos en los acuarios caseros exige que el cuidador realice cambios periódicos de agua, sacando el agua alta en nitratos y reemplazándola por agua baja en nitratos (agua limpia).

Los acuarios de los aficionados a menudo no contienen las poblaciones necesarias de bacterias necesarias para “limpiar” los residuos nitrogenados producidos por los habitantes del depósito. Este problema se ataca a través de dos soluciones de filtración: Los filtros de carbono activo absorben los compuestos del nitrógeno y otras toxinas del agua, mientras que los filtros biológicos proporcionan un medio especialmente diseñado para la colonización por las bacterias nitrificantes deseadas.

Otros ciclos de nutrientes

El nitrógeno no es el único nutriente que circula por un acuario. El oxígeno disuelto entra en el sistema por la superficie del agua en contacto con el aire, o mediante una bomba de aire. El CO2 abandona el sistema también por el aire. Aunque a menudo ignorado, el ciclo del fosfato es un importante ciclo de nutrientes. El azufre, el hierro y otros micronutrientes también circulan por el sistema, entrando como comida y saliendo como desechos. El control apropiado del ciclo del nitrógeno, junto con un suministro de comida equilibrado, suelen ser suficientes para mantener estos otros ciclos de nutrientes en equilibrio aproximado.

Véase también

Bibliografía complementaria

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Enlaces externos

Asociaciones acuarilógicas de habla hispana:

Wikilibros


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