Sarandí del Yí

Sarandí del Yí
Para otros usos de este término, véase Sarandí (desambiguación).

Sarandí del Yí es una localidad de Uruguay ubicada al sudeste del departamento de Durazno a 96 kilómetros de la capital departamental por la ruta nacional N°14 hacia el este y a 200 kilómetros de Montevideo por la ruta nacional N°6 al norte, en el límite con el departamento de Florida. Es la segunda ciudad del departamento. Tiene una población estimada de 6.659 habitantes (2004).

Contenido

Historia

Datos recopilados por Williams David Nell Hornos

Fundada a iniciativa de Doña Dolores Vidal de Pereyra en el año 1875 es hoy una de las tres ciudades en el mundo que fue delineada antes de comenzar con la edificación. En los primeros meses de 1876 se iniciaba la construcción de las primeras viviendas y del templo, del cual se encargó económicamente Doña Dolores. A poco de fundada, la población se transformó en un importante centro de comunicaciones (correo a caballo y diligencias) para la región del este del departamento de Durazno, y los dapartamentos limítrofes. En 1872 la Junta Económica Administrativa resuelve construir una carretera desde la capital departamental hasta Sarandi del Yí y seguidamente un puente sobre el llamado "Paso Del Rey" para facilitar la comunicación con Florida y Mansavillagra. Desde 1906 vivirá un período económico muy activo basado en la prosperidad que tuvo el sector agropecuario durante la mayor parte de la segunda década del siglo. Logros como la llegada del ferrocarril, la instalación de una Junta Local, apertura de escuelas, erección del Hospital, la coronaron como ciudad en el año 1956, siendo actualmente el segundo centro poblado del departamento.

El área cultural históricamente ha sido una preocupación de la población de Sarandi del Yí, por lo que también se dan diversas expresiones artísticas como grupos folclóricos, grupos corales, artesanías, etc.

Nota: Tras varios días de recopilación de datos recabados de varios libros como el de "Historia de Durazno" de Oscar Padrón Fabre y otros más. Me tome el trabajo de transcribir toda la información que creí conveniente para que los más jóvenes sepamos un poco más de la historia de Sarandí del Yi, hay datos interesantes como cuando el Caudillo Aparicio Saravia tomó Sarandí del Yi o cuando Sarandi del Yi quiso eregirse como un departamento propio, debido a su auge y influencia económica, social y cultural que repercutió en la zona.

Antecedentes y Fundación

1853: Se solicita la fundación de un Pueblo denominado Sarandí a orillas del Río Negro, entre el arroyo homónimo y arroyo Las Cañas, al Gobierno de nuestro país. Dicha solicitud fue realizada por la Familia Pereira-Vidal. Se decreta por parte del Gobierno la creación del mismo el 6 de julio de 1853. Al poco tiempo de haberse dictado la Ley, la familia Pereira-Vidal realizó una permuta con el Sr. Ramírez, de los campos que poseían sobre el Río Negro por los campos entre el Río Yí y el Arroyo Malbajar. Por falta de recursos, no se pudo proceder a la creación del pueblo antes indicado, sobre el Río Negro.

1860: Doña Dolores Vidal de Pereira, insiste antes los Poderes Públicos en la creación del pueblo de Sarandí, no ya en las márgenes del Río Negro sino entre el Río Yí y el Arrollo Malbajar. El Senado y la Cámara de Representantes accede al nuevo petitorio pero nuevamente carece de fondos para llevarlo a cabo.

1868: Influenciando algunos vecinos de la Región, de nuevo el Senado y la Cámara de Representantes, prescindiendo de las gestiones anteriormente realizadas, aprueban una nueva ley que autoriza a la creación de un pueblo en el paraje entre el Río Yí y el Arroyo Malbajar, pero no con el nombre de Sarandí sino con el de General Flores. Nuevamente la fundación cae en un período de inactividad, dejando sin efecto la ley de creación del pueblo.

1874: Una vez más, Doña Dolores Vidal se presenta antes los Poderes Públicos agitando la iniciativa y esforzándose para que se lleve a la práctica su deseo, anteriormente manifestado y el cumplimiento de las leyes dictadas para la creación de un pueblo que se denominaría Sarandí, en los campos de su propiedad, entre el Río Yí y el Arroyo Malbajar, en el paraje denominado Paso del Rey.

1875: El 2 de diciembre de de 1875 se le concede a Doña Dolores Vidal de Pereira, un plazo perentorio y último para la fundación del pueblo. Ese plazo no debe excederse de 3 meses contando desde la fecha de su notificación. Durante ese período, Doña Dolores Vidal deberá resolver la realización del amojonamiento y delineación del pueblo Sarandí y sus planos y se pone como condición que la peticionante asigne gratuitamente el terreno respectivo para los edificios: templo religios, dos plazas, dos escuales y edificio de autoridades. Se le advierte a Doña Dolores, que si vencido el plazo mencionado no cumpliera con lo resuelto, caducará la autorización que le diera el gobierno procediendo a la expropiación de terrenos para la fundación. Doña Dolores Vidal da comienzo a la mensura y delineación del predio necesario para la fundación del pueblo y el 21 de diciembre de 1875 envía una carta a su administrador Don Julian Villarreal para que la represente ante el agrimensor Don Demetri Isola, quién iba a realizar la gestión. El 29 de diciembre de 1875, se presentó en aquellos campos completamente desiertos el agrimensor Isola, y entrevistándose con el Sr. Villarreal, luego de cambios de idea sostenidos debajo del "ombú de la antiquísima existencia", se comenzó la mensura y delineación del pueblo Sarandí.

El 29 de diciembre de 1875 comenzó la mensura y delineado de la planta urbana y del ejido del pueblo Sarandí, trazado en forma de damero y que se formaba con 60 manzanas con sus anchas calles y aceras y sus tres plazas entonces denominadas Sarandí (hoy Plaza de Deportes), Constitución (hoy llamada Plaza Dr. Enamorado) y Trainta y Tres (hoy denominada Plaza de las Carretas).

Culminaba un largo proceso iniciado e impulsado por su fundadora, Doña Dolores Vidal de Pereira. De su fecunda inspiración nació la idea, 22 años antes, exactamente en el año 1853, de poblar la alta horqueta que forman el pintoresco y caudaloso Yí con su afluente el arroyo Malbajar, el del gracioso y bravo cerro de su nombre, que se yergue en sus nacientes dominando la comarca inmensa desde El Chileno y Blanquillo hasta el Yí. La inauguración de los trabajos de mensura fue celebrada en reunión de numerosos vecinos de la zona, efectuada bajo la sombra de un ombú, situado en la Plaza Sarandí (hoy Plaza de Deportes).

Desde el 29 de diciembre de 1875 en adelante, la gente que lo constituye comienza a darle otro nombre, que es la expresión eminentemente popular, razonable lógica y poética, triunfal Sarandí del Yí. Fue una decisión espontánea, soberana, inspiradísima, que dictaron la lógica y el exquisito buen gusto popular.

Sarandí en 1888

El 1º de mayo de 1888 se publicó el primer número de “El Sarandi”, el fundador de la prensa periódica sarandiyense. Permaneció en escena hasta el 28 de julio de 1889, cuando al salir su Nº 64 cesó su edición. De redacción anónima, su regente fue Conrado Durañona.

La compulsa de este primigenio periódico solariego brinda una rica imagen de la Villa en esos años. Veamos algunos detalles:

Sobre el Ejido. La Base Nº XV del convenio de mensura y delineación firmado por Doña Dolores y el Agrimensor Isola, estableció:

“En el fondo del Rincón se fijará una fracción que no baje de 200 cuadras y que no pase de 250, para terrenos de Dehesa ó pastoreo y montes del Pueblo”.

Sin embargo dicha cláusula –según “El Sarandi”- no se había cumplido, ante lo cual dicho periódico llevó adelante una firme campaña de denuncia en esa situación.

Remozamiento urbano. Servicios. Sarandi vivía entonces un periodo de continuo crecimiento y progreso material. Similar situación vivían la mayor parte de los centros urbanos del país, proceso que se interrumpirá, drásticamente, por las repercusiones de la crisis de 1890. Del optimismo con que los vecinos percibían su tiempo es reflejo esta cita:

“No es avanzado asegurar que pueblo ninguno de la República haya sido tan favorecido por la naturaleza y que progresa con soberbios y solidos edificios en construcción unos, concluidos los más y en proyecto otros…”

Este afán progresista se manifestaba, también, en los deseos de hacer más agradable el aspecto urbanístico de la Villa. En la Plaza Constitución, en ese año de 1888, se procedió a realizar una plantación de árboles, mientras que la Plaza Sarandí era transformada totalmente por “el delineador público Juan Curuchet”, quien abriría calles y caminos que enmarcarían los jardines donde se plantaron refinadas especies procedentes de la quinta de Margat: “magnolias, paraísos, cipres, acacias, eucaliptos, olivos”.

Fiesta de Morenos. En 1888 la esclavitud fue abolida definitivamente en el vecino Imperio del Brasil y la población negra de Sarandí, cuando recibió la noticia, decidió festejar para compartir a la distancia la alegría de sus hermanos de sangre brasileños.

La fiesta tuvo lugar el 10 de junio y “El Sarandí” dio detalles de esa fiesta “de los descendientes de la raza Africana en esta localidad para celebrar en honor a la libertad de esclavos en el Brasil”

Los morenos desfilaron por las calles haciendo flamear”

“las banderas Oriental, Brasil y Africana”

El centenario ombú de la Plaza Sarandí dio generosa acogida a los miembros de esta sufrida raza, y allí se comió un gran asado con cuero y se bailó.

Presencia de inmigrantes. En 1888 se estimaba que Sarandi contaba ya con una población próxima a 2.000 habitantes. De ella, un porcentaje importante eran inmigrantes europeos, cualidad que, sin duda, jugó un papel decisivo para darle al naciente núcleo urbano una dinámica progresista y moderna.

Españoles, italianos y franceses eran los núcleos principales, quienes, herederos de viejas tradiciones comunitarias y empapados de las ideas sociales de la hora, se nuclearán en sociedades de ayuda mutua, fenómeno que se manifestó en todo el país. La primera institución de estas características que se constituyó en Sarandí habría sido, no es seguro, la Sociedad Francesa, en los primeros años de la década de 1880 y luego, entre 1887 y 1888, la Italiana y Española. En el caso de los italianos incluso, existía otra institución que se denominaba "Societá Círcolo Napolitano".

La colectividad española, por su parte, fue de las primeras en poseer sede social propia, la cual fue inaugurada con grandes festejos el 1o. de enero de 1889, fecha aniversario de su fundación.

Por otra peculiaridad presentó Sarandí relacionada con este tipo de instituciones. La población de origen oriental, que veía los beneficios y garantías de que gozaban los extranjeros con las Sociedades Mutuas, decidieron formar una institución similar para la población nacional. Así nació, el 25 de agosto de 1888, la "Asociación Fraternidad de Socorros Mutuos entre Orientales". La novel institución contó con un importante número de a filiados y fueron sus primeras autoridades Lucas Fiallo, Presidente; Dr. Luis S. Botana, Ignacio Cibils, Luis A. Durañona y entre los Vocales figuró Fernando Silva Antuña, padre del escritor Fernán Silva Valdézs.

Recreación. Distintas formas de manifestar sus alegrías e inquietudes tenía la sociedad sarandiyense de entonces. Una de ellas era la orquesta de aficionados "Euterpe", la que amenizaba distintos bailes y festejos en la localidad. Otro centro de gran extracción era la pelota de frontón, que se practicaba en la cancha que existía en el clásico "Hotel de Roma" de Rafael Perna. Allí la números apoblación vasca de la Villa y zonas vecinas realizaban torneos que acaparaban la atención de mucho público.

También en esos años llegó la moda de la playa a Sarandí, acompañada como era costumbre, por severos reglamentos. El "Edicto de baños para señoras y señores" correspondiente al verano 1888-1889 establecía:

Art. 1o. Desígnase para baños de señoras el paraje del arroyo Yí desde el paso llamado Real aguas arriba.

Art. 2o. Desígnase para baños de hombres el paraje del mismo arroyo, desde el paso referido aguas abajo comprendiendo el mismo paso.

Art. 3o. Queda prohibido a los hombres bañarse en los parajes destinados a señoras; como igualmente concurrir a ellas en horas de baños

Aparicio Saravia toma Sarandí del Yí

Sarandí y toda su zona de influencia vivieron de forma particularmente intensa las últimas revoluciones de 1897 y 1904, pues era la zona de los focos más firmes que tenía el Partido Blanco y fue en un número muy elevado la participación de esa comarca en las luchas que tuvieron lugar en esos años.

Precisamente le tocó a Sarandí ser uno de los primeros escenarios donde se reveló, para Uruguay, la personalidad de Aparicio Saravia. Tal hecho tuvo lugar a fines del año 1896, cuando el caudillo del Cordobés impulsó un primer intento revolucionario. El historiador Manuel Gálvez así describe este episodio:

“Es el 30 de noviembre. A las seis de la mañana, Saravia envía al pueblito a uno de sus segundos con ciento cincuenta de sus gauchos. La pequeña fuerza entra en los arrabales de Sarandí y se informa que en la Policía, situada a media cuadra de la plaza, están acantonados sólo sesenta y cinco hombres, entre ellos cuarenta civiles adictos al gobierno. Le avisan a Saravia. El General, entonces, avanza con toda su gente, ocupa las alturas próximas, rodea al pueblo, llega hasta la plaza y pone sitio a la Policía. Luego hace tocar una diana al pistón, al clarinete y a la flauta que ha traído de la Coronilla.

Y ante el asombro de partidarios y enemigos, realiza uno de sus fabulosos actos de coraje. Desde la policía los reciben con una recia descarga. Cuando termina, él se adelanta solo, hasta quedar a cincuenta pasos del edificio, y les grita a sus defensores: “La resistencia es inútil. Tengo más de mil hombres dispuestos a morir. Si vuelven a hacer fuego y matan o hieren a uno solo de los míos, todos ustedes serán pasados por las armas”.

Intervienen los comerciales, y señoras principales y se acuerda la capitulación. Saravia, generosamente, deja en libertad a sus enemigos y les garantiza sus vidas”.

SARANDI: 1906 – 1933

Los distintos atributos que la descripción de Orestes Araújo señala, le permitieron a Sarandi, adquirir tempranamente una dignidad urbana que otras poblaciones, de bastante mayor edad que ella, no lograrían aún. Efectivamente, a solo tres décadas de fundada, la población alcanzó la categoría de Villa. La Ley 3.041 de fecha 08 de junio de 1906 dispuso:

“Art. 1º. Elevase a la Categoría de Ciudad la Villa de Durazno y a la de Villa al Pueblo de Sarandi del Yi.”

Esta designación, si bien por sí misma no significó cambios concretos para la localidad, es sí un exacto símbolo de la apertura de una nueva etapa para la misma. El proceso urbanizador se consolidará y el predominio de nuevas fuerzas sociales – el sector ganadero, en este caso- le darán un nuevo impulso modernizador que se concretará en numerosas obras.

La Sociedad “Exposición Feria”

Como sucedió en Durazno y otras localidades, este período está signado, sobre todo en las dos primeras décadas del siglo, por el surgimiento de instituciones corporativas de productores ganaderos, las cuales tendrán un gran empuje creador. En el caso de Sarandí dicha institución fue la Sociedad “Exposición Feria”, la cual fue fundada en 1907 y para cuya constitución tuvieron parte decisiva los Sres. Lucas Echenique y Narciso A. Machado. En diciembre de 1908 esta nueva institución realizó su primer Exposición-Feria, acontecimiento que fue coronado por el éxito y que de inmediato pasó a ser la fiesta y el hecho económico más importante de Sarandí a lo largo de varios años. Pero, además, la Sociedad “Exposición-Feria” fue el motor que permitió alcanzar otros progresos a la localidad. Efectivamente, en 1908, se instala, por su impulso, el servicio telefónico. En 1909 se instala una sucursal del Banco de la República y, paralelamente, se construyeron importantes vías de acceso a la localidad, se promovió la formación de colonias agrícolas, se estableció un molino harinero con servicio anexo de fidelería y gestionó, decididamente, la extensión del ferrocarril hasta Sarandí.

Desde entonces se vivirá un período económicamente muy activo, basado en la gran prosperidad que tuvo el sector agropecuario, durante la mayor parte de la segunda década del siglo. En el año 1923:

“Sarandi del Yi, giraba, con la capital de la República, por intermedio de sus casas de comercio e industrias un promedio de tres millones y medio de pesos anuales, que en la actualidad (1934) habiendo aumentado la población y consecuentemente también el núcleo de casas de comercio establecidas en la Villa, la cantidad que gira, como término medio anualmente con la Capital de la República es de $ 4.500.000.”

Entre las numerosas casas comerciales que existían en 1923 se destacan 27 almacenes, ferreterías y bazares; 3 acopiadores de frutos; 1 biógrafo, 5 cafés y confiterías; 15 lecherías; 4 hoteles; 4 panaderías; 7 herrerías, carpinterías y fábricas de carruajes; 3 farmacias. También se agregaban 40 automóviles de alquiler y 8 camiones.

Proyecto de erigirse en Departamento

El Siglo XX uruguayo transcurrió sin que se hayan producido cambios significativos en la división departamental del país, manteniéndose la estructura administrativa definida a mediados de la década de 1880. Sin embargo, no ha sido esto por falta de iniciativas en cuanto a crear nuevos Departamentos, al contrario, varios ejemplos se pueden dar en ese sentido. Uno de ellos es la propuesta nacida en Sarandí.

El crecimiento económico y poblacional de la localidad y la zona, ante el mantenimiento de una situación de dependencia, y, a la vez, de orfandad respecto a la Capital departamental, determinaron que una parte de la población impulsara el proyecto de constituir un nuevo Departamento que tendría como centro y Capital a dicha Villa. La primera vez que se agitó dicho proyecto fue en 1911 y para realizar la propaganda correspondiente se editó, expresamente, un periódico, titulado “El Departamento de Sarandí” y que estuvo dirigido por Narcizo A. Machado. Este órgano periodístico decía en su número inaugural:

“La Villa de Sarandi del Yí, es ya mucho más que un núcleo de población, demarcada con un tenue punto de la carta geográfica de la Nación.

Es centro de una rica y próspera comarca central de nuestro país. Los positivos méritos conquistados en buena, activa, continua como brillante lid han conseguido hacerle despertar de un letargo, inoculándole las energías que necesitaba para levantarse resuelta…

Tal fuerza incontrastable cimenta una civilizadora, arraigada, valiente y venturosa aspiración local. La creación de un nuevo Departamento, el de Sarandí, teniendo por capital en su centro esta Villa”.

El proyectado Departamento se formaría con tierras hasta ahora pertenecientes a Durazno, Cerro Largo y Florida. Sus límites serían:

“El Río Negro, desde la barra del Chileno hasta la barra del Cordobés, desde su barra hasta la de Pablo Páez, siguiendo todo el curso de este arroyo hasta la Cuchilla Grande. Chileno, desde su barra en la denominación de este arroyo que más reentra al Departamento de Durazno, hasta sus puntas con una recta que se unirá con las de Antonio Herrera, en iguales conducciones, siguiendo el curso de esta corriente hasta desembocar en el Yí. Una parte de este Rio, hasta la barra de Timote, comprendiendo este arroyo, desde su confluencia definitiva a sus nacientes.

Por último la Cuchilla Grande”.

La presencia de Alejo Rossel y Rius

Durante estos primeros años del presente siglo Sarandí y su zona de influencia contó con el importantísimo apoyo de una personalidad generosa y sumamente poderosa en lo económico. Se trató de Don Alejo Rossel y Rius, quien, a pesar de no haber residido en Sarandi, promovió distintas iniciativas progresistas. Poseía en la región una gran extensión de tierras, las que habían sido obtenidas a través de su esposa, Dolores Pereira, descendiente directa de la Fundadora.

En 1906 Don Alejo ofreció, en donación, un motor y dínamo para luz eléctrica con destino a la flamante Villa. En 1909 donó la manzana No. 14 de Sarandí, con destino a instalar allí una escuela agrícola. Casi paralelamente iniciará el ambicioso proyecto de la colonia agrícola que lleva su nombre, en una extensión superior a las 12.000 hectáreas

En 1911 donó, con destino a la escuela avícola proyectada, varias estatuas de bronce que ostentaban símbolos del trabajo agrícola, la cultura, la justicia y la ley. Esto determino que dicha manzana pasará a denominarse “Plaza de las estatuas”, siendo luego plaza de deportes, y hoy, Estadio de Menores.

También en ese año 1922, trajo de Europa un tren Renard para comunicar la naciente colonia agrícola con Sarandí. Un año antes había donado un terreno y edificio ubicado frente a la plaza principal con destino a Escuela. Sitio que actualmente ocupa la Escuela No. 3.

Urbanismo, Servicios, Comunicaciones

Sarandí experimentó en estos años un remozamiento general que se manifestó en la construcción de innumerables edificios, públicos y privados, así como en el embellecimiento de sus plazas. En 1908 una sabia disposición comunal estableció la obligación para todos los vecinos de arreglar y atender el mantenimiento de sus cercos y veredas. Las calles, por su parte, fueron pavimentadas con frecuencia desde 1914, siendo algunas macadamizadas.

En cuanto a los servicios, en 1908 quedó instalado el servicio telefónico cuyo propietario fue el Sr. Félix Pavesio. Ya en 1909 poseía más de 100 suscriptores. Posteriormente pasó a propiedad de los señores Juncosa y Berbejillo, hasta el año 1913 en que fue adquirido por Hermán Nuñez.

La luz eléctrica, por su parte, fue motivo de muchos años de movilizaciones vecinales en procura de obtenerla. Ya en 1912 la Dirección de Usinas Eléctricas de Montevideo solicitó informes y el plano de la Villa para los estudios preliminares. Pero pasaron los años y ninguna novedad se tuvo. Una década después se iniciaron nuevas gestiones, las que concluyeron recién en 1927, año en que se firmó el contrato de suministro de luz eléctrica para Sarandí con la UTE:

Finalmente, el 25 de agosto de 1928 fue inaugurado el servicio, contando con un edificio expresamente construido para la misma y con nuevos generadores. Se inauguró con 94 abonados y ya en 1934 contaba con 361. Durante ese lapso el servicio fue exclusivamente nocturno, pero con la llegada del ferrocarril comenzó a funcionar desde las 13:00 hs.

En las comunicaciones Sarandí estaba unidad con Durazno y otros puntos por intermedio de la diligencia. Aún a comienzos de la década de 1930 la diligencia de Pedro Noble unía Durazno con Sarandí, pero para entonces el transporte automotor ya comenzaba a predominar.

Pero el principal flujo de personas y bienes en esas décadas, se hacía con Nico Pérez, donde se realizaba combinación con el ferrocarril.

Un hito importantísimo en materia de comunicaciones fue la construcción de los puentes carreteros sobre el río Yi y el arroyo Illescas, los cuales fueron inaugurados en noviembre de 1913. Estos contribuyeron, decididamente a sacar a Sarandí de un peligroso aislamiento.

En los años posteriores la extensión del sistema de carreteras y caminos dotó a Sarandí de una estructura vial que la convirtió en un verdadero eje de las relaciones comerciales de una amplísima zona. A principios de la década de 1930 las principales vías eran el camino a Nico Pérez; el camino llamado del Trauman, que conectaba la Villa con el Norte del Departamento, el camino a Illescas; el camino a El Carmen; una flamante carretera a Mansavillagra y dos caminos que unían a Sarandí con las colonias agrícolas “Rossel y Rius” y “La Palma”.

Finalmente, en el área de la salud también tenemos hechos de real trascendente para la vida local. Entre los primeros nombres que se recuerdan vinculados a la asistencia médica en Sarandí se citan los de Herrero, Garvelini, Soler, y Fabián Arocena. Posteriormente, en las décadas de 1920 y 1930, comenzarán a actuar los Doctores Héctor Petrini, Pantaleón L. Astiazarán, Luis Gastaldi (español que se radicó en Sarandí en 1923 siendo además, pintor), Francisco D. Ríos y Arturo Paradela.

Pero la figura más representativa de la medicina sarandiyense en esas primeras décadas del siglo fue, sin duda, el Dr. Alberto J. Enamorado. Este galeno, formado en la robusta escuela del humanismo médico del S. XIX, se radicó en Sarandí en 1902 y allí ejerció su profesión hasta 1917, año en que falleció. Dijo de él una crónica local:

”Para todos estaba dispuesto siempre y no sólo iba y atendía el cumplimiento del deber, sino que también se abrían continuamente sus manos generosas para aliviar la necesidad del prójimo. Vivió pobremente a pesar del ímprobo trabajo que le asediaba continuamente y murió sin dejar bienes materiales…

Su sepelio fue una manifestación de duelo imponente…”

Testimonio del profundo respeto y agradecimiento que Sarandí sentía por el Dr. Enamorado, en el mismo año de su fallecimiento se puso su nombre a la plaza principal de la Villa.

Una gran conquista de Sarandí en éste período fue la construcción del Hospital. El Dr. Héctor Petrini fue el impulsor principal de tal proyecto, presidiendo, desde 1921, la Comisión Pro-Hospital que se constituyó para tales efectos. La cifra de dinero que se necesitaba era bastante importante lo que hacía suponer que pasaría bastante tiempo para ver la obra concluida.

Surgió entonces la figura del Sr. José Ma. Rodríguez Sosa, quien no sólo dono el terreno para levantar el centro asistencial, sino que tomó a su cargo el costo total de las obras, que se estimaba en una cifra próxima a los 34.000 pesos.

El 22 de mayo de 1925 se colocó la piedra fundamental y en 1927 se procedió a su inauguración, llevando como nombre, en merecido reconocimiento, “Hospital José María Rodríguez”.

La Religión

Hemos señalado ya como una característica de Sarandí, y su zona de influencia, el hecho de la intensa incidencia de la religión en la vida social de su población.

En el período que venimos analizando la figura más representativa fue la del sacerdote Antonio Lembo, cuya actuación coincide, casi totalmente, con los límites de aquél. Efectivamente, en octubre de 1906 el P. Lembo se hizo cargo de la Parroquia de Sarandí, permaneciendo en dicha tarea hasta el 30 de diciembre de 1930, día de su fallecimiento. Su actividad fue intensa, desarrollando, entre otras obras, la reforma del templo, la colocación del reloj público en la Iglesia (1915) y la edificación del Patronato Católico. Esta última obra se comenzó a edificar en 1916 y fue inaugurada en diciembre de 1919, teniendo como principal propósito de que tuvieran asiento allí todas las Asociaciones Parroquiales y funcionaria un Colegio Parroquial.

La Prensa

Otro elemento que ha provisto de una personalidad definida a Sarandí ha sido su vigorosa veta cultural, especialmente literaria, y una manifestación destacadísima de ella ha sido constituida por la actividad periodística, que ha sido, sobre todo en determinados períodos, muy intensa. Precisamente, en los años que venimos reseñando la localidad fue escenario de una casi febril actividad periodística, vinculada directamente, y decididamente, a la propaganda política. Las disputas electorales entre blancos y colorados, y predominantemente, entre los distintos sectores de los Partido Blanco, fueron las causas principales que determinaron tal fenómeno cultural.

Suman aproximadamente veinte títulos diferentes los periódicos aparecidos entonces, pero en su casi totalidad su vida era breve. Podemos citar como ejemplos a “El Censor” y “Nuevos Rumbos”, afiliados al Partido Colorado y “El Radical”, “Sarandí”, “El Pueblo”, “Renovación” y “Nueva Época” al Partido Blanco.

También las disputas entre clericales y anticlericales fueron motivo para la aparición de órganos de prensa, siendo un ejemplo típico de esa época el periódico “La Verdad” de decidida postura anticlerical y que apareció en la Villa durante los años 1918 y 1919.

Precisamente de esta fecunda y calificada veta periodística surgirá la figura de Natalio Botana. Este sarandiyense se radicó en Buenos Aires y dirigió, hasta su fallecimiento, el conocido diario “Crítica”, publicación que revolucionó el ambiente de la prensa bonaerense y que dio a Botana gran renombre.

La Colonia Rossel y Ríus

Una localidad muy vinculada a Sarandí fue la colonia agrícola que impulsara Alejo Rossel y Ríus y que lleva su nombre. Ya en 1900, el periódico duraznense "El Departamento" daba cuenta que el citado hacendado y hombre de negocios manejaba el proyecto de formar un centro agrícola en las tierras que poseía en Durazno. Finalmente, al finalizar el año 1909 Alejo Rossel y Ríus se dirigía a los poderes públicos a efecto de solicitar las exoneraciones que la ley de 4 de octubre de 1889 concedió a los propietarios que destinaban tierras de pastoreo para la colonización.

La extensión de tierras dedicada a la colonia fue de 12.953 hectáreas, ubicadas en la 9a. y 10a. sección de Durazno y las mismas fueron subdivididas en 216 chacras y 24 huertas. Las primeras tendrían una superficie de treinta, sesenta y cien hectáreas, mientras la de los huertos alcanzaría a tres hectáreas.

La colonización se inició con un gran impulso y las primeras cosechas se obtuvieron para 1912-13. En ese último año como señal de la importante población existente, se creó la Escuela No. 47. Sin embargo los colonos debieron enfrentar un obstáculo por muchos años insalvable: las grandes dificultades en la comunicación y, sobre todo, en el transporte, lo que determinaba que la producción no pudiera encontrar bocas de salida adecuadas. En 1923 los colonos reclamaban la construcción del ferrocarril, pues en ese año el estado desastroso de los camino los había obligado a tener que regalar sus productos.

Antes esta situación, que permaneció, hasta principios de los años 30, incambiada, la Colonia comenzó a despoblarse y la ganadería comenzó, nuevamente, a ocupar las tierras hasta ayer dedicadas a la agricultura.

Se demostraba así, una vez más, que la imposición de una explotación agrícola en una región eminentemente ganadera si no ha estado precedida de un plan de vías de comunicación, servicios, lugares de comercialización, etc. conduce, irremediablemente al fracaso. Cuando la Colonia, después de muchos años, contó con buena parte de la infraestructura necesaria, la mayor parte de los colonos ya no residían allí o habían cambiado el tipo de explotación.

SARANDI: 1934 - 1955 - La Llegada del Ferrocarril

El comienzo de una nueva etapa en la vida de Sarandí estuvo signada por la llegada del ferrocarril a esa localidad. Aún en la cuarta década de este siglo, este medio de transporte mantenía, en el Uruguay, intacto su prestigio como expresión máxima del progreso tecnológico y promotor del desarrollo y la prosperidad.

En Sarandi el ferrocarril era esperado desde varios años atrás. Ya a principios de la década de 1920 comenzó a hablarse del proyecto de extender las vías desde Florida hasta la Villa junto al Yi:

"Por ley de 9 de noviembre de 1925 se determina la ejecución de la línea Florida - Sarandi del Yi con recursos propios. Para ello trabajó incansablemente la Comisión Pro-Ferrocarril de Sarandi del Yi y Secretario eran los Sres. Raúl Rodríguez y Narciso machado..."

Sin embargo los trámites se fueron dilatando ante lo cual los productores de la zona ,especialmente agricultores, reclamaban la imperiosa necesidad que tenían de contar con un medio de transporte eficaz para poder colocar efizcamente su producción.

"Dictada la Ley por la que se aprueba el plan general de ferro-carriles del Estado, el 27 de mayo de 1919 se firmó el contrato con las compañías que habían ganado la licitación para la realización de las obras."

De inmediato se dio comienzo a las obras, las que trajeron, como siempre, una beneficiosa situación económica, dada la importante cantidad de obreros que insumían. Hecho aún más significativo si se tiene en cuenta que se atravesaba por un período de gran recesión económica.

Sarandí participó de esa prosperidad y como manifestación de júbilo que provocaba la llegada de ese gigantesco medio de transporte se constituyó la "Comisión Pro Ferrocarril y Evolución Progresista Regional", la cual organizó distintos actos y promovió iniciativas de mejoramiento local.

A partir de mayo de 1933 se fueron habilitando tramos particulares de la línea férrea, hasta que el 23 de septiembre de 1934 se inauguró la línea hasta la Estación de Sarandí del Yi. Los festejos duraron varios días y para ello se remozaron calles y paseos de la Villa. Sumándose a estos actos, a partir de ese mismo día 23 comenzó el servicio diurno de luz eléctrica y se colocó la piedra fundamental del nuevo edificio para la Comisaría.

La Comisión Pro Ferrocarril manifestó ante tan importante logro:

"Nuestra Villa y toda la vasta zona que la circunda, cuajada de hombres de trabajo, está de fiesta.

El Ferrocarril que una a Florida con Sarandí del Yí, y por lo tanto a nuestra villa con la Capital de la República ya es un hecho.

Toda nuestra zona, rica y productiva, que vivió hasta ahora aislada, siente, con el silbato de la locomotora y con el retemblar de sus campos, que se muevan sus energías y que con esa innovación alcanzan a vislumbrarse en el horizonte una estrella de óptimas esperanzas".

Entre las numerosas iniciativas y conquistas que se dieron concomitantemente con la llegada del ferrocarril pueden citarse, como ejemplos: las siguientes. En 1932 se creó la Biblioteca "Juana de América", que prestó un excelente servicio. En ese mismo año una Comisión llevó adelante la formación del Liceo Popular de sarandí, que comenzó a funcionar casi de inmediato, siendo designado su Director, en 1933, Don Genuino Rodríguez Castro.

También en 1933, por iniciativa del Jefe de Policía de Durazno, Cnel. Juan Barbadora, comenzó a funcionar el Comedor Popular, que venía a llenar una manifiesta necesidad dada la profunda crisis económica existente.

En 1934, a los logros ya señalados se sumaron la inauguración del servicio de agua potable, en el mes de Junio; la habilitación del nuevo edificio para la Escuela No. 5 que pasó a llamarse "Dr. Elías Regules" y el amanzanado de terrenos en la segunda zona de chacras, próxima a la Estación del ferrocarril respondiendo a las perspectivas que generó dicho transporte. En 1935 se procedió a remodelar la plaza "Dr. Alberto Enamorado"; se inauguró, en Octubre, el servicio telefónico de larga distancia y la empresa de ómnibus "Progreso", de los Sres. Sacco Hnos, inició sus viajes a la localidad de El Carmen. En ese mismo año, la comisión Pro sarandí, al solicitar del respectivo Ministerio, el establecimiento de un Liceo Oficial, estimaba la población sarandiyense en "9.000 habitantes".

Otras Conquistas

Un logro fundamental obtenido durante el periodo que venimos tratando fue el consagrado por la Ley No. 10.016, de mayo de 1941, la cual dispuso la creación de la Junta Local Autónoma de Sarandí, fijándole como límites jurisdiccionales los mismos de la 9a. Sec. Judicial del Departamento.

Esta conquista, fruto de una prolongada campaña autonomista, tuvo especial significación para una población que tradicionalmente se había sentido marginada por la capital departamental En este hecho, unido a la intensificación de las relaciones comerciales de Florida por intermedio de ferrocarril, llevaron a que durante estas década de 1930, 40 y buena parte de la de 1950, los vínculos entre Sarandí y Durazno se debilitarán aún más, viviendo, en buena medida, aislados.

Una de las actividades que demostró particular dinamismo en este período, fue la cultural, y especialmente, la educativa, área en l cual la población sarandiyense demostró un permanente interés, constituyéndose, para tales fines, numerosas comisiones populares.

En 1937 se instaló el colegio confesional "Virgen Niña", institución destinada a tener gran predicamento en la sociedad local.

La educación primaria pública, por su parte, vivía en esos años una difícil situación, pues al trasladarse al nuevo local la Escuela N° 5, los dos centros escolares que existían se unieron en uno sólo, pero éste no lograba dar satisfacción a las aspiraciones de toda la población. En 1939 el Inspector Departamental Pablo Estavillo, hacía notar que de un total de más de 800 niños en edad escolar que existían en Sarandí, solo había 440 inscriptos en la Escuela Pública. La causa era:

"que la única escuela que funcionaba actualmente está ubicada muy en las afueras de la población, cuyo edificio carece de veredas y se encuentra ubicada en un paraje húmedo..."

situación ésta que determinaba:

"que muchas familias del centro urbano no enviaran a sus hijos a la escuela, prefiriendo que éstos cursen estudios en la escuela de Hermanas y en tres escuelas particulares que funcionan en Sarandí del Yi..."

La solución para esta situación se obtuvo en 1941 cuando reabrió sus puertas la Escuela No. 3

En el año 1942 se constituyó una Comisión Pro-Cultura que en ese mismo año se transformó en "Centro Cultural de Sarandí del Yi" bajo la presidencia del Sr. Edmundo M. Osorio. Esta institución organizó conciertos, conferencias y variadas actividades, poseyendo, incluso, un órgano de prensa propio, "El Erial".

Una aspiración también anhelada desde mucho tiempo atrás era la creación de un Liceo Oficial, Desde 1932, y durante cuatro o cinco años atrás, funcionó el primer Liceo Popular. En 1939 se Comisión Pro Liceo que, pese a no obtener la aceptación de las autoridades de Secundaria, decidió poner en marcha el curso de Ingreso. Por último, la Ley del 20 de abril de 1945 dispuso la creación de un Liceo para Sarandí, el que inició su actividad en Mayo de ese mismo año, siendo su primer Director Rubén Areán.

Casi paralelamente otra trascendental conquista alcanzará Sarandí. La necesidad de cursos destinados a instruir a los jóvenes en trabajos manuales y técnicos había sido motivo para que durante muchos años se reclamara el establecimiento de una Escuela del Hogar o Escuela Industrial. Este anhelo se vio coronado a partir de la formación de una Comisión Pro Escuela Industrial que se formó en abril de 1946. Esta Comisión, integrada por delegados de todas las distintas actividades y organismos existentes en la Villa, nombró a su vez un Comité Ejecutivo, presidido por el Sr. Oréstes Bucheli, luego reemplazado por el Esc. Carlos Alvariza. Este grupo de sarandiyenses logró que el recordado Director General de la Universidad del Trabajo del Uruguay, Dr. José F. Arias, visitara la Villa en mayo de 1947, con el propósito de conocer directamente sus aspiraciones.

Finalmente la Cámara de Representantes aprobó, en Junio de ese año, la instalación de una Escuela Agrario-Industrial en Sarandí comenzando los cursos el 10 de noviembre de 1947, con una inscripción de 40 alumnos y bajo la Dirección de la señorita Yolanda Olid.

También en el plano cultural puede señalarse que por entonces el cine atraía poderosamente la atención de la sociedad de Sarandí, actividad que tomó un gran incremento desde que en 1939 quedó concluido el "Cine-Teatro" de Perna, local que se constituyó en la principal sala de espectáculos de esa localidad. Al respecto un periodista manifestaba en 1942:

".. no es necesario decir que el Cine es uno de los factores más efectivos y eficientes para servir la cultura popular. Contemos, además, que nuestro pueblo no tiene una sola biblioteca. Es más, no tiene una sola librería. La gran prensa que llega de Montevideo se leía por las carreras y el fútbol ahora se agrega las noticias de la guerra. La radio, en términos generales, se escucha en los tangos y en las comedias sentimentales".

En el plano social y deportivo un hecho a destacar es la fundación, en junio de 1945, del Aero Club, institución que además de contribuir a la difusión y enseñanza de la aeronáutica, prestó durante largos años un importantísimo servicio social con aviones-ambulancias y aviones-taxi. En 1947 se trasladó a la sede del antiguo Cuartel de Caballería –donde durante la guerra mundial estuvieron internados muchos de los tripulantes de la guerra mundial estuvieron internados muchos de los tripulantes del “Graf Spee” – agregándose, posteriormente, una empresa particular dedicada a la reparación y venta de aviones Cessna, constituyendo una de las principales del país en su género.

Las figuras de Auquilio Sosa Bernadet y Pantaleón Astiazaràn

Finalmente, cabe referirnos, al tratar de este singular período de la vida sarandiyense, a quienes fueran, sin duda, dos de sus personalidades más representativas: el sacerdote Auquilio Sosa Bernadet y el Dr. Pantaleón Astiazarán.

El primero era oriundo del Departamento de Artigas, llegó a Sarandi el 3 de mayo de 1936, actuando en Sarandí hasta el 6 de julio de 1961, fecha de su fallecimiento.

Trabajador tenaz, logró importantes mejoras, no sólo en el ámbito del culto particular de su fe, sino para la sociedad sarandiyense en general. Así entre sus obras pueden citarse la restauración del templo parroquial, la fundación del Colegio “Virgen Niña” y la erección de templos en distintas localidades de la zona. En la faz literaria compuso los poemas “Alas”, “Lira Azul” y el trabajo de carácter histórico “Páginas de una Historia”, donde con verdadera unción rememora el proceso fundacional de la Villa y, especialmente, la figura de su Fundadora.

Conocedor y admirador, sin límites, de las tradiciones gauchas y la historia patria, impulsó fervorosamente la conmemoración de las grandes efemérides nacionales y locales. De forma particular merece recordarse la conmemoración de los 80 años de la fundación de Sarandi, junio de 1956, cuando desde la estancia “Santa María del Yí” fue transportado, escoltado por una caballería gaucha, un retoño de ombú, que fue plantado en el lugar donde existió el venerable árbol de igual especie que presidió la génesis de la población.

El Dr. Pantaleón Astiazarán, por su parte, perteneció a una de las familias más consustanciadas con el nacimiento y desarrollo de Sarandi. Su desempeño profesional, iniciado en la Villa en la década de 1920, estuvo marcado por una intensa y generosa labor. En 1932 pasó a ocupar una banca en el Parlamento con el carácter de Representante por Durazno. Se iniciaba así una de las carreras políticas más prolongadas y representativas de la historia política departamental en el siglo XX, habiendo ocupado en cinco oportunidades la investidura de Representante por Durazno.

Una calle principal de Sarandi y la Escuela Técnica de dicha localidad llevan su nombre.

Leyenda del Viraró

Los ríos en General, y el Yí en particular, tienen múltiples efectos sobre las comunidades que se arriman a vivir junto a ellos. Sarandi del Yí se recuesta sobre su río epónimo y al manso Malbajar, quienes le acunan en sus brazos generosos, mientras las aguas viajeras le cantan canciones de cuna, ayudadas por los zorzales, calandrias y palomas. Pequeña y humilde ciudad que como una gema criolla se acurruca en los montes indígenas. Engarce azul y verde, de aguas y de flora. Los pajonales con sus melenas al viento, esparcen su tenue música y la de sus grillos en los atardeceres melancólicos.

Hombres que allí nacieron, hombres que hasta el llegaron, se contagiaron del misterio de esas aguas cristalinas y del verde de sus montes nativos y se hicieron poetas. Realidades y leyendas, trabajo y sueño, alimentaron el fuego de las tradiciones desde Regules a Osirís, de Fernán Silva Valdes al Padre Sosa, de Lamaita a Lino Rodríguez. Y rezumar estas creaciones es nuestra tarea. Existe una antigua leyenda que ata al cementerio local con un viejo Viraró – hoy inexistente – y el cerro Manduca, vigía del pago del lado de Florida. El viraró (ruprechia salicofolia) es común en nuestros montes ribereños, de muy buena madera y de tamaño mediano, pero con buena personalidad.

Allí, en un paso o picado se alzaba un viejo y recio Viraró que le dio su nombre al lugar de ahí: “la picada del viraró”. El cerro Manduca se eleva moderadamente desde territorio floridense, como si quisiera asomarse al río y a su gajo llamado “aguas sucias”. A su lado acampaban decenas de carretas, en los tiempos heroicos, mostrándose también decenas de fogones, que alumbraban las noches de verano y calentaban las heladas jornadas del invierno ( Testimonio del Vasco-Herrero don Pedro Lutegui, vecino del lugar).

Contaban los ancianos que una luz bajando del cementerio hasta la picada del Viraró, solí detenerse en está, alumbrando, incendiando o marcando en su esplendor el viejo árbol nativo. De allí seguía hasta el cerro. ¿Era un alma en pena? ¿señalaba la existencia de un tesoro enterrado junto al árbol? ¿Era un espíritu indio que ahitaba su inexistencia para llamar la atención y el recuerdo de sus primitivos habitantes? ¿Era acaso Mandinga como lo explica Osiris en su leyenda del viraró?. Misterio no descifrable, el árbol cayó muerto en la década del 70, sigue estando la picada, el cementerio, el cerro y la leyenda.

Tres poetas se ocuparon de ella, Osiris como ya hemos dicho, Lamaita en hermosa versión que ha custodiado la grabación que hiciera Tabáre Echeverri, y Lino Rodríguez, otro poeta popular y de aquel pago. Incluimos las tres versiones en homenaje a sus autores, a la verdad y a la preservación de esta leyenda que contiene mucho de los elementos comunes a los “entierros”, a las “luces malas” y a las luchas entre Gauchos y el Diablo. Para algunos se trataría de un “entierro” junto al Viraró. Se menta que varias personas, en momentos distintos, escarbaron junto al Viraró y llegaron a encontrar una cadena de hierro, pero al tirar con fuerza de ella, se rompía y nunca pudo desvelarse el misterio, ni encontrarse el tesoro.

Fuente: Tratado de Folklore (Doctor Raúl Iturria)

Los Nombres que tuvo Sarandi del Yi

Sarandí del Yí tuvo cuatro nombres: dos legales antes de ser fundado, y dos populares después de fundado: SARANDI, GENERAL FLORES, EL SARANDI y SARANDI DEL YI.

El primero “SARANDÍ” permanece y con él se funda el pueblo. Es el nombre legal, oficial. Lo establecen los decretos de 1853, 1861 y de 1874

El segundo “GRAL FLORES” quedó solo en el papel respetable del Decreto Legislativo que lo impuso.

El tercero “EL SARANDI”, se usa desde el comienzo de vida del Pueblo, alternándolo con el nombre legal, tanto en lo oficial como en lo particular o popular. Pero su uso se fue perdiendo hasta que en 1884 se deja de usar definitivamente. Desde 1884, comienza a utilizarse el nombre de SARANDI DEL YI en exclusividad de los documentos eclesiásticos parroquiales y luego es utilizado por el Semanario “El Sarandí”. El nombre tiene un gran arraigo popular y por sobre los Decretos oficiales, las tentativas diversas y las advertencias profesionales, triunfó el Pueblo en una gran victoria, por su dama y por su Río.

El nombre de SARANDI, es solicitado por Doña Dolores Vidal seguramente por el nombre del Arroyo donde se iba a instalar inicialmente el pueblo, “entre las confluencias del Arroyo Sarandí y el Arroyo Las Cañas” donde poseía sus tierras. Luego esos campos son permutados por los que bañan el Yí y el Malbajar pero el nombre de Sarandí quiso ser mantenido por Doña Dolores Vidal de Pereira para la creación del pueblo. Concluyendo: el bello y poético nombre indígena, fue inspirado por el Arroyo Sarandí del Río Negro, en la 7ª Sección del Departamento, y dado al pueblo del Yí y el Malbajar por la magnífica fundadora a la cual se le debe su nombre

Dolores Vidal de Pereira

Doña DOLORES VIDAL DE PEREIRA, casada con Don GABRIEL ANTONIO PEREIRA fueron los propietarios de los campos donde se fundó el pueblo los cuales se obtuvieron de la permuta celebrada con los Señores JUAN ANTONIO MARTÍNEZ, CARLOS SILVEIRA Y RAMIREZ, el 13 DE JUNIO DE 1837 ante el escribano Don SALVADOR TORT en el Protocolo de la Escribanía de Cámara.

Don GABRIEL ANTONIO PEREIRA fue Presidente de la República desde 1856 a 1860. Ayudante del Gral. ARTIGAS, militó con él durante todo el tiempo que combatió al poder opresor, y hasta que la dominación Brasileña no se posesionó del País, se mantuvo al frente de un batallón de línea con el General . Miembro del primer Gobierno provisorio que se organizó en Florida en 1825. Pereira fue uno de los que firmaron la declaración de la eterna separación de nuestro país con las coronas de Portugal y del Brasil, y después como primer Vicepresidente en la Legislatura Constituyente que había de regir a la República.De la unión de GABRIEL PEREIRA con DOLORES VIDAL nacen cinco hijos: ANTONIO, JULIO, GABRIEL, FEDERICO y EMILIANO.

Doña DOLORES VIDAL DE PEREIRA fallece el 16 DE MAYO DE 1877 en Montevideo. La ilustre matrona oriental, Doña Dolores Vidal de Pereira, del más rancio abolengo nacional, es, indiscutiblemente, la verdadera Fundadora de Sarandí del Yí. De su inspiración, de su espontánea voluntad y de su iniciativa personal, nació la idea – hecha ideal de mujer creadora de vidas – de fundar un Pueblo, en un lugar de sus dilatados y solitarios campos. Con fe, con esperanza y con amor indeclinable, doña Dolores Vidal de Pereira lucha durante 22 años, en silenciosa gigantesca batalla, ante el Gobierno de la República, contra todas las adversidades. Para ella fue, sin duda, el primer toque de oración de sus campanas, el primer canto del ombú de sus cariños y la flor primera del mimoso jardín de sus mañanas. Los hijos sarandiyenses le rendirán, un día, el monumental homenaje que ella merece, en el gesto filial de una acción de gracias millonarias. Y será un día de sol en plenitud, sobre la colina hecha ciudad, fulgurante de verdad, de justicia y de amor. Y las gargantas y el río y el bosque cantarán:

FUNDADORA, HEROÍNA, MADRE ORIENTAL…. BENDITA SEAS!

Política Reciente Por medio de la ley Nº 18.653 del 15 de marzo de 2010 se crea en Sarandí del Yí el Municipio, que mas tarde sustituiría a la Junta Local Autónoma creada por la ley 10.016 del 21 de Mayo de 1941. Dicho municipio debía contar con sus autoridades siendo estas: el Alcalde, y 4 concejales que serían distribuidos en forma proporcional entre los partidos presentados a la elección. El 9 de Mayo de 2010 se realizaron las elecciones departamentales y municipales en todo el país, quedando los dos principales candidatos a la alcaldía con un margen de unos pocos votos, por lo que hubo que esperar a la semana siguiente para el desenlace de la elección con los votos observados. Así fue que al sábado siguiente resultó ganador Mario Pereyra Perez, con un margen de 4 votos sobre su principal adversario Santiago Icasuriaga Urrutia. El municipio hoy está formado de la siguiente manera: Alcalde: Mario Pereyra (Partido Nacional) Consejales: Oscar Buchelli (Partido Nacional), Sonia Orgambide* (Partido Nacional), Guillermo Piriz (Frente Amplio) y Hugo Michelena (Frente Amplio) Al igual que la presidencia, y la intendencia, la administración de los municipios dura 5 años. (*) En sustitución de Santiago Icasuriaga quien renunció asumir al puesto.

Fuentes:


Historia de Durazno - Oscar Padrón Fabre

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