- Leopoldo Río de la Loza
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Leopoldo Río de la Loza (14 de noviembre de 1807, Ciudad de México - 1876) fue un ingeniero especializado en la química de México. Destacó por su labor durante la epidemia de cólera en 1833, y por el descubrimiento del ácido pipitzahoico, contenido en ciertos vegetales.
Nace la noche del 14 de noviembre de 1807 y registrado al día siguiente San Leopoldo el 15 de noviembre de 1807, debido a que su nombre es Leopoldo y la época en que nació con frecuencia es confundida su fecha de nacimiento, hecho que puede ser verificado en su fé de bautizo e incluso en la tumba que el mismo diseño y que actualmente se encuentra en el Panteón Civil de Dolores en la ciudad de méxico
Realiza sus estudios de Medicina y Farmacia en la Facultad de Medicina.
Se distinguió por su invluable labor durante la epidemia de cólera en 1833.
En 1835 trabaja como inspector de boticas, medicinas y establecimientos industriales. Fue un gran profesor, destacan sus clases de Química en diversas escuelas y facultades, pues introdujo el uso de novedosos aparatos y técnicas de laboratorio.
El doctor Río de la Loza fue el primer científico en México que obtuvo algunos elementos como el oxígeno, el anhídrido carbónico y nitrógeno en el laboratorio. Fundó la primera fábrica de ácidos que hubo en el país y fue uno de los creadores de la Academia de Medicina. Estudio los productos de los vegetales y sus componentes.
Sus trabajos de investigación se publicaron en la Gaceta Médica y en la obra Farmacopea Mexicana.
Vida
Un día de 1819, a la edad de 11 años, Leopoldo se encontraba con su padre preparando una sustancia corrosiva, se produjo una fuerte explosión. Su padre murió en el accidente y , al aspirar vapores tóxicos, Leopoldo sufrió lesiones en las vías respiratorias que le provocarían problemas de salud permanentes.Un año después del accidente, Leopoldo ingresó en el prestigiado Colegio de San Ildefonso, una de las instituciones educativas más antigüas de México. En 1822, el joven se inscribió en la Escuela de Cirugía, instalada en el Hospital Real, su formación en esta institución incluyó cursos de botánica impartidos por el profesor Vicente Cervantes, así como clases de mineralogía con Andrés Manuel del Río y de química con Manuel Cotero, de la Escuela de Minas. Para 1833, Leopoldo Río de la Loza había obtenido tres grados académicos: médico, cirujano y farmacéutico. También ya se encontraba casado con doña Magdalena Valderrama.
En el año de 1817 el entonces llamado cólera-morbo había empezado a propagarse por todo el mundo, pero fue hasta el año de 1833 que la enfermedad llegó a México. En esa época no faltaba quien creyera que la enfermedad era un castigo divino por las reformas liberales del presidente Valentín Gómez Farías, las cuales afectaban demasiado a la iglesia, pero es el mismo gobierno quién solicita ayuda a los mejores farmacéuticos y médicos de la época y uno de los más importantes fue el recién egresado Leopoldo Río, que desempeñaría un papel muy importante en contra de la lucha de esta enfermedad.
Años más tarde, como miembro del Consejo de Salubridad, Río de la Loza contribuyó a implantar una reglamentación sanitaria más eficaz.
En 1847 durante la ocupación estadounidense, la Escuela de Medicina cerró y algunos profesores y estudiantes formaron una Compañía Médico Militar para defender la ciudad.Leopoldo se unió al batallón Hidalgo, formado por abogados, artesanos, empresarios y jóvenes, además participó en varios combates.
También sobresalió en la enseñanza de la química promoviendo su aplicación en distintas disciplinas, como la medicina, la farmacia y la agricultura. Fue profesor de la Escuela Nacional de Medicina y el Colegio de Minería ( Palacio de Mineria).
Río de la Loza fue el primer científico en México que aisló en el laboratorio sustancias como el oxígeno, el anhídrido carbónico y el nitrógeno. Estudió los productos de los vegetales y sus componentes y caracterizó el ácido pipitzoico, descubrimiento que le mereció en 1856 un importante premio internacional, la Medalla de Primera Clase de la Sociedad Universal Protectora de las Artes Industriales de Londres.
La tos persistente que le dificultaba dar clases y trabajar en su juventud se agravó con el paso del tiempo.Desde esos años el le resultaba dificil la relación familiar. Años después le era imposible trabajar y murió en la Ciudad de México el 2 de mayo de 1876. Antes de morir, Río de la Loza dejó un sobre cerrado que contenía instrucciones para sus funerales. Pedía que su cuerpo se cubriera con la famosa capa española que otrora usara para dar clases y que la noicia de su muerte no se difundiera, el entierro debía realizarse discretamente y sin ceremonia alguna. Y así fue, lo sepultaron en una fosa de segunda clase del Panteón de Dolores.
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