Miguel Mariano de Villegas

Miguel Mariano de Villegas
Miguel Mariano de Villegas Quevedo y Machado Manzanares Maciel
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Miguel de Villegas
Nombre Miguel Mariano de Villegas
Nacimiento 16 de junio de 1771
Buenos Aires, Gobernación del Río de la Plata del Virreinato del Perú (actual Nación Argentina)
Fallecimiento 31 de julio de 1841
Buenos Aires, Provincias Unidas del Río de la Plata (actual Nación Argentina)
Nacionalidad Argentina
Partido político Carlotista, Monárquico Constitucional y Patriota
Cónyuge Juana María de Jesús del Campo Forgueras y Maciel Lacoizqueta Valdivieso
Hijos Antonio Miguel de Villegas, cónsul Jacinto Mariano de la Natividad Villegas, Miguel Francisco Nicolás de Villegas, Andrés Miguel de Villegas y Sixto Villegas
Padres Francisco de Villegas López Quevedo, y María Mercedes Fernández Machado de Melo Manzanares Maciel

Miguel Mariano de Villegas Quevedo y Machado Manzanares Maciel fue un hidalgo, jurisconsulto y funcionario de gobierno argentino (n. Buenos Aires, 16 de junio de 1771 - m. ibíd. 31 de julio de 1841). Se tituló en la Real Universidad de San Felipe de Santiago de Chile en 1798. Fue miembro de la Real Audiencia de Buenos Aires desde el 17 de julio del citado año — posteriormente, fue doblemente presidente de la sucesora «Cámara de Apelaciones» en 1816 y en 1829 —. Era partidario del Carlotismo desde el 20 de septiembre de 1808 hasta el 4 de julio de 1812, como solución para fundar una Monarquía Constitucional en el proyectado «Reino del Río de la Plata», que sería independiente del Reino de España, pero dicho proyecto no prosperó por las ambiciones del reino luso-brasileño y por la interferencia de la diplomacia británica. Luego de la Revolución de Mayo le nombraron Síndico Procurador del Cabildo de la Primera Junta de Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata, el 17 de octubre de 1810 y de la Junta Grande, desde el 18 de diciembre del mismo año, siendo reasignado nuevamente durante el Primer Triunvirato, el 3 de enero de 1812. Además fue dos veces Asesor General de Gobierno, el 28 de noviembre de 1810 y en 1823, siendo el primero y último en el cargo, del primer período. Fue doblemente electo diputado, del Congreso General en el año de 1811 y también en la Asamblea Legislativa de 1813. Como jurisconsulto se encargó de las «Causas de Residencia» desde el 25 de mayo de 1810 hasta febrero de 1813 y desde 16 de abril de 1816 hasta 6 de marzo de 1820. Su último cargo burocrático fue el de Decano del Superior Tribunal de Justicia desde el 17 de enero de 1837, entre otros cargos importantes.

Contenido

Orígenes familiares

Reino de España con principado de Asturias, incluyendo Asturias de Santillana (de la actual Cantabria). Mapa de 1770.
Virreinato del Perú en su máxima extensión, hacia 1650.
Virreinato del Río de la Plata en 1785 (creado en 1776, luego de ser separado del Virreinato del Perú, adjudicándole las islas luso-africanas que conformaron la Gobernación de Fernando Poo y Annobón desde 1778 pero abadonadas en 1782) con Intendencia de Puno (hasta 1796); Corregimiento de Arica (hasta 1784); Misiones Orientales (hasta 1801); litoral del Pacífico (hasta 1803 en que volvió al Virreinato del Perú, y desde 1813 - 1826, año que pasó a Bolivia), desierto y Puna de Atacama (ambos hasta 1826); Patagonia oriental (en forma efectiva sólo en la costa atlántica desde 1779 en adelante) e islas Malvinas — pobladas por franceses de Saint-Malo desde 1764 hasta que fueron cedidas y colonizadas por hispanoamericanos desde 1767 hasta 1811 y desde 1820 ocupadas y pobladas por las Provincias Unidas del Río de la Plata hasta la invasión británica de 1833 (que habían ocupado temporalemte la pequeña isla de Trinidad adyacente a la Gran Malvina desde 1765 hasta 1774), colonizándolas definitivamente desde 1839 en adelante, con población puramente británica — . La jurisdicción sobre la Patagonia occidental hasta el estrecho de Magallanes es considerado por la historiografía tradicional chilena como pertenecientes a la Capitanía General de Chile, siendo ésta una dependencia autónoma del Virreinato del Perú desde 1733 hasta el 15 de mayo de 1798, separándose definitivamente de aquél (con Valdivia desde 1740 - 1811 y desde 1820 en adelante en que pasó a la República de Chile; con Osorno desde 1796 hasta 1798 y desde 1802 en adelante; con el Corregimiento de Chiloé desde 1733 hasta 1768 y desde 1826 pasando también a la República de Chile).

Miguel Mariano de Villegas nació en la ciudad de Buenos Aires, capital de la Gobernación del Río de la Plata que formaba parte del Virreinato del Perú, el 16 de junio de 1771, hijo de Francisco de Villegas y López Quevedo (n. Cóbreces, 24 de marzo de 1730) que se radicó en Buenos Aires hacia 1750.

Francisco de Villegas Quevedo y María Mercedes Fernández Machado de Melo Manzanares fueron padres de once hijos, siendo tres de ellos Hipólito de Villegas (n. Buenos Aires, 1761); el sacerdote y presbítero de Córdoba Manuel Buenaventura Villegas (n. Buenos Aires, 23 de diciembre de 1767), y Miguel M. de Villegas aquí tratado, además de Josefa Jenuaria, María Josefa, Jenuaria, Ángel Francisco, María Antonia Gertrudis, Juana Josefa Benedicta, Lázaro María, y Domingo José Villegas Quevedo y Machado Manzanares Maciel.

Biografía

Estudios académicos en Buenos Aires y en Santiago de Chile, matrimonio y descendencia

Al haber nacido Miguel Mariano de Villegas en la capital de la Gobernación del Río de la Plata, cursó sus estudios elementales en el Real Colegio de San Carlos de la ciudad de Buenos Aires, siendo alumno del curso de Pedro Miguel Aráoz en 1785, matriculándose como teólogo en 1790 y como gramático en 1794.

Se mudó con su familia a Santiago de Chile, capital de la Capitanía General dependiente del Virreinato del Perú, en 1794, luego de finalizar sus cursos en Buenos Aires (capital del Virreinato del Río de la Plata), y continuó sus estudios en la Real Universidad de San Felipe donde se tituló de abogado.

Se unió en matrimonio alrededor de 1815 con su prima-sexta Juana María de Jesús del Campo Forgueras y Maciel Lacoizqueta Valdivieso (n. Santa Fe, Virreinato del Río de la Plata, 1792 - m. Buenos Aires, República Argentina, 1863), con quien tuvo cinco hijos, dos de los cuales también fueron jurisconsultos — Miguel Francisco Nicolás de Villegas (n. 1822) y Sixto Villegas (n. Buenos Aires, 16 de marzo de 1831 - m. ibíd. 4 de noviembre de 1881) — y uno que fue funcionario de Gobierno — cónsul y ministro plenipotenciario en Uruguay, Brasil y Perú, Jacinto Mariano de la Natividad Villegas (n. 1819) — además de Antonio Miguel Villegas (n Buenos Aires, c. 1817) y de Andrés Miguel Villegas (n. Buenos Aires, c. 1827)

Primeros años de gestión en el Virreinato y en el Partido Carlotista

Virrey Rafael de Sobremonte.

Mientras estaba reinando Carlos IV de España, en el vecino reino de Portugal, su reina María fue declarada demente, por lo cual ejerció la regencia su segundogénito Juan, desde 1792[1] y quien se había casado con 18 años, el 8 de mayo de 1785, con la infanta de España Carlota Joaquina de Borbón, de tan sólo 10 años de edad, y quien posteriormente originaría al partido Carlotista rioplatense.

Al año de estar gobernando en Buenos Aires el virrey Antonio Olaguer y Feliú, Miguel Mariano de Villegas decidió regresar al Virreinato del Río de la Plata, siendo examinado poco después por la Real Audiencia de Buenos Aires con aprobación general el 17 de julio de 1798, anotándose en la matrícula de abogados de la misma.

Al poco tiempo de matricularse, Miguel de Villegas le cupo la defensa legal[2] en Jujuy, de Francisco Javier del Portal — junto a Juan José Castelli — quien había sido litigado por Agustín Arismendi y sus herederos — representados legalmente por Mariano Pérez de Saravia — acerca de la capellanía fundada en 1699 por el Maestre de Campo Juan Rodríguez Viera, sobre las tierras del Totoral, insistiendo que nunca formaron una unidad con las de San Juan, positivamente gravadas por dicha capellanía, y que entre éstas y las tierras de Amuzátegui promediaban las de los Salcedo Poblete. A lo que se le respondió legalmente, según consejo de la defensa de Portal, siendo éstos los Dres. Villegas y Castelli:

...El territorio de la capellanía o Potrero del Pongo señalado por fundo empieza desde las juntas que forman el un cauce o brazo del río de Perico con el de Humaguaca hasta la unión del otro brazo de aquel con el Siancas, que es el territorio llamado de San Juan que fue dado de Merced a el Capitán Pedro Godoy... Que pasó a ser de Amuzátegui por el compromiso... Pero de ninguna manera consta que entre la ubicación del dicho territorio, y el de las tierras del Totoral deva mediar la dada de merced a el Sr. Salcedo: porque siendo cierto que la merced echa a Godoy abraza el territorio de San Juan con expresión de que tuviese ocho leguas de extensión se reconoce por los articulados... Que de las juntas de los ríos Humaguaca y Perico hasta las de ese con el de Siancas sobre que cae el Totoral, no hay tales ocho leguas de que se infiere que aquí no está comprendida la merced de Salcedo sino en la parte que viene del Serro de Zapla para dichas juntas primeras.

Durante el gobierno del virrey Rafael de Sobremonte, el Reino Unido de la Gran Bretaña estaba preparando apoderarse de los dominios del Reino de España en América — empezando por el Río de la Plata — por lo cual tomó la colonia sudafricana holandesa de El Cabo de Buena Esperanza el 9 de enero de 1806, preparando de esta manera la posterior invasión al Virreinato y haciendo escala en la pequeña isla atlántica inglesa de Santa Helena, consumada el 29 de abril. Dicha invasión comandada por el coronel William Carr Beresford logró rendir a la ciudad de Buenos Aires el 27 de junio, apoderándose de ella — el virrey de Sobremonte, preparando la resistencia, se había instalado en la ciudad de Córdoba proclamándola capital virreinal provisoria — hasta su liberación por fuerzas rioplatenses el 12 de agosto del mismo año, tomando prisionero a Beresford. Una nueva invasión liderada por el general John Whitelocke que empezó en Montevideo, cayendo luego de un Sitio el 3 de febrero de 1807, prosiguió con el intento de la toma de Buenos Aires que nuevamente fue defendida en forma heroica por fuerzas comandadas y preparadas por el hacendado vasco-español Martín de Álzaga — nombrado alcalde de primer voto desde el 1 de enero de este último año — quien financió con medios propios la defensa de la ciudad, y también por Santiago de Liniers — ya nombrado gobernante militar o Capitán General por el cabildo en 1806, dejando el gobierno civil a la Real Audiencia de Buenos Aires de la cual Miguel de Villegas formaba parte — y desde el 10 de febrero de 1807 asignado como virrey interino, luego de la destitución de Sobremonte.

El gobernador de Montevideo, general Francisco Javier de Elío, se opuso a su autoridad fundando y presidiendo una Junta de Gobierno, que si bien no anunciaba la independencia, expresaba el derecho de cada ciudad a gobernarse por sí misma. Liniers no se atrevió a aplastar esa rebelión.

En mayo de 1808, el rey confirmó el nombramiento de Liniers como virrey pero al poco tiempo se le acusó de nepotismo, cohecho y peculado, y la clase alta rioplatense se mostró escandalizada por su romance con una mauriciana de origen francés, llamada Ana Perichon (y apodada «La Perichona»).

Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve en 1816.

Mientras tanto en Europa, al producirse las invasiones napoleónicas en el reino de España, siendo coronado rey el 6 de junio de 1808, José I Bonaparte — con la consecuente detención en Francia de Carlos IV y luego del príncipe regente Fernando VII — y también en el reino de Portugal — cuya enferma Reina, el príncipe regente Juan y la Corte portuguesa se habían trasladado a Río de Janeiro huyendo de las tropas francesas — hizo que en América, la importancia del Principado - Virreinato del Brasil creciera después de la llegada de la familia real, y eso motivó su elevación a la categoría de Reino en el mismo año — reconocido por las potencias europeas y llamado Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve desde el 16 de diciembre de 1815, siendo Juan coronado rey en 1816, luego de la muerte de su madre —.

En el Virreinato del Río de la Plata la mayoría de los ciudadanos estaba en contra del gobierno de Liniers — entre ellos, el héroe de la Reconquista de Buenos Aires durante las Invasiones Inglesas y Alcalde de la ciudad, Martín de Álzaga — y la invasión de Napoleón Bonaparte a España lo convirtió en sospechoso de simpatizar con los enemigos de España, por ser francés. Liniers sólo contaba con el apoyo de los regimientos locales, por lo que se ocupó cuidadosamente de pagar sus sueldos.

La infanta Carlota Joaquina de Borbón, ya separada de hecho de su marido, intentó proclamarse princesa regente de España al estar detenidos el Rey y su hermano, por lo cual, junto a su primo de veintidós años de edad, el infante luso-español Pedro Carlos de Borbón y Braganza, emitieron la carta titulada «La Justa Reclamación» , 11 de septiembre de 1808.[3] }}

El virrey Santiago de Liniers escribió a la Infanta inmediatamente, contestando que

Después de haber jurado la majestad del Señor Don Fernando VII, y reconociendo la Junta Suprema de Sevilla quien lo representa, nada se puede innovar a nuestra presente constitución sin su acuerdo.

Pero no todos en Buenos Aires rechazaron la invitación: el 20 de septiembre del citado año, en una carta conjunta, Manuel Belgrano, Hipólito Vieytes, Juan José Castelli, Nicolás Rodríguez Peña, Antonio Luis Beruti y Miguel Mariano de Villegas, anunciaron a la princesa su adhesión, alegrándose que, en caso de que ésta asumiera en Buenos Aires cesaría la calidad de colonia, conformando una Monarquía Constitucional independiente de España:

En ocasion tan angustiada como la que ha tocado á los Soberanos de España, nada podía sernos tan satisfactorio como la proximidad de V.A.R. y los altos Títulos con que la Serenisima Sra. Princesa del Brasil Da. Carlota Joaquina, y el Serenisimo Señor Infante Dn. Pedro Carlos han significado los derechos de la Augusta Casa de Borbon al Trono de América... Si asumiera en Buenos Aires cesaría la calidad de colonia, sucedería la ilustración, el mejoramiento y perfeccionamiento de las costumbres; se daría energía a la industria y al comercio, se extinguirían aquellas odiosas distinciones entre europeos y americanos, se acabarían las injusticias, las opresiones, la usurpación y dilapidaciones de la renta...[4] Confiamos en que V.A.R. se sirva prestar su protección Real para los efectos que puede prometernos la felicidad de estar baxo los auspicios de tan ilustre Soberanía, sin los embarazos que la faccion pueda oponer. Buenos Aires, 20 de septiembre de 1808.

El 1 de enero de 1809, muy cerca de ser depuesto el virrey Santiago de Liniers por la llamada asonada de Álzaga, llevada a cabo por el Alcalde y los miembros del Cabildo, y habiendo estado a punto de lograr su renuncia, la pronta intervención de Cornelio Saavedra — comandante de los Patricios — le salvó y llevó a Álzaga al destierro en Carmen de Patagones aunque fue inmediatamente mandado a rescatar por el gobernador Francisco de Elío. En virtud de la real orden del 13 de febrero del citado año, el virrey Santiago de Liniers fue nombrado Conde de Buenos Aires, haciéndole acreedor de una elevada pensión y de la propiedad de tierras que heredarían sus hijos y sucesores.

En el mismo año, Miguel de Villegas se había convertido en un letrado de predicamento en la ciudad y, como estaba influenciado por las nuevas ideas de la Ilustración, lo habían incluido en la lista de personas aspirantes a la independencia e inclusive, como partidario para entronizar al infante Pedro Carlos de Borbón y Braganza[5] en el Río de la Plata, si fracasaba el proyecto de hacerlo con su noble prima, siendo una variante ya que se casaría dos años después con su pariente, María Teresa de Braganza, hija de la infanta Carlota Joaquina de Borbón y del príncipe regente Juan VI de Portugal quien era a su vez su tío-materno. Todo lo anteriormente citado fue de acuerdo a la lista que elevó el mensajero ítalo-lusitano Felipe da Silva Telles Contucci,[6] afincado en la ciudad hacía tiempo atrás, al marqués de Linhares Rodrigo de Sousa Coutinho quien fuera el ministro luso-brasileño de Negocios Exteriores y Guerra:

Excmo Señor Conde de Linhares (...) Todos convienen en q’ la situacion de estos Paises es critica, y que la conducta q’ se ha tenido por Ese Gavinete ha formado tres partidos; uno, el de reconocer por Regenta a S.A.R. la Señora Princesa Da. Carlota; otro el de arrojar del mando á Liniers, sea quien quiera el q’ le substituya, el qual podra agregarse á aquel; y otro el de constituirse en un gobierno democratico; para el que trabajan los Ingleses del modo mas eficas; pero todos pendientes del resultado de los sucesos de España operan sordamente, y si nó se tienen tomadas todas las medidas para prevenir los males, y conseguir el pensamiento de mi misión, la America del Sud sufrirá mucho, sin provechos de sus contendores. Buenos Aires, 2 de abril de 1809.

Además, Juan VI quien fuera príncipe regente de Portugal, determinó que:

Si mi esposa fuere proclamada regente de España, entonces el futuro rey portugués tendría derechos sobre el Virreinato del Río de la Plata, como esposo de la regente.

Esta insinuación de Juan VI hizo que el plan perdiera todo apoyo en Buenos Aires, donde no se deseaba caer bajo dominio portugués. Por otra parte, la ocupación francesa en España hacía que Gran Bretaña rechazara la existencia de una regente española en Buenos Aires en contraposición al restaurado Fernando VII. Por lo cual la interferencia de la diplomacia británica y la política expansionista del esposo de la Infanta, hicieron fracasar dicho proyecto.

Situación del Imperio español. En azul los territorios independizados en la Guerra de Independencia Hispanoamericana.

Continuando prisionero el rey Fernando VII en Valençay (Francia), las sospechas sobre Liniers aumentaron, por lo que el gobierno de España, representado por la Junta Suprema Central, nombró en el mes de julio del mismo año en reemplazo de Liniers al nuevo virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros que tomó posesión del cargo el 2 de agosto. Algunos exaltados porteños le pidieron que se resistiera a entregar el mando, pero se negó. A pesar de lo acontecido, le fue permitido instalarse en una antigua estancia de los jesuitas en Alta Gracia, provincia de Córdoba, pero en 1810 cuando ya tenía todo preparado para regresar a España, llegó la noticia de la "Revolución de Mayo" e instigado por el gobernador Juan Gutiérrez de la Concha, se unió al grupo que pretendía oponerse a la Primera Junta que ya había derrocado al nuevo virrey. El 26 de agosto, Liniers fue fusilado[7] junto con los demás jefes de la resistencia, excepto el obispo Rodrigo de Orellana.

Jurisprudencia y Asesoría de gobierno en la Primera Junta y Junta Grande

Juramento de las Cortes de Cádiz.

Después de la Revolución de Mayo, el 31 de agosto de 1810, el Consejo de Regencia de España e Indias, y confirmado luego por la Junta de Cádiz, había nombrado como virrey a Francisco Javier de Elío. Al no ser reconocido por el Cabildo de Buenos Aires que desconoció su autoridad, se instaló en Montevideo proclamándose Virrey con sede en esa ciudad.

La Primera Junta del Plata, inicialmente nombró a Miguel Mariano de Villegas teniente asesor de Gobierno de la Intendencia de Córdoba del Tucumán, el 10 de septiembre de 1810 pero no lo aceptó, y por lo cual se le retuvo, eligiéndosele posteriormente Síndico Procurador General del Cabildo de Buenos Aires, el 17 de octubre — ocupando el puesto del destituido Julián de Leyva — según la «Proclama de la Primera Junta» quien nombró por elección, y en representación de los pueblos, a los nuevos capitulares:

Exigiendo el orden público la remoción de los individuos que formaban ese Exmo. Ayuntamiento por los repetidos ultrages que han inferido á los derechos de este pueblo, y remitiendo en esta Junta una representación inmediata del pueblo, que la constituye órgano legitimo de su voluntad, ha separado á los expresados Capitulares, con expresa declaratoria, de que jamás puedan exercer cargo consejil en esta ciudad, ni en ninguna otra de su distrito; y en su lugar ha elegido á nombre del pueblo: D. Domingo Igarzabal, Alcalde de 1º voto - D. Atanasio Gutiérrez, Alcalde de 2º voto - D. Manuel Aguirre, Regidor Alférez Real - D. Francisco Ramos Mexía - D. Ildefonso Passo - D. Eugenio Balbastro - D. Juan Pedro Aguirre - D. Pedro Capdevila - D. Martín Grandoli - D. Juan Francisco Seguí - Y por Sindico Procurador al Dr. D. Miguel Villegas: debiendo los expresados Sres. Alcaldes y Regidores jurar á el pueblo ante la Junta, que sostendrán con dignidad su representación, que guardarán sus derechos, y que pomoverán su felicidad, atacada hasta ahora, por los mismos que debían interesarse en su fomento. Dios guarde á V.E. muchos años. Buenos-Ayres 17 de Octubre de 1810. — Cornelio Saavedra — Miguel de Azcuénaga — Dr. Manuel Alberti — Domingo Mateu — Juan Larrea — Dr. Juan José Passo — Dr. Mariano Moreno, Secretado — al Exemo. Cabildo, Justicia, y Regimiento.

Una vez que los capitulares asumieron sus respectivos cargos, emitieron la «Proclama del nuevo Exemo. Cabildo» a los habitantes de Buenos Aires:

Pueblo fiel, aunque os ha costado tanto arribar á la perfeccion de este nombre... El Cabildo nuevamente instalado se ha hecho un deber, anunciar la satisfaccion, que tiene en representaros... A la municipalidad de Buenos Ayres le anima sin embargo otros sentimientos: la proporción, que le da su rango, para mezclarse en los derechos del ciudadano, la que tiene, para protegerlos, y para consultar sus necesidades... Un suceso inevitable hizo, desaparecieran de vuestra vista en la noche del 16 los Capitulares de la anterior eleccion... La providencia parece decidida por nuestra causa; pocas horas discurrieron con aquella falla; solo Buenos Ayres supo sofocar este mal en su nacimiento. La patria vé despedidos de su seno unos quantos individuos, pero hálla al mismo tiempo ocupadas sus sillas, y en el Cabildo actual quiénes se han condenado por su prosperidad á las mas ásperas tareas. Pueblo de Buenos Ayres, ligad vuestros votos al cuerpo, que os representa; nada adelantaríamos sin la unión de sentimientos, y en el sistema de partidos; acordaos de las anteriores jornadas...No olvideis, que la division acabó con los grandes Imperios... Desplegad aquella enérgica hermandad, con que estrellasteis á vuestros enemigos... Tened presente, que los intereses, y las relaciones públicas se han confundido con las particulares, y no perdamos por una baxeza el costoso fruto de nuestra elevación. — Domingo Igarzabal — Atanasio Gutierrez — Manuel Aguirre — Francisco Ramos Mexía — Ildefonso Passo — Eugenio Balbastro — Juan Pedro Aguirre — Pedro Capdevila — Martin Grandoli — Juan Francisco Seguí — Miguel Villegas — A LOS HABITANTES DE BUENOS AYRES.

Meses después, además se lo designó como Asesor de Gobierno de la Primera Junta de las Provincias Unidas del Río de la Plata — actual República Argentina — el 28 de noviembre del mismo año, en reemplazo de Juan María de Almagro y de la Torre que había sido Asesor General del Virreinato del Río de la Plata.

Continuó su gestión cuando el 18 de diciembre del mismo año, se reunieron los siete miembros de la Junta con los nueve diputados provinciales del ex Virreinato, creándose así la Junta Grande (que gobernó hasta el 22 de septiembre del siguiente año).

El 15 de enero de 1811, Francisco de Elío envió una carta al Cabildo de Buenos Aires, recordando la Real Orden formulada por el Consejo de Regencia a nombre del soberano, sin ignorar las contestaciones de los tribunales que tuvieron en la capital virreinal, acerca de la legitimidad de aquel gobierno. De esta manera Elío, el 19 de enero del citado año, declaró a Montevideo capital del Virreinato del Río de la Plata, asumiendo el Gobierno en la Banda Oriental.

Miguel de Villegas como síndico firmó el 22 de enero del citado año la nota del cabildo en que formalmente se rehusó reconocerle como Virrey:

Quando este pueblo cansado ya de sufrir los caprichos de un gobierno corrompido, y en el pleno goze de sus derechos por la ausencia del Rey y desaparicion del poder supremo nacional, instaló a exemplo de toda España una Junta, que velase sobre su conservación, extendió sus ideas á que disfrutasen de igual beneficio las demas provincias del vireynato. A este fin las incitó al nombramiento de diputados, que en congreso general erigiesen una autoridad suprema para suplir la falta de nuestro desgraciado Monarca el Sr. D. Fernando VII, y arreglasen una constitución, que nos pusiera a cubierto de toda asechanza, y de los tiros de la arbitrariedad y del despotismo, baxo que habiamos gemido por tantos años... De aquí es, que el Cabildo de Bueno Ayres, pendiente la resolución del congreso, ni debe, ni puede prestarse al reconacimiento á que V.S. lo incita por oficio de 15 del corriente, ni se considera obligado á dar obedecimiento á la órden, que acompaña, expedida, segun se dice por el Consejo de Regencia establecido en Cádiz... Sin la menor intervencion de las Américas, por unas cortes en que tampoco han tenido parte, y cuya celebración no se ha comunicado por otro conducto que por el de V.S. Motivos tan poderosos estrechan al Ayuntamiento de Buenos Ayres á la repugnancia, en que insistirá, de prestarse al indicado reconocimiento y de recibir á V. S. por Virey Gobernador y Capitán General de estas Provincias...Dios guarde á V. S. muchos años. Sala capitular de Buenos Ayres enero 22 de 1811 — Domingo Igarzabal — Atanasio Gutierrez — Manuel Aguirre — Francisco Ramos Mexía — Ildefonso Passo — Eugenio Balbastro — Juan Pedro Aguirre — Pedro Capdevila — Martín Grandoli — Juan Francisco Seguí — Miguel de Villegas — al Mariscal de Campo D. Francisco Xavier Elio.

La población rural de la Banda Oriental — comandada por el luso-brasileño Pedro José Viera y el uruguayo Venancio Benavides — también rechazó su autoridad el 27 de febrero, hecho conocido como Grito de Asencio, y de esta manera el 28 de febrero, tomaron las cercanas poblaciones de Mercedes y Santo Domingo de Soriano.

Pirámide de la Plaza de Mayo, restaurada en 1856.

También propuso, en febrero del citado año, que se cubriesen las vacantes de Manuel Alberti por su fallecimiento, y las de Juan José Castelli y Manuel Belgrano ausentes en la Junta, resolviéndose finalmente por lo primero.

El 5 de abril del mismo año, al disponerse la erección de una Pirámide conmemorativa en la plaza principal de la ciudad, para celebrar el primer aniversario del «25 de Mayo», propuso que las inscripciones patrias debieran colocarse en el frontispicio como también las armas de la ciudad.

La Pirámide en medio de la Plaza de la Victoria (1867).

Fue asignado como asesor del «Tribunal de Seguridad Pública» el 19 de abril de 1811, y actuó como síndico en los acontecimientos políticos del mes de septiembre, donde a raíz de la petición popular del Cabildo Abierto arengó a la muchedumbre reunida.

Con Venancio Benavides al mando de las tropas orientales, los revolucionarios capturaron luego las poblaciones de El Colla (actual Rosario) el 20 de abril, San José el 25 de abril, y el 26 de mayo sitiaron Colonia del Sacramento, que terminó por caer el 2 de junio del mismo año (Montevideo quedó en manos realistas hasta el 23 de junio de 1814).

El 19 de septiembre, el pueblo de Buenos Aires se reunió en Cabildo Abierto para elegir a sus representantes, en el cual Miguel Mariano de Villegas fue votado diputado al «Congreso General de 1811» y fue quien planteó el otorgamiento de instrucciones a los legisladores. El 22 de septiembre del mismo año, el cabildo exigió la reforma del gobierno, y al día siguiente la Junta Grande decidió disolverse y crear en su reemplazo un Triunvirato.

Cargos burocráticos durante el Primer y Segundo Triunvirato, y en la Asamblea del año XIII

Una vez establecido el Primer Triunvirato, los ya electos diputados provinciales — entre ellos Miguel de Villegas — pasaron a constituir una junta conservadora que debía establecer las normas a que habría de ajustarse el nuevo gobierno, que sería responsable ante ella. Fue en cumplimiento de este mandato que el 22 de octubre, la denominada «Junta Conservadora de Soberanía» dictó el Reglamento Orgánico, declarando la inviolabilidad de los diputados y estableciendo que el Poder Ejecutivo integrado por el Triunvirato fuese responsable ante la Junta. Este reglamento orgánico establecía la división de poderes quedando el gobierno organizado de la siguiente manera:

  • Poder Ejecutivo: reservado al Triunvirato y estableciéndose que su autoridad sería provisoria y que duraría por el término de un año.
  • Poder Legislativo: reservado a la Junta Conservadora de la soberanía del rey Fernando VII y de las leyes nacionales.
  • Poder Judicial: reservado a los juristas de la Real Audiencia de Buenos Aires que sólo les tocaría juzgar a los ciudadanos.

Pero no tuvo vigencia, porque el Triunvirato ya marcadamente centralista desde Buenos Aires, disolvió la Junta, imponiendo el «Estatuto Provisional del Gobierno Superior» de las Provincias Unidas del Río de la Plata el 22 de noviembre de 1811, disponiéndose la inamovilidad de los triunviratos que se renovarían cada seis meses. Los reemplazantes eran elegidos por una asamblea constituida por los representantes de los pueblos — quienes serían expulsados pocos días después — y un número considerable de vecinos de la capital. Además se ratificarían los decretos de la libertad de prensa y seguridad individual, al igual que la independencia judicial.

Miguel Mariano de Villegas fue reasignado como síndico del Cabildo el 3 de enero de 1812, como suplente en el cargo de Vicente López y Planes quien era el titular.

Mientras tanto en el norte de las Provincias Unidas del Río de la Plata, la primera expedición auxiliadora al Alto Perú — luego de la retirada a causa de la derrota en la Batalla de Guaqui del 20 de junio del año anterior — el nuevo comandante del Ejército del Norte, Juan Martín de Pueyrredón, decidió hacer un nuevo intento de avanzar sobre aquel territorio para apoyar a la nueva insurrección de Cochabamba. Para ello envió a su segundo, el mayor general Eustoquio Díaz Vélez con un regimiento de caballería y un batallón de infantería hacia Yaví. El 12 de enero del citado año, se produjo el combate de Nazareno cuando Díaz Vélez sorprendió a la vanguardia del Ejército Real del Perú que se hallaba en Suipacha al mando de Francisco Picoaga, y logrando que se ponga en fuga pero al cruzar el río Suipacha se produjo una crecida repentina del mismo, dejando aisladas a las tropas al mando de Manuel Dorrego y produciéndose la derrota de la Segunda Batalla de Suipacha. Pueyrredón ordenó a Díaz Vélez que emprenda la retirada ya que el ejército realista avanzó inmediatamente. Por estas acciones Dorrego fue ascendido a teniente coronel.

La principal hacienda del territorio pertenecía al marquesado del Valle de Tojo (o del Yaví) de Juan José Feliciano Fernández Campero[8] quien fuera también encomendero de una de las dos únicas de la región. El papel del IV marqués con relación a la participación en la guerra de esta porción de los puneños, fue central — sumándose a la causa libertadora en 1813, como Comandante de la Puna en la llamada Guerra Gaucha de su pariente, el general Martín Miguel de Güemes, de quién fuera coronel mayor, y aprovechando sus fluidas relaciones con los oficiales y con las autoridades de ambos ejércitos, se convirtió en el intermediario de éstos —.

Capilla de San Francisco (Yaví).

En el mes de mayo de 1812, el general Manuel Belgrano — al mando del Ejército del Norte de la segunda expedición auxiliadora al Alto Perú — estableció su cuartel general en la ciudad de Jujuy, ubicada en la desembocadura meridional de la Quebrada de Humahuaca, ruta principal de las invasiones desde el norte. Enterado del avance del numeroso ejército realista, Belgrano reclamó al gobierno de Buenos Aires refuerzos para la resistencia; pero no obtuvo mayores auxilios, debido a que las autoridades del Primer Triunvirato estaban abocadas principalmente a vencer a los realistas fortificados en Montevideo. Siguiendo las órdenes de Belgrano, los habitantes de Jujuy, a los que se sumaron algunos refugiados procedentes de Tarija y Chichas que abandonaron sus hogares y dejaron sin víveres a las tropas realistas, fueron ayudados activamente por el vasco-español Francisco Ascencio de Lezama — radicado en la ciudad de Salta con su esposa Úrsula Carolina de Quiñones Arcos y sus dos hijos de doce y diez años de edad, María Isabel y José Gregorio de Lezama[9] — quien fuera un caballero de muy destacada actuación en la sociedad salteña. El 23 de agosto de 1812, el ejército también procedió a retirarse — completando el Éxodo Jujeño — llevándose el ganado e incendiando las cosechas para desguarnecer al enemigo. Belgrano fue el último en dejar la ciudad deshabitada. El general Pío Tristán envió sus avanzadas a hostilizar a los que se retiraban, dirigidos por el coronel Huici. Éste alcanzó a la columna sobre el río que dio nombre al combate de Las Piedras pero la rápida reacción de Eustoquio Díaz Vélez logró allí una victoria. Esto alentó a Belgrano a detener la marcha y al ser invitado por los tucumanos, y desobedeciendo las órdenes impartidas desde Buenos Aires de retirarse hasta la ciudad de Córdoba, se haría fuerte en San Miguel de Tucumán, donde hizo frente a Tristán. Comunicó esta decisión al Triunvirato, pero el Secretario de Guerra Bernardino Rivadavia le contestó ordenándole nuevamente seguir viaje hacia la citada ciudad. Cuando esa orden llegó, Belgrano — junto con Díaz Vélez en su carácter de mayor general — ya habían derrotado a Tristán en la batalla de Tucumán y habían obligado a las tropas realistas a retroceder hacia el norte. De ese modo, los independentistas recuperaron el control de esa región que se completó con la victoria en la batalla de Salta. Por otro lado, la victoria de Tucumán dio como consecuencia la posterior caída del Primer Triunvirato y su reemplazo por el Segundo, que apoyó al Ejército del Norte sin abandonar la idea de recuperar Montevideo.

Miguel de Villegas figuró como elector de la «Junta de Imprenta» durante el Segundo Triunvirato — surgido a raíz de la «Revolución del 8 de octubre de 1812», comandada por el general José de San Martín con sus Granaderos a Caballo, la Logia Lautaro y Francisco Ortiz de Ocampo con su batallón de Arribeños — y fue nuevamente votado el 31 de enero de 1813 como diputado en la Asamblea Legislativa»que:

primera moneda argentina con símbolos patrios.
  • Estableció el Escudo Nacional Argentino.
  • Encargó la composición del Himno Nacional Argentino.
  • Dictó la libertad de vientres de las esclavas.
  • Eliminó mayorazgos y títulos de nobleza.
  • Libró a los indígenas de la obligación de pagar tributo.
  • Abolió la Inquisición y la práctica de la tortura.
  • Puso fin al tráfico de esclavos.
  • Mandó a acuñar la moneda nacional.
  • Aprobó un estatuto reglamentario que reemplazaba al Triunvirato por un Directorio unipersonal

Gestión durante el Directorio

El 31 de marzo de 1814, el Cabildo — bajo el gobierno de Gervasio Antonio de Posadas durante el Directorio en que se sucedieron ocho mandatos — nombró a Miguel Mariano de Villegas asesor de la «Defensoría de los Pobres» pero tuvo que cesar en el cargo al aceptar ser asesor del «Juzgado de segundo voto».

Gervasio Antonio Posadas.
Carlos de Alvear.
Álvarez Thomas.

Al producirse la «Revolución Federal del 15 de abril de 1815» y la creación de tribunales especiales, fue nombrado fiscal de la «Comisión Civil» el 24 de abril del mismo año, pero previamente y dada su influencia, intervino en su organización. El 29 de abril aceptó ser designado como asesor del «Juzgado de primer voto», por renuncia de Jaime Zudáñez, y el 7 de mayo integró nuevamente la «Comisión Civil» como vocal y luego como fiscal, con Bartolomé Cueto.

Al poco tiempo resultó electo primer suplente vocal de la «Junta de Observación» desde el 17 de agosto hasta probablemente el 24 de octubre. De esta manera, estuvo encargado de realizar la «Causa de Residencia»[10] mandada a formar por la Asamblea del año XIII a los que habían ejercido el gobierno desde el 25 de mayo de 1810 hasta febrero de 1813. Al cesar en aquel cargo fue nombrado vocal sustituto de la «Cámara de Apelaciones», que reemplazaba a la antigua Real Audiencia de Buenos Aires. Además fue vocal del Montepío[11] del Ministerio de Justicia y Hacienda».

Por decreto se le dio las...

Gracias a nombre de la Patria por el servicio prestado al dictaminar en las causas de los procesados por el movimiento del 15 de abril.

El 22 de agosto de 1815, los electores (doce por la ciudad y once por la campaña bonaerense) eligieron los diputados de Buenos Aires ante el Congreso de Tucumán: Pedro Medrano, Juan José Paso, Antonio Sáenz, Fray Cayetano José Rodríguez, José Darragueira, Tomás Manuel de Anchorena y Esteban Agustín Gascón.

Tras la derrota de José Rondeau, el 29 de noviembre de 1815, en la batalla de Sipe Sipe, el fracaso de las negociaciones con José Gervasio Artigas y el conflicto de poder entre la Junta de Observación y el Director Supremo, hizo que el poder de éste se debilitara rápidamente. El rumor de que las misiones internacionales de Manuel José García en Río de Janeiro y las de Manuel de Sarratea, Manuel Belgrano y Bernardino Rivadavia en Europa, entregaría el país a alguna monarquía, hizo que todo se agravara. El 1 de enero de 1816 Francisco Antonio de Escalada fue reelegido como Alcalde de 1º voto y Francisco Javier Rodríguez de Vida de 2° voto; los Regidores nombrados fueron Pedro Pelliza, Francisco Ramos Mejía, Manuel de Lezica, Esteban Romero, Luis Dorrego, Ulpiano Barreda, Miguel Marín, Zenón Videla, Blas Agüero, Mariano Maza, Gabino Anchorís y el Síndico Juan García de Cossio. La «Junta de Observación» intimó a Álvarez Thomas a que remitiera todos los documentos y correspondencias relativas a dichas misiones, ante lo que el director convocó a un cabildo abierto para el 13 de febrero del citado año para reformar el estatuto y restarle atribuciones a la «Junta de Observación».

La Junta, con el apoyo del cabildo, decretó la cesantía de Álvarez Thomas y nombró director interino a Francisco Antonio de Escalada quien duró tan sólo tres horas por la oposición que le prestó el Síndico del Cabildo, volviendo a reponer en el cargo al anteriormente depuesto director. Y así fue que en el mismo año, en Cabildo Abierto, se nombró una nueva y llamada «Junta Reformadora», entre cuyas funciones estaría renovar el estatuto y que estaba integrada por Manuel Antonio Castro, el deán Gregorio Funes, los presbíteros Luis José de Chorroarín y Domingo Achega, y Tomás Antonio Valle; al mismo tiempo nombró a Miguel de Villegas miembro de la «Junta de Vigilancia» o «Comisión de Seguridad Individual», conjuntamente con el síndico del cabildo Juan García de Cossio y Lagraña — medio-hermano de José Simón García de Cossio y Zamudio — y el gobernador intendente Manuel Luis de Oliden; y en otra que proyectase la reforma del Estatuto, el 14 de febrero.

El 2 de marzo de 1816, Miguel Mariano de Villegas fue electo presidente de la «Cámara de Apelaciones» (ex Real Audiencia de Buenos Aires de la cual también formó parte). Además integró la «Comisión de Bienes Extraños» el 31 de agosto, con Alejo Castex y el contador Antonio Pósiga[12] ante el gobierno de la Provincia de Santa Fe, invadida el 12 de julio del citado año por el coronel Eustoquio Díaz Vélez, para acordar los términos de un cese de hostilidades:

Queda autorizado para estipular con el jefe de ese territorio la transacción de las diferencias que desgraciadamente existen entre ambos territorios".

En su condición de camarista, el 6 de noviembre reemplazó en su ausencia al Dr. Manuel Antonio Castro como director de la "Academia de Jurisprudencia de Buenos Aires.

A principios de 1817, Miguel Villegas se desempeñó nuevamente aunque de forma interina, en carácter de fiscal de la Cámara de Apelaciones durante el impedimento Matías Patrón.

La familia Carrera de las Cuevas y Verdugo Valdivieso Herrera, según Arturo Gordon. José Miguel Carrera (en el centro), Juan José Carrera (sentado a la derecha del cuadro, con expresión apesadumbrada), Luis Carrera (a la izquierda y en el fondo, uniformado en azul) y Javiera Carrera (sentada a la izquierda del cuadro).

Mientras tanto los hermanos Carrera (Juan José y Luis) se envolvieron — por instigación de su hermana mayor llamada Javiera[13] — en la llamada «Conspiración de 1817». El plan era volver a Chile con el propósito de apresar a O'Higgins y a San Martín, forzándolos a abdicar y de esta manera conseguir el poder de dicho territorio, pero aquella estrategia comenzó a fracasar rápidamente antes de que todos los implicados pudieran cruzar la Cordillera.

Por algún motivo, Luis Carrera asaltó un postillón y fue apresado en Mendoza, y su compañero de viaje confesó el paradero que llevó al arresto de Juan José Carrera en la posta de Barranquita de la Provincia de Cuyo, el 20 de agosto de 1817. Ambos hermanos fueron trasladados a la cárcel de San Luis pero el 1 de septiembre — al mes de haber sido detenidos los hermanos Carrera de las Cuevas y Verdugo Valdivieso Herrera — José de San Martín, cediendo a las presiones de Bernardo O´Higgins, le había ordenado al Gobernador intendente de Cuyo Toribio de Luzuriaga que les trasladara desde allí a la cárcel de Mendoza.

Entonces, el gobierno de Chile exhortó a la Cámara de Apelaciones porteña, integrada por Matías Patrón, Miguel de Villegas — cuyo hermano Hipólito de Villegas (residente en Chile desde 1784) quien fuera Ministro Tesorero del Estado desde el 11 de marzo 1814, había sido desterrado a Mendoza el 23 de julio del mismo año, por José Miguel Carrera y sus hermanos — y Manuel Antonio de Castro quien presidía en ese momento la Cámara, y luego dicho gobierno prosiguió con la exhortación al Asesor de Gobierno del Río de la Plata, Tomás Antonio Valle, siendo estos dos últimos opositores de la pretensión trasandina aunque no llegaron a formular ejecutivamente el dictamen.[14]

Además de las sospechas de los objetivos de los detenidos, y como fueron aprehendidos en el territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata, se había sumado la falta de portación de pasaportes pertinentes que era requisito establecido aún para cruzar territorios propios, y estaba contemplado en las leyes y decretos, quedando sin efecto el delito de conspiración que no se pudo comprobar en ese entonces.[15]

Al mismo tiempo Javiera Carrera de las Cuevas y Verdugo Valdivieso Herrera mandó cuatro escritos a la Cámara de Justicia porteña pidiendo por sus hermanos pero el gobierno de Pueyrredón, presionado por su aliado chileno Bernardo O´Higgins, ignoró a la citada cámara, absteniéndose y limitándose a recomendar al gobernador de Cuyo la mejora en el tratamiento de los presos. En su tercer escrito, también dirigido a Pueyrredón, del 2 de enero de 1818, apeló con argumentos humanitarios para evitar que sus hermanos fueran trasladados a Chile, donde se les había entablado una querella criminal, así como para evitar que fuesen indagados en Mendoza. Y en su cuarto y último escrito, del 12 de febrero del mismo año, Javiera intima por tercera vez a que la Cámara de Apelaciones ordenara el traslado de sus hermanos de Mendoza a Buenos Aires y ofreciendo una fianza de hasta doce mil pesos fuertes (doce mil monedas de plata de ocho reales) para garantizar que no se escaparían durante el largo trayecto.

Lamentablemente para la familia, fueron adicionalmente acusados en Mendoza de querer escapar con la ayuda de prisioneros realistas, a quienes intentaron armar y organizar para derrocar las autoridades cuyanas e invadir Chile. Empeorando la situación, el descubrimiento de la tentativa coincidió con la noticia de la derrota patriota después de la Batalla de Cancha Rayada del 19 de marzo de 1818. Como consecuencia de todo esto fueron encontrados culpables de los delitos de «lesa patria» y «actos contra la plaza» y condenados a muerte por el gobernador de Mendoza, Toribio de Luzuriaga, el 8 de abril del citado año, tres días después de la Batalla de Maipú, que selló el triunfo patriota en Chile y poco más de un mes después de la publicación de su Manifiesto a los Pueblos. José Miguel Carrera recibió la noticia de la ejecución de sus hermanos estando en Montevideo, siendo la capital de la Banda Oriental ya ocupada por fuerzas luso-brasileñas.

A comienzos de 1820, el Cabildo eligió a Miguel de Villegas como asesor del «Juzgado de primer voto» y luego de "segundo voto". El 9 de marzo del mismo año, durante la ausencia del gobernador Juan Ramón Balcarce, dejó encargado como delegado para la «Defensa Interior» al general Matías de Irigoyen, eligiendo al mismo tiempo un «Tribunal de Vigilancia», adonde él mismo figuró como asesor, al lado del coronel Juan Ramón Rojas, Vicente López y Manuel B. Gallardo. El 16 de mayo fue fiscal de la «Junta para los Juzgamientos» de Juan Ramón Balcarce, Juan Martín de Pueyrredón, Carlos María de Alvear, José Rondeau y Manuel de Sarratea.

Segunda Asesoría de Gobierno durante la Anarquía y jurisprudencia en la década del 20

Islas Malvinas argentinas.

El 13 de enero de 1821 fue nombrado auditor de guerra del ejército de Buenos Aires, al que se agregó luego el de Marina — junto con Pedro Alcántara de Somellera — y también fue asesor de Matrículas. Produjo dictamen en el proceso por la sublevación de las fragatas corsarias argentinas «Heroína» y «Carlota», motines producidos en agosto y octubre de 1820 durante el viaje a las islas Malvinas. La misión de éstas había sido reclamar la soberanía argentina sobre el archipiélago, arribando a Puerto Soledad el 27 de octubre y cumpliendo su objetivo en noviembre del mismo año.

Volvieron a nombrar en 1823 a Miguel Mariano de Villegas como asesor de Gobierno — durante el mandato de Martín Rodríguez y en forma interina en reemplazo de Pedro José Agrelo quien había sido asignado en el cargo desde septiembre de 1820 — asignando al Dr. Cossio como vocal de la «Cámara de Justicia» el 19 de marzo, en reemplazo del Dr. Gascón y del Dr. Valle, e interviniendo como asesor en el sumario por el Combate de San Nicolás.

Por Ley del Presupuesto de 1824 se suprimió la Asesoría de Gobierno siendo el Miguel Villegas el primero y el último en ocupar dicho cargo desde el «Primer Grito de Libertad».[16]

El 8 de octubre de 1824 fue elegido como vocal del Supremo Tribunal de Justicia. Designado en 1826, como juez de «Alzada de Comercio» y el 20 de septiembre volvió a ser director de la Academia de Jurisprudencia de Buenos Aires.

Al producirse el fusilamiento el 13 de diciembre de 1828 de Manuel Dorrego quien fuera el depuesto y derrotado gobernador de la Provincia de Buenos Aires — el primer gobernador electo por el voto popular, desde el 1 de diciembre del citado año — fue por lo cual Miguel de Villegas debió concurrir en carácter de camarista más antiguo al pueblo de Navarro, acompañado del médico Juan Antonio Argerich — hijo de Cosme Argerich — y del Escribano Mayor de Gobierno José Ramón de Basavilbaso Ferrín, además del Juez de Paz y del cura párroco Juan José Castañer — primo del infortunado condenado y a quien le asistió espiritualmente en sus últimos momentos — entre otros, para identificar los despojos del mismo en el acto de la exhumación que se practicó, y según expresó Miguel Villegas:

Se encuentra el cadáver entero, a excepción de la cabeza que estaba separada del cuerpo en parte, y dividida en varios pedazos, con un golpe de fusil al parecer, en el costado izquierdo del pecho...

El día 14, Manuel Dorrego fue enterrado en el Cementerio de Navarro, que entonces estaba junto a la iglesia. El lugar de su sepultura según describió Miguel Villegas:

"...Estaba a cinco y media varas de su frente y puerta principal, con la diferencia de dos tercios en que daba hacia su parte lateral izquierda..."

Concluido el sepelio, el párroco de Navarro, de puño y letra, dejó labrada la siguiente acta de defunción, que está guardada como reliquia histórica de gran valor en iglesia de Navarro y dice así:

Manuel Dorrego- En el día 14 de diciembre de 1828, yo, el abajo firmado, teniente cura de esta Capilla de Navarro, sepulté con oficio y misa de cuerpo presente, todo cantado de primera clase, el cadáver del coronel don Manuel Dorrego, natural de Buenos Aires, esposo de doña Ángela Baudrix. Recibió los Sacramentos de que doy fe. Firmado: Juan José Castañer.

En 1829, nombrado por segunda vez Presidente de la «Cámara de Apelaciones», fue elegido por el gobierno de Juan José Viamonte — junto con los generales Miguel de Azcuénaga y Manuel Guillermo Pinto y Saturnino Segurola — en la comisión de clasificar los papeles de las imprentas desde el 1 de diciembre de 1828 hasta el 24 de julio de 1829, fecha de la convención celebrada entre Juan Galo de Lavalle y Juan Manuel de Rosas.

Jurisprudencia, destierro y fallecimiento durante los gobiernos de Juan Manuel de Rosas

J.R.B.

El 6 de marzo de 1832, como miembro de la comisión compuesta por Castro Cáceres y José Joaquín de Araujo, aprobó la «Compilación de Derecho Patrio» de Bernardo Vélez, y en el mismo año, ocupó nuevamente el cargo de director de la «[[Academia de Jurisprudencia]»].

En 1833, por sus altas condiciones jurídicas, se lo nombró en la «Junta de Entendimiento» encargada de los asuntos pendientes sobre patronato y para emitir su dictamen con motivo del «Memorial Ajustado»[17] siendo su autor Pedro José Agrelo que finalmente lo publicó en 1834 en donde se establecía la separación de la iglesia y la patria, intentándose lograr de ésta una dependencia del Estado y legislando su existencia como una institución más del mismo.

En 1835 fue presidente de la Cámara de Justicia Provincial y el 17 de enero de 1837 se desempeñó como decano del Superior Tribunal de Justicia, siendo separado del cargo por el gobernador Juan Manuel de Rosas el 1 de diciembre de 1838, por no merecer la confianza del Gobierno al haber dado un voto en contra de la indicación de aquél, y desterrado a la estancia de Juan José Viamonte. El destierro fue levantado el 5 de marzo de 1839.

Falleció en Buenos Aires, Confederación Argentina, el 31 de julio de 1841, en su casa del barrio de Monserrat, ubicada en la calle Suipacha Nº 34, acompañado de su esposa e hijos y hallándose presente el provisor Victorino Achega.

El Registro Nacional de las Personas y la Asesoría de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, que citan una extensa bibliografía, expresan lo siguiente sobre Miguel Mariano de Villegas:

Fue un jurista de altos méritos, que debió intervenir en la vida nacional en momentos difíciles.[18]


{{Sucesión | predecesor = Julián de Leyva | título = Síndico Procurador General | período = 1810 (también en 1811 y como interino en 1812) | sucesor = ? | predecesor2 = Juan de Almagro | título2 = Asesor Privado General de Gobierno[19] | período2 = 1810 - 1814 (y también como interino en 1823, cargo suprimido desde 1824- 1829) | sucesor2 = Juan José Paso (sumándole el de Auditor de Ejército) | predecesor3 = - | título3 = Diputado por Buenos Aires | período3 = 1811 (también en [[Asamblea del Año XIII|1813) | sucesor3 = - | predecesor4 = ? | título4 = Presidente de la Cámara de Apelaciones | período4 = 1816 (también en 1829) | sucesor4 = Manuel Antonio Castro | predecesor5 = Manuel Antonio Castro | título5 = Director de la Academia de Jurisprudencia de Buenos Aires | período5 = 1816 (como interino y como titular también en 1826 y en 1832) | sucesor5 = ? | predecesor6 = Matías Patrón | título6 = Fiscal de la Cámara de Apelaciones | período6 = 1817 (interino) | sucesor6 = ? | predecesor7 = - | título7 = Auditor de Ejército y Marina | período7 = 1821-1823 (también en el período de 1825 - 1828) | sucesor7 = Manuel Vicente Maza (desde 1829 y sumándole el cargo de Asesor de Gobierno General) | predecesor8 = Tomás Antonio Valle | título8 = Vocal de la Cámara de Justicia de la Provincia de Buenos Aires | período8 = 1823 (interino) | sucesor8 = ? | predecesor9 = ? | título9 = Vocal del Superior Tribunal de Justicia | período9 = 1824 | sucesor9 = ? | predecesor10 = ? | título10 = Presidente de la Cámara de Justicia de la Provincia de Buenos Aires | período10 = 1835 - 1836 | sucesor10 = ? | predecesor11 = ? | título11 = Decano del Superior Tribunal de Justicia | período11 = 1837 - 1838 | sucesor11 = ? }}

Notas

  1. Juan, por haber fallecido el primogénito José, Príncipe de Brasil, da Beira y XIV Duque de Braganza, el 11 de septiembre de 1788, pasó a ser el príncipe heredero de la Corona portuguesa.
  2. Según Genealogía de la Tragedia Argentina, Tomo I: Violenta subordinación de una población a un orden imperial-absolutista (Río de la Plata-siglos XVII y XVIII), Sección I-D: Valorización de tierras, casas y brazos, M-V: Régimen del derecho de abolengo.
  3. Carlota había redactado dos documentos iguales, firmados por ella y el príncipe Pedro Carlos de Borbón y tras darlo a revisar por el almirante inglés William Sidney Smith, presentó uno al príncipe regente, por la que solicitaban a don Juan su protección ante la usurpación napoleónica, para conservar los derechos de su familia en la América española, ocupando el trono como regente del reino de España en los virreinatos y capitanías generales americanas. Una particularidad de la Justa Reclamación consistía en que desconocía los derechos de Fernando a la corona, ya que consideraba que todo el proceso que había llevado a José Bonaparte estaba viciado, desde el Motín de Aranjuez. Para Carlota, el legítimo rey era Carlos IV, y ella se presentaba como heredera de sus derechos en su ausencia y del que según ella, seguía siendo el Monarca español. Poco después, la infanta y el príncipe enviaban un manifiesto a Buenos Aires, dictado al parecer por el almirante Smith, modificado y corregido por el marqués de Linhares y ministro luso-brasileño de Negocios Exteriores y Guerra Rodrigo de Souza Coutinho. El encargado de llevarlos a Buenos Aires fue el comerciante Carlos José Guezzi, en la noche del 10 de septiembre
  4. Según Salvador Ferla, "Historia argentina con drama y humor" (Ed. Peña Lillo-Continente, Bs. As., 2006, pág. 53), ironizó agregando: "La pobre Carlota nunca hubiera imaginado poseer tantas virtudes taumatúrgicas".
  5. Lamentablemente para Miguel Villegas, el infante Pedro Carlos de Borbón falleció el 4 de julio de 1812.
  6. Felipe da Silva Telles Contucci era un armador, comerciante y político, oriundo de Florencia, Gran Ducado de Toscana (Italia), y de padre portugués. Emigró a la Banda Oriental siendo joven, dedicándose al tráfico de mercaderías con buques de su propiedad entre el Virreinato del Río de la Plata y el Principado-Virreinato del Brasil; en 1808 se afincó en Buenos Aires dedicándose como comerciante y hasta 1810 mantuvo relaciones con personajes influyentes de ambos virreinatos, persiguiendo planes para coronar un príncipe extranjero en estas provincias. Se vinculó con Liniers, Cisneros, Francisco de Miranda y Pueyrredón; a éste último le facilitó un buque de su propiedad para trasladarse a Río de Janeiro (según Diccionario Biográfico Ítalo-Argentino de Dionisio Petriella y de Sara Sosa Miatello).
  7. A raíz del fusilamiento del conde de Buenos Aires Santiago de Liniers quien también fuera héroe de la resistencia de las "Invasiones Inglesas" y virrey del Río de la Plata, sus descendientes repudiaron el título de «Condes de Buenos Aires» que fue trocado — con anuencia de la monarquía española — por «Condes de la Lealtad» (a los reyes españoles).
  8. El IV marqués del Valle del Tojo o del Yaví Juan José Feliciano Fernández Campero Martiarena y Pérez de Uriondo, inicialmente luchó del lado realista y en 1813 se pasó al lado independentista; posteriormente fue mirado con desconfianza por el gobierno central y llamándole desde Buenos Aires en noviembre de 1814 que fue adonde se le retuvo para mantenerle alejado del escenario de batallas hasta marzo de 1815 — según el Dr. Emilio Ravignani en el "Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana" y el Dr. Gastón Gabriel Doucet — retornando al norte argentino y dejando una hija no reconocida, probablemente con una López de Osornio, en su futura sucesión llamada Juana Campero (n. Buenos Aires, 1815). A partir de este momento Juan José Fernández Campero, aunque por poco tiempo, se hizo cargo de la defensa apoyando a Güemes, abandonando la mención de sus títulos nobiliarios en un gesto acorde a las circunstancias, hasta ser derrotado durante la «Invasión Grande» en la Batalla de Yavi el 15 de noviembre de 1816.
  9. José Gregorio de Lezama (n. Salta, Virreinato del Río de la Plata, 1802 - m. Buenos Aires, República Argentina, 23 de julio de 1889) fue protagonista siendo niño del Éxodo Jujeño del 23 de agosto de 1812 y siendo mayor de edad se dedicó al comercio de ganado, yendo de ciudad en ciudad hasta radicarse en la provincia de Buenos Aires, convirtiéndose en el mayor hacendado de la región desde 1847, uniéndose en primeras nupcias el 9 de diciembre de 1849 con María Carolina de Álzaga (n. Buenos Aires, 3 de diciembre de 1822 - m. ibíd. 11 de enero de 1857) teniendo dos hijos; luego de enviudar se volvió a casar con su cuñada Ángela de Álzaga (segunda nupcias de ambos) en 1862, siendo ambas hijas del general Félix de Álzaga y nietas del último alcalde realista de Buenos Aires Martín de Álzaga. Compró en 1857 la quinta de los ingleses (actual Parque Lezama y el Museo Histórico Nacional) y además donó tierras para la extensión de las vías férreas (1874) y para la fundación de la capital del nuevo pero fallido Partido de Viedma (1876), actual nuevo Partido de Lezama. Su única hija quien le sobrevivió llamada Isabel Lezama Álzaga (n. Buenos Aires, 10 de enero de 1857 - m. La Plata, 1921) se unió en matrimonio en 1883 con Francisco Juan Silva Campero (n. Buenos Aires, 1852 - m. La Plata, 1921), hijo de los anteriormente citados Juana Campero y de Antonio da Silva (según el censo de la provincia de Buenos Aires de 1855 y el censo nacional de mayo de 1895).
  10. La «Causa de Residenci»a se hacía desde la época hispánica a los virreyes para evaluar su gestión y de ser necesario someterlos a la justicia ante una falta o delito y continuada en la post-independencia del Río de la Plata.
  11. Montepío era el Establecimiento público fundado durante el virreinato con el objeto de realizar un Depósito de dinero, formado ordinariamente de los descuentos hechos a los individuos de un cuerpo (por ejemplo: Justicia y Hacienda), o de otras contribuciones de los mismos, para socorrer a sus viudas y huérfanos.
  12. Siendo Alejo Castex y Antonio Pósiga vocales de la «Cámara de Apelaciones» y Miguel Villegas presidente de la misma, se plantea una situación curiosa, al ser miembros de la justicia ordinaria y también formar parte del tribunal o «Comisión de Bienes Extraños» de carácter administrativo.
  13. según el historiador chileno Benjamín Vicuña MacKenna, Javiera Carrera era la verdadera instigadora para que sus hermanos protagonizaran la «Conspiración de 1817»
  14. ver Mitre, 1968, II, 90; y Otero, 1932, II, 379
  15. AGN-Sala X-29-10-3, fs.1-16. También reproducido en Documentos del Archivo de San Martín, III, 610 y 626, citado en Otero, 1932, II, cap. XIII, 377-378
  16. años después y por decreto del 3 de septiembre de 1829, fue restablecido el cargo de asesor de Gobierno, abarcando también el de auditor del Ejército y Marina, y correspondiéndole el nombramiento a Manuel Vicente Maza.
  17. Episodio muy conocido fue el de las controversias que encendieron las promociones de los porteños Mariano Medrano y Antonio Escalada en los primeros años de la década de 1830. El tema era sumamente delicado, entre otras cosas porque los obispos dirimían cuestiones judiciales que afectaban la vida y el patrimonio de las familias. Exagerando, Rousseau en el Contrato Social sostenía que el obispo, «dueño de casar o de no casar a las personas», disponía él solo de «las herencias, de los cargos, de los ciudadanos, del estado mismo, que no podrá seguir subsistiendo al no estar ya compuesto más que por bastardos». Hoy se ha desdibujado el peso que en el plano judicial poseían los obispos hasta el siglo XIX y que afectaba a la totalidad de los ciudadanos. Las controversias en torno al nombramiento de Escalada dieron lugar a una consulta que el gobierno de la provincia dirigió en 1834 a un grupo de teólogos y canonistas eclesiásticos y laicos, consulta cuyas respuestas dieron origen a un volumen que se cita habitualmente con las primeras palabras de su extenso título: «Memorial Ajustado». En tal ocasión, los eclesiásticos Valentín Gómez y Diego Estanislao Zavaleta alegaron que en la elección de los pastores, de acuerdo a las tradiciones más antiguas de la iglesia, debería participar el pueblo, o las autoridades civiles en su representación, mientras la preeminencia papal fue defendida por laicos como Tomás Manuel de Anchorena y Felipe Arana. Según «La relación papado-episcopado en la historia de la Iglesia» de autoría de Roberto Di Stefano.
  18. Registro Nacional de las Personas, Letra V, pág. 672
  19. Miguel Mariano de Villegas además de ser Asesor Privado de Gobierno, también ejerció diversas asesorías en distintos ámbitos: asesor del «Tribunal de Seguridad Pública» el 19 de abril de 1811; el 31 de marzo de 1814, como asesor de la «Defensoría de los Pobres» pero tuvo que cesar en el cargo al aceptar ser Asesor del «Juzgado de 2º voto»; el 29 de abril de 1815 aceptó ser designado como asesor del «Juzgado de 1º voto» — también había sido nombrado fiscal de la «Comisión Civil» el 24 de abril del mismo año, pero previamente y dada su influencia, intervino en su organización — por renuncia de Jaime Zudáñez; a comienzos de 1820, el cabildo eligió a Miguel de Villegas como asesor del «Juzgado de 1º voto» y luego de «2º voto»; el 9 de marzo del mismo año, durante la ausencia del gobernador Juan Ramón Balcarce, dejó encargado como delegado para la «Defensa Interior» al general Matías de Irigoyen, eligiendo al mismo tiempo un «Tribunal de Vigilancia», adonde él mismo figuró como asesor; el 13 de enero de 1821, además de auditor de guerra del «Ejército y Marina de Buenos Aires», también fue asesor de «Matrículas»; volvieron a nombrar en 1823 a Miguel Mariano de Villegas como asesor de Gobierno asignándose a sí mismo y al Dr. Cossio como vocales de la «Cámara de Justicia de la Provincia de Buenos Aires» el 19 de marzo, en reemplazo del Dr. Gascón y del Dr. Valle, e interviniendo como asesor del «Sumario por el Combate de San Nicolás».

Referencias

  • Registro Nacional de las Personas (Buenos Aires, Argentina, Letra V, páginas 668 - 673).
  • La Historia en mis Documentos (de Graciela Meroni, Tomo II, pág. 32-34; Ed. Crea, subdivisión Huemul).
  • La Plata: Una Obra de Arte, 1882 - 1982 (de la Municipalidad de La Plata en su Centenario, 15/11/1982, Ed. Talleres de Macci, Saltzmann y Cía. Sacif).
  • Estudios Históricos Regionales en el Espacio Rioplatense:de la Colonia a mediados del siglo XIX (de Teresa Suárez y Nidia Areces, Universidad Nacional del Litoral)


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