Museos de Basilea

Museos de Basilea
Indicador de museos en Basilea.

Por museos de Basilea se entiende un grupo de museos de la ciudad de Basilea y su área de influencia. Cubren un amplio espectro de exposiciones, con el punto fuerte puesto en las artes plásticas. Albergan una gran cantidad de fondos de relevancia internacional. Suman al menos tres docenas de edificios, sin contar las colecciones de historia y geografía local de los municipios de la periferia, con lo cual nos encontramos ante una densidad de museos extraordinariamente elevada en comparación con otras regiones urbanas de idéntico tamaño. Anualmente atraen a más de un millón y medio de visitantes.

Los museos, componente esencial e identificador de la cultura y la política cultural de Basilea, se basan en la combinación de la actividad de colección, tanto privada como estatal, con el fomento privado y público de la cultura, una fórmula que data del siglo XVI. Los museos públicos del cantón de Basilea-Ciudad se crearon con la adquisición del gabinete Amerbach por parte de la ciudad y la Universidad de Basilea en el año 1661 y, por tanto, conforman la más antigua colección existente de carácter civil. Desde la década de 1980 se han abierto diversas colecciones en edificios de nueva construcción, conocidos por su arquitectura museística de vanguardia.

Contenido

Panorama museístico

El punto fuerte de las colecciones de los museos de Basilea reside en las artes plásticas: pintura, dibujo y escultura. Más de una docena de museos cubren un amplio abanico de colecciones, desde la antigüedad hasta la actualidad, con obras tanto históricas y tradicionales como otras pioneras. En especial estas últimas han sido expuestas al público en las últimas dos décadas en museos de nueva creación. Se componen de fondos locales y regionales, aunque la característica principal de los grandes museos reside en su orientación y enfoque internacional, que se ha beneficiado de una larga tradición de coleccionismo no alterada por las guerras del siglo XX, al contrario de lo que ocurrió con muchos museos centroeuropeos, así como de la buena conexión de Basilea con el mercado de comerciantes y coleccionistas de arte, por ejemplo gracias a la feria Art Basel.

Muchos museos están dedicados a diversos temas histórico-culturales y etnológicos, y también albergan colecciones de carácter técnico y científico. Los museos siguen estando orientados a las tareas científicas del coleccionismo, conservación y exposición, así como a la investigación y formación,[1] o bien entienden éstas por lo menos como una parte de su trabajo. Al igual que en otros lugares, la imagen tradicional de los museos ha sufrido un vuelco a partir de la década de 1960. Además de las nuevas formas de contacto con el público (pedagogía y didáctica de museos), han surgido formas mixtas institucionales que aspiran a un papel sociopolítico relevante y en las que el museo solamente es una, aunque importante, faceta de una industria cultural más amplia.

La ubicación fronteriza de la ciudad en el punto de encuentro de tres países, y la pequeña extensión de la región de Basilea hacen que la gran mayoría de los museos de Basilea estén situados en la ciudad de Basilea y, por tanto, en el cantón de Basilea-Ciudad, si bien algunos museos se ubican en el cantón de Basilea-Campiña. También se pueden incluir dentro del panorama museístico los museos de la aglomeración de Basilea, como los de las ciudades vecinas Lörrach, Saint-Louis y Weil am Rhein, que en el caso del Museo Vitra Design (Vitra Design Museum), de Weil, suelen incluirse regularmente en la Noche de los Museos de Basilea que se celebra anualmente. Debido a las unidades administrativas local, regional y nacional que aquí confluyen, además de la aglomeración superpuesta,[2] no es posible determinar el número exacto de los museos de Basilea, aunque incluso teniendo en cuenta un perímetro estrecho debemos hablar de un mínimo de tres docenas de edificios que albergan y exponen al público diferentes colecciones. Los museos de Basilea también están adheridos a la «Tarjeta para museos del Alto Rin» («Oberrheinischer Museumspass»), introducida en el año 1999 y válida en diferentes museos alemanes, franceses y suizos; entretanto esta ya se utiliza en museos más allá de la región de Basilea, llegando hasta Estrasburgo e incluso hasta Mannheim.[3]

Como consecuencia de la estetización del entorno, la arquitectura museística ha ido adquiriendo una importancia especial desde la década de 1980. El lenguaje de formas postmoderno y deconstructivista se eligió en muchos casos como protagonista de los edificios de exposiciones, tanto que incluso resulta llamativo. También en Basilea y sus alrededores han surgido edificios de nueva construcción y anexos, y se han llevado a cabo reformas bajo la dirección de arquitectos nacionales e internacionales de éxito (Renzo Piano, Zaha Hadid, Frank Gehry, Wilfried y Katharina Steib, Herzog & de Meuron, Mario Botta) que han obtenido reconocimiento por la arquitectura museística de vanguardia que representan. En cambio, en algunos museos la estructura del edificio es vieja o incluso antigua, al tratarse de viviendas o edificios de oficinas en desuso o de conventos e iglesias que han sido reconvertidos en salas de exposición.

Los museos son un componente central del atractivo turístico de Basilea y, por tanto, un importante factor económico. Los museos de Basilea son en parte instituciones públicas, aunque la mayoría son instituciones privadas, por lo general dependientes de una fundación. Además de la gran densidad de museos en comparación con otras ciudades y regiones urbanas de tamaño similar,[4] estas colecciones privadas también han contribuido a la alta calidad de los museos. Prácticamente todas las colecciones privadas han nacido después de la Segunda Guerra Mundial. En cambio, los museos públicos datan por lo general de antes. Las colecciones de los cinco museos estatales del cantón de Basilea-Ciudad incluso son fruto de una evolución de varios siglos.

Evolución de los museos

Museos en la ciudad

Primeras colecciones

Caricatura del profesor de la Universidad de Basilea Johann Jakob d'Annone (1728–1804), quien legó su gabinete de curiosidades naturales y antigüedades a la colección pública albergada en el edificio Haus zur Mücke.

La creación de la primera colección privada está estrechamente vinculada a la Universidad de Basilea y a los gabinetes de libros, arte y ciencias naturales de inicios de la Edad Moderna, de los que en Basilea existían varios. En especial la familia de impresores Amerbach coleccionó durante el siglo XVI un gran número de libros, cuadros, trabajos de orfebrería, monedas y curiosidades naturales. En el año 1661 el gabinete Amerbach estuvo a punto de la disolución a causa de una oferta de compra procedente de Ámsterdam, el centro europeo del comercio de objetos de colección por aquel entonces. A instancia del alcalde Johann Rudolf Wettstein, la ciudad y la Universidad decidieron adquirir conjuntamente la colección para que permaneciera en Basilea. Alojada a partir del año 1671 en el edificio Haus zur Mücke en la Plaza de la Catedral, la colección no era un museo propiamente dicho. El fin principal de la institución era el de biblioteca de la Universidad; solamente algunos cuartos de la primera planta estaban reservados a los objetos de arte y curiosidades naturales. Dos bibliotecarios eran los encargados de gestionar la colección.

Plaza de la Catedral con el edificio Haus zur Mücke (centro del dibujo, a la izqda. del número 18) y antiguo convento en la calle Augustinergasse, donde se ubicó el primer museo propiamente dicho en 1849 (abajo, al lado del número 12).

Tras la segunda mitad del siglo XVIII, los fondos de libros y objetos aumentaron considerablemente a la luz de los esfuerzos de formación de la Ilustración. Importantes fondos de antigüedades, monedas, fósiles y curiosidades naturales entraron a formar parte de la colección en el edificio Haus zur Mücke por adquisición, donación o legado de coleccionistas particulares. La adquisición en 1823 del Museo Faesch (Museum Faesch), una colección basiliense del siglo XVII, tuvo especial trascendencia. La primera colección etnológica vinculada fue el «gabinete mexicano», que el comerciante Lukas Vischer reunió durante sus viajes a América Central en 1828–1837. En 1821 las curiosidades naturales fueron separadas de los fondos del edificio Haus zur Mücke y se fundó en «Falkensteiner Hof», asimismo en dicha plaza, un museo de historia natural, que albergaba igualmente los gabinetes de los institutos de Física y de Química.

El refugio de arte propiamente dicho de la ciudad era el Ayuntamiento de Basilea, cuya ornamentación y conservación eran una tarea municipal permanente desde comienzos del siglo XVI y para el que muchos artistas ejecutaron encargos. En el arsenal municipal parece que existió una «esquina de museo» desde el siglo XVI. Si bien aquí como en todos lados se desechaban las armas inservibles para su posterior eliminación, ha sobrevivido un buen número de estas, hecho que solamente se explica por que los funcionarios encargados almacenaran los efectos militares de la Edad Media o de comienzos de la Edad Moderna por su valor sentimental. Fueron memorables en primer lugar los auténticos y presuntos trofeos del botín borgoñón del año 1476 que fueron adjudicados a Basilea y que aún siglos después eran expuestos a los curiosos. Por el contrario, la conservación del tesoro de la catedral de Basilea, que con la Reforma perdió todo valor litúrgico, no tuvo carácter museístico; los objetos de culto confinados durante más de tres siglos en la sacristía de la catedral permanecieron ignorados hasta el año 1833 y solamente figuraban como un valor contable en los presupuestos del Estado.

Construcción del primer museo

El museo situado en Augustinergasse, Basilea, fachada que da a la plaza de la Catedral, siglo XIX.

Ya en el año 1767 el profesor universitario Johann Jakob d'Annone había ordenado reubicar los cuadros y otras curiosidades en la planta baja, antes vacía, del edificio Haus zur Mücke, con el fin de dejar espacio libre para libros en la primera planta, y se había encargado de una colocación sistemática. Sin embargo, unas décadas más tarde, el edificio y su infraestructura se quedaron pequeños ante la mayor afluencia de público (a partir de 1829 estaba abierto cuatro días a la semana) y la moderna cultura del saber que se estableció con la Ilustración. No existía un inventario completo de los fondos y «había sido imposible realizarlo hasta el momento debido a las salas deficientes, donde algunas piezas permanecían enterradas desde hacía décadas en rincones sombríos bajo una gruesa capa de polvo».[5]

El problema de espacio se solventó en 1849 con el traslado de la colección al edificio multiusos de Melchior Berri, llamado «Museo» a secas, en Augustinergasse, que reemplazaba en el lugar al antiguo convento agustino. Se financió con una subvención estatal única y con donaciones de los ciudadanos. El edificio monumental perteneciente al clasicismo tardío con pintura decorativa y frescos de Arnold Böcklin es un museo civil comparativamente temprano y el primer museo grande de Basilea. Es claramente reconocible la influencia de Friedrich Schinkel y de su Academia de arquitectura de Berlín (Berliner Bauakademie). No obstante, su programa de espacio y aprovechamiento unía las instalaciones universitarias con la biblioteca, con colecciones de Historia Natural y colecciones de arte. Esto también satisfacía las exigencias institucionales de la Universidad. Asimismo eran consideradas colecciones la mayor parte de los institutos subsidiarios, es decir, las instalaciones que fomentaban el estudio y la investigación. Por tanto, abarcaban los aparatos de los institutos de Química y de Física o los instrumentos del instituto de Anatomía.

Distribución de las colecciones públicas en los museos estatales

Antigua Galería de Esculturas de la Colección Pública de Arte, actualmente sede del Stadtkino Basel.

Paralelamente a la especialización de las disciplinas de formación e investigación que se inició a comienzos del siglo XIX, los numerosos fondos basilienses se convirtieron en colecciones institucionales clasificadas por ramas científicas. Se trata de un tipo muy diferente a las cámaras de maravillas, en las que, en opinión del profesor basiliense Wilhelm Wackernagel, «solamente [se habían amontonado] curiosidades de forma completamente despreocupada y con un empeño mitad pedante mitad infantil».[6] El Museo de Historia Natural (Naturhistorisches Museum) fundado en 1821 había sido el primer paso en esta nueva dirección. En 1836 la colección de arte pasó a ser legalmente independiente de la biblioteca de la Universidad y se designó una comisión de arte estatal encargada de supervisarla. En 1856 la «Colección medieval» creada ese mismo año siguiendo el modelo del Museo Nacional Germano (Germanisches Nationalmuseum) de Núremberg con fondos del museo situado en Augustinergasse se trasladó a habitaciones accesorias y anexos (Bischofshof, Niklauskapelle) de la catedral de Basilea; en 1887 las esculturas antiguas pasaron a alojarse en la Galería de Esculturas (Skulpturenhalle) del Círculo de Bellas Artes de Basilea (Basler Kunstverein). Entretanto, en 1874 también se habían trasladado los institutos de Química y de Física al edificio de nueva construcción, denominado Bernoullianum, de ciencias naturales, perdiendo sus fondos la orientación al coleccionismo a favor de las instalaciones de laboratorio.[7] Sin embargo, el cantón se mostró reacio a construir más museos para sus colecciones. El museo de Augustinergasse había sido un comienzo importante, pero durante cincuenta años también fue el único de ese tipo.

Biblioteca de la Universidad de Basilea, 1896.

En 1892 la «Colección de antigüedades» (pequeñas obras de arte antigua), con exclusión de los objetos etnológicos, y la colección medieval de la catedral se unieron a las armas históricas del arsenal basiliense formando el Museo de Historia de Basilea (Historisches Museum Basel) y a partir de 1894 se expusieron en la iglesia restaurada de Barfüsserkirche (de los Descalzos). Hoy en día alberga la colección más amplia de historia de la civilización del Alto Rin y expone piezas de artesanía (tesoro de la catedral y orfebrería, vidrieras) y de la cultura del día a día (muebles, tapicería, sala de monedas). El punto fuerte radica en la Baja Edad Media, el Renacimiento y la época barroca. En 1896 todos los libros fueron ubicados en la nueva biblioteca de la Universidad. La «Colección etnográfica», rebautizada en 1905 con el nombre de «Colección de etnología», fue trasladada en 1917 a nuevas salas gracias a una ampliación del museo de Augustinergasse y se convirtió en el «Museo de Etnología» («Museum für Völkerkunde»). Da cabida a cerca de 300.000 objetos, así como a otras tantas fotografías históricas y se conoce como el museo etnológico más grande de Suiza y uno de los más grandes de Europa. La colección abarca objetos de Europa, Antiguo Egipto, África, Asia (colecciones del Tíbet y Bali), América precolombina y Oceanía. En 1944 las autoridades federales renombraron sus piezas europeas de la colección como «Museo Suizo de Etnología» («Schweizerisches Museum für Volkskunde»). Esta separación dejó de existir en 1997; los fondos europeos y no europeos de la colección forman el Museo de las Culturas de Basilea (Museum der Kulturen Basel); el nombre pretende expresar que el punto fuerte del museo ha pasado de la transmisión de «otras culturas» al del diálogo intercultural. El Museo de Historia Natural de Basilea (Naturhistorisches Museum Basel), que abarca la mayor parte de las ciencias naturales (antropología, mineralogía, paleontología; vertebrados, insectos en la «Colección de escarabajos Frey» y demás invertebrados), ha permanecido en el edificio que ocupó en 1849 y ha conservado su denominación original. Sus colecciones, con cerca de ocho millones de objetos vinculados estrechamente con la investigación científica, se denominan «Archivos de la vida».

Museo de Arte Antiguo de Basilea y Colección Ludwig, parte posterior con anexo de sala con claraboya.

En 1849 la colección pública de arte se había alojado en la planta superior del museo de Augustinergasse, pero, debido a su crecimiento, los problemas de espacio eran cada vez mayores. En 1936, después de una planificación que duró alrededor de tres décadas, la colección pública de arte se trasladó al Museo de Arte de Basilea (Kunstmuseum Basel). Todavía en 1922, la colección había ampliado filiales con «Augustinerhof» en Augustinergasse (gabinete de dibujos y grabados) y con «Bachofenhaus» en la plaza de la Catedral (colección Bachofen con otros fondos), y desde 1928 sus fondos principales habían tenido la Kunsthalle como domicilio provisional. La galería de cuadros y el gabinete de dibujos y grabados del Museo de Arte (Kunstmuseum) albergan la colección pública de arte más grande y más importante de Suiza. Gracias a sus puntos fuertes, la pintura y el dibujo de artistas del Alto Rin entre 1400 y 1600 (familia Holbein, Witz, Cranach el Viejo, Matthias Grünewald), así como el arte de los siglos XIX al XXI (Böcklin, van Gogh, Cézanne, Gauguin; cubismo con Picasso y Braque; expresionismo alemán; arte americano de posguerra), también se sitúa entre los museos de su tipo más importantes en todo el mundo. Desde el traslado de la colección pública de arte, el museo de Augustinergasse alberga exclusivamente el Museo de Historia Natural (Naturhistorisches Museum) y el Museo de Etnología / Museo de las Culturas (Völkerkundemuseum / Museum der Kulturen). En 1961 tuvo lugar una ampliación fundamental de la colección del museo al fundarse el Museo de arte antiguo de Basilea y colección Ludwig (Antikenmuseum Basel und Sammlung Ludwig), en los que se unieron antiguos fondos del Museo de Historia (Historisches Museum) (pequeñas obras de arte) y del Museo de Arte (Kunstmuseum) (esculturas) con objetos procedentes de incautaciones, y a partir de 1966 se exhibieron en una villa, a partir de 1988 en dos villas clasicistas de Melchior Berri frente al Museo de Arte (Kunstmuseum). El Museo de Arte Antiguo (Antikenmuseum) es el único museo suizo dedicado exclusivamente al arte del Mediterráneo (principalmente cultura egipcia, griega, itálica y romana, además del Levante y Oriente Próximo) durante la Antigüedad desde el IV milenio a.C. hasta el siglo VII d.C. El punto fuerte de la colección está formado por cerámica griega y esculturas antiguas, así como la sección del Antiguo Egipto.

Anexos de los museos públicos

Haus zum Kirschgarten, casa-museo del Museo de Historia.

La necesidad de contar con más espacio para las colecciones en el museo de Augustinergasse motivó la anexión de los edificios vecinos, pero también los demás museos se expandieron. El Museo de Historia (Historisches Museum) de la Barfüsserkirche se amplió con:

la casa-museo de Segerhof en 1926–1934, cuya temática ha sido continuada desde 1951 por el Museo de estilo de vida basiliense (Museum der Basler Wohnkultur) en el edificio «Haus zum Kirschgarten»;

la colección de instrumentos musicales en 1943, que desde el año 2000 conforma el Museo de la Música (Musikmuseum) en la antigua cárcel «Lohnhof» donde se exponen cinco siglos de historia de la música europea;

la colección de carruajes y trineos de Brüglingen, en 1981.

Las esculturas almacenadas en 1927 en la Galería de Esculturas (Skulpturenhalle) por la falta de interés del público pasaron a formar parte del Museo de Arte Antiguo (Antikenmuseum) en 1961 y en 1963 obtuvieron una sala de exposición propia en la Galería de Esculturas de Basilea (Skulpturhalle Basel). El agrupamiento del conjunto escultórico del Partenón es único en todo el mundo.

En 1981, la Colección Pública de Arte (Öffentliche Kunstsammlung) se amplió con un segundo edificio: el Museo de Arte Contemporáneo (Museum für Gegenwartskunst) de St. Alban-Tal. Fue el primer edificio de exposiciones público de Europa que se dedicó exclusivamente a la producción y práctica de las tendencias artísticas contemporáneas que nacieron a partir de la década de 1960. Junto con los medios clásicos como pintura o escultura, también reúne obras de videoarte.

Museos cerrados y museos paraestatales

Museo Kleines Kingental, antiguo Museo de la Ciudad y la Catedral.

La puesta en marcha de medidas de ahorro hizo que en 1996 se cerraran al público el «Museo de Artes Aplicadas» («Gewerbemuseum», a partir de 1989, debido a una orientación ampliada, «Museo de Artes Gráficas» o «Museum für Gestaltung»), fundado en 1878 por la asociación de artesanos y comerciantes para exponer las obras artesanales autóctonas y parcialmente nacionalizado en 1886 y completamente nacionalizado en 1914, y el «Museo de la Ciudad y la Catedral» («Stadt- und Münstermuseum»), dedicado a la historia de la arquitectura, creado en 1939 en el antiguo convento de «Kleines Klingental» como parte de la conservación de monumentos. En el caso del Museo de Artes Aplicadas, los fondos se repartieron; la biblioteca y la colección de carteles fueron a parar a la Escuela de Artes Aplicadas (Schule für Gestaltung).[8] El Museo de la Ciudad y la Catedral siguió existiendo en la misma ubicación como Museo Kleines Klingental (Museum Kleines Klingental), controlado por una fundación.

El Museo Suizo de los Bomberos (Schweizerisches Feuerwehrmuseum), fundado en 1957 como «Museo de los Bomberos de Basilea» («Basler Feuerwehrmuseum»), está alojado en las dependencias del cuerpo profesional de bomberos del cantón, pero ya no es un museo estatal y tampoco ocupa un negociado propio en la administración cantonal. Su colección, que también cuenta con donaciones del Museo de Historia (Historisches Museum), comprende documentos que datan del siglo XIII.

Algo similar es aplicable a la Colección del cementerio Hörnli, que desde 1994 está ubicada en el recinto del cementerio central del cantón, pero está bajo el control de la «Asociación de la Colección del cementerio Hörnli». Se exponen objetos del arte funerario: urnas de cenizas, documentos sobre la historia de la cremación, coches fúnebres, ataúdes, reglamentos de los cementerios, cruces de las tumbas, coronas de perla de vidrio y recordatorios de difuntos.

Otros museos

Kunsthalle, parte posterior con patio.

El primer museo no dependiente del cantón de Basilea-Ciudad fue creado en 1860 en una sala de la Misión de Basilea. Mostraba objetos de culto y culturales de los países y pueblos adonde había llegado la Misión de Basilea, así como una galería de retratos de misioneros. Sin embargo, una parte de esta exposición se vendió posteriormente al cantón y volvió a cerrarse. El concepto del edificio multiuso como el museo de Augustinergasse fue retomado por el «Círculo de Bellas Artes de Basilea» («Basler Kunstverein»), que ordenó la construcción entre 1869 y 1872 de la Kunsthalle en Steinenberg, que comprendía salas de exposición y administración, biblioteca y estudios de escultura, y que se amplió en 1885 con un ala anexa donde se alojó la Galería de Esculturas (Skulpturhalle), a donde, como ya se mencionó más arriba, se trasladaron las estatuas antiguas del museo de Augustinergasse entre 1887 y 1927. La antigua «casa de artistas» («Künstlerhaus») funciona ahora como un «punto de encuentro entre artistas y promotores del arte y como intermediario entre ideas locales e internacionales».

El siguiente museo que no surgió de la iniciativa estatal fue el antes mencionado «Museo de Artes Aplicadas» («Gewerbemuseum»), creado en 1878, pero que ocho años más tarde pasó a manos del cantón. El Museo Anatómico (Anatomisches Museum) pertenece a la Universidad de Basilea y se independizó como tal con el traslado a un edificio propio de la «Colección de patología y anatomía»; el coleccionismo lo inició Carl Gustav Jung en la década de 1820. Tiene especial relevancia el preparado anatómico más antiguo del mundo (creado por Andrés Vesalio en 1543 en Basilea), así como un esqueleto preparado por Felix Platter en 1573.

En 1924 se creó, gracias a la donación de una colección privada a la Universidad de Basilea, el Museo de Historia de la Farmacia (Pharmazie-Historisches Museum) (originalmente «Colección de Historia de la Farmacia») con una de las colecciones más grandes sobre la historia de la farmacia. Comprende medicamentos antiguos y objetos de farmacia de antaño, utensilios de laboratorio, cerámica, instrumentos, libros, arte y artesanía.

En 1945 se creó el «Museo Suizo de Gimnasia y Deporte» («Schweizerisches Turn- und Sportmuseum») y en 1977 se rebautizó Museo Suizo del Deporte (Schweizer Sportmuseum); depende de la «Fundación del Museo Suizo del Deporte». Los puntos fuertes son juegos de pelota y bola, el ciclismo, la gimnasia y los deportes de invierno.

De la exposición inaugurada en 1954 «Nuestro camino hacia el mar», de la Compañía naviera suiza en el puerto fluvial del Rin en Basilea, nació el Museo de Navegación y centro de transportes de Suiza (Schifffahrtsmuseum Verkehrsdrehscheibe Schweiz). Está bajo el control de una asociación.

Entre 1954 y 1979 formó parte del Museo de Etnología (Museum für Völkerkunde) la «Colección suiza de historia del papel», que en 1980 se trasladó a un edificio propio en el molino de Gallician, en el antiguo barrio industrial, bajo el nombre de Molino de Papel – Museo Suizo del Papel, la Escritura y la Imprenta (Basler Papiermühle – Schweizerisches Museum für Papier, Schrift und Druck). Este museo es supervisado por la «Fundación Basler Papiermühle».

El Museo Judío de Suiza (Jüdisches Museum Schweiz), que muestra la historia cultural de los judíos en Suiza y en Basilea, así como documentos del primer congreso sionista celebrado en Basilea en el año 1897, fue fundado en 1966 por la «Asociación del Museo Judío de Suiza».

Sala de exposiciones Klingental en el recinto del centro cultural Kaserne de Basilea.

Igual que el Museo Kleines Klingental, la sala de exposiciones Klingental (Ausstellungsraum Klingental) abierta en 1974 se encuentra alojada en el antiguo convento Klingental. Su función es servir de plataforma para reflexionar sobre las obras actuales de los artistas que viven en Basilea y fomentar las obras de jóvenes artistas. La institución se encuentra bajo el control de la «Asociación de la Sala de exposiciones Klingental».

El Museo de la Caricatura y del Cómic de Basilea (Karikatur & Cartoon Museum Basel) fundado en 1979 y dedicado a las caricaturas, dibujos animados, cómics, parodias y pastiches, es fruto del empeño de una sola persona, el coleccionista y mecenas Dieter Burckhardt. La «Fundación del Museo de la Caricatura y del Cómic de Basilea» está asociada, como fundación dependiente, a la Fundación Christoph Merian. Las salas de exposiciones están ubicadas desde 1996 en una construcción del gótico tardío, renovada por los arquitectos Herzog & de Meuron y ampliada con un edificio de nueva construcción.

En 1984 se fundó el Museo Suizo de Arquitectura (Schweizerische Architekturmuseum), que desde el año 2004 está alojado en las salas de la Kunsthalle completamente renovada y reformada por los arquitectos Miller & Maranta y Peter Märkli;[9] por medio de exposiciones temporales aborda temas y cuestiones relacionadas con la arquitectura internacional y el urbanismo. El Museo de Arquitectura se beneficia de su ubicación en Basilea, donde se ha producido una llamativa concentración de importantes estudios de arquitectura internacionales, entre los que sobre todo Herzog & de Meuron han participado en la construcción de museos regionales. El museo depende de la «Fundación del Museo de Arquitectura».

El Museo Tinguely (Museum Tinguely), creado en 1996, muestra en una exposición permanente la vida y obra del artista Jean Tinguely. Las exposiciones temporales están dedicadas a la obra de sus compañeros de tendencia artística y a otros artistas de la época moderna. El museo diseñado por Mario Botta está exclusivamente financiado por el grupo farmacéutico de Basilea Hoffmann-La Roche.

El Museo de Casas de Muñecas (Puppenhausmuseum), fundado en 1998, es propiedad de Gigi Oeri, mecenas responsable de reunir la colección. Además de muñecas, casas de muñecas y tiendas de miniatura de los siglos XIX y XX, incluye la colección de osos de peluche más grande de todo el mundo.

El centro de arte multimedia [plug.in], cuyos locales se inauguraron en el año 2000, está controlado por la «Asociación Fórum de nuevos medios», fundada en 1999. Lleva a cabo exposiciones y proyectos y presta servicios de conexión internacional a artistas; otra función es la mediación entre el arte multimedia y el público.

La Fundación Herzog, con una de las colecciones de fotografías más importantes de todo el mundo (cerca de 300.000 instantáneas cuyo tema central es la sociedad industrializada del siglo XIX) expone desde el año 2002 en un «Laboratorio de fotografía» («Laboratorium für Fotografie»). El almacén diseñado por Herzog & de Meuron en el barrio industrial Dreispitz alberga la colección, además de una biblioteca manual sobre la historia de la fotografía y dos locales más como salas de formación, estudio y exposición.

Museos del extrarradio urbano

Muchos de los municipios pequeños y medianos alrededor de Basilea cuentan con museos de historia local[10] no recogidos a continuación. Se mencionan los museos cuyas colecciones tienen carácter supramunicipal y que por regla general están abiertos al público varios días a la semana.

Colecciones de ciencias naturales, de historia de la civilización y de la técnica

El museo más antiguo de la región de Basilea fuera de la ciudad es el Museo del cantón de Basilea-Campiña de Liestal, actualmente Museum.BL. Fue fundado en 1837 como «gabinete de ciencias naturales», y hasta la década de 1930 las colecciones se alimentaron sobre todo de objetos de ciencias naturales. Desde entonces el punto fuerte se ha trasladado a la historia de la civilización. El museo aprovecha la variedad de la colección para dedicarse de forma multidisciplinaria al medio ambiente, la historia y la actualidad.

El Museo am Burghof de Lörrach (Alemania) fue creado por la «Asociación de Antigüedades de Lörrach» («Lörracher Altertumsverein»), fundada en 1882, que en 1927 donó su colección a la ciudad de Lörrach. Inició su actividad como «Museo de historia local» («Heimatmuseum») en 1932 y actualmente presenta en su exposición permanente «ExpoTriRhena» el pasado y presente, la división y las características comunes de la región fronteriza alrededor del punto de encuentro de tres países en Basilea: Alemania, Francia y Suiza.

El anfiteatro del museo al aire libre en Augusta Raurica.

El Museo Romano de Augst (Römermuseum Augst) fundado en 1957, un museo al aire libre en el recinto de la antigua ciudad romana de Augusta Raurica, investigada desde el Renacimiento, muestra numerosos hallazgos de las excavaciones, entre ellos el tesoro de plata más importante de la Antigüedad tardía. La vecina «Casa Romana» reconstruida es una donación del mecenas basiliense René Clavel, mientras que el museo y todo el recinto del parque arqueológico forman parte de la administración del cantón de Basilea-Campiña.

El Museo del Molino (Mühlemuseum) de la Fundación Christoph Merian está ubicado en el llano de Brüglingen. El molino de agua de la antigua finca «Hofgut Brüglingen», transformado en museo en 1966, alberga una exposición sobre la historia del molino y de la molinería desde la Edad del Bronce hasta el siglo XX. El molino está en funcionamiento, de modo que se muestran los ciclos de trabajo desde la rueda de molino accionada por agua hasta la muela de molino rotatoria.

En el Museo del Juguete y Museo rural y de la viticultura de Riehen (Spielzeugmuseum, Dorf- und Rebbaumuseum Riehen), creado en 1972, se exponen objetos de la historia del pueblo y relacionados con la viticultura, además de una de las colecciones más importantes de juguetes de Europa. Parte de los juguetes procede de colecciones privadas, otra parte ha sido cedida por el Museo de las Culturas (Museum der Kulturen). El museo forma parte de la administración municipal de Riehen.

El Museo de instrumentos de música automáticos (Museum für Musikautomaten) de Seewen, situado en el extremo de la región de los museos de Basilea, alberga una de las colecciones más conocidas y grandes del mundo de cajas de música, tocadiscos, relojes y joyas con música y otros instrumentos de música automáticos mecánicos. Se fundó en 1979 como museo privado del coleccionista Heinrich Weiss y en 1990 pasó a ser propiedad de la Confederación Helvética por donación. Desde el año 2000 la colección se presenta en un edificio nuevo.

En 1997 se creó el Museo de la Electricidad (Elektrizitätsmuseum) de la compañía proveedora de energía eléctrica «Elektra Birseck» en Münchenstein. Está dedicado a la evolución de la producción y utilización de corriente. La colección abarca raros aperos históricos y se completa con un laboratorio en el que los visitantes pueden experimentar con corriente eléctrica.

Punto fuerte: colección de arte

Museo Vitra Design, vista de la fachada (arquitecto Frank O. Gehry).

Desde finales de la década de 1980 se construyeron en la región de Basilea numerosos nuevos museos dedicados principalmente al arte contemporáneo.

El Museo Vitra Design (Vitra Design Museum) de Weil am Rhein (Alemanis) es un museo del diseño centrado en los muebles y el interiorismo. El museo se ha creado a partir de la colección de sillas y muebles de Rolf Fehlbaum, el propietario del fabricante de muebles Vitra, pero es una institución independiente. El complejo arquitectónico Vitra constituye una importante aportación a la arquitectura de vanguardia de la región de Basilea. Al lado del museo de Frank Gehry abierto en 1989 existen construcciones de Zaha Hadid, Nicholas Grimshaw, Tadao Ando y Álvaro Siza.

Desde 1982, la Fundación Beyeler es la propietaria de la colección de arte de Hildy y Ernst Beyeler, que el matrimonio fue reuniendo a lo largo de 50 años. Las obras del clásico arte moderno están expuestas desde 1997 en un museo diseñado por Renzo Piano. Entre otras, se muestran obras de Degas, Monet, Cézanne, van Gogh, Picasso, Rothko, Warhol, Lichtenstein o Bacon. Los árboles del parque de esta notable casa fueron envueltos por Christo y Jeanne-Claude en 1998.

Escultura de Nigel Hall en Schönthal.

La Casa de Arte de Basilea-Campiña (Kunsthaus Baselland) de Muttenz se convirtió en 1997 en el espacio de exposiciones del «Círculo de Bellas Artes de Basilea-Campiña» («Kunstverein Baselland»). La casa de arte está dedicada al arte contemporáneo y muestra en exposiciones temporales proyectos actuales de artistas regionales e internacionales.

También el Espacio de Arte de Riehen (Kunst Raum Riehen), inaugurado en 1998, es una institución pública y tiene una orientación temática similar. El municipio de Riehen y su comisión de Arte tienen en él el espacio ideal para exponer las obras de arte contemporáneo de la región.

La Fundación Sculpture at Schoenthal fundada en 2001 en el antiguo convento Schönthal presenta, bajo el lema «Arte y naturaleza en diálogo», cerca de veinte obras de artistas suizos e internacionales en un parque de esculturas permanentemente abierto al público. En el espacio eclesiástico románico reconvertido en galería tienen lugar exposiciones temporales de artistas contemporáneos.[11]

En el año 2003 se inauguró en Münchenstein el Schaulager, un almacén y espacio de exposición de la fundación Emanuel Hoffmann. Gira en torno a la colección de arte de vanguardia de la fundación, y es una mezcla de museo público, depósito de obras de arte e instituto de investigación sobre arte. La construcción poligonal es un diseño de los arquitectos Herzog & de Meuron.

El Espace d’Art Contemporain Fernet Branca de Saint-Louis (Francia), la ciudad alsaciana vecina de Basilea, está ubicado en la destilería cerrada en el año 2000 del fabricante de bebidas espiritosas Fernet-Branca. El museo presenta desde 2004 temas y artistas del arte contemporáneo en exposiciones temporales. El museo es gestionado por la «Association pour le Musée d'Art Contemporain Fernet Branca».[12]

Fomento de museos y política de museos

Primacía de la biblioteca

Visitantes de la colección de arte en el edificio Haus zur Mücke, 1837. Las visitas guiadas eran tarea del bedel.

No pocas veces los museos surgieron, al menos en lo que a su base se refiere, de colecciones de la corte. Por el contrario, Basilea alimenta desde finales del siglo XIX la cultura de la memoria recordando que con el gabinete Amerbach en el año 1661 adquirió la más antigua colección existente de carácter civil.[13] La adquisición de una colección del siglo XVI estaba en línea con el interés cultural histórico-documental difundido de la época. Básicamente, la compra tenía el propósito de mejorar la biblioteca de la Universidad con la colección de libros del gabinete Amerbach; el edificio Haus zur Mücke que albergaba la colección gestionada por la Universidad se denominaba «biblioteca» por ser esta su finalidad esencial. El ayuntamiento no traspasó la dirección del refugio de arte municipal al edificio Haus zur Mücke hasta la segunda mitad del siglo XVIII. En 1770 se ubicó aquí el Altar de la Pasión de Holbein, una de las atracciones principales para los visitantes desde la Reforma, en 1771 varios cuadros propiedad del ayuntamiento y en 1786 el órgano de Holbein de la catedral. Sin embargo, a pesar de esta organización de las colecciones de objetos, todo siguió igual durante mucho tiempo. Los fondos de ciencias naturales y la colección de arte dejaron de formar parte de la biblioteca en 1821 y 1836, respectivamente.

A finales del siglo XVIII, la cultura museística burguesa apenas estaba iniciando su evolución, como lo demuestra el horario de apertura tan reducido del edificio Haus zur Mücke (la tarde del jueves de dos a cuatro, o previa cita). Las visitas regulares de la galería por parte de los ciudadanos y extranjeros empezaron a registrarse en esta época. Las actividades en torno a la colección durante las tres décadas anteriores y posteriores a 1800 se centraron más bien en los objetos científicos, concretamente en forma de adquisiciones y donaciones. Sin embargo, los múltiples objetos de arte de primera calidad traídos de la Francia revolucionaria en la década de 1790 no encontraron buena acogida en Basilea por parte de los compradores y la mayoría de las veces fueron vendidos fuera de la ciudad.

Nacionalización y formación popular

Para los Estados republicanos y monárquicos del siglo XIX, las colecciones en forma de museos públicos simbolizaban su autodeterminación. El saqueo masivo de obras de arte hasta París durante las guerras napoleónicas había puesto de manifiesto la importancia del arte como creadora de la identidad. Fueron ejemplares el «Musée français» del Louvre y el «Musée des monuments français», cerrado en 1816, en un antiguo convento agustino. El cuidado de colecciones programáticas y la construcción de museos se convirtieron en una tarea nacional representativa.

En Basilea, sin embargo, la falta de espacio en el edificio Haus zur Mücke no hizo más que ir en aumento, por lo que se pensó en unas nuevas instalaciones. La discusión sobre el lugar adecuado para la colección pública adquirió una dimensión política cuando se produjo la separación del cantón en una parte urbana y una parte rural. La ley de la Universidad del año 1818 había hecho de la Universidad corporativa-autónoma una institución formativa cantonal y había convertido indirectamente los bienes de la Universidad en propiedad estatal. Según sentencia arbitral, como parte de los bienes de la Universidad, dos terceras partes de la colección pertenecían al cantón de Basilea-Campiña y el cantón de Basilea-Ciudad tuvo que adquirirlas. La consternación en la ciudad llevó a la promulgación en 1836 de la ley sobre administración y utilización de los bienes de la Universidad, que vinculaba éstos de forma indisoluble con fines formativos a la ciudad de Basilea. Esta ley sigue en vigor todavía hoy.[14]

El centro del friso de figuras del museo situado en Augustinergasse. Cerca de la diosa de la ciudad Basilea y del dios fluvial Rin no están las artes académicas o ciencias, sino emblemas de la burguesía moderna: Libertas como alegoría de la libertad política y Mercurio como dios de los comerciantes. A la derecha detrás de Basilea aparece una chimenea humosa.

Una consecuencia de los acontecimientos fue la fundación en 1835 de la «Sociedad académica voluntaria», que en su fomento de la Universidad también empezó a apoyar las colecciones con financiación o adquisiciones y donaciones propias. No obstante, el impulso más fuerte para la construcción de museos procedió de círculos científicos en torno al profesor de Física y Química Peter Merian, que probablemente proporcionó al Museo de Historia Natural (Naturhistorisches Museum), como única colección estatal, un presupuesto anual. El edificio del Museo de Historia Natural (Naturhistorisches Museum) en Falkensteinerhof, donde se combinaban aulas académicas, biblioteca y laboratorios, sirvió de modelo para la construcción de museos. El hecho de que al final se renunciara al edificio universitario propiamente dicho en favor de un museo primario, se debió a la difícil posición que ocupaba la Universidad en círculos de la burguesía industrial y comercial. Para esta, la Universidad era una institución retrógrada. En cambio, el museo se consideraba el motor de la formación práctica, y había buena disposición para apoyar con aportaciones privadas su construcción como parte del proceso de renovación de la ciudad que estaba teniendo lugar.

Museo de Augustinergasse, galería de los viejos maestros, 1907.

A instancias de Christian Schönbein, entró en funcionamiento a partir de 1850 la «Asociación voluntaria del museo», una institución sucesora de la asociación para la construcción del museo fundada en 1841. Creada según el modelo de la Royal Institution de Londres, debía servir para «relanzar el sentido de la ciencia y el arte». La asociación, abierta a todos los habitantes de Basilea, apoyaba las colecciones con dinero y pretendía despertar el interés sobre el museo con conferencias públicas también abiertas a las mujeres. Sin embargo, no pudo sobrevivir el ímpetu de la fase inicial y, a pesar del rapidísimo crecimiento de la población de Basilea, perdió bastantes miembros en la segunda mitad de siglo. El museo no se ocupó de llevar a cabo la formación que había ofrecido y esperado, como era la intención de sus fundadores y patrocinadores. La socialización ideal del museo tuvo lugar muy paulatinamente, y el museo conservó durante largo tiempo sus viejas formas organizativas. Un conservador con título académico se encargó por vez primera de la colección de arte en 1887. Además, en la renovada Ley de la Universidad de 1866, el Estado seguía sin incluir asignaciones regulares para la colección de antigüedades, la colección medieval y la colección de arte, por lo que los ingresos de éstas dependían del dinero recaudado con la venta de entradas y el apoyo de asociaciones y particulares, donde debe destacarse el apoyo de la «Fundación Birrmann» y la «Fundación Emilie-Linder» a favor de la colección de arte. Solamente este apoyo hizo posible una política de coleccionismo activa que iba más allá de la conservación del patrimonio cultural.

Cultura de la memoria burguesa y época moderna

El cartel de inauguración del Museo de Historia de Basilea en el año 1894. La publicidad va dirigida a un público burgués extravagante.

Los responsables de los museos concedieron a las colecciones una función a nivel nacional, queriendo ejercer a través de ellos «una influencia benéfica y curativa para toda la patria».[15] La «Galería nacional secreta»[16] se amplió sobre todo con adquisiciones de obras de arte suizas. Cuando empezó a negociarse a partir de 1883 la fundación de un museo nacional suizo, el cantón de Basilea-Ciudad se empleó a fondo para convertirse en el lugar de acogida y ofreció como fondos centrales sus colecciones de historia de la civilización, que se vieron mejoradas con nuevas piezas con vistas a la candidatura basiliense. Si bien el Museo Nacional Suizo (Schweizerisches Landesmuseum) fue a parar a Zúrich, sí se hizo realidad el proyecto de un Museo de la Historia, no suizo sino basiliense, en un edificio histórico como la antigua iglesia de los Descalzos (Barfüsserkirche), perteneciente al alto gótico. El edificio del Museo de Historia (Historisches Museum) «era una muestra autoconsciente de la delicadeza y destreza artísticas de Basilea, una mezcla de corredor formativo y una disposición en fila de habitaciones (enfilade)».[17] La nacionalización del Museo de Artes Aplicadas (Gewerbemuseum), como escenario para las obras contemporáneas que había tenido lugar pocos años antes, también ha de contemplarse como consecuencia del orgullo burgués y de la recuperación de los gremios, al entender la burguesía su concepto de valores y capacidad propia como fundamento del Estado y la sociedad.

Postal con vista del interior de la iglesia Barfüsserkirche, 1894. La exposición permanente del Museo de Historia está representada como una desbordante exposición de los gremios y las armas medievales.

Si bien la conciencia de la importancia internacional de las colecciones estaba bastante difundida, éstas solamente consiguieron arraigarse en la conciencia cultural de una amplia capa social a finales del siglo XIX. La cultura de la memoria histórica, que desplegaba por aquel entonces su significado y efecto, enlazaba especialmente con la colección medieval y las numerosas obras bajomedievales del Renacimiento de la región del Alto Rin en el Museo de Arte (Kunstmuseum). Desde esta época, Basilea reivindica el reconocimiento de poseer la más antigua colección de arte existente de carácter civil gracias a la adquisición del gabinete Amerbach. En 1892 (500 años de la adquisición de Pequeña Basilea o «Kleinbasel» por parte de Gran Basilea o «Grossbasel») y 1901 (400 años de pertenencia de Basilea a la Confederación) Basilea celebró dos grandes actos solemnes que se caracterizaron por los gestos histórico-patrióticos, persistentes en el tiempo, que tenían una finalidad identitaria dirigida a la parte proburguesa de la población (y, por tanto, la clase social que apoyaba los museos), para lo que se sirvió de las imágenes del pasado que tenía a su disposición en los museos.

Franz Marc: Destino de los animales, 1913. El Imperio Alemán puso a la venta este cuadro en 1939 como «arte degenerado» y fue adquirido por Basilea-Ciudad.

A más tardar tras la ruptura que supuso la Primera Guerra Mundial y a la vista de los acontecimientos sociales y culturales, la pretensión de validez de la burguesía y su autodescripción institucionalizada se convirtieron en tema de los museos de Basilea. El conflicto en la relación de los museos con el arte moderno se llevó especialmente al terreno de las artes plásticas. La construcción de un museo propio para la colección de arte de Basilea originó a finales de la década de 1920 un «debate de monumentalidad», en el que los defensores de la nueva arquitectura moderna, orientada al fin, rechazaron la forma anacrónica de palacio que finalmente resultó elegida como demostración de poder de una sensibilidad cultural conservadora y «espiritualmente acabada».[18] Al contrario del gesto arquitectónico y del espíritu antimodernista de la década de 1930, las adquisiciones realizadas desde la década de 1920 hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial estuvieron caracterizadas por una perspectiva marcadamente moderna. En 1934 vino a sumarse a los fondos de la colección pública de arte el primer cuadro de Vincent van Gogh y un grupo de 134 dibujos de Paul Cézanne. La Fundación Emanuel Hoffmann, creada en 1933, apoyó en ello al Museo de Arte (Kunstmuseum) y en 1940 se trasladó al edificio junto con sus obras contemporáneas. El punto de inflexión que cambió el perfil general vino marcado por el crédito especial que el Parlamento de Basilea-Ciudad concedió en 1939 al director del museo Georg Schmidt para la adquisición, promovida por este, de bienes museísticos alemanes que los nacionalsocialistas habían calumniado como «arte degenerado».[19]

Homme aux bras écartés en la plaza de Picasso detrás del Museo de Arte, 2008.[20]

El desarrollo del arte moderno clásico en el Museo de Arte (Kunstmuseum) se vio fortalecido sobre todo con la adquisición continuada de arte de posguerra estadounidense. La etiqueta de «ciudad de los museos» que Basilea reclama para sí estuvo marcada por la extraordinaria importancia del muy controvertido y finalmente infructuoso referéndum contra la adquisición de dos cuadros de Pablo Picasso en 1967, un momento clave del vínculo de sociedad y museos en la ya citada cultura de la memoria basiliense.

Democratización, popularización

A pesar del plebiscito favorable para el museo tradicional, este se sumió en una crisis permanente desde finales de la década de 1960. Esta crisis, que no solamente afectó a Basilea, fue fruto de la nueva valoración sociopolítica de la cultura. Las adquisiciones con el crédito de arte estatal y la exposición que tuvo lugar en la Navidad de 1967 en la Kunsthalle de Basilea motivaron violentas protestas de la asociación de artistas rechazados, conocida como «grupo de Fansburg». Finalmente, los problemas planteados llegaron al parlamento cantonal. Con los acontecimientos surgió la pregunta de si Basilea era «solamente una ciudad de museos», en un sentido negativo, y se abrió un debate de amplio alcance sobre la promoción de jóvenes artistas y el funcionamiento de los museos. La creación de la sala de exposiciones Klingental (Ausstellungsraum Klingental) unos años más tarde está directamente vinculada a los aspectos negativos criticados en aquel entonces.[21]

Museo de Historia: La nave de la iglesia Barfüsserkirche abierta a los visitantes, 2008.

La democratización iniciada en los años 60 del pasado siglo significó la eliminación de lo elitista a favor de la igualdad y la supresión del miedo ante situaciones nuevas. El efímero Museo Progresista (Progressives Museum, 1968–1974), centrado en el arte constructivista, próximo a las nuevas tendencias (Nouvelles Tendances), de la década de 1960, tenía por objeto «la creación de una colección moderna abierta al público desde el principio», evitando toda «ceremonia secularizada».[22] La ampliación de la intermediación y la formación, tarea que en esta época también estaba disminuyendo, solamente podía realizarse con más ayuda financiera. Sin embargo, a mediados de la década de 1970 se hizo notar una situación financiera cada vez más complicada y permanentemente difícil del sector público. Debido a la falta de financiación, la carrera de Museología solamente pudo impartirse en la Universidad de Basilea en 1992–1994. A mediados de la década de 1990, una decisión del gobierno recortó el presupuesto de los museos estatales en un diez por ciento, y dos museos, el Museo de Artes Gráficas (Museum für Gestaltung) y el Museo de la Ciudad y la Catedral (Stadt- und Münstermuseum) de Basilea, cerraron sus puertas en 1996 a consecuencia de ello. El debate que siguió a este cierre y la presión de la iniciativa popular a favor de los museos de Basilea-Ciudad dieron lugar en 1999 a la Ley de Museos de Basilea-Ciudad, que dejó en manos del Parlamento la gestión de los restantes cinco museos estatales (Museo de Arte Antiguo «Antikenmuseum», Museo de Historia «Historisches Museum», Museo de Arte «Kunstmuseum», Museo de las Culturas «Museum der Kulturen», Museo de Historia Natural «Naturhistorisches Museum»). Como principal destino de los gastos en cultura,[23] desde hace unos años los museos también centran arduas discusiones entre los dos semicantones de Basilea en lo que a la compensación de la actividad central de la ciudad dentro del marco del ajuste económico se refiere.

Museo Vitra Design – parque de bomberos (arquitecta Zaha Hadid).

Desde la década de 1980, los museos han experimentado una popularización y estetización al mismo tiempo. Desde entonces se construyeron numerosos museos, que alcanzaron relevancia internacional por su arquitectura de vanguardia. A esta popularización contribuyó mucho el concepto de exposición del Musée Sentimental, centrado en un mundo de vivencias cotidiano y no prosaico y que en 1989 presentó una exposición con el mismo nombre en el Museo de Artes Gráficas (Museum für Gestaltung). La Noche de los Museos de Basilea es un evento anual con cerca de cien mil visitantes, frente a un total de aproximadamente 1,4 millones de visitantes anuales de los museos (última actualización 2006).[24] La población se refiere a los museos como «un pilar básico de la oferta formativa en el tiempo de ocio».[25] Los museos actúan en un entorno cada vez más condicionado por la industria del ocio y el mercado libre y son un factor económico y de localización a tener en cuenta.[26] [27] Al contrario de lo que sucedió con la inversión estatal, las inversiones de dinero privado en los museos han crecido visiblemente. Las aportaciones de mecenazgos y patrocinios están adquiriendo un papel cada vez más importante en la financiación de exposiciones, partes de colecciones o museos enteros, y, por tanto, están muy demandadas. Esta situación de competencia también se refleja en la gran autonomía institucional de los museos de Basilea-Ciudad, las únicas entidades públicas que pueden ser gestionadas siguiendo el método de la economía privada del New Public Management (o Nueva Gestión Pública).

Referencias

Notas

  1. En especial los grandes museos cantonales de Basilea-Ciudad: «Los museos tienen la tarea de coleccionar, conservar, documentar, investigar y transmitir los valores culturales.» Ley de Museos de 16 de junio de 1999, artículo 3
  2. Véase la representación de las diferentes definiciones de territorio en la página web del eurodistrito Basilea.
  3. Mapa con el área de difusión de la Tarjeta para museos del Alto Rin (Oberrheinischer Museumspass).
  4. «Hasta el momento la denominación ‹Basilea, ciudad de los museos› se refería en primer lugar a las valiosas colecciones y numerosas exposiciones temporales de los museos públicos y privados en una ciudad con una densidad de museos muy elevada.» (Suter, Raphael (1995): «Ist das erste Museologie-Studium der Schweiz bereits am Ende?». Basler Jahrbuch 1994, pág. 109. Basilea.) «Otras ciudades con un número de habitantes similar, por lo general, cuentan como mucho con un Museo de Arte y, en tal caso, únicamente de relevancia regional. Como ciudad de museos, Basilea es realmente única si se tiene en cuenta su tamaño.» (Becker, Maria (2008): «Die kleine Stadt der grossen Kunstschiffe». Neue Zürcher Zeitung, 2 de junio de 2008.)
  5. Publicación para la inauguración del Museo de Basilea el 26 de noviembre de 1849, pág. 3, Basilea.
  6. Wackernagel, Wilhelm (1857). Über die mittelalterliche Sammlung zu Basel, pág. 3, Basilea.
  7. La Asociación voluntaria del museo dejó de apoyar el Bernoullianum en la década de 1870, pero no a la biblioteca de la Universidad, que todavía sigue recibiendo donaciones.
  8. Historia del Museo de Artes Gráficas (Museum für Gestaltung); el museo siguió existiendo como empresa de exposiciones con financiación privada, primero en Weil am Rhein y luego en Basilea. La Escuela de Artes Aplicadas sigue organizando exposiciones de la colección de carteles.
  9. Museo Suizo de Arquitectura (Schweizerisches Architekturmuseum): El Museo Suizo de Arquitectura inaugura sus nuevas salas en la Kunsthalle.
  10. Véase los apartados correspondientes en el sitio web del cantón de Basilea-Campiña: Museos municipales.
  11. Sitio web de la Fundación Sculpture at Schoenthal.
  12. Historia del museo.
  13. Hubo colecciones civiles más antiguas, pero ya no existen. Por ejemplo, la biblioteca Burgerbibliothek de Zúrich, con la sala de monedas y la colección de arte anexas, se fundó en 1629, pero se disolvió en 1780.
  14. Los bienes de la universidad son «bienes indivisibles del cantón de Basilea-Ciudad, indisolublemente vinculados a la ciudad de Basilea, que deben obedecer a las disposiciones de las fundaciones y cumplir la finalidad de los institutos de enseñanza superior.» Ley de bienes de la Universidad de 16 de junio de 1999, § 2.
  15. Meier, Nikolaus: Identität und Differenz. Zum 150. Jahrestag der Eröffnung des Museums an der Augustinergasse in Basel. Separata del volumen 100 de Basler Zeitschrift für Geschichte und Altertumskunde, pág. 165.
  16. Meier, Nikolaus: Identität und Differenz. Zum 150. Jahrestag der Eröffnung des Museums an der Augustinergasse in Basel. Separata del volumen 100 de Basler Zeitschrift für Geschichte und Altertumskunde, pág. 179.
  17. Huber, Dorothea (1993). Architekturführer Basel. Die Baugeschichte der Stadt und ihrer Umgebung, pág. 193. Basilea, Architekturmuseum Basel.
  18. Huber, Dorothea (1993). Architekturführer Basel. Die Baugeschichte der Stadt und ihrer Umgebung, págs. 301–302. Basilea, Architekturmuseum Basel, Basilea 1993.
  19. Ninguna de las 21 piezas adquiridas era de propiedad privada y tuvieron que ser restituidas posteriormente. Kreis, Georg (1997). Die Schweiz und der Handel mit Raubkunst im Zusammenhang mit dem Zweiten Weltkrieg.
  20. La plaza se bautizó así como agradecimiento por los cuatro cuadros donados por Picasso después del referéndum positivo sobre la adquisición pública de dos de sus telas.
  21. 1967 – Una exposición sobre el grupo de Farnsburg de Basilea de la sala de exposiciones Klingental (Ausstellungsraum Klingental).
  22. Historia del Museo Progresista (Progressives Museum)
  23. Los museos de Basilea-Ciudad reciben cerca de una tercera parte del presupuesto total de cultura de Basilea-Ciudad, que asciende a casi cien millones de francos suizos. Véase el presupuesto de cultura de Basilea-Ciudad.
  24. Número de visitantes de los museos del cantón de Basilea-Ciudad. Según la Oficina de Estadística de Basilea-Ciudad, el número de visitantes de los museos de Basilea ha sido el siguiente: 1.745.142 en el año 2004, 1.202.959 en 2005, 1.334.031 en 2006.
  25. Gobierno del cantón de Basilea-Ciudad: Programa político 2008–2011, pág. 9.
  26. Número de visitantes de los museos del cantón de Basilea-Ciudad. La exposición temporal Tutankámon del Museo de Arte Antiguo (Antikenmuseum), con 600.000 visitantes, supuso en 2004 un aumento de las pernoctaciones de alrededor del 6% para los establecimientos hoteleros de Basilea.]
  27. Estudio del Instituto de Geografía Humana de la Universidad de Basilea; en condiciones desfavorables, los museos de Basilea generan un valor añadido de al menos 41 millones de francos suizos al año (casi 55 millones de francos si se incluyen el Museo am Burghof y el Museo Vitra Design).

Bibliografía

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Enlaces externos

  • museos de basilea sitio web sobre los museos en y alrededor de Basilea
  • Museos municipales sitio web de los museos municipales y de historia local del cantón de Basilea-Campiña

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