Guerra de la Independencia de Chile

Guerra de la Independencia de Chile
Guerra de la Independencia de Chile
Parte de Guerras de independencia hispanoamericanas
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El Abrazo de Maipú entre los próceres de la independencia José de San Martín y Bernardo O'Higgins después de derrotar a los realistas en la Batalla de Maipú.
Fecha 1813-1826
Lugar Gran parte del territorio chileno
Resultado Victoria patriota
Cambios territoriales Independencia de Chile de la Corona Española.
Beligerantes
Bandera de Chile (1818) República de Chile
Flag of Argentina (alternative).svg Provincias Unidas del Río de la Plata
Ancient mapuche flag.svg Mapuches[1]
  • Nagches
Flag of Spain (1785-1873 and 1875-1931).svg Monarquía española
Flag of New Spain.svg Virreinato del Perú
Flag of New Spain.svg Capitania General de Chile
Flag of Spain (1785-1873 and 1875-1931).svg Gobierno de Chiloé
Ancient mapuche flag.svg Mapuches[1]
Comandantes
Bernardo O'Higgins
José Miguel Carrera
Ramón Freire
Manuel Blanco Encalada
Lord Cochrane
José de San Martín
Manuel Rodríguez
José Manuel Borgoño
Antonio Pareja
Juan Francisco Sánchez
Gabino Gaínza
Casimiro Marcó del Pont
Mariano Osorio
Antonio Vacaro
Rafael Maroto
José Ordóñez
Vicente Benavides
Antonio de Quintanilla
Fuerzas en combate
Flag of Chile (1818).svg Ejército de Chile
Flag of Chile (1818).svg Primera Escuadra Nacional
Flag of Mendoza Province, Argentina.svg Ejército de los Andes
Flag of Chile (1818).svg Guerrilleros patriotas
Ancient mapuche flag.svg Mapuches aliados de los Patriotas
Coronela.png Ejércitos Realistas
Bandera de España Ejército Real del Perú
Bandera de España Ejército Real de Chile
Bandera de España Flota Realista
Ancient mapuche flag.svg Mapuches Realistas

La Guerra de la Independencia de Chile transcurrió durante el periodo que abarcó desde el año 1813 hasta el año 1826. En este conflicto se enfrentaron los patriotas chilenos contra los realistas españoles. Los patriotas resultaron vencedores, consiguiendo la Independencia de Chile. Este conflicto se prolongó en casi todo el proceso independentista.

Durante los años previos, los criollos, grupo mayoritario de la Colonia, mostraban un gran descontento, y más que una revolución buscaban una evolución y reformas, pero la invasión de Napoleón a la Península Ibérica tuvo importantes repercusiones en el universo de Latinoamérica entre las que se encuentran las masivas emancipaciones de las colonias españolas y la creación del Imperio del Brasil.

Contenido

Comienzo

La Junta de Gobierno

Siguiendo el ejemplo de las provincias españolas y de las otras colonias americanas, como el Virreinato del Río de la Plata que creó una Junta de Gobierno, el 18 de septiembre de 1810, en la ciudad de Santiago, capital de la Capitanía General de Chile se llamó a un cabildo abierto, donde éste delegó su poder en la Primera Junta Nacional de Gobierno de Chile, constituida por:

Quienes guardarían el poder de Su Majestad Fernando VII hasta que fuese restituido en su puesto.

Las juntas españolas trataron de imponer su superioridad sobre las americanas, pero éstas apelaron perfectamente al Tratado de Tordesillas y a la Bula Inter Caetera en la que Su Santidad el Papa entregaba los territorios de América a la Monarquía Española, no a su pueblo, por lo que las juntas de Nuevo Mundo y las Ibéricas tenían las mismas capacidades y todas estaban sujetas a las Cortes de Cádiz.

Primer Congreso Nacional

La Junta Nacional de Gobierno creó nuevos cuerpos militares y estableció la libertad de comercio y el contacto con la Junta de Buenos Aires. Tras la muerte del anciano Conde de la Conquista asumió la presidencia de la Junta Juan Martínez de Rozas quien llamó a elecciones para un congreso nacional, compuesto por 42 diputados. Llegado el 1 de abril de 1811, día de las elecciones, el teniente coronel Tomás de Figueroa sublevó un cuerpo del ejército exigiendo la disolución de la junta. El motín no tuvo éxito, y Figueroa huyó a refugiarse al convento de Santo Domingo, desde donde fue sacado, sometido a juicio y condenado a muerte.

El primer congreso inició sus sesiones el 4 de julio de 1811, y pronto se dividió en dos bandos: los exaltados, que buscaban una independencia completa y rápida y los moderados que deseaban algunas reformas y un buen gobierno.

Cansados de las divisiones del Congreso y de su ineptitud, el 4 de septiembre los hermanos Carrera, hijos de Ignacio de la Carrera: José Miguel, Luis y Juan José dieron un golpe militar con el objetivo de que se conforme una nueva junta de gobierno más comprometida con los ideales de la Independencia, bajo la presión de las armas el Congreso accede y la nueva junta queda compuesta por:

La Revolución Radical de los Carrera

Descontentos con el accionar de la junta de Gobierno, Don José Miguel Carrera y sus hermanos Luis y Juan José sublevan en Santiago una parte de la guarnición para disolver la junta conservadora el 4 de septiembre, las tropas de Juan José y Luis se atrincheran en la plaza de La Moneda y obligaron al congreso a convocar un cabildo abierto.

Al día siguiente Juan Martínez de Rosas efectúa un movimiento similar en Concepción creando allí otra junta de gobierno, siguiendo aquel ejemplo poco después Valdivia.

Pero al poco tiempo molesto por el actuar de la junta radical que el mismo colocó en el poder don José Miguel conspira contra ellos utilizando a los españoles y engañándolos para hacerles creer que restauraría el régimen colonial y así obtener recursos de ellos. El motín le entregó el poder a Carrera quien remplazó la junta por otra compuesta por él mismo (como representante de Santiago), Gaspar Marín (como representante de Coquimbo) y por Juan Martínez de Rozas (como representante de Concepción)

Rozas rehusó el cargo desde Concepción tomando una posición hostil en el congreso e incluso conspirando contra Carrera, de modo que éste disolvió aquel el 2 de diciembre. Ambos caudillos dominaban cada uno sobre la junta de Santiago y Concepción, Bernardo O'Higgins actuó así de mediador sin entre ambos sin conseguir cesar la hostilidad mutua de ambos caudillos que llegaron a acampar separados por el río Maule.

Aprovechando aquella inestabilidad los Realistas derrocaron la junta revolucionaria en Valdivia, debido a lo cual los líderes revolucionarios celebraron un acuerdo a orillas del Maule por el cual el nuevo congreso resolvería sus querellas mientras los caudillos regresaban a sus ciudades respectivas. Más Carrera no contento con ello minó el poder de su rival no enviando el dinero necesario para pagar las tropas de la frontera araucana, así como despachando emisarios secretos que promoviesen un motín militar en Concepción. Los esfuerzos de Carrera dieron éxito de modo que con Rozas apresado y sustituido por autoridades leales a Santiago el Generalísimo don José Miguel Carrera quedó como líder indiscutido de la revolución en Chile.

Primeras Batallas

Reacción Realista

El Virrey José Fernando de Abascal y Sousa envió una gran fuerza militar a cargo del Brigadier Antonio Pareja, contaba con 1.500 soldados, más de la mitad con experiencia en combate.[2] Llegaron al sur de Chile. En la isla de Chiloé y en la ciudad de Valdivia se incorporaron más de 2.000 hombres[2] (1.400 chilotes y 600 valdivianos).[2] [3] Esta zona del sur era conocida por no encontrarse comprometida con los ideales patriotas ya que se encontraba bajo la administración directa del Virreinato.

Desembarcaron cerca de Talcahuano donde se les unieron nuevas unidades,[2] posteriormente entraron en la ciudad de Concepción con 2.850 hombres,[2] cuya guarnición militar, ya amnistiada, se incorporó a las tropas realistas. Con cerca de 3.000 tropas Pareja en su camino a Santiago avanzó a Chillán,[4] ciudad que se rindió sin ofrecer resistencia y en la cuál se les unieron cerca de 2.000 hombres, sumando un total de 5.000 tropas con las que continuo su rumbo a la capital.[2]

Sorpresa de Yerbas Buenas

Carrera logró organizar a sus fuerzas alcanzando los 4.000[2] a 9.000 combatientes[4] y partió al sur al encuentro del avance realista. En lo que sería la primera batalla entre patriotas y realistas, ésta se provocó el 27 de abril de 1813 en la localidad de Yerbas Buenas, cerca de Linares, donde 600 patriotas al mando del coronel Juan Dios de Puga atacaron al grueso del ejército del rey creyendo que era sólo una patrulla, la noche jugó a favor de los independentistas pues los españoles creían que era todo el ejército chileno el que los atacaba, al amanecer de ese día los españoles se dieron cuenta de su superioridad numérica y un tercio de los chilenos murieron, incluyendo a Puga. El ejército chileno sonó la retirada hacia Talca donde fueron comandados por Santiago Bueras y en el lugar donde se le informó al general Carrera de lo ocurrido.

Batalla de San Carlos, el sitio de Chillán y la victoria del Roble

El 15 de mayo el general José Miguel Carrera interceptó al ejército realista y lo venció en la localidad de San Carlos, esto provocó el repliegue de los españoles hacia Chillán, es aquí con fecha 21 de mayo cuando muere Pareja y en su lugar asume Juan Francisco Sánchez, el que resiste durante meses el sitio que impuso Carrera a la ciudad y que se transformó en un desastre para los patriotas ante la feroz resistencia de los realistas.

Después de algunos meses y ya levantado el sitio de la ciudad de Chillán, el 17 de octubre Sánchez ataca a los patriotas en el paso El Roble, Carrera cruza el río Itata al verse superado por los realistas, pero O'Higgins reorganiza el ejército y se enfrenta a ellos logrando que la batalla no sea un desastre total para los chilenos y su gesta fue reconocida por el propio Carrera:[cita requerida]

No puedo dejar en silencio el justo elogio que tan dignamente se merece el citado O'Higgins, a quien debe contar V.E. como el primer soldado capaz en sí solo de reconcentrar y unir heroicamente el mérito de las glorias y triunfos del Estado chileno.

Tratados, Treguas y Guerra Civil

Reformas administrativas

Tras la victoria patriota en Santiago durante el 1813 la junta de gobierno se encarga de confirmar la libertad de imprenta, así como realizar el cambió de la bandera española por el estandarte tricolor, además de abrir una escuela en cada villa de 50 vecinos, fundar la biblioteca publica y el instituto nacional.

Para 1814 la junta presidida por Agustín Eyzaguirre, don José Ignacio Cienfuegos y don José Miguel Infante estaba concentrada en los esfuerzos de guerra, de modo que la misma fue trasladada a Talca y rápidamente ante los últimos acontecimientos y el descontento que se sentía hacía el desempeño de Carrera decreto en reemplazo del mismo por O'higgins, el General en Jefe a pesar del temor que se poseía no opuso resistencia y entregó el mando el 28 de enero de 1814 marchando a Santiago junto con su hermano Luis, trayecto en el cual fueron sorprendidos y capturados por el ejército realista siendo llevados a Chillán.

La Campaña del Brigadier don Gabino Gaínza

Artículo principal: Gabino Gaínza

Días después de que O'Higgins asumiera su cargo, el 31 de enero en la costa de Arauco desembarcaba una nueva expedición compuesta por 800 soldados a cargo del Brigadier don Gabino Gaínza.

Poco después el guerrillero realista Elorreaga se apoderaría de Talca, ante lo cual el pueblo de santiago acuso lentitud a la junta de gobierno deponiendola para nombrar Director Supremo del Estado al coronel Francisco de la Lastra.

Gaínza por su parte intenta dividir las fuerzas patriotas intentando separar a la división comandada por O'Higgins que avanzaba desde Concepción de la que comandaba por Juan Mackenna que acampaba cerca del río Itata. Atacando a O'Higgins el 19 de marzo y a Mackenna el 20, siendo repelido en ambas ocasiones. Por su parte en Santiago se envió una fuerza de 1000 hombres a restablecer Talca al mando de don Manuel Blanco Encalada, pero esta es derrotada por Elorreaga en Cancha Rayada dejando abierto el camino a los realistas para avanzar sobre Santiago.

El brigadier decide entonces reorganizar sus fuerzas en Chillán para dirigirse contra Santiago, al tiempo que O'Higgins intentaba llegar antes para defender la ciudad, ambos ejércitos atravesaron el río Maule a casi el mismo tiempo, Gaínza en balsas y protegido por las fuerzas en Talca, así como O'Higgins que atravesó el río en la noche a través de un vado. Finalmente las fuerzas patriotas lograron adelantar durante el siguiente día atrincherándose en Quechereguas en donde rechazaron a Gaínza dos veces obligándolo a retroceder en el 7 y 8 de abril.

Tratado de Lircay

Artículo principal: Tratado de Lircay

Por otro lado en un amplio espectro de lo que pasaba en el mundo las victorias de los realistas en el Alto Perú, en donde estos vencieron a los argentinos en las batallas de Vilcapujio y Ayouma, hacían temer a los patriotas chilenos que el Virrey se viese libre de enviar nuevas tropas hacía Chile, a la vez que las Victorias de Wellington expulsaron a los franceses de España regresando a Fernando VII al trono, lo que permitía el envió de grandes ejércitos para reprimir a las colonias.

En aquel contexto se da la llegada a Chile del comodoro inglés Hillyar quien había sido autorizado por el virrey del Perú para mediar entre realistas y patriotas. Ante los hechos antes descritos así como la escasees de recursos y entusiasmo hicieron que Lastra acogiera en Santiago las proposiciones de Hillyar, ordenando a O'Higgins tratar con Gaínza.

El resultado de las negociaciones fue que los patriotas reconocían a Fernando VII y la autoridad provisoria de la regencia y cortes de Cádiz, mientras que los realistas reconocían el gobierno patriota existente en Chile mientras las cortes resolviesen lo conveniente, con la promesa de evacuar las tropas del territorio chileno dentro de dos meses liberando ambas partes a los prisioneros de guerra.

La Guerra Civil

Ante esta vergonzosa situación Don José Miguel Carrera y su hermano Luis Carrera, quienes habían llegado a Santiago tras huir de Chillán, se unieron a los patriotas descontentos quienes aumentaron en gran número ante el incumplimiento de la evacuación del territorio Chileno por parte de las fuerzas del brigadier. Así con el apoyo popular en la capital Carrera sublevo como las otras veces la guarnición de la capital deponiendo al director Lastra y creando una nueva junta ejecutiva colocándose el mismo a su cabeza.

O'Higgins reaccionó a esta afrenta avanzando con el ejército del sur para restaurar a Lastra, pero después de un combate indeciso al norte del río Maipo llegó la noticia de que llegaba a las costas de Talcahuano un nuevo ejército Realista enviado por el Virrey Abascal, quien desaprobaba el convenio de Lircay y exigía la rendición incondicional de los patriotas, siendo el ejército de 5000 hombres liderado por el coronel don Mariano Osorio.

Ante este nuevo escenario los dos líderes patriotas se unieron para enfrentar la amenaza común más solo poseían alrededor de 4000 hombres inferiores en armamento y disciplina, que además recelaban entre sí debido a los hechos ocurridos hasta hace poco.

El Desastre de Rancagua

Las fuerzas patriotas decidieron dividirse y resistir en Rancagua, así mientras don Bernardo O'Higgins y don Juan José Carrera se refugiaban en la ciudad con la mitad del ejército, don José Miguel Carrera se situaba al norte en retaguardia con el resto de las fuerzas.

O'Higgins hizo levantar barricadas de adobes en las cuatro calles que daban la entrada a la plaza principal, de modo que los patriotas se atrincheraron en la misma a esperar a los realistas resistiendo durante el día entero a las fuerzas de Osorio.

Al día siguiente los realistas cortaron el agua de las acequias y prendieron fuego a las casas para abrirse paso hacía la plaza, los patriotas por su parte resistían esperando el auxilio del general Carrera, más este no se decidió por atacar considerando que el esfuerzo sería ineficaz. Los hombres en la plaza de Rancagua al ver la acción de don José Miguel Carrera y ya cuando quedaban a penas 300 hombres de los 2000 decidieron cargar a caballo sable en mano antes de ser capturados, de modo que rompiendo las filas enemigas cargando contra los realistas para escapar.

La Reconquista

Emigración a Mendoza

Tras el desastre de Rancagua los patriotas en Santiago decidieron intentar escapar de los realistas de modo que muchos partieron a sus posesiones en el campo, mientras el grueso de los patriotas decidió emprender la penosa marcha a Mendoza a través de la Cordillera de los Andes, dejando atrás a Santiago a la merced de las fuerzas de Osorio.

Un batallón de Auxiliares Argentinos, que había colaborado en la lucha contra la invasión realista, al mando del coronel Juan Gregorio de Las Heras, escoltó al gobierno, unos 700 soldados y gran cantidad de civiles hacia Mendoza.[5] Otros oficiales, como Ramón Freire Serrano, llevaron sus fuerzas hacia el sur de Mendoza.

Carrera seguía considerándose el jefe de gobierno de los chilenos, pero San Martín, aconsejado por O’Higgins, lo expulsó y puso a las tropas emigradas —unos 700 hombres, 400 de las fuerzas de Carrera y 300 de las de O'Higgins— bajo las órdenes de Marcos Balcarce. Muchos de estos soldados chilenos desertaron y regresaron a sus hogares en el verano, mientras que otros se unieron a las fuerzas argentinas en la capital. El resto de las tropas permaneció en Cuyo, donde posteriormente se incorporarían al Ejército de los Andes.[6]

El plan continental de San Martín

El gobernador intendente de la Provincia de Cuyo, José de San Martín, había sido poco antes comandante del Ejército del Norte, que luchaba contra los realistas del Alto Perú. Allí había llegado a la conclusión de que sería muy difícil conquistar el Alto Perú y el Perú avanzando por tierra, tanto por razones geográficas como étnicas. El corazón de la resistencia realista estaba en Lima, desde donde el virrey Abascal había coordinado las operaciones militares, incluidas las reconquistas del Alto Perú, del sur del Perú y de Chile.[7]

Tomando la idea de los antiguos proyectos británicos de conquista de América del Sur,[8] o bien, como sostienen algunos historiadores, por orden de autoridades militares británicas,[9] San Martín ideó llegar a Lima por mar, partiendo desde Chile. Esa parece haber sido la verdadera razón de su abandono del Ejército del Norte y de su pedido de ser nombrado gobernador de Cuyo.

Pese a que la idea pareció destinada al abandono debido a la invasión realista de Chile, San Martín se aferró a su "plan continental", solo que la nueva situación lo obligaba a reconquistar Chile en primer lugar.[10] Por ello reforzó los recursos militares de su provincia, e incorporó a los oficiales y las tropas chilenas a los mismos: en noviembre de 1814, el Director Supremo creó en Mendoza el Batallón N° 11 de Infantería, en base a los Auxiliares Argentinos remanentes,[11] con el teniente coronel Las Heras como comandante. Este cuerpo sería transformado en regimiento en enero de 1816, y Las Heras ascendido a coronel.[12]

Antes de finales de ese año de 1814 se incorporaron a las fuerzas de Cuyo dos compañías del Batallón de Castas y 50 artilleros con 4 cañones, al mando del capitán Pedro Regalado de la Plaza. Otros refuerzos fueron llegando en los meses siguientes, con la misión de evitar una posible invasión realista desde Chile.[13]

El Ejército de los Andes y las guerrillas de Manuel Rodríguez

Artículo principal: Ejército de los Andes

En agosto de 1815, San Martín dispuso una leva de "vagos" y voluntarios en Mendoza y San Juan. Al mes siguiente se incorporaron dos escuadrones de Granaderos a Caballo, que habían participado en la guerra civil en la Banda Oriental y que fueron aumentados con gauchos de San Luis. En diciembre de 1815, informaba al gobierno que disponía de 3887 hombres, incluidos unos 700 esclavos libertos.[14]

San Martín encargó al fraile Luis Beltrán —que contaba con 700 hombres a sus órdenes— la fabricación de pólvora, armamentos, municiones y uniformes.[15]

San Martín envió a Chile a José Antonio Álvarez Condarco, director de la fábrica de pólvora, con la excusa de llevar un mensaje, pero este aprovechó el viaje para realizar un plano muy detallado de los pasos de los Andes.[16]

El 1 de agosto de 1816, el Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Juan Martín de Pueyrredón, decretó que el nombre de la fuerza fuera "Ejército de los Andes", designando como su general en jefe a San Martín, al que el Congreso de Tucumán ascendió al grado de Capitán General, con las facultades políticas y militares necesarias. San Martín delegó el mando político de Cuyo en el coronel Toribio de Luzuriaga y se instaló con su Ejército en Campamento del Plumerillo, en las cercanías de Mendoza, con el brigadier Miguel Estanislao Soler como jefe de estado mayor.[17]

Pueyrredón envió al nuevo ejército toda la ayuda que pudo, incluyendo refuerzos militares, dinero, alimentos, armas, uniformes y municiones en gran cantidad.[18] No obstante, su obstinación en aplastar la resistencia de los federales, especialmente en la provincia de Santa Fe, no le permitió enviar más tropas al frente de los Andes, ya que las necesitó para continuar la guerra civil.[19]

El Capitán General Casimiro Marcó del Pont conocía los planes de San Martín, que era consciente de que nunca podría llevar hasta Chile un ejército tan numeroso como el de su enemigo. Por ello buscó dividir sus fuerzas, haciéndole creer alternativamente que iba a invadir por el sur o por el norte del país.

San Martín se esforzó en conservar un trato amistoso con los caciques pehuenches del sur mendocino, que dominaban los pasos cordilleranos. Sostuvo con ellos un gran parlamento, solicitándoles permiso para cruzar sus tierras hacia Chile, lo que fue aprobado por los caciques. Uno de los jefes indígenas llevó a Chile esa noticia, que pareció confirmar a Marcó del Pont su creencia de que el esperado ataque se produciría por el sur. Las fuerzas realistas en Chile se mantuvieron divididas hasta muy poco antes de la invasión de San Martín.[20]

Por otro lado, algunos activistas mantuvieron en continua alerta al ejército realista por todo el territorio chileno. El más destacado de ellos era un ex oficial del partido de los Carrera, Manuel Rodríguez, que recorrió el centro y el sur del país atacando poblaciones, causando desgastantes alarmas en las fuerzas realistas y lanzando panfletos contra el gobierno. También sirvió como espía a favor de San Martín, y como correo entre este y los patriotas chilenos.[21]

Este notable conjunto de estrategias indirectas para obtener ventajas antes del combate decisivo fueron llamadas "guerra de zapa".[22]

Cruce de los Andes

Artículos principales: Cruce de los Andes y Rutas sanmartinianas

Formaban la infantería del Ejército de los Andes 9 jefes, 124 oficiales y 2.795 soldados, de los siguientes batallones: N° 8, al mando de Ambrosio Crámer; Nº 11, bajo el mando de Juan Gregorio de las Heras; Nº 7, al mando de Pedro Conde y el batallón Nº 1 de Cazadores, al mando de Rudecindo Alvarado. La caballería estaba formada por 4 jefes, 55 oficiales y 742 soldados del Regimiento de Granaderos a Caballo, comandando por José Matías Zapiola. La artillería estaba servida por un regimiento 16 oficiales y 241 soldados comandados por Pedro Regalado de la Plaza.

El 6 de enero de 1817, el Ejército de los Andes se puso en marcha desde el Campamento del Plumerillo con 14 jefes, 195 oficiales, 3.778 soldados.[23] Además formaban como auxiliares unos 1.200 milicianos encargados de las mulas de repuesto y del transporte de la artillería, y 120 barreteros de minas, 25 baquianos y 47 miembros de sanidad. El estado Mayor estaba conformado por 40 personas.[24] [25]

El estandarte que acompañó a las tropas del ejército fue la Bandera del Ejército de los Andes, que contenía un escudo argentino sobre fondo azul y blanco.[26] Esa bandera es la actualmente adoptada por la provincia de Mendoza.

El Ejército se dividía en seis columnas, que pasarían por seis pasos distintos. Dos columnas reunían la mayor parte del ejército, mientras las otras cuatro eran mucho menores, y su misión era confundir a Marcó del Pont sobre el verdadero lugar por el que cruzaría el grueso del Ejército.[27]

José de San Martín en el cruce de los Andes.
  • Por el Paso de Come-Caballos, en La Rioja, avanzaron 130 soldados al mando de Francisco Zelada y Nicolás Dávila, acompañados por 200 milicianos. Su misión era ocupar la Provincia de Coquimbo, en particular la ciudad de Copiapó en nombre del Estado de Chile, por lo que los emigrados chilenos que los acompañaban llevaban la bandera chilena. Alcanzaron su objetivo sin combatir.
  • Por el Paso de Guana, en San Juan, cruzaron 200 hombres para tomar la ciudad de La Serena y el puerto de Coquimbo, al mando del teniente coronel Juan Manuel Cabot,[28] pasando por Talacasto, Pismanta y el paso de Agua Negra. El 6 de febrero sorprendieron a una guardia realista, y días después se interpusieron entre Coquimbo y Santiago. Las autoridades de La Serena, escoltadas por una guarnición de 100 hombres, se retiraron hacia el río Limarí, en cuyas orillas fueron alcanzados por las fuerzas patriotas e intervinieron en dos pequeños combates, Barraza y Salala. Cabot tomó posesión de Illapel, La Serena y Coquimbo el 25 de febrero.
  • Por el Paso del Portillo se desplazaron 55 hombres al mando del capitán José León Lemos, con una misión puramente distractiva.[29] Pese a que no lograron capturar a la partida que los avistó en San Gabriel, cumplieron su misión y se incorporaron a la fuerza principal.
  • Por el Paso del Planchón cruzaron 100 hombres del ejército –80 infantes montados y 20 jinetes con 3 oficiales– y un grupo de emigrados chilenos voluntarios, al mando del teniente coronel Ramón Freire.[30] Intentando convencer a los realistas de que eran la avanzada del grueso del ejército invasor, lograron una victoria cerca de Talca. Aunque no pudieron perseguir a los derrotados por el mal estado de los caballos de la expedición, Freire lograría capturar casi 2.000 hombres. Marcó del Pont envió a su encuentro unos 1.000 soldados, que no pudieron regresar a tiempo a Santiago al saberse que el avance del Ejército se producía por el norte de Santiago.
  • El 17 de enero de 1817 iniciaron 3.200 hombres el avance por el paso de Los Patos. El cuerpo estaba formado por la vanguardia al mando del brigadier general Estanislao Soler, el centro al mando del brigadier Bernardo O'Higgins, la escolta de granaderos al mando del alférez Mariano Necochea y la retaguardia al mando del teniente coronel Pedro Regalado de la Plaza, que conducía la maestranza del ejército. Las avanzadas de Soler lograron una pequeña victoria en Achupallas,[31] y poco después otra en Las Coimas. El 8 de febrero ingresaron en San Felipe. El día 9 fue reconstruido el puente sobre el río Aconcagua y el comandante Melián avanzó con un escuadrón de granaderos hacia el oeste.
  • El avance por el Paso de Uspallata se inició el 18 de enero. Por esa ruta viajaban 800 hombres al mando del brigadier Las Heras, y el mayor Enrique Martínez, junto con casi toda la artillería y el parque, dirigidos por fray Luis Beltrán. Tras ser derrotadas sus avanzadas en los combates de Picheuta y Potrerillos, vencieron a la avanzadilla realista en Guardia Vieja.[32] Llegaron a la ciudad de Los Andes el día 8 de febrero, tras un retraso de dos días ordenado por San Martín.

El 9 de febrero, ambas columnas se reunieron en el campamento de Curimón, cerca de la villa de Los Andes. Desde allí enviaron partidas exploratorias, que confirmaron que los realistas los esperaban en la Hacienda de Chacabuco.[33]

La Victoria de Chacabuco

Artículo principal: Batalla de Chacabuco
La Batalla de Chacabuco, según el óleo de Pedro Subercaseaux.

Debido a la dispersión de sus fuerzas, a Marcó del Pont se le hizo muy difícil reunir un ejército, el que finalmente sería de 1.500 hombres, puesto a último momento al mando de Rafael Maroto.

San Martín dividió a las tropas disponibles en dos con el fin de emplear una táctica de pinzas por el frente y la retaguardia:

  • La 1º División o ala derecha al mando de Miguel Estanislao Soler que debía atacar por el oeste, estaba compuesta por los batallones Nº1 de Cazadores y Nº11, las compañías de Granaderos y Cazadores de los Batallones Nº7 y Nº8, el escuadrón Nº4 de Granaderos, el escuadrón escolta del general en jefe y 7 piezas de artillería de 4" con 80 artilleros de dotación. Ascendía el total de esta columna a 2.100 hombres.
  • La 2º División o ala izquierda al mando de Bernardo O'Higgins debía atacar por el este; estaba formada por las compañías de fusileros de los batallones 7 y 8, los escuadrones restantes 1º, 2º y 3º de Granaderos a caballo y 2 piezas de artillería de 4" con el resto del batallón de artillería. Ascendía el total de esta columna a 1.500 hombres.[34]

La Batalla de Chacabuco comenzó en la madrugada del 12 de febrero. El plan de ataque de San Martín, consistente en dos asaltos simultáneos desde el oeste y el norte, fue alterado por O'Higgins, que atacó de frente antes de la llegada de la columna al mando de Soler. El ataque fue detenido por una eficaz defensa realista, hasta que San Martín logró reagrupar los hombres de O'Higgins con la reserva y lanzar un nuevo ataque. Con la carga de la división de Soler, después de unas 3 horas de combate, la batalla terminó con una aplastante victoria patriota.[35] [36] Los realistas sufrieron la pérdida de 600 muertos y 500 prisioneros, más toda la artillería, y los patriotas tuvieron 130 muertos y 180 heridos.[37]

Poco después de finalizar la batalla, San Martín dio cuenta de la victoria:

"En veinticuatro días hemos hecho la campaña; pasamos la cordillera más elevada del globo, concluimos con los tiranos y dimos libertad a Chile."José de San Martín.[38]

Posteriormente el general dirigió al Director Supremo argentino Pueyrredón el parte oficial de la jornada:

Excelentísimo Señor:

Una división de mil ochocientos hombres del ejército de Chile acaba de ser destrozada en los llanos de Chacabuco por el ejército de mi mando en la tarde de hoy. Seiscientos prisioneros entre ellos treinta oficiales, cuatrocientos cincuenta muertos y una bandera que tengo el honor de dirigir es el resultado de esta jornada feliz con más de mil fusiles y dos cañones. La premura del tiempo no me permite extenderme en detalles, que remitiré lo más breve que me sea posible: en el entretanto, debo decir a V. E., que no hay expresiones como ponderar la bravura de estas tropas: nuestra pérdida no alcanza a cien hombres.
Estoy sumamente reconocido a la brillante conducta, valor y conocimientos de los señores brigadieres don Miguel Soler y don Bernardo O’Higgins.
Dios guarde a V. E. muchos años. Cuartel general de Chacabuco en el campo de batalla, y febrero 13 de 1817.

Excelentísimo supremo director del Estado.
José de San Martín[39]

El 14 de febrero de 1817 el Ejército de los Andes entró en Santiago. Al tiempo de la fuga de Marcó del Pont se reunió la asamblea y fue elegido presidente interino don Francisco Ruiz Tagle. Los concurrentes declararon por aclamación que la voluntad unánime era nombrar a José de San Martín gobernador de Chile con omnímoda facultad, y así lo hicieron constar en el acta que se levantó y todos firmaron ante escribano público. El general fiel a sus instrucciones y a su plan político, se negó a aceptar el mando que se le ofreció, y convocó por intermedio del Cabildo una nueva asamblea popular a que concurrieron 210 vecinos notables. El auditor del ejército de los Andes, Dr. Bernardo de Vera y Pintado, reiteró públicamente la renuncia de San Martín, y fue aclamado en el acto el general O’Higgins Director Supremo del Estado de Chile, declarando Vera que la elección era del agrado del General San Martín. El nuevo Director nombró por ministro del interior a don Miguel Zañartu, carácter entero y decidido partidario de la alianza chileno-argentina, y en el departamento de guerra y marina al teniente coronel don José Ignacio Zenteno, secretario de San Martín. Su primer acto de gobierno, el 17 de febrero de 1817, fue dirigirse al pueblo en una proclama:[40] [41]

"Ciudadanos: elevado por vuestra generosidad al mando supremo de que jamás pude considerarme digno es una de mis primeras obligaciones recordaros la mas sagrada que debe fijarse en vuestro corazón. Nuestros amigos los hijos de las Provincias del Río de la Plata de esa nación que ha proclamado su independencia como el fruto precioso de su constancia y patriotismo acaban de recuperaros la libertad usurpada por los tiranos. Estos han desaparecido cargados de su vergüenza al ímpetu primero de un ejército virtuoso y dirigido por la mano maestra de un general valiente experto y decidido á la muerte ó á la extinción de los usurpadores. La condición de Chile ha cambiado de semblante por la grande obra de un momento en que se disputan la preferencia el desinterés mérito de los libertadores y la admiración del triunfo. ¿Cuál deberá ser nuestra gratitud á este sacrificio imponderable y preparado con los últimos esfuerzos de los pueblos hermanos?. Vosotros quisisteis manifestarla depositando vuestra dirección en el héroe. ¡Oh! si las circunstancias que le impedían aceptar hubiesen podido concillarse con vuestros deseos yo me atrevería á jurar la felicidad permanente de Chile. Pero me cubro de rubor cuando habéis sustituido mi debilidad á la mano fuerte que os ha salvado. Instruíos de los antecedentes que vosotros mismos habéis formado para esta elección y os uniréis á mis sentimientos. Los de la unidad y concordia deben inflamar el espíritu de los Chilenos. Un olvido eterno de esas mezquinas personalidades que por sí solas son bastantes á hacer la ruina de los pueblos. Yo exijo de vosotros aquella confianza recíproca sin la cual el gobierno es la impotencia de la autoridad ó se ve forzado á degenerar en despotismo. No perder los laureles adquiridos con tantos sacrificios. Resolverse á no existir antes que dejarse oprimir otra vez del bárbaro español que perezca el último ciudadano en la defensa del precioso suelo en que vió la primera luz un reconocimiento eterno á sus libertadores un amor á la patria que sea el distintivo de todo Americano un zelo activo por la justicia y el honor un odio irreconciliable á los maquinadores de nuestra esclavitud hé aquí los sentimientos de vuestro director y los que han de hacer vuestro carácter si hemos de ser libres. Cooperad y seréis el ejemplo de la gratitud el terror de la tiranía y la envidia de la paz"
Santiago, 17 de febrero de 1817.

BERNARDO O'HIGGINS Miguel Zañartu, Secretario.[42]

O'Higgins en su caracter de "Director Supremo del Estado de Chile", confió en San Martín la creación del "Ejército Unido Libertador de Chile",[43] una agrupación militar formada por las unidades del "Ejército de los Andes" más nuevas formaciones chilenas que se debían crear y entrenar. Como auditor del Ejército fue nombrado Bernardo de Monteagudo.

Se iniciaba el período conocido como la Patria Nueva.

A los pocos días de asumir como Director Supremo, O'Higgins envió al bergantín Águila, capturado en el puerto de Valparaíso, a rescatar a los patriotas desterrados en Juan Fernández.

El nuevo Director dirigió la atención del ejército contra las fuerzas realistas que actuaban en la región del río Itata.[44] Poco después, el Ejército Unido comenzó una rápida marcha hacia el sur de Chile.

La Campaña del Sur

En marcha hacia Concepción, Las Heras fue atacado el 4 de abril en Curapaligüe, muy cerca de esa ciudad, por una fuerza realista enviada desde la ciudad por el general José Ordóñez. La victoria patriota obligó a los realistas a retirarse.[45]

En un primer momento se pensó sitiar las ciudades de Concepción y Talcahuano, pero Las Heras —consciente de su inferioridad numérica frente a los realistas comandados por Ordóñez— pidió refuerzos a O’Higgins, que partió en su ayuda a mediados de abril, al frente de 800 hombres.

El 5 de mayo, las tropas de O'Higgins y Las Heras fueron atacadas por el propio Ordóñez en el Cerro Gavilán. Los agresores fueron derrotados y se vieron obligados a evacuar Concepción, encerrándose en el puerto fortificado de Talcahuano.[46]

Tras varios meses en que los realistas permanecieron sitiados, O'HIggins pretendió asaltar Talcahuano. Organizada y dirigida por el general francés Miguel Brayer, la operación fracasó por completo, sufriendo los atacantes graves bajas.[47]

Segunda Invasión de Osorio

El virrey Pezuela envió 2500 hombres a Talcahuano, al mando de Mariano Osorio, vencedor del Desastre de Rancagua. Allí se unió a Ordóñez, que había resistido cerca de nueve meses los ataques independentistas. San Martín reclamó entonces a O'Higgins que se reuniera con él en el río Maule, mientras la población civil de Concepción abandonaba la ciudad.

O’Higgins levantó el asedio y se retiró a Talca, donde aprobó el Acta de Independencia de Chile, fechada el 12 de febrero de 1818, al año exacto de la Batalla de Chacabuco.[48]

La Sorpresa de Cancha Rayada

Artículo principal: Batalla de Cancha Rayada (1818)

A poco de reunirse las divisiones del Ejército patriota, el general Ordóñez convenció a Osorio de atacar el campamento patriota en la noche del 19 de marzo de 1818. La Batalla de Cancha Rayada fue una victoria de los realistas, que consiguieron dispersar por completo a las fuerzas patriotas.

Cuando la noticia de la derrota llegó a Santiago, la desmoralización fue general y se llegó a pensar en una segunda edición de la derrota de Rancagua.[49] En ese momento apareció en Santiago el coronel Manuel Rodríguez, que asumió momentáneamente el gobierno. Poco después lo reasumía O’Higgins, herido en Cancha Rayada.[50]

Pronto se supo que el desastre no había sido completo: las bajas realistas habían sido mayores que las de los patriotas, y muchas fuerzas del Ejército Unido –especialmente unos 3000 hombres conducidos por Las Heras– habían podido retirarse en orden. Con ayuda de Beltrán, San Martín reequipó y reorganizó el ejército. Apenas quince días más tarde estuvo en condiciones de dar batalla nuevamente.[51]

La Victoria de Maipú

Artículo principal: Batalla de Maipú

El día 5 de abril, en los llanos de Maipú a unos 10 km al sur de Santiago, se encontraron 5300 realistas con 12 piezas de artillería contra 4900 patriotas con 21 piezas de artillería.[52] San Martín organizó a su ejército en una posición elevada esperando el ataque español.

La batalla se inició con el fuego de la artillería patriota de Manuel Blanco Encalada, seguido de la carga general de las tropas de San Martín. Los españoles parecían estar triunfando cuando San Martín lanzó la reserva en una dirección oblicua, una acción que revirtió la situación. Los Granaderos a Caballo apoyaron a Las Heras, que barrió la posición realista.

Tras la huida de Osorio, un resto del ejército realista, dirigido por Ordóñez, se refugió en la hacienda de Lo Espejo. Hasta allí lo fue a buscar el general Las Heras, apoyado por unos 1000 hombres que acababa de llevar O'Higgins –aún herido– desde Santiago. La artillería patriota completó la masacre de los realistas, hasta que Ordóñez decidió finalmente rendirse.

Apenas terminada la batalla, San Martín y O'Higgins se encontraron en el Abrazo de Maipú. El ejército realista había perdido 2000 muertos y 2463 prisioneros, contra 1000 bajas patriotas, entre muertos y heridos.[53] Fue la batalla más sangrienta de las guerras de independencia de la Argentina y de Chile.

El fusilamiento de Juan José y Luis Carrera

La Ocupación de las ciudades del Sur

Pese a la contundente derrota sufrida, los realistas lograron reunir algunas partidas de su ejército —dirigidas en un primer momento por Osorio— a lo largo de las líneas del río Ñuble, sin que San Martín se apurara a destruirlas. Sólo a mediados de mayo envió a su encuentro una parte de los Granaderos, comandados por José Matías Zapiola, que alcanzaron algunas victorias menores pero fracasaron en ocupar Chillán.[54]

En mayo de 1818 zarpó desde Cádiz una expedición de once buques de transporte y uno de guerra, trasladando hacia Chile algo más de 2000 soldados. Su partida era ya tardía, en tanto que Osorio apenas podía contar con algo menos de mil hombres. La traición de los marineros y soldados de uno de los buques —el transporte Trinidad, que ancló en Buenos Aires— permitió a las autoridades conocer los pormenores de la expedición, incluyendo el sistema de señales de la flota y el lugar y fecha en que se reunirían después de ingresar al Océano Pacífico. Estas noticias fueron enviadas a Chile junto con dos buques de guerra, y toda la escuadra española fue capturada en la isla Mocha, al sur de Chile.[55]

Los pedidos de ayuda de Osorio a Pezuela no fueron escuchados, y en agosto las fuerzas de línea fueron embarcadas hacia el Perú. Una importante fracción del ejército realista fue destruida en la Batalla del Bío Bío en enero del año 1819.[56] De allí en adelante, la defensa de la causa del rey en Chile estaría en manos de las partidas irregulares de origen chileno, que continuarían una guerra de guerrillas.

La Guerra a Muerte y la Expedición Libertadora del Perú

Las fuerzas chilenas suieron la lucha contra las fuerzas irregulares realistas a lo largo de los meses siguientes, en la llamada "guerra a muerte".[57] Las fuerzas rioplatenses no participaron en estas campañas, ya que se concentraron en el norte del país o pasaron de regreso a las Provincias Unidas, para preparar la campaña libertadora del Perú.

Las Primeras Campañas de Vicente Benavides

La Ocupación de Valdivia

El gobierno chileno había realizado grandes esfuerzos en equipar su nueva escuadra, proveyéndola de municiones y víveres, pero no lograba encontrar buenos marineros y oficiales. Bajo el mando de Manuel Blanco Encalada, en la escuadra chilena reinaba la indisciplina.[58]

Thomas Cochrane, comandante de la Escuadra Chilena.

El coronel Álvarez Condarco, enviado a Londres, contrató al marino Thomas Cochrane, para dirigir la escuadra chilena en formación. Este último llegó a Chile en noviembre de 1818.

En septiembre de 1819 zarparon de Valparaíso con rumbo al Callao cinco buques comandados por Cochrane. El puerto estaba defendido en tierra por 3000 hombres y gran número de cañones, y por mar mediante cinco buques. Tras fracasar en un ataque con cohetes, capturó la goleta Moctezuma. Desde allí navegó hacia el norte, donde el general Miller ocupó unos días la ciudad de Pisco.

De regreso al sur con dos buques, Cochrane atacó la ciudad de Valdivia, que permanecía en manos realistas y funcionaba como cuartel general de los españoles en el sur. Perdió uno de los buques en un naufragio, pero con la Moctezuma y la tripulación de ambas atacó los fuertes que guarnecían la ciudad. Avanzando de fuerte en fuerte, logró llegar a la ciudad, que capturó el 4 de febrero de 1820.

Desde allí se dirigió a Chiloé, pero fracasó en un ataque terrestre a Ancud y debió regresar.[59]

La Expedición Libertadora del Perú

En mayo de 1818, el Ejército Unido se instaló en Quillota, donde fueron adiestrados un total de 5000 efectivos, cifra que se fue reduciendo debido a enfermedades y deserciones.

En ese momento comenzaron a llegar las órdenes del Directorio argentino, de trasladar el Ejército de los Andes a Buenos Aires para luchar contra los federales. San Martín no respondió, y en carta a O'Higgins explicaba:

"Se va a cargar sobre mí una responsbilidad terrible, pero si no se emprende la expedición al Perú, todo se lo lleva el diablo".
Carta de san Martín a O'Higgins, 9 de noviembre de 1819.[60]

De todos modos, la falta de apoyo económico desde Buenos Aires causó un retraso de muchos meses a la partida de la expedición. Por otro lado, la desobediencia de San Martín le acarreó el cese de la ayuda económica de parte de su gobierno, de modo que el gobierno chileno debió hacerse cargo de toda la financiación, por medio de préstamos tomados en Gran Bretaña y los Estados Unidos.[61]

Disuelto el gobierno rioplatense, el Ejército de los Andes quedó sin un gobierno del cual depender. San Martín presentó su renuncia en una nota a los jefes del Ejército el 26 de marzo de 1820. Los oficiales rioplatenses se reunieron el 2 de abril en la ciudad de Rancagua y labraron un acta en que declaraban que

"(...) la autoridad que recibió el señor jeneral para hacer la guerra a los españoles i adelantar la felicidad del pais no ha caducado ni puede caducar, porque su oríjen, que es la salud del pueblo, es inmudable (...)"

Ratificada su autoridad, San Martín y el Ejército de los Andes emprendieron la expedición al Perú junto a las fuerzas chilenas.[62]

El 20 de agosto de 1820 zarpó rumbo al Perú una escuadra compuesta por 25 naves, de las cuales 8 de guerra y 17 de transporte, tripuladas por 1740 marinos. Entre los buques estaba la "Argentina", al mando de Bouchard, que transportó 500 hombres, incluidos los Granaderos a Caballo.

El ejército constaba de 4118 soldados y 296 oficiales, de los cuales unos 750 eran rioplatenses. Estaban organizados en dos divisiones, una llamada "De Chile" y otra "De Los Andes",[63] y contaban con 25 piezas de artillería.

La expedición zarpó de Chile e inició sus campañas en el Perú bajo una bandera que era una variante de la Bandera de Chile, que en lugar de una estrella ostentaba tres.[64] [65]

El 8 de septiembre se produjo el desembarco en la playa de Paracas, cercana a la villa de Pisco, desde donde San Martín lanzó la primera proclama al pueblo peruano.[66]

El virrey Pezuela tenía bajo su mando unos 20.000 soldados distribuidos por todo el virreinato, de los cuales la mayor parte defendían Lima y el Alto Perú.[67] De modo que la estrategia de San Martín, al desembarcar con poco más de 4000 hombres, no era atacar de frente, sino desgastar y desprestigiar a su enemigo. Por ello se propuso demostrar que podía atravesar el Perú con parte de su ejército y con el resto establecerse donde quisiera.

Envió una división al mando del general Juan Antonio Álvarez de Arenales a internarse en la Sierra, llevando consigo al Batallón Nº 11 del Ejército de los Andes al mando de Román Deheza, al Batallón Nº 2 de Chile bajo el mando de José Santiago Aldunate, a los Granaderos a Caballo comandados por Juan Lavalle y dos piezas de artillería.

Por su parte, San Martín se reembarcó y se trasladó por mar a Huaura, al norte del Perú, donde inició negociaciones diplomáticas con el virrey.

Al producirse el desembarco patriota, el coronel Manuel Quimper, comandante de la costa del Sur del Perú, se retiró hacia el sur, pero fue derrotado en tres combates: por Rufino Guido en Palpa el 7 de octubre, una semana más tarde, en Nazca por el teniente coronel Manuel Patricio Rojas, y el día 15 en Acarí, donde fue capturado Quimper.

Arenales cruzó la Cordillera y el 24 de octubre ocupó sin combatir la ciudad de Huamanga. Tras derrotar a una fuerza secundaria en el puente de Mayoc, disolvieron una división enemiga en la cuesta de Jauja. El 23 de noviembre, en TarmaDepartamento de Junín– Rojas consiguió dar alcance al intendente de Huancavelica, Juan Montenegro, tomándolo prisionero y quitándole seis cañones, 500 fusiles y 50.000 cartuchos.

El 6 de diciembre de 1820, Arenales destruyó completamente a la división del general Diego O´Reilly en la Batalla de Pasco. Los realistas sufrieron 83 muertos y 400 cayeron prisioneros, entre estos últimos toda la caballería dirigida por Andrés de Santa Cruz, que se pasó a los patriotas después de la batalla.

El 8 de enero de 1821, la división de Arenales se reincorporó al Ejército Unido. Varias provincias de la Sierra habían sido ocupadas, pero no quedaron ejércitos para asegurarlas. Algunos oficiales, entre los que se destacó el fraile exclaustrado José Félix Aldao, organizaron montoneras que podían resistir con una acción de guerrillas.

A pesar de que el territorio recorrido no quedaba asegurado, la campaña debilitó militarmente al virrey Pezuela y lo desprestigió políticamente.[68] [69] Como consecuencia de las demostraciones de poder de San Martín, y disgustados los oficiales realistas de extracción liberal con la orientación absolutista de Pezuela, lo derrocaron el 29 de enero de 1821, sustituyéndolo por el general De La Serna.[70]

Independencia del Perú

Mientras tanto, la ciudad de Guayaquil,[71] y poco más tarde Trujillo,[72] se pronunciaron por la independencia, dejando casi todo el norte del país en manos de los aliados de San Martín.

Aumentando la presión sobre el nuevo virrey, Arenales partió en una seguna expedición a la Sierra, y el inglés Guillermo Miller desembarcó en las costas del sur peruano.[73] Simultáneamente, San Martín desembarcó en Ancón, más cerca de Lima, y lanzó sucesivas expediciones de exploración sobre esa ciudad, mientras realizaba nuevas negociaciones de paz con De la Serna a fines de abril. San Martín no aceptaba otro resultado que la independencia del Perú, lo cual era inadmisible para De la Serna, de modo que no hubo acuerdo, pero sí intercambio de prisioneros.[74]

La columna de Miller desembarcó en Arica y se trasladó a Tacna, donde reunió un contingente de voluntarios peruanos. El 22 de mayo venció a las tropas de José Santos La Hera en la Batalla de Mirave y posteriormente regresó a Lima.[75] Las fuerzas que dejó en el sur del Perú serían derrotadas en la batalla de Ica, en abril del año siguiente, debiendo los independentistas abandonar esa región.[76]

El alzamiento del batallón realista "Numancia" —integrado por venezolanos— a favor de la independencia y la captura del buque más poderoso de la escuadra española por Cochrane, forzaron a De la Serna a abandonar Lima el 5 de julio, internándose en la Sierra. Allí lo esperaba para atacarlo la división de Arenales, pero no logró averiguar qué paso utilizarían los realistas para cruzar la Cordillera, fracasando en su cometido.[77]

San Martín ocupó la capital y reunió un cabildo abierto el 15 de julio. El día 28 de julio declaró la Independencia del Perú y fue nombrado jefe civil y militar como Protector del Perú desde el 3 de agosto.[78] Su mano derecha fue Bernardo de Monteagudo, que había llegado desde Chile como auditor del Ejército.[79]

Las fortalezas del Callao habían quedado en manos de los realistas, y los patriotas tardaron muchos meses en capturarlas.[80] [81] Una serie de conflictos causaron la separación de algunos oficiales rioplatenses, entre ellos el general Las Heras. La mayor parte de las tropas chilenas regresaron a Chile, a terminar la guerra contra los últimos bastiones realistas en la Araucanía.[82]

También Cochrane, que nunca se había llevado bien con San Martín, regresó a Chile con la escuadra. Algunos buques, dirigidos por Bouchard y Martin Guisse, continuaron al servicio del Perú.[83]

Continuación de la Guerra tras la Independencia

Las últimas campañas de Benavides

Las Campañas contra Chiloé

La isla de Chiloé permanecía aún en manos realistas, defendida tenazmente por sus habitantes, gobernados por Antonio de Quintanilla. Este había logrado rechazar un ataque chileno en 1824.[84] El presidente Ramón Freire dirigió personalmente la última campaña hacia la isla, que terminó con el Tratado de Tantauco, en enero de 1826.[85]

Los Montoneros Pincheira

La montonera realista de los Pincheira estaba integrada por aproximadamente 400 hombres. Realizaban sus correrías en la Cordillera de los Andes y en los valles aledaños a Chillán, llegando incluso hasta San Luis y Carmen de Patagones, en Argentina. Tras sus asaltos -caracterizados por los asesinatos, el cuatrerismo, el rapto de mujeres y otros actos de extrema crueldad-, partían a su refugio en Palaquén. Se cuenta que entre sus acciones se encontraba el descuartizamiento de niños y el asesinato de ancianos.[cita requerida]

Referencias

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  20. José Pacífico Otero, Historia del Libertador don José de San Martín, Ed. Círculo Militar, Bs. As., 1978.
  21. Galdames, Historia de Chile, pág. 315-318.
  22. Mitre, Historia de San Martín.
  23. No existen documentos o partes oficiales que especifiquen concretamente el aporte de patriotas chilenos en los 3.778 soldados de tropa. El único documento oficial relacionado existente es el parte oficial del político y militar chileno José Miguel Carrera fechado el 22 de octubre de 1814, el mismo totalizó en 708 a los soldados chilenos que emigraron a Mendoza después de la batalla de Rancagua; también se conoce que, por diferencias entre San Martín y Carrera, solo una fracción de los emigrados se unió al ejército de los Andes. Para más información leer artículo Emigración chilena como consecuencia de la Batalla de Rancagua. Escritores chilenos como Osvaldo Silva y Agustín Toro Dávila se refieren a un aporte mayor de patriotas chilenos, aunque ninguno detalla la fuente documental utilizada en la aseveración, el primero en su libro Atlas de la Historia de Chile 2005 afirma que habían 1.200 chilenos en el ejército de los Andes reunido en Mendoza y el segundo en su libro Síntesis histórico militar de Chile menciona un número similar, el autor escribe: "De los 209 oficiales de dotación, alrededor de 50 eran chilenos, y el resto argentinos. No se conoce exactamente la proporción de chilenos en los 3.778 hombres de tropa. Se estima que no sería más de un 30%."
  24. Gerónimo Espejo, El paso de las Andes: Crónica histórica de las operaciones del ejercito de los Andes, para la restauracion de Chile en 1817, Ed. C. Casavalle, 1882, pág. 419.
  25. Historia de Chile por Guzmán - Tomo I, pag 405
  26. Cómo fue hecha la bandera del Ejército de los Andes, por Sixto E. Martelli, 1944. En Clarín Digital Libros. Consultado el 14 de julio de 2010.
  27. Ruiz Moreno, Campañas militares argentinas, pág. 222-224.
  28. Gerónimo Espejo, El paso de las Andes, pág. 541.
  29. Gerónimo Espejo, El paso de las Andes, pág. 542.
  30. Barros Arana, Historia general de la independencia de Chile, Volumen 3, Impr. Chilena, 1857, pág. 393.
  31. Barros Arana, Historia General de la Independencia de Chile, pág. 397.
  32. Barros Arana, Historia General de la Independencia de Chile, pág. 402-403.
  33. Galdames, Historia de Chile.
  34. El paso de las Andes. Crónica histórica de las operaciones del ejército de los Andes, para la restauración de Chile en 1817 - Jerónimo Espejo (1882) - Extracto pag. 578-579:
    En el reparto que el General hizo, dió al mando de la primera division al Brigadier Soler, denominándola también ala derecha. Su composición fue, de los dos batallones Nº1 de Cazadores, Comandante Alvarado, y Nº11 el Coronel Las Heras: de la columna de preferencia formada de las dos compañías de granaderos y cazadores de los batallones Nº7 y Nº8, al mando del teniente coronel don Anacleto Martinez y como 2º el sargento mayor don Lucio Mansilla: del 4º escuadron de Granaderos comandante Melian: del Escuadron Escolta del General en Gefe, comandante Necochea; y 7 cañones de montaña de á 4 con 80 artilleros de dotación. El total de esta columna era de 2100 hombres proximamente, pero si se atiende á su calidad, se verá que era de la parte mas selecta y aguerrida del ejército, por cuanto su misión era la de iniciar la batalla por la retaguardia del enemigo, ó por lo menos, por su flanco izquierdo. Al Brigadier O'Higgins dió el mando de la segunda división, designándola ala izquiera. Fué organizada de los dos batallones Nº7 comandante Conde, y Nº8 comandante Cramer: de los tres escuadrones restantes de Granaderos a caballo, 1º, 2º y 3º, coronel Zapiola; y 2 cañones de montaña de á 4, con el resto del batallon de artilleria. Ascendía el total de esta columna a 1500 hombres, pues su destino era solo como para entretener al enemigo por el camino real, y segundar el ataque de la división Soler llegado el caso. A la columna de O'Higgins debia seguir el cuartel General y Estado Mayor.
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  40. "El paso de las Andes. Crónica histórica de las operaciones del ejercito de los Andes, para la restauracion de Chile en 1817 (1882) pág. 649
  41. Instituto Nacional San Martiniano - http://www.sanmartiniano.gov.ar/textos/parte2/texto060.php
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